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Argentina, la lucha continua....

Córdoba: Los cautivos del matadero contemporáneo y los riesgos de la institucionalización de la precariedad

PRENSA RED - ACTA

Investigadores cordobeses advierten sobre la invisibilidad de los conflictos laborales en los lugares de trabajo. La metáfora del matadero encarnada precisamente por los trabajadores de un frigorífico de Río Segundo a cuyos delegados les "cortan la cabeza" junto a la inacción de los sindicalistas empresarios son un ejemplo de otras tantas situaciones que se viven puertas adentro.

"El frigorífico LOGROS S. A. de Río Segundo, propiedad de Juan Carlos Grimaldi, inició sus actividades en el año 2003. El 24 de octubre de 2006, asumieron, junto a otros compañeros, Alejandro Mauricio Ansaldi y Jose Walter Bechi el cargo de delegados de planta por el sindicato de la carne de Córdoba. Estos delegados tenían una ardua tarea por delante, que era canalizar la indignación de los compañeros y transformarla en herramientas de acción para modificar la realidad que se vivía día a día en el frigorífico, relacionada con las precarias, y en algunas áreas, infrahumanas condiciones de trabajo".

Así comienza el comunicado de Trabajadores de la Carne de Córdoba, firmado por la "Agrupación 10 de junio", con fecha 30 de octubre de 2009, generado a partir del despido de los delegados antes mencionados. Comunicado que intenta visibilizar un estado de conflicto que distintos poderes (el propio poder del carnicero de cuello blanco, de la burocracia del sindicato del sector, de algunos funcionarios judiciales y policiales, además de representantes del poder político local, provincial, nacional) pretenden inscribir en contextos de privacidad, desde un encuadre personal e individualizante, con los rasgos de distancia y formalidad propios de un telegrama de despido.

"El día después de la marcha convocada por la Agrupación 10 de Junio, el dueño junto a todo el personal jerárquico convocó a todos los trabajadores del frigorífico al playón –cosa que nunca se había hecho- y se ocupó de aclarar: acá o están con los delegados o están con la empresa… Quienes estén con los delegados pasen ya por la oficina de personal a retirar el pago… Y ni se les ocurra venir a votar –en referencia a las elecciones convocadas para delegado sindical por la CTA– porque quedan desvinculados de la empresa" (Entrevista a trabajador del Frigorífico Logros S.A.)

Habitualmente la información que circula por los medios refiere a expresiones de protesta protagonizadas por grupos sociales que hace décadas se encuentran sin trabajo. Situaciones de conflicto que a partir de la mediatización de las que son objeto se construyen como ‘casi naturaleza’ (la imagen usual de la comunicación mediática del pronóstico del clima junto al ‘estado del piquete’ para ‘cuidar’ la salida de los ‘ciudadanos’ al peligroso espacio público de la calle).

Pero lo que no aparece, es menos visible y hasta invisibilizado, refiere a conflictos de aquellos colectivos y grupos que tienen trabajo. Sólo dos ejemplos, en contextos y sectores productivos diferentes: la lucha de los trabajadores en la ciudad de Córdoba de los Call Center y el conflicto en la cercana ciudad de Río Segundo en un sector productivo vinculado a la carne.

En el espacio de la ciudad de Córdoba -donde es posible un mayor anonimato- uno de los recursos expresivos mas utilizados en las protestas de los jóvenes trabajadores telefónicos fue usar máscaras para no ser reconocidos. Pero en una localidad mas pequeña ‘donde todos se conocen’ la escala de la interacción hace que quienes trabajen en un lugar no sólo saben quien sos, sino que haya familias enteras vinculadas a un mismo lugar de empleo: como en el caso del tradicional frigorífico del pueblo. Al decir de A. Scribano, "el protestante está a la vista" y si se lo ve, queda expuesto al castigo él, su familia, sus amigos.

Por esto el fantasma social de "perder todo si se enoja el patrón" no es una construcción delirante de quien lo enuncia, sino que refiere a prácticas que han configurado esta expectativa. Pero asociado a este fantasma se encuentra también una fantasía: qué sería de la pequeña ciudad sin el frigorífico. El "progreso y el trabajo" que de manera casi desinteresada trae el patrón con su emprendimiento, la "modernidad" de sus inversiones tecnológicas y la promesa del "primer mundo" son aspectos que construyen una fantasía inaccesible para la mayoría de los habitantes de Río Segundo.

Para ellos solo quedan las afecciones de sus cuerpos como consecuencia de los efectos de una actividad donde la tecnología no está puesta al servicio del cuidado de los residuos contaminantes que produce, ni de los cuerpos-que-trabajan. Para ellos, estas relaciones con el "primer mundo" solo se viven desde el lugar de las "consecuencias no deseadas" de un modelo que territorializa (en los países coloniales, en ciertos sectores de la ciudad o pueblo) los efectos de la depredación de los sujetos supernumerarios y los bienes comunes.

La definición de la situación conflictual que hacen aquellos delegados alejados de la burocracia parte del reconocimiento del carácter estructuralmente antagonista de la relación laboral. La visceralidad del antagonismo se expresa en la voz de uno de los protagonistas que repudia el ser tratado como objeto: "no pueden hacernos a nosotros lo que le hace a las vacas". Aquí no es solo el "cuchillo del carnicero de cuello blanco" el que configura la situación del trabajador, sino que -como en muchos otros casos en nuestro país- la trama de este conflicto muestra que el despido de dirigentes gremiales es apenas un síntoma de la degradación y avance contra los derechos y las condiciones laborales.

Para completar entonces la imagen del "matadero", no se puede comprender "el corte de las cabezas de los delegados" sin la connivencia en estos conflictos entre la justicia local, las redes de conexiones políticas y las prácticas de sindicatos "empresarios". No se puede analizar el impacto de las "consecuencias no deseadas del progreso" sin poner en cuestión la relación entre "los patrones de estancias", las administraciones coloniales y los procesos de entrega de los bienes comunes.

Acompañando a estos trabajadores perseguidos, el Programa de estudios sobre Acción Colectiva y Conflicto Social hace suyo el reclamo en contra de la criminalización y judicialización de la protesta, destinado a callar las voces que denuncian que hoy se carnea a la gente. En las puertas del Bicentenario de la Patria, Río Segundo nos muestra "La argentina que no fue": Las penas siguen siendo de nosotros y las vaquitas ajenas.

Fuente: Programa de Estudios sobre Acción Colectiva y Conflicto Social Centro de Estudios Avanzados-Unidad Ejecutora CONICET.

Fuente: lafogata.org