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Argentina, la lucha continua....

El sentido común no es el buen sentido

Ricardo L. Plaul

Los más asustados por el repiqueteo incesante de los medios en relación con la violencia social y el delito, no pueden llegar a reflexionar que, precisamente es la naturaleza del sistema socio-económico que ellos alaban y sostienen, con su pensamiento, con sus decisiones y acciones, el que genera y aumenta día a día la posibilidad de la violencia.

Los niños pidiendo o trabajando en situación de calle, la droga que los destruye tempranamente, los sin techo que habitan bajo las autopistas urbanas, los asentamientos o villas que invaden insolentemente el espacio urbano de los poderosos de turno, no son como piensa una parte de la clase media alta y media argentina, producto de una idiosincracia criolla o nativa, de una naturaleza o esencia poco proclive al trabajo de las clases bajas. No es lo que el racismo y la xenofobia local atribuye a la genética propia de nuestros "morochos" latinoamericanos. Estos fenómenos sociales no son más que la palpable evidencia de un sistema que excluye, que animaliza, que destruye cultural y materialmente. Es el sistema capitalista que concentra la riqueza- que es precisamente producida por quienes ellos desprecian- en un porcentaje que en los mejores casos alcanza a un 20 % de la población.

La televisión, concretamente TN, los estúpidos "Pells" de canal 11, canal 13, Clarín, Radio 10, Susana, Mirtha, Tinelli, Continental, Mitre, Perfil y todos sus derivados mediáticos, enfermos de anti –todo lo que haga el gobierno (al que sin duda le caben duras críticas), conforman el sentido común de Doña Rosa y de don Remisero, de la Sra. Gorda y del ejecutivo así como de muchos comerciantes y empleados explotados, convenciéndolos de que el eje del mal y del "caos reinante" (les encanta esta palabrita), son los gobernantes, los gremialistas y los "negros" pobres. Todos ellos merced a una política "claudicante, confiscatoria y populista" nos llevarán al reino autoritario de Chavez (ya ni siquiera es Castro) o del "ignorante indio" Evo. La mayoría ignora quién gobierna en El Salvador o en Nicaragua.

Cada una de las medidas progresistas (con sus errores de implementación o de trámite administrativo o parlamentario), tomadas por este gobierno, desde el fallido intento de la 125 hasta la asignación por hijo, han sido resistidas por los grupos concentrados del poder económico y han logrado arrastrar, gracias al poder mediático monopólico, a una parte de la sociedad argentina que repite slogans como loritos sin haber siquiera leído las respectivas leyes o decretos. Aún aquellos que no tienen tierra ni en una maceta han defendido a rajatabla a la Patria Sojera. Aún aquellos que suelen despotricar con respecto a los contenidos de los programas televisivos protestaron contra la "antidemocrática" Ley de de Medios.

Mis queridos amigos, pueden estar tranquilos: este gobierno no es socialista ni lo quiere ser. Tampoco estamos al borde del Apocalipsis como vaticina Carrio, ni hay que salir armados a matar chicos pobres (eso ya lo hace la policía). Por favor:

• Dejen de creer que la realidad es la que los medios describen. Hay espejos, como lo escuché decir a Dolina, que distorsionan lo que reflejan. Hay intereses económicos que nos meten en la Matrix de la información.

• No critiquen más a Cristina y a Néstor por estupideces, sino por cuestiones de fondo (veto de la Ley de protección de glaciares, falta de presupuesto para salud, cajoneo de una nueva ley de entidades financieras, apoyo a los gordos de la CGT, subsidios a las grandes empresas, no otorgar el 82% móvil a los jubilados nacionales, etc.).

• Desarrollen el buen sentido que es el núcleo de la conciencia crítica y antes de criticar participen comunitariamente, después critiquen todo lo que quieran pero con fundamentos.

• Infórmense a través de variados medios alternativos. En Internet hay multitud de redes sociales y foros a los que consultar.

• Abandonen sus posturas racistas, discriminadoras, individualistas y xenófobas. Éstas, han ido creciendo con el tiempo, con las dictaduras y también con nuestros mayores, próceres y escuela mediante. Ya es hora que las vayamos combatiendo cada día, con un poco de voluntad política, humildad socrática, ansias de justicia y amor por el otro. O acaso ¿no es ese el espíritu del Cristianismo que dicen sostener?

Fuente: lafogata.org