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Nuestro Planeta

La eficiencia energ�tica

Jos� Santamarta

La energ�a condiciona nuestras vidas y la pol�tica internacional, y es el principal factor de la degradaci�n ambiental. Hoy dependemos en un 80% de los combustibles f�siles para resolver la inmensa mayor�a de nuestras necesidades, lo que nos permite gozar en las zonas ricas de un alto nivel de vida, pero con consecuencias cada vez m�s apreciables, desde los problemas de suministro, causa de buena parte de los conflictos del �ltimo medio siglo, a la amenaza del cambio clim�tico o la realidad cotidiana de la contaminaci�n atmosf�rica. Hay problemas de abastecimiento y recursos, pero sobre todo el l�mite que nos impone la capacidad de la atm�sfera para absorber el di�xido de carbono que se emite en la combusti�n del carb�n, el petr�leo y el gas natural. El l�mite real no son los recursos, sino los sumideros.
Por estas y otras razones, a lo largo de este siglo habr� que realizar la transici�n energ�tica ordenada y gradual hacia un modelo energ�tico descarbonizado y cada vez m�s eficiente, sin olvidar el importante problema de proporcionar un nivel de vida digno al 80% de la poblaci�n mundial que vive en la pobreza, lo que sin duda requerir� un importe aumente del consumo energ�tico.
Algunos ponen sus esperanzas en la energ�a nuclear. Pero �sta, que s�lo produce electricidad y apenas representa el 6% del consumo mundial (el 2% con una metodolog�a que tenga en cuenta s�lo la electricidad producida y no el calor de la fisi�n), plantea problemas no menos graves, como los residuos radiactivos, la proliferaci�n nuclear (v�ase Ir�n, India, Pakist�n o Corea del Norte), la seguridad o los costes econ�micos reales de todo el ciclo.
Muchos pensamos que la soluci�n pasa por el desarrollo de las energ�as renovables, que ya aportan el 14% del consumo mundial, y que a medio y largo plazo podr�n cubrir todas nuestras necesidades energ�ticas, sin agravar el cambio clim�tico, sin dejar una herencia de residuos radiactivos y sin ocasionar conflictos por los recursos, pues en todos los lugares hay suficiente sol o viento, y el hidr�geno ser� la principal forma de almacenamiento y el vector energ�tico clave de una econom�a futura. Pero el proceso ser� lento y gradual, requerir� varias d�cadas, un esfuerzo prolongado y un importante desarrollo tecnol�gico, que posibilite reducir los costes.
Dios aprieta, pero no ahoga. En el pasado el agotamiento de los bosques nos forz� a entrar en la era de los combustibles f�siles. Hoy afrontamos una nueva transici�n, llena de oportunidades y desaf�os, hacia un modelo energ�tico descarbonizado.
La energ�a es un elemento b�sico para el buen funcionamiento de nuestro sistema econ�mico, desde la industria a la agricultura y los servicios. Gracias a ella nuestra calidad de vida ha mejorado, como lo ha hecho la movilidad o el confort, liber�ndonos de pasar fr�o o calor. Pero, al mismo tiempo, la producci�n, la transformaci�n, el transporte y el consumo de energ�a es la mayor causa de deterioro ambiental.
Para tratar de hallar un equilibrio, la Uni�n Europea se ha marcado tres prioridades interrelacionadas para la pol�tica energ�tica: asegurar el abastecimiento energ�tico, la competitividad y la sostenibilidad ambiental. La competitividad mejora la eficiencia del sistema energ�tico, y ha supuesto una importante mejora la generaci�n de electricidad as� como un r�pido aumento del consumo de gas natural, el m�s limpio entre los combustibles f�siles.
La Uni�n Europea y, dentro de ella, Espa�a en particular (importamos el 80% de nuestro consumo energ�tico), es una de las regiones m�s dependientes, al tener que importar el petr�leo y gas que consume en su pr�ctica totalidad. Tras m�s de una d�cada de precios energ�ticos relativamente bajos, en los �ltimos a�os hemos asistido a un importante incremento de los mismos, tanto de los del petr�leo como los del gas natural, a causa de las tensiones en Oriente Pr�ximo (invasi�n de Irak, el conflicto de Israel con los palestinos, L�bano y Siria), la creciente demanda mundial, sobre todo con la incorporaci�n de China e India a la nueva econom�a, as� como la disminuci�n de las reservas de hidrocarburos, lo que configura un escenario de precios altos y crecientes, y nuevas tensiones en el abastecimiento futuro.
En este contexto de dependencia y precios al alza, agravados por el d�ficit comercial y la inflaci�n, la variable ambiental es cada vez m�s importante, tras la entrada en vigor en 2005 del Protocolo de Kioto. La producci�n, transformaci�n y consumo de energ�a representa cerca del 82% de las emisiones de gases de invernadero de la Uni�n Europea, adem�s del 77% de las emisiones de sustancias que contribuyen a la formaci�n del contaminante ozono troposf�rico, el 66% de las sustancias que ocasionan las lluvias �cidas, el 81% de las emisiones de part�culas e importantes emisiones de metales pesados (mercurio, plomo y cadmio). Pero los impactos no se reducen a la emisi�n de sustancias contaminantes, pues incluyen tambi�n la generaci�n de todo tipo de residuos a lo largo de todo el ciclo de extracci�n, transformaci�n y consumo, los vertidos accidentales de petr�leo (no olvidemos el Prestige), el consumo de agua, la degradaci�n a veces irreversible de los ecosistemas, el ruido y el deterioro de los paisajes.
Las centrales nucleares apenas generