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Medio Oriente - Asia - Africa

Muamar al Gadafi despliega su jaima en El Pardo
El coronel ya s� tiene qui�n le reciba

Antonio Salvador
Rebeli�n

Libia, 1 de septiembre de 1969. Un grupo de j�venes oficiales, encabezados por el veintea�ero capit�n Muamar al Gadafi, da un golpe de Estado contra el rey Idris I, derribando la monarqu�a e inaugurando una etapa decisiva en la historia de �frica. Gadafi, ascendido enseguida a coronel, estableci� un socialismo muy sui g�neris, influenciado por el panarabismo de Gamal Abdel Nasser, presidente de Egipto entre 1952 y 1970.

Tr�poli (Libia), 15 de abril de 1986. La VI Flota de los EEUU bombardea la residencia del l�der libio, asesinando a Jana, hija adoptiva del coronel, y a otras 36 personas. El presidente imperial Ronald Reagan justific� el ataque por la supuesta participaci�n (luego demostrada) del servicio secreto libio en el atentado terrorista contra la discoteca La Belle, en Berl�n, perpetrado 10 d�as antes y en el que fallecieron tres personas (entre ellas un soldado usamericano).

Hotel Hacienda La Boticaria (Sevilla, Espa�a), 15 de diciembre de 2007. El coronel Gadafi cena en privado con el ex presidente espa�ol Jos� Mar�a Aznar, y con su esposa, la concejala Ana Botella. Rodeado de impresionantes medidas de seguridad, agasajado por un s�quito fara�nico, Gadafi consume las primeras horas de su visita a nuestro pa�s, compartiendo mesa y mantel con el flanco m�s d�bil del llamado Tr�o de las Azores.

Estas tres escenas que acabo de pintarles, de esbozarles someramente, reflejan a la perfecci�n la evoluci�n ideol�gica y geoestrat�gica del gu�a supremo de la Gran Jamahiriya �rabe, popular y socialista, durante los �ltimos 38 a�os. Tres estampas que ilustran al profano sobre la manera de actuar de los gobiernos occidentales, esos que se dicen defensores de la democracia y de los derechos humanos.

La revoluci�n libia empez� a diluirse tras la desaparici�n f�sica de Nasser, por mucho que la ret�rica de Gadafi enmascarara su propio declive moral. Extendiendo su particular visi�n del socialismo por el continente africano, sosteniendo a dictadores tenebrosos c�mo el ugand�s Idi Amin Dada, financiando acciones terroristas, en ocasiones contra objetivos civiles, la tercera v�a del coronel se fue hundiendo en el fango de la realpolitik internacional.

Enemigo p�blico n�mero uno del imperialismo yanqui, en la �poca en que el hoy ejecutado Sadam Hussein gozaba de la protecci�n y del amparo de Washington, a la vez que el teniente coronel Oliver North vend�a armas a los iran�es, a cambio de dinero contante y sonante con el que alimentar la Contra antisandinista. Satanizado por la gran prensa, caricaturizado, deformado y exagerado su potencial real, Muamar al Gadafi aguant�, pasando a un segundo plano en la escena mundial, cediendo el testigo a Slobodan Milosevic o al mentado Sadam, nuevos archimalignos en el teatro de operaciones de este jodido planeta.

Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar, cuenta el refr�n. Cuando EEUU invadi� Irak en marzo de 2003, derrocando al r�gimen baazista y sumiendo al pa�s en un caos del que todav�a no se ha recuperado, el coronel entendi� que los tiempos hab�an cambiado. Seguro que observ� la captura de Hussein, barba enmara�ada de meses, aspecto lamentable, afeitado prontamente por un diligente marine, y se dijo a s� mismo que �l no quer�a acabar as�, pr�fugo de la soldadesca usamericana, escondido como una alima�a.

As�, el glamuroso coronel acab� negociando con sus adversarios hist�ricos, pactando con los imperialistas a los que siempre denigr� en sus discursos, arruinando el poco perfil revolucionario que conservaba. Regalando caballos a Aznar, chalaneando con Sarkozy, organizando conciertos con Jos� Carreras y Lionel Richie.

Sadam acab� en la horca, Muamar despliega su jaima en El Pardo. Comprueben ustedes la enorme diversidad de destinos de los que puede gozar un s�trapa en la era del capitalismo globalizado. Sigan los telediarios, no se pierdan las tertulias radiof�nicas, a ver si escuchan a alg�n locutor rese�ar el tenso enfrentamiento verbal entre el capit�n general del glorioso Ej�rcito espa�ol (alias Juan Carlos de Borb�n) y el coronel libio de la chilaba. Disfrutar�a con un presentador cualquiera, despein�ndose por la emoci�n, jaleando al monarca y ninguneando a Gadafi. Llorar�a de emoci�n, cr�anme.

Esta situaci�n nunca llegar� a producirse. Porque Su Gangosa Majestad sabe muy bien a qui�n manda callar. Porque el jefe de mi Estado es reh�n de un complicado juego de alianzas por el que se sustenta la hegemon�a del Imperio. Y en estas horas, ese deshilachado Gadafi es un pe�n en manos de los fulleros que nos gobiernan. Estos ganapanes de la democracia s�lo se atreven con los malditos, con los peligrosos para los mezquinos intereses a los que sirven. Pongamos que hablo de Hugo Ch�vez.

Cu�dese, mi querido coronel. Ya se deleit� usted con la rica gastronom�a andaluza ri�ndole las gracias al personaje de opereta (Aznar�n) y a la relamida de su se�ora esposa. Ahora, le toca escuchar a Zapatero sin emitir ronquidos, posibilidad profundamente remota, dada la capacidad del susodicho para aburrir a la pe�a. Le veo muy desmejorado, ser� cosa de la edad, o un efecto secundario de la cirug�a est�tica.

El capitalismo avanza que es una barbaridad. A los viejos revolucionarios les afeitan los pitones, y mano de santo. El le�n de Libia no era ni tan fiero ni tan le�n. Ni dientes le quedan, al animalico.

Descanse en paz, Gadafi. Es cierto, usted no ha muerto, todav�a. Su causa s�, sin embargo. El Socialismo de verdad, el que no podr� usufructuar ning�n tirano, aquel que resistir� las ofensivas del sistema, vivir� para siempre en el coraz�n de los hombres. (Y de las mujeres, no vayan a poner precio a mi cabeza las feministas de sal�n).

http://socialismoeslibertad.blogspot.com/

Fuente: lafogata.org

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