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Nuestro Planeta

Orangutanes en la niebla de la supervivencia
Alertan sobre su desaparici�n gen�tica en s�lo diez a�os

Joseba Vivanco
Gara

Los gorilas tuvieron su salvavidas en la naturalista brit�nica Jane Goodall. Los orangutanes lo han encontrado en una veterinaria vasca, Karmele Llano, quien alerta sobre la desaparici�n de estos grandes primates en una d�cada si no se frena la deforestaci�n en Indonesia.
En malayo, su nombre significa �pueblo de la selva�, y en el pasado la poblaci�n local lo respetaba, consider�ndolo como un ser que viv�a sobre los �rboles para no trabajar o no ser convertido en esclavo. Es el orangut�n. Hace unos cuatro millones de a�os aparecen sobre la Tierra los primeros primates que se yerguen con cierta agilidad sobre las extremidades posteriores, que pasan a denominarse inferiores; seis millones de a�os antes, los orangutanes se hab�an separado de la l�nea evolutiva de aquellos hom�nidos. Quiz� por ello, este gran mam�fero arb�reo comparta con el ser humano actual el 97% de su patrimonio gen�tico. Pero a pesar de esa `similitud', los orangutanes llevan camino de desaparecer gen�ticamente en el plazo de s�lo una d�cada, un chasquido de tiempo si lo comparamos con los 60 millones de a�os que nos separan de los primates originarios.
Las islas de Borneo y Sumatra son el �ltimo lugar del mundo donde quedan orangutanes en libertad. Contrariamente a otros grandes monos, como chimpanc�s y gorilas, �stos viven s�lo en estos dos h�bitats selv�ticos. Los �ltimos censos y datos aportados por los centros de conservaci�n de orangutanes en Indonesia indican que tan s�lo quedan en el pa�s unos 5.000 ejemplares de la especie de Sumatra y entre 15.000 o 20.000 de la de Borneo, una cifra muy por debajo de los 60.000 que recog�a el �ltimo censo oficial, elaborado a finales de los a�os noventa.
�Se considera que el orangut�n estar� muerto gen�ticamente dentro de entre cinco y diez a�os. Eso significa que no quedar�n suficientes animales para que la especie sea viable gen�ticamente�, alerta Karmele Llano S�nchez, una veterinaria bilbaina de 29 a�os que desde 2003 trabaja en Indonesia en la conservaci�n de estos y otros primates. Transcurrido ese per�odo, todav�a quedar�n algunos orangutanes pero estar�n integrados en �poblaciones inviables�, se producir� endogamia, aumentar� la mortandad y los animales sufrir�n nuevas enfermedades que los matar�n o impedir�n su vida en libertad.
Esta activista vasca, que ha trabajado en centros de recuperaci�n de animales en Holanda y Venezuela, es cofundadora de la asociaci�n Proanimalia Internacional, con sede en Holanda, y ahora desempe�a su labor en Indonesia en colaboraci�n con International Animal Rescue. Los 37 puntos de sutura que luce en su cara por el mordisco de un gib�n seguramente son s�lo un rasgu�o dentro del enorme dolor que siente ante amenazas como la deforestaci�n selv�tica, el tr�fico ilegal e, incluso, su utilizaci�n como `esclavos sexuales' que est�n diezmando a los orangutanes.
�Quien no defiende los derechos para los simios es porque no tiene ni idea de lo que es un gran simio. Y los que explotan o permiten la explotaci�n de simios es porque no tienen sentimientos�, defend�a esta bilbaina en un art�culo publicado el a�o pasado. �El humano es el �nico animal con una capacidad de autodestrucci�n insostenible para su propio medio. Quiz� debi�ramos ser un poco menos antropocentristas y aprender m�s de los otros grandes simios�, invita una comprometida Karmele Llano.
Dependencia de la caza
El caso de los orangutanes es, quiz�, el m�s paradigm�tico, pero no el �nico entre los primates. Hace un siglo, casi dos millones de chimpanc�s poblaban el continente africano. Hoy quedan, como mucho, 150.000. Los porqu�s son variados, pero una de las principales amenazas ha sido y sigue siendo la caza comercial para alimento. Millones de primates, en general, son cazados cada a�o para consumo humano, lo que est� llevando a muchas especies a la extinci�n, como ocurre en Latinoam�rica, seg�n acaban de denunciar dos organizaciones defensoras de los animales. S�lo las poblaciones rurales de la Amazonia brasile�a consumen hasta 5,4 millones de primates cada a�o, pero las cifras en Centroam�rica y Sudam�rica son muy superiores, revelan Care for the Wild International y Pro Wildlife.
