VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Nuestro Planeta

Precios en aumento

Gustavo Duch Guillot y Miquel Ortega

Con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo un peri�dico hemos tomado conciencia del aumento de los precios de los productos agr�colas en casa y en todo el planeta. Aunque el aumento no afecta todos los productos, lo hace, s�, sobre algunos de los m�s importantes, en particular los cereales y el arroz. Por ejemplo el trigo ha aumentado en un a�o 130 por ciento su precio, el ma�z 38 por ciento y el arroz ha subido 36 por ciento su precio en dos meses.

Seg�n la FAO, el peso del aumento de precios internacionales ya se empieza a notar en los pa�ses con la ciudadan�a con menos recursos de todo el mundo. Por ejemplo en Costa de Marfil los precios del arroz se han doblado respecto al a�o anterior (marzo 2007-08). En Senegal los de trigo se han duplicado (febrero 2007-08) y los del sorgo han aumentado 56 por ciento. En el mercado de Dawanau, en Nigeria, los precios del sorgo se han duplicado en cinco meses. En �frica del este, en Somalia, el precio de la harina de trigo en la zona norte se ha triplicado en un a�o. En Khartoum, Sud�n, el del trigo es 90 por ciento superior al a�o pasado. En Uganda, el ma�z en marzo de 2008 hab�a aumentado 65 por ciento respecto al �ltimo septiembre. En Tajikistan, el pan cost� en febrero el doble que el a�o pasado; en Armenia era una tercera parte superior al del a�o anterior. En Hait� los precios alimentarios han aumentado entre 50 y 100 por ciento en un a�o, y as� una larga lista.

A nivel macroecon�mico para muchos de los pa�ses empobrecidos importadores netos de alimentos esta situaci�n es un riesgo, pues su balanza exterior se va a desequilibrar, aumentando el riesgo de endeudamiento. Pensemos que para el conjunto de los pa�ses menos desarrollados se calcula que el aumento de los precios va a sup0oner un alza en sus importaciones agr�colas asociadas a los cereales de 56 por ciento respecto al a�o anterior, a�o en el que ya aument� 37 por ciento.

Como respuesta algunas naciones est�n desarrollando ya planes para aumentar la producci�n interna de alimentos (como Mal�) y as� disminuir la dependencia exterior, junto con medidas para evitar exportaciones de producci�n interna (como Bolivia, aunque la oligarqu�a cruce�a trata de impedirlo). Es decir, medidas en favor de su soberan�a alimentaria. Los pa�ses que opten por este modelo de soberan�a alimentaria deber�n enfrentarse a las limitaciones impuestas en algunos tratados de libre comercio para poder priorizar el comercio de proximidad frente al comercio global de alimentos y frente a las oligarqu�as locales para equilibrar un acceso justo a los recursos productivos. Es una apuesta contra los patrones pol�ticamente correctos y contra los patrones amos del mundo.

Pero tambi�n la situaci�n de un aumento en los precios puede acabar generando ?debido al desequilibrio macroecon�mico en los estados con menos recursos y actividades alternativas de exportaci�n? un nuevo impulso de las pol�ticas de apertura econ�mica en el sector agr�cola y pecuario, ignorando los impactos sociales del modelo agroexportador sobre los campesinos y habitantes del �mbito rural, la p�rdida cultural que supone la opci�n mayoritaria de un consumo centrado en pocos productos que son aptos para el comercio internacional, y los impactos ecol�gicos y sobre la salud asociados a la no adaptaci�n en el entorno de los m�todos productivos, y a los riesgos sobre la salud que estos modelos proponen. En estos pa�ses es importante recordar que la conversi�n de la producci�n de autoconsumo y de comercializaci�n local a modelos de agroexportaci�n requiere de los campesinos una inversi�n de capital importante para poder ser competitivos. Incluso si el precio es temporalmente alto, es necesario comprar maquinaria, semillas optimizadas, insumos diversos (fertilizantes, pesticidas, etc�tera). La obtenci�n de capital por parte de los peque�os campesinos pasa por el endeudamiento de los mismos, asumiendo as� un riesgo que en el pasado ya caus� grandes problem�ticas cuando se produjeron fluctuaciones r�pidas en el precio. Los ejemplos de Argentina y buena parte de �frica nos mostraron las consecuencias para los peque�os y medianos agricultores de las fluctuaciones en el precio: despoblaci�n rural, tensiones sociales, etc�tera.

Es la hora de optar por un modelo. Es la hora de la soberan�a alimentaria.

Gustavo Duch es director de Veterinarios Sin Fronteras;
Miquel Ortega, coordinador de la comisi�n de deuda ecol�gica de la RCADE

Fuente: lafogata.org

������