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Argentina, la lucha continua....

Argentina: Una postal demoledora sobre la salud mendocina

Ulises Naranjo
MDZOL)

Dime qué tan pobre eres y te diré qué tipo de salud recibes. Una visita a un centro de salud de Ugarteche revela las indignas condiciones en que se realizan las tareas y, a la vez, el amor a su tarea puesto de manifiesto por los trabajadores de la sanidad. Entrá a esta nota y diagnosticá qué tan enfermos estamos todos en esta Mendoza del Tercer Milenio.

Diego I

Unos tremendos gritos de mujer interrumpen la entrevista. El mundo, literalmente, se detiene dejando a medio terminar una oración en mi libreta. "Mi bebé, ay Dios mío, mi bebé", vocifera una voz que, en este preciso instante, voy a considerar como la más dolida que jamás haya sentido.

Una enfermera abre de pronto la puerta y dice: "Una urgencia, doctor". Mi entrevistado, el médico Dardo Puebla, ya se ha levantado y sale al pasillo del Centro de Salud 39, de Ugarteche. Estamos en Julio de 2009, en invierno, durante la siesta y Ugarteche luce tan abandonado como una pluma de gorrión en el infierno.

- Mi bebé, ¿qué le pasa a mi bebé? Mi bebé, ay mi Dios…

El bebé tiene cuatro meses. Se llama Diego. Y no respira.

Salvarse solo

Salud y salvación vienen de la misma palabra. Por eso, para los clásicos, sanarse era lo mismo que salvarse. Ahora bien, ¿de qué sirve salvarse solo y de qué nos puede servir sanarnos en soledad, mientras la mitad de los mendocinos a nuestro alrededor no lo hace?

La salud no existe: es una imposibilidad, una utopía conceptual y una muestra acabada de nuestro fracaso como raza. La Organización Mundial de la Salud solía definirla como "el estado de perfecto bienestar físico, psíquico y social, y no sólo la ausencia de lesión o enfermedad". Esa definición habla de salud como forma de bienestar social, algo que, sin dudas, nos falta al punto de poner a este planeta en terapia intensiva.

Dicho de otro modo: nunca estaremos sanos si alrededor nuestro la gente padece, lucha, nace, vive y muere en condiciones indignas. Estamos enfermos, amigos, y cada día más que pasa nuestro mal se agudiza. Miramos las bandas del cielo a través de los barrotes que nosotros mismos fabricamos y, cuando salimos a la calle, temblamos como pájaros, pero somos indolentes y sádicos: pasamos por al lado de nuestro hermano sin desviar la vista, como una TOP modal moviendo las caderas sobre una pasarela infame.

Feliz "Día del Amigo", mis queridos, les traje de regalo una visita a un centro de salud de Ugarteche, Luján de Cuyo, Mendoza, Argentina, América, Planeta Tierra. Boa collage. La peor gripe es la gripe del alma.

Diego II

Siguen los gritos de la madre. Me miro las estúpidas manos y la estúpida lapicera. No hay nada que pueda hacer: el periodismo es una de las formas de la inutilidad. Así las cosas, salgo al pasillo, que es oscuro y excesivamente neutro. Todos allí se han quedado detenidos. Nadie atina a hacer nada ante los desgarros del alma de esta madre.

La miro: es joven y pobre. Es también presa de un abandono meticuloso, secular. Si bien no soy médico, creo que no está bien nutrida. Los médicos han cerrado la puerta del consultorio y nada se escucha.

Escucho sollozos más leves; doy dos pasos y entonces los descubro: dos niños, hermanos de Diego, lloran también. Son hermosos y marrones y sus lágrimas bajan con inusitada velocidad por sus mejillas. Yo también tengo ganas de llorar.

Un enfermero sale del consultorio y dice: "La madre del bebé, por favor". La mujer entra y yo salgo afuera a respirar un poco de aire. Diego aún no puede hacerlo.

Ugarteche sigue impávido: está acostumbrado a los sollozos. Y yo lamento el día en que abandoné el hábito del rezo.

La salud de los enfermos

De lejos se nota que el Centro de Salud 1ro. 39, de Ugarteche, es un sitio que el sistema sanitario ha destinado a la gente pobre de Mendoza. Con el curso de los minutos, la impresión se irá agudizando más y más. Es claro que esta crisis sanitaria no comenzó con este gobierno, pero también lo es el hecho de que, también éste, no se hace nada al respecto.

Como estamos mucho más preocupados por Diego que por el sistema de salud del mundo entero, iremos directo a los puntos centrales de la entrevista con el médico Dardo Puebla, encargado del Centro de Salud, y al detalle en imágenes que muestra cómo se encuentra este lugar, dejando constancia que puede servir de síntesis del panorama general de la provincia en sus espacios más desfavorecidos.

