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Argentina: La lucha continúa

Nacional y popular se traduce en aparato burócrata y empresarial

Prensa de Frente

Dando por cerrada la crisis de representatividad en Argentina, que tuvo su pico de efervescencia popular desde diciembre de 2001 a junio del siguiente año, el sistema reacomoda las cargas.
            Nestor Kirchner ya ha anunciado públicamente su intención de convocar a la conducción de la CGT, a los peores nombres del justicialismo nacional y a dudosos lideres de supuestos movimientos sociales a la misma mesa de conducción del Partido Justicialista, garantizando que las corporaciones empresarias reunidas en la UIA no queden afuera del nuevo paraguas: episodios recientes de un nuevo proyecto nacional y popular que cada vez más, es más de lo mismo.
            A diferencia de lo ocurrido en la última década en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, en la Argentina las luchas populares contra el neoliberalismo no lograron concretar un proyecto institucional acorde a sus reclamos. Por diversas razones, que tienen que ver entre otras cosas, con la falta de un proyecto alternativo y herramientas políticas con poder de disputa real frente a los sectores dominantes y con la fragmentación de un campo popular todavía en recomposición tras la devastadora derrota de los ´70, quienes tomaron las riendas y direccionaron el proceso post- 19 y 20 habían sido participes directos del saqueo de los noventa. A cambio, varios dirigentes asumieron su entrada a la estructura estatal como el reflejo progresivo de aquel período de luchas.
            La feroz transferencia de capitales desde los sectores asalariados y desocupados hacia las transnacionales y los grupos económicos de raigambre local que significó la devaluación impuesta por Eduardo Duhalde sentó las bases. Kirchner completó con brillo el trabajo de contener la protesta social. Abriendo espacios ministeriales a algunos de los protagonistas de las luchas de la década pasada y tejiendo, con gestos de fuerte contenido simbólico, alianzas infranqueables con buena parte de los organismos de Derechos Humanos, y una ajustado recostarse sobre la región, el ex presidente supo abrirse camino. El hecho de presentar un oneroso pago de la deuda externa como una jugada "anti imperilista" viene a ejemplificar los amplios márgenes de maniobra de la gestión pinguina. Quienes integran, por fuera de la estructura PJ, el proyecto kirchnerista, se mostraron siempre incapaces de instalarle "agenda" al gobierno.
            José De La Sota, Juan Carlos Romero, y las estructuras del los PJ provinciales, la superbanda de intendentes del conurbano, el duhaldismo, Eduardo Camaño, Roberto Lavagna, los gordos, la CGT, Moyano, Daniel Scioli y la Unión Industrial Argentina, todos tienen lugar en el armado "K", que todavía no muestra límites precisos en reavivar "lo viejo". Lejos quedó la renovación prometida, aquella que se articulaba con el nombre de "la nueva política". Emilio Pérsico del Movimiento Evita, vendría a representar la "pata" interna con que el "nuevo" PJ acoje a los nuevos movimientos sociales, eufemismo oficial para designar organizaciones de desocupados, surgidas hace ya un década, y en las que el dirigente platense no tuvo participación alguna.
            Tras una pretendida reedición del El Proyecto Nacional y Popular, fueron varios militantes los que aceptaron gustosos los espacios ministeriales que el kirchnerismo ofreció y seguirá ofreciendo a cambio de desmovilización. Sectores de la CTA, del Movimiento Libres del Sur, las agrupaciones de "jóvenes" reunidas en "La Cámpora" y GEN, y numerosos espacios menores, gestionan "desde adentro" pero adolecen de invisibilidad para "torcer" el destino de lo que, caracterizan, como "un gobierno en disputa". Todos ellos ensayarán explicaciones cada vez menos congruentes ante los nuevos movimientos de quien encabeza el proyecto.
            Tal como ocurriera con la teatral reacción oficial ante el episodio de las valijas del agente Wilson, prontamente el gobierno estará obligado a un nuevo "gesto" que implique dar línea a sus descolocados apoyos "por izquierda".

Fuente: lafogata.org