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Vientos de despojo en La Venta
M�xico: La militarizaci�n es una constante
asociada a los grandes proyectos empresariales
Silvia Hern�ndez y Sergio de Castro
Noticias de Oaxaca
El pasado 29 de marzo el presidente de M�xico, Felipe Calder�n, inauguraba en
acto solemne la segunda parte del proyecto e�lico La Venta, situado en la regi�n
oaxaque�a del Istmo de Tehuantepec. Mientras declaraba que se deb�an desterrar
"problemas como la corrupci�n, la impunidad, el abuso; problemas como el odio y
la violencia entre hermanos", un operativo militar y policial de 2000 efectivos
resguardaban las inversiones de las trasnacionales realizadas sobre el despojo
de las tierras de los ind�genas y campesinos de la regi�n.
Ya d�as antes, el 3 de marzo, hab�a mostrado el gobierno federal cuales son los
m�todos que utilizar�n para esa "pacificaci�n" cuando 360 efectivos de la
Polic�a Federal Preventiva desalojaron a los ejidatarios de la Colonia 3 de
abril, afectada por La Venta II, que mostraban su descontento y su rechazo ante
un plan que les ha llevado a perder sus tierras a cambio de sumas de dinero
irrisorias y que permitir�n a trasnacionales extranjeras como Iberdrola, Gamesa
o Endesa embolsarse cantidades multimillonarias.
El proyecto de La Venta forma parte del Plan Puebla Panam� (PPP), el cual busca,
a trav�s de pr�stamos con entidades internacionales como el BID y el BM, crear
las infraestructuras necesarias para atraer la inversi�n extranjera en el
contexto de la liberalizaci�n de la econom�a propia de los Tratados de Libre
Comercio. En el caso del �mbito energ�tico, La Venta alimentar� en territorio
mexicano al Sistema de Interconexi�n El�ctrica para los pa�ses de Am�rica
Central (SIEPAC), que une Panam� con Guatemala y que a trav�s de M�xico llevar�
energ�a al mercado estadounidense. Paralelamente, a pesar de que los diferentes
proyectos son vendidos como promesas que permitir�n al pueblo tener un acceso
mejor y m�s barato a la energ�a, �sta, sin embargo, ir� a parar adem�s de al
mercado internacional, a abastecer a los proyectos empresariales extranjeros
como por ejemplo la industria maquiladora.
La militarizaci�n es una constante asociada a los grandes proyectos
empresariales en Am�rica Latina, y una de las bases sobre las que Calder�n est�
basando su mandato. La necesidad de dar garant�as de estabilidad a las
inversiones y a un mismo tiempo, de acallar los estallidos sociales producto del
despojo al que se est�n viendo sometidos los pueblos afectados, van unidos,
junto a un discurso que apela a la paz y al progreso, a una represi�n e
intimidaci�n al que los gobiernos federal de M�xico y estatal de Oaxaca, bien
acostumbrados a esta forma de actuar, no son ajenos. Para Alejo Gir�n,
representante del Grupo Solidario La Venta, "ellos mandan el ej�rcito como
intimidaci�n y para que la gente se vaya acostumbrando a que vamos a tener el
ej�rcito aqu�, y van a resguardar todo esto".
La presencia policial y militar en el Istmo ha crecido a la par que se
generalizaba la repulsa frente a los manejos de las diferentes instituciones en
contra de los ejidatarios, producto de la cual recientemente se ha creado el
Frente Regional de Pueblos del Istmo en Defensa de la Tierra. La Comisi�n
Federal de Electricidad (CFE) y el Comisariado Ejidal de La Venta, promovieron
asambleas fantasma en las que se aprob� la participaci�n en el proyecto de La
Venta II sin la presencia de la mayor�a de los afectados, que no conoc�an de la
celebraci�n de tales asambleas, y en cuyas actas incluso aparecieron firmas
falsificadas. Una decisi�n que pasaba por la firma de contratos de los que los
ejidatarios ni tienen derecho a lectura previa a la firma, ni copia del mismo, y
cuyas cl�usulas han ido modific�ndose unilateralmente, sin el conocimiento por
parte de los afectados de cu�les son las nuevas condiciones contractuales.
Tanto estas pr�cticas como la falta de informaci�n acerca de los impactos
ambientales, sociales y culturales, violan el Convenio 169 de la Organizaci�n
Internacional del Trabajo (OIT) Sobre Pueblos Ind�genas y Tribales en Pa�ses
Independientes, seg�n el cual se debe respetar la libre determinaci�n de los
pueblos "en lo que ata�e el proceso de desarrollo en la medida en que �ste
afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las
tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de
lo posible, su propio desarrollo econ�mico, social y cultural" (Art. 7)
Seg�n los datos que proporciona el Frente, cada ejidatario recibi� $ 1.400
anuales si en sus terrenos se construy� un aerogenerador. Sin embargo los
ejidatarios, a la hora de arrendar sus tierras, no fueron informados de si se
les pagar�a por uso de suelo (para la construcci�n del aerogenerador) o tan s�lo
por derecho de viento, en cuyo caso reciben $ 300. Las cantidades a percibir
antes de la puesta en marcha del proyecto son todav�a m�s miserables: entre $ 10
y 20 anuales por Ha cuando el intermediario entre los ejidatarios y la empresa
recibir�a 7 millones de pesos por un total de 200 Ha. Por resumir: de los m�s de
20 millones de d�lares que generar� La Venta II, menos de 300.000 d�lares ser�n
destinados al arrendamiento de las tierras ejidales. Cifras que, seg�n informaba
Juan Betanzos en la Asamblea del Frente celebrada el pasado d�a 31 de marzo en
Sto. Domingo Ingenio, contrastan con las que se dan en el extranjero en donde
entre el 4 y el 5% del valor de la energ�a generada va a parar a los due�os de
las tierras en donde se ubican los proyectos e�licos, llegando a pagar hasta $
35.0000 anuales por cada aerogenerador.
Un despojo que tratar� de continuar con La Venta III y que tiene en perspectiva
llegar a instalar un total de entre 3.000 y 5.000 aerogeneradores en una de las
regiones de paso de aves migratorias m�s importante del mundo. Las repercusiones
que la radioactividad que generan los aerogeneradores podr�an tener en la
poblaci�n, las inundaciones producto del cambio en el curso de los riachuelos,
pero tambi�n los cambios forzados en los modos de vida e incluso la desaparici�n
de poblaciones, parecen dibujar un contexto bien diferente al que Felipe
Calder�n, en su llamado a la hermandad y al respeto mutuo, proclamaba en la
inauguraci�n de La Venta II.
Fuente: lafogata.org