Dardo Puebla dice

* "Estamos desbordados. Atendemos en la modalidad de guardia, sin tener seguimiento de casos a través de historias clínicas. No hacemos consultorios externos. La población a la que servimos involucra, según algunos, a más de veinte mil personas. Además, atendemos permanentemente a mucha gente que llega desde Bolivia. No tenemos suficientes recursos humanos para la tarea que hacemos. ¿Si faltan médicos? Por supuesto que faltan. Y los que hay normalmente trabajan más horas que las debidas".

* "Esta es una población demandante acostumbrada a tener todo gratis. No tiene barrera, límite entre lo que necesitan y lo que efectivamente podemos darles. Aquí hay excelentes profesionales y servicios específicos como Neumonología, Nutrición y Ecografía. El problema es que esta gente busca poco el hospital. Nosotros atendemos unos 25 turnos por día. Y los resultados son impresionantes a pesar de todo".

* "Este centro de salud es nuevo, tiene siete años, pero le falta de todo. Lo hicieron muy rápido y no pensaron en la funcionalidad. No tiene, por ejemplo, baños públicos y la sala de espera da pena. Aquí es todo una vergüenza. Tiene puertas rotas, mala iluminación, faltan muebles, una ventana está tapada con un armario que guarda remedios contra la tuberculosis y la calefacción es mala y con conexión con pantallas ilegales en lugar de calefactores. Ah, y la puerta de Ginecología no tiene cerradura y como no hay cortinas ponemos paneles de madera o armarios…".

* "Estamos usando barbijos comunes. Pedimos los N95 y nos dijeron que eran sólo para los médicos de guardia, ¡pero acá todos somos médicos de guardia! Además faltan camisolines, nunca los enviaron. La vamos llevando como podemos".

* "Nos falta gente y la que está no es bien recompensada. Te pongo un ejemplo: tenemos una neumonóloga llamada Diana Salvioli, que es la única en todo Luján y labura de maravillas. Sin embargo, lleva dos años esperando que la pasen a planta. La vamos a terminar perdiendo… Además, nos falta, por ejemplo, un médico de guardia para las urgencias. Hoy las atendemos como podemos".

* "¿Querés que siga? Todo acá es de ladrillo visto y ahí se acumula mucha mugre. Tendrían que haber paredes lavables y sólo tenemos una persona para limpieza que cumple su turno y se va y cuando tiene franco, bueno, por ahí limpia la encargada de Farmacia… Igual en Carrizal de Abajo y Carrizal del Medio hay una sola y entre los dos la comparten... Sigo: el depósito de medicamentos está abierto arriba. Todo el edificio es así. No te imaginás la cantidad de tierra que entra, porque en el techo en lugar de vidrios le han puesto policarbonatos.... Venite un día que corra viento Zonda. ¿Sabés que era en lugar donde ponemos vacunas y las guardamos? Un baño".

* "Yo no soy ingenuo. Sé que esto que digo va a molestar mucho en el Ministerio de Salud, pero es la verdad. Es todo lo que te he mostrado y vos lo has comprobado. Desde hace mucho venimos pidiendo que mejoren las cosas y no hay caso. ¿Sabés por qué funciona esto? Por el amor y la profesionalidad de la gente que trabaja aquí".

Diego III

Todo el mundo sigue callado, incluso los hermanos de Diego, apoyados contra la pared del pasillo del centro de salud. El más chico, tiene un dedo en la boca y los dos miran la puerta del consultorio.

De pronto, como una cascada, como un amanecer, como un volcán, el llanto de Diego inunda los ojos de todos. Diego llora y llora y todos miramos hacia el piso como dando gracias. Gracias a ese llanto que le devuelve la vida. Llaman a una ambulancia para llevarlo de urgencia al Notti. Diego ha vuelto a respirar.

Dardo Puebla hizo lo suyo: salvar vidas. Vuelve a la entrevista y lee en mi cara:

- Quedate tranquilo. Tiene apneas e hipotonías. Deja de respirar de pronto. Y tiene alteraciones en el sensorio que le hacen perder el estado de lucidez y deja de respirar u se abandona. Tal vez sea porque tiene pulmonía… Lo vamos a trasladar de urgencia al Notti.

- Pero… y…

- Va a vivir. Quedate tranquilo. El bebé va a vivir.

No queda más que salir a la calle. La vida es bella como el latido de Diego. Su obsesión por mantenerse vivo nos trae un poco de luz. Sin embargo, ni toda la pureza contenida en el llanto de Diego y de su familia hará que nos salvemos.

Ugarteche sigue en lo suyo, ni feliz ni triste, mientras nosotros, todos nosotros, caminamos sin pausa hacia el portón del infierno, que, por supuesto, no tiene llave, porque nadie –salvo los suicidas y los santos– tiene la menor intención de escaparse de sí mismo.

Fuente: lafogata.org