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Argentina: La lucha continúa

Dicen que Picolotti es el principal problema ambiental del país

Primera fuente

La titular de la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación junto a funcionarios calificados como 'incompetentes' son vistos por una ONG como los máximos responsables de la crisis ambiental que se vive en el país. La destrucción de los bosques nativos y las cuencas hídricas, la disminución de la resistencia ambiental de distintos ambientes al cambio climático y las explotaciones mineras encabezan un ranking de los principales diez factores antiecológicos de Argentina.

La secretaria de Medio Ambiente de la Nación, Romina Picolotti, carga en sus espaldas con la nefasta designación de haber sido elegida a la cabeza de un ranking sobre 'los diez principales problemas ambientales de Argentina'. Según una clasificación elaborada por la ONG Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM), 'la continuidad en sus cargos de funcionarios públicos incompetentes, con Romina Picolotti a la cabeza, la inexistencia de políticas ambientales concertadas y la corrupción', son la máxima dificultad existente a la hora de preservar al medio ambiente.

El segundo lugar lo ocupa la destrucción de los bosques nativos para la plantación de soja y otros cultivos industriales, y la obtención de maderas, leña y carbón vegetal. El podio es completado por la destrucción de ambientes originales como arbustales, bosques y pastos naturales. 'Para que un país mantenga estabilidad ambiental necesita que por lo menos el 50 por ciento de cada ambiente nativo se conserve. Lamentablemente, en Argentina ya se destruyó más del 80 por ciento de la superficie cubierta con bosques nativos', se sostuvo.

En tanto, la cuarta ubicación tiene que ver con la destrucción de las principales cuencas de captación hídrica en Argentina. Las zonas montañosas son utilizadas para la localización de grandes yacimientos mineros (casos Pascua Lama, Veladero, Gualcamayo, Minera Alumbrera, Agua Rica, Sierra Pintada, Cerro Vanguardia, entre otros); cultivo de soja, papa y pinos exóticos (en serranías de Córdoba), y la expansión descontrolada de la urbanización en faldeos. 'Todos los supuestos beneficios económicos sumados de estas actividades representan migajas frente al valor incalculable de tener fábricas de agua en buenas condiciones. Sin embargo, los gobernadores de San Juan, La Rioja, Catamarca y Mendoza parecen olvidar que sus provincias son semiáridas, y que no se pueden regar los viñedos y los frutales con oro, regalías y espejitos de colores', manifestaron en FUNAM.

La Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM) tiene su sede originaria en Córdoba y, como ONG, integra la UICN (Unión Internacional para la Naturaleza); el Consejo de Organizaciones Ambientalistas de Córdoba (Argentina); la Red Nacional de Acción Ecologista, Argentina (Renace) y diversas entidades de origen internacional. Su presidente, Raúl Montenegro, fue premio Nobel Alternativo en 2004 y es profesor titular de la cátedra de Biología Evolutiva de Universidad Nacional de Córdoba.

El resto del ranking

El quinto lugar del escalafón armado por la entidad ecologista lo ocupa la disminución de la resistencia ambiental de distintos ambientes al cambio climático y a otras alteraciones severas. La implementación de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) que prevé el Protocolo de Kyoto y sus agregados reducen la emisión de dióxido de carbono pero no aumentan la resistencia ambiental. 'Al día de hoy, la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación no tiene ninguna política de conservación y aumento de la resistencia ambiental', agregaron.

Posteriormente continúa el uso irracional de cursos de agua como proveedores ilimitados de líquido y como basurales abiertos para desechos industriales, urbanos y agrícolas. El séptimo casillero tiene que ver con la ausencia en el país de una política de desarrollo agropecuario balanceado y sustentable. 'Predomina la expansión salvaje de monocultivos transgénicos que reducen peligrosamente la diversidad de productos, incentivan los desmontes, destruyen los suelos, y contaminan con plaguicidas el ambiente y las personas'.

Los últimos puestos son ocupados por la carencia de estadísticas precisas de morbilidad (registro de enfermedades) y de mortalidad por causas ambientales (por contaminación química, por contaminación microbiológica de agua, suelos y alimentos, por contaminación del aire urbano, por contaminación radiactiva, por contaminación no ionizante, etc.). El noveno puesto es la falta de aplicación de la evaluación de impacto ambiental en la mayor parte de las obras, radicaciones y decisiones, públicas y privadas.

El décimo puesto es el incentivo que el Gobierno nacional otorga a la radicación de explotaciones de yacimientos de uranio y de energía nuclear sin consulta previa. 'La mayoría de las minas de uranio cerradas siguen contaminando el ambiente porque no fueron remediadas. Tampoco se comunica a la población las descargas rutinarias y accidentales de sustancias radiactivas desde las centrales de potencia (por ejemplo, Atucha I o Embalse)', concluyó el informe de la Funam.

Fuente: lafogata.org