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Argentina, la lucha continua....

Cr�nica de un trabajador precarizado

Micheli Ortega - Gast�n Medina
Acta

El despertador son�, inaugurando una ma�ana g�lida y cubierta a�n por la penumbra. No es como en los cuentos de hadas, donde el gallo canta con los primeros rayos del sol.

El invierno patag�nico se infiltra en lo m�s profundo de las almas y de los corazones, anticipando que a�n falta mucho para que el febo se haga presente. Me levanto medio a los tumbos buscando mis elementos de abrigo inscriptos con consignas como "Municipalidad de Puerto Madryn" y "Estacionamiento Medido"; aunque in�tilmente intento calentar mi cuerpo con ellos, pues su finura y delgadez s�lo son comparables con el estrecho margen que separa nuestra condici�n laboral con el trabajo esclavo.

Salgo de mi casa y me dirijo hacia las oficinas de Tr�nsito, como mi rutina de lunes a s�bados me lo marca, ya estoy concientizado sobre que tendr� una larga jornada, con cinco horas parado sin un lugar al cual ir al ba�o, pero no tengo opci�n.

Lentamente comenzamos a amontonarnos, esperando que nos designen las calles y nos entreguen nuestras herramientas de trabajo. Cien obleas para vender a un costo de 1 peso cada una. Si las vendemos todas tendremos 100 pesos, de los cuales solo 10 pesos ser�n para m�. �No era Per�n quien dec�a que la mitad de los ingresos deben ser para los trabajadores y la otra mitad para el patr�n? �50 y 50 para cada uno? Yo pens� que �ste era un gobierno peronista, indudablemente me equivoqu�.

De pol�tica no s� nada. Solamente s� que s� quiero mantener mi Plan Social, yo y un grupo de compa�eros tenemos que ir a caminar la campa�a para el pol�tico de turno, mientras otros compa�eros tienen que limpiar los locales partidarios. Mi jornada no va a terminar a la una del mediod�a.

El fri� intenso se hace sentir; el viento hace caer la sensaci�n t�rmica a niveles insospechados pero debemos resistir. Como dicen ellos, "para eso nos pagan". Como si cuatrocientos pesos m�s la comisi�n fuese suficiente para salir adelante, como si fuese suficiente para que un joven pueda independizarse, como si alcanzase para sostener a una familia. Eso no le importa al conductor cuando nos acercamos a ofrecerle las obleas. Muchos aprovechan para escupir su hiel sobre nosotros, descargando toda su bronca. El otro d�a golpearon a un compa�ero. �Era un Consejal al que le quisieron cobrar la oblea? No puedo saber, ese pibe ya no labura m�s.

Somos laburantes en negro, precarizados, de eso no hay duda. No podemos sindicalizarnos y nuestra situaci�n es por dem�s tambaleante. No podemos reclamar sin el peligro de que nos echen sin miramientos. Despu�s de todo, para nosotros no hay fondo de desempleo, liquidaci�n final ni nada que se le parezca. "Si joden ponemos parqu�metros" nos dicen. Como si cobrar el estacionamiento y recaudar fuese m�s importante que darle trabajo a la gente.

El Estado no nos protege, sino que nos usa; el Estado no garantiza nuestros derechos, si no que los viola. Pero de todas maneras no tenemos opci�n. La calle est� jodida, no hay trabajo para nadie y mucho menos para los j�venes. Sin embargo no podemos abandonar las esperanzas ahora. Somos trabajadores y eso es algo que no van a poder robarnos nunca. Y somos los trabajadores los �nicos que podemos cambiar esta situaci�n. El sol est� saliendo, rompiendo con la oscuridad absoluta. El invierno eterno del que quieren convencernos no existe, si despertamos se va. Depende de nosotros organizar y construir la primavera.

La jornada esta terminando y un mont�n de siluetas oscuras comienzan nuevamente a amontonarse. Ma�ana ser� otro d�a, muy similar a este seguramente. Sin embargo "el ma�ana" es nuestro y eso no nos lo van a poder robar jam�s.

Fuente: lafogata.org

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