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Latinoamérica

Raposa Serra do Sol: la guerra colonial en el siglo XXI

Paulo Maldos *
Revista Desacato
Traducción de Juan Luis Berterretche

"El indio se perfila, como un enigma que al descifrarlo tiene el poder de revelar nuestro rostro. Este rostro es con frecuencia, feo, mezquino, arrogante, ambicioso, impersonal, violento. Delante de aquello que es diferente de nosotros, somos obligados, en términos de existencia, a cuestionar nuestra ilusión de omnipotencia y la mentirosa hegemonía que nos transforma en usurpadores y falsos señores del mundo."
(Helio Pellegrino, a partir de conversaciones con Noel Nutels, en Lucidez Embriagada, Editora Planeta, São Paulo, 2004).
 
Relatos recientes de las comunidades indígenas de la Tierra Indígena Raposa Serra do Sol dan cuenta de incursiones en aquella área de extensas caravanas de hacendados en camionetas "off road" protegidas por guardias armados en moticicletas. Estas caravanas ingresan a la región y se detienen en lagos, cascadas y otros lugares sagrados de los pueblos indígenas, aparentemente para conocer, filmar y fotografiar. Entre los participantes de esas caravanas exploratorias están los arroceros invasores, principalmente su líder, Paulo César Quartiero.
 
Es importante recordar que estos invasores andan anunciando planes de ampliación de la invasión de la tierra indígena, habiendo Quartiero advertido, en más de una ocasión, que ya compró y almacenó 8 mil postes de cerca con el propósito específico de ampliar la invasión tan pronto sea posible. En más de una ocasión ese invasor también avisó que no va a aceptar un resultado negativo para sus negocios por parte del Supremo Tribunal Federal. "Voy aceptar ser robado sin reaccionar? responde Quartiero al preguntarle lo que hará si el Supremo confirma que los hacendados deben salir " (diario Valor Económico, 30/05/2008).
 
Está claro que la disputa por aquella tierra indígena es vista por los hacendados del agronegocio y por sus fieles aliados políticos y militares como una continuidad de la guerra colonial en nuestro país. Se trata de conseguir volver a "reduzir o gentio" en favor de la gran empresa económica neo-colonialista, permitiendo la continuidad de la marcha inexorable del desarrollo capitalista hasta las últimas fronteras de la región amazónica.
 
Como, desde el punto de vista teológico, en los siglos XVI y XVII se discutía si los indios "tenían alma", hoy esta discusión está recolocada bajo el disfraz ideológico de si los indios tienen condiciones o no de defender la soberanía nacional en las fajas de frontera. En verdad, la discusión subliminar es si los pueblos indígenas poseen nuestra misma "alma nacional" verde-amarilla, blanca y occidental y si son, por lo tanto, confiables a nuestra sociedad y a nuestro Estado.

Lo que los invasores de Raposa Serra do Sol esperan, con su eventual victoria en el Supremo Tribunal Federal, es una especie de "testimonio" de la Suprema Corte de la Nación afirmando simbolicamente que los pueblos indígenas "no poseen nuestra misma alma nacional, no son confiables" y que debemos, por lo tanto, retomar la guerra colonial para su reducción y dominación definitivas. Tal guerra colonial comenzaría por el no reconocimiento de su territorio tradicional -base y fuente primera de las sociedades indígenas, de sus memorias, de sus mitos, de sus religiones y de sus culturas.

Este "testimonio" deberá ser eficazmente utilizado por invasores en todo el país, para multiplicar los recursos y anulaciones de procesos administrativos de identificación, de demarcación, de homologación y de registro de territorios indígenas ya realizados. En total, 464 tierras indígenas ya fueron identificadas, demarcadas u homologadas en Brasil. Acciones judiciales buscando retomar esas tierras para el mercado deberán proliferar, con vistas a un verdadero "El Dorado" para el agronegocio, además de nuevas fortunas para los grandes escritorios de abogacía.

Hacendados de varias partes de la Amazonia de Mato Grosso a Pará, están preparando caravanas de camionetas "off road" hasta Roraima, habiendo anunciado que se reunirán en Pacaraima (Roraima), donde Paulo César Quartiero es alcalde, el día 11 de agosto próximo, para exigir una posición favorable a sus intereses por parte del Supremo.

Este gesto de la clase propietaria rural tiene claramente un objetivo: anunciar a la sociedad brasileña que la guerra colonial está a punto de ser retomada, con la esperada decisión del Supremo Tribunal Federal. Esta decisión sería una especie de "señal", que daría inicio a una ampliación sin límites de ese agresivo "movimiento neocolonialista" agrario brasileño.

Las diversas caravanas de hacendados en camionetas "off road" en el interior como fuera de la Tierra Indígena Raposa Serra do Sol, anuncian que la era de los "bandeirantes" vuelve, de esta vez modernamente motorizados, partiendo de Juína (Mato Grosso) y otros municipios amazónicos y llegando a Pacaraima; partiendo de las haciendas ilegales de arroz y llegando a los lugares indígenas sagrados, lagos y cascadas, determinados a atropellar en su pasaje los derechos constitucionaes de los pueblos indígenas de Brasil. 

Al final, por encima de todo, los hacendados del agronegocio no admiten ser "robados por el Supremo Tribunal Federal".

Brasília, 30 de julio de 2008.
 
* Asesor Político del Consejo Indigenista Misionario (Cimi)

Fuente: lafogata.org