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Argentina, la lucha continua....

Chaco: Sociedades de desmontes

Rolando Núñez
COPENOA

Por la burocracia y la corrupción que campean en los organismos del Estado, los desmontes terminaron por ser grandes emprendimientos que benefician a sectores concentrados del poder económico, con el último gran beneficio derivado del anonimato de las sociedades organizadas para devastar el ambiente y la biodiversidad del Chaco.

Durante la gestión de Rozas presenciamos un festival de desmontes y aprovechamientos forestales, legales y clandestinos, muchos de ellos vinculados con el saqueo de las tierras fiscales. El festín continúo durante la gobernación de Nikisch; sin embargo; vale apuntar que se prohibieron los desmontes a través de un decreto dictado por este gobernador en el año 2006. A pesar de la prohibición y de la veda que se dispusiera, los desmontes clandestinos continuaron ante la inercia y complicidad del Ministerio en cuya órbita funcionaban las subsecretarias y las direcciones que debían actuar como órganos de aplicación de la ley. Todos operaron bajo los efectos de la burocracia y de la corrupción, por la fuerte influencia de los intereses agropecuarios y forestales, que ganaron la partida y que asociados se apropiaron de los re-cursos naturales, públicos y privados. Mientras tanto, quienes debían aplicar las leyes miraban para otro lado y engordaban sus bolsillos

Sin controles y con impunidad

No existieron programas ni acciones de prevención. Todo el Chaco se transformó en un territorio libre de controles, a satisfacción de los barones de las topadoras y de las motosierras, que actuaron impune-mente, con total desparpajo. En el mejor de los casos, excepcionalmente, se actuaba sobre los hechos consumados, tras la gastada práctica de confeccionar multas que finalmente se dejan sin efecto, se anulan o se permutan por forestaciones que no se realizan, lo que de hecho ha potenciado las acciones de-predadoras contra el monte y los recursos naturales, con un fuerte daño ambiental y social en las regiones en donde los desmontes y los aprovechamientos se llevaron a cabo sobre suelos no aptos para la agricultura y frágiles o muy frágiles, lo que contribuyó a encadenar los cambios climáticos que se han manifestado en el curso de los últimos años, con largos periodos de sequías, seguidos de lapsos cortos de lluvias intensas e inundaciones . Paralelamente, aumentaba el número de incendios forestales, fundamentalmente en los Departamentos Maipú, Brown y Güemes, muy especialmente en las zonas de Concepción del Bermejo, Pampa del Infierno, Los Frentones y Río Muerto. Muchos de estos incendios fueron intencionales, que se desataron para "hacer campo" para la agricultura. La antesala de estos operativos fueron las autorizaciones con-cedidas por la Dirección de Bosques con el pretexto de auspiciar las explotaciones silvo-pastoriles. Desmantelamiento de la Dirección de Bosques

En el esquema diseñado, los permisos para aprovechamientos forestales se tramitaban y evaluaban con la intervención de los mismos técnicos, organizados como se estila en las sociedades anónimas; cada uno de ellos ha cumplido un rol y una función, que sumados permitieron la tremenda devastación que hoy presenciamos. Esto pasaba desapercibido por el gran desorden administrativo imperante, por el pésimo funcionamiento de todas las áreas, especialmente la de inspección y fiscalización. Las urgencias de los subsecretarios, directores y funcionarios jerarquizados pasaban por tramitar aceleradamente el otorgamiento de los permisos forestales, y a cerrar los ojos ante los desmontes clandestinos. De esta manera se fabricaban los beneficios individuales de una tarea colectiva destinada a quedarse con los re-cursos naturales, que es la última propiedad colectiva de los chaqueños, que son los ciudadanos más pobres de la Argentina.

Un largo proceso de deterioro de las estructuras de la Dirección de Bosques terminó en una suerte de desmantelamiento del organismo. Los aprovechamientos forestales y desmontes, legales y clandestinos, fueron los resultados de la combinación de los intereses de productores forestales y agrícolas con las sociedades integradas por técnicos que tradicionalmente manejaron las estructuras de este organismo. Ganaba la pulseada la tropa de técnicos y funcionarios, que mediante una serie de artilugios generó el desastre social ambiental que hoy presenciamos. La mayoría de los trámites se iniciaban y terminaban en los domicilios particulares de algunos de ellos, especialmente de los más conspicuos funcionarios del ministerio, de las subsecretarias y de las direcciones. Negocios ilegales

Se fueron concretando los negocios ilegales a través de trámites y procedimientos más o menos irregu-lares. En todos los casos, se violaba la ley de la mano de funcionarios prestos y complacientes que prosperaban llamativamente.