Jane Goodall, la conocida naturalista brit�nica y defensora de los grandes simios, denunci� en su d�a que �si el comercio de carne de bosque contin�a al ritmo actual, los grandes simios podr�an extinguirse en la cuenca del Congo en los pr�ximos quince a�os. No debemos dejar que esto ocurra�. Seg�n explicaba, las pistas forestales abiertas por las grandes compa��as madereras en bosques como los africanos han posibilitado que la caza de primates se haya acelerado en las �ltimas dos d�cadas.
El problema de la carne de caza es tan evidente que hasta la propia Organizaci�n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci�n (FAO) lo abord� en su conferencia anual del a�o 2004, donde la calific� de �crisis�, sobre todo en el �frica central y occidental. �La demanda de carne de caza en un mercado caracterizado por consumidores insaciables ha alcanzado un nivel que supera la capacidad del h�bitat natural para generar una oferta suficiente y sostenible�, advert�a su informe.
En Costa de Marfil m�s de la mitad de la poblaci�n masculina de 15 a�os o m�s se declaraba cazadora, y el consumo de esta carne supera a productos como el banano o la pi�a. Los pa�ses de la cuenca del Congo consumen carne de caza equivalente a casi cuatro millones de reses de ganado; s�lo en Liberia, el 75% de la carne procede de animales silvestres; un informe de la FAO de 1997 citaba cifras de m�s de 1,2 millones de toneladas de carne de caza (sin contar la de elefante) obtenida s�lo en un mes en Nigeria.
No es de extra�ar, por tanto, que la FAO dejara sentado ya entonces que �la crisis de la carne de caza a la que se enfrenta �frica occidental y central es real y podr�a poner fin a la seguridad alimentaria y la diversidad biol�gica de la regi�n en un plazo de 20 a�os si no se aborda como un problema urgente�. Cerca del 60% de las prote�nas que consumen los campesinos africanos proceden de la carne de animales salvajes; si �stos desaparecen, �de qu� se alimentar�n?
El riesgo sanitario
Un problema que tiene tambi�n otra vertiente sobre la que la propia FAO advert�a: en 26 especies diferentes de primates africanos se detectaron s�ntomas de infecci�n por el virus de inmunodeficiencia simia y muchos de ellos son regularmente cazados para la venta de su carne. No hay que olvidar que el virus del sida surgi� en el continente africano a partir de carne y fluidos de chimpanc� que serv�an de alimento a humanos.
El Proyecto Gran Simio ya dej� sentado, por medio de una campa�a en 2005, que resulta incomprensible que �se est�n tomando toda clase de prevenciones contra el sida y gast�ndose millones de euros en investigaci�n, en una epidemia que est� causando miles de millones de muertos en todo el mundo y que, sin embargo, no se est� haciendo nada para erradicar nuevas apariciones de virus que pueden llegar a ser igual de virulentas que el VHI-1, en el consumo de la llamada `carne de la selva', como son monos, chimpanc�s, gorilas y otros animales salvajes que se consumen de una forma directa sin ning�n control sanitario�.
Un estudio publicado en la revista ``New Scientist'' anunci� ese mismo a�o que dos nuevos retrovirus, del tipo que causa el sida, hab�an saltado de primates no humanos a personas. El estudio de muestras de sangre de casi mil cazadores y entrenadores de monos de Camer�n demostr� que al menos seis virus cruzaron la brecha entre los animales y los humanos expuestos a carne silvestre fresca reci�n cazada. Y dos de los nuevos retrovirus nunca antes hab�an sido detectados en seres humanos.
Comer carne de mono, �canibalismo o cultura?
``The New York Times Magazine'' lleg� a comparar comer chimpanc�s con el canibalismo cuando se constat� de manera cient�fica que el embri�n del sida estaba en el consumo de monos en �frica. �En Francia comen ranas y ostras, lo cual a nosotros nos parece francamente ins�lito�, objetaba L�opold Zekeng, director del programa nacional de investigaci�n del VIH de Camer�n, en el reportaje ``Sida: la agon�a de �frica�, de Mark Schoofs, premio Pulitzer 2000. Comer monos y antropoides, argumentaba, �es parte de nuestra cultura�. No es extra�o que muchos africanos respondan que el sida naci� en San Francisco.
http://www.gara.net/paperezkoa/20070411/12407/es/Orangutanes/niebla/supervivencia 

Fuente: lafogata.org

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