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Argentina, la lucha continua....

Argentina: Indeseables

Carlos del Frade
APE

El mayor símbolo del poder económico que recorre la vida cotidiana de los argentinos es el billete de cien pesos.

En su cara, Julio Argentino Roca, en el anverso, una clásica réplica del cruce del río Limay que dio inicio a la llamada conquista del desierto.

No había desierto. Había pueblos originarios.

Inventaron el desierto. Mataron para robar. La fórmula clásica del capitalismo.

Por eso el mayor símbolo del poder económico en la vida cotidiana de los millones de argentinos sea la referencia del primer terrorismo de estado en la Argentina del siglo diecinueve.

Cuando se estaba perpetrando aquel despojo de tierras y vidas originarias, en la gran provincia del país naciente, la de Buenos Aires, algunos militares, asesorados por financistas y terratenientes sugirieron exterminar a los pampas y ranqueles por medio de cobijas infectadas de distintas enfermedades.

La idea era quedarse con sus tierras y construir la provincia más rica del país a instancia de la muerte de los ya condenados.

Eso puede leerse todavía en las memorias de los soldados que participaron de aquella línea de fortines que parecía marcar el límite del país de los argentinos.

Hubo varias formas de matanza en la historia de la provincia más grande e importante de estos arrabales del mundo.

El criterio, en definitiva, era siempre el mismo.

No todos tenían derecho a la vida.

Algunos debían conformarse con sobrevivir y poco más.

A principios del tercer milenio, cuando queda menos de dos años para que el país cumpla doscientos años de su sueño colectivo inconcluso parido en las jornadas de mayo de 1810, las consecuencias de aquella lógica se repiten en las noticias que atraviesan el mayor estado de la República.

La información sostiene que "investigadores del Hospital de Niños, el ministerio de Salud y la Comisión de Investigaciones Científicas detectaron que casi la mitad de los chicos de entre 1 y 2 años de Arturo Seguí presenta signos claros de malnutrición".

El estudio -realizado por el Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas "Dr. Fernando Viteri" del Hospital de Niños de La Plata junto a personal del Centro de Salud- revela que la anemia y la deficiencia de hierro son una constante en más del 40 por ciento de los chicos evaluados. "Producto de ello, al menos un tercio de esa población infantil (el 35,2 por ciento) presenta ya baja talla para su edad, una de las manifestaciones del retraso de crecimiento crónico. Considerada una forma de desnutrición oculta, la anemia por falta de hierro tiene consecuencias especialmente críticas para quienes se encuentran en edad de desarrollo, y en particular tienen menos de dos años. Además de ser una de las principales causas de morbilidad infantil, puede producir daños irreversibles en el desarrollo físico e intelectual de los chicos. Tal es la perspectiva que enfrenta casi uno de cada dos hijos pequeños de familias carenciadas en Arturo Seguí, una localidad cuyos índices de necesidades insatisfechas no difieren de los registrados en otros bolsones de pobreza del Gran La Plata", agrega la noticia.

Continuidad de aquellas estrategias de mantenimiento de la riqueza en pocas manos tan habituales en la segunda parte del siglo diecinueve.

En el principal estado argentino sigue habiendo indeseables para los distintos poderes.

Fuente: lafogata.org