El tráfico de guías era un hecho innegable. El blanqueo de guías desde carpinterías para el uso tánico era una constante. La comercialización admitía todo tipo de recursos y estrategias. El valor de cada guía en este intenso tráfico era proporcional al valor maderable de los productos. La unidad comercial era y es la madera, desagregada de su inmenso valor ambiental y social. Fiscalización funcionaba con aparen-te normalidad; sin embargo, el tráfico de guías y de productos se hacia cada vez más intenso.

El remate de los efectos devastadores de las explotaciones forestales fueron los desmontes para destinar las tierras a la agricultura. Sumados, justifican el actual desastre ambiental en marcha, con la fuerte ex-pulsión del pequeño productor y minifundistas, que son población sobrante y molesta para el actual sis-tema productivo, salvo para los carboneros y obrajeros que explotan a la peonada pagándole 10 pesos por día, generalmente a cambio de mercaderías que proporcionan a precios de estafa. Las topadoras

Se producían y se llevan adelante topados de monte en todo el territorio chaqueño que aun cuenta con bosques nativos. Concepción del Bermejo, Pampa del Infierno, Los Frentones, Castelli, Tres Isletas, Avia Terai y Hermoso Campo, entre otras localidades, sufrían los embates de las topadoras. Otras regiones, directamente parecían zonas liberadas, como ocurría en General San Martín, Pampa del Indio y Roca. El Departamento Bermejo también soportaba la avanzada de las topadoras y de las motosierras. Mientras tanto, cada vez funciona peor la estructura funcional de la Dirección de Bosques en el interior del territorio chaqueño. Se potenciaban los negocios ilegales de guías y especies forestales mientras se repetían los topados y la quema de los resto forestales. Muchos de esos trámites se iniciaban en los domicilios particulares. El área informática no funcionaba o funcionaba muy mal, lo que de hecho facilitaba los negocios ilegales y los desastres sociales y ambientales sobrevinientes. Las topadoras operaban impunemente. Le seguían los pisamontes. Los rolos eran cada vez más grandes y más destructores. Los productores/desbastadores competían en el hecho de contar con la topadora y los rolos más grandes y más pesados. Destruían todo en menos jornadas de desmontes. Se ufanaban que ganaban más dinero porque los equipos eran más eficientes en la tarea de topar el monte, de modo que aumentaba la productividad.

Esta carrera demencial fue creciendo y parece que no tiene fin, sino la destrucción completa del ecosis-tema chaqueño.

La matriz que se repite

Con la administración de Capitanich continua la matriz destructiva que suponen los aprovechamientos forestales y los desmontes. La actividad devastadora continua intacta. Los intereses forestales y agríco-las ganan la pulseada de la mano de las sociedades anónimas que integran funcionarios y técnicos. Las fiscalizaciones y las auditorias son absolutamente deficientes. La localización y el funcionamiento del sistema georeferencial aparenta una fiscalización que no es tal, lo que finalmente determina el aumento de las explotaciones y de los desmontes, total todo se explica finalmente por los desbordes y por el pé-simo funcionamiento de lo sede central de la Dirección de Bosques. La Dirección de Suelos sigue la misma suerte de auspicios y objetivos, hasta con la intervención de funcionarios en consultarías que dictaminan de manera complaciente o permisiva para que continúen el festival que arrincona la riqueza y biodiversidad, cuyo frágil saldo actual está en vía de extinción. Mientras tanto, la provincia oculta información; sin embargo, tenemos un Chaco desmontado, con un bosque nativo muy frágil y muy lastimado, lo que ha producido una notable degradación socio-ambiental y profundos cambios climáticos que acusamos a la naturaleza sin atinar ha asumir las responsabilidades que derivan de nuestras propias acciones destructivas.

El desmonte de cada día

El desmonte que encontramos corresponde al ex campo Alonso, ubicado en Pampa Regimiento, aproximadamente a 16 kilómetros de Avia Terai. La topadora que utilizaron tenía silenciador y operaba de noche. En lo que aparentaba un deslinde, se desmontó 50 hectáreas. En un silvo-pastoril, se desmon-taron aproximadamente 100 hectáreas para ser destinadas a la agricultura. Estos desmontes se produje-ron en el curso de los meses de agosto y septiembre. Las imágenes son suficientemente reveladoras, a pesar de que no encontramos antecedentes que hayan autorizado los desmontes para deslinde y silvo-pastoril. Parece que todo fue y es ilegal, de manera que si existieron autorizaciones, las mismas han sido totalmente desnaturalizadas porque todo desembocó en desmontes abiertos. Mientras tanto, los orga-nismos del Estado continúan efectuando publicaciones a través de las cuales ponderan sus propias gestiones, en una suerte de estrategia alocada y desconcertante. Baten el parche mientras los barones de las topadoras y motosierras continúan avanzando y destrozando el ambiente y la biodiversidad. Todos o casi todos actúan con total y absoluta impunidad.

Rolando Núñez es Coordinador del Centro Mandela.

Fuente: lafogata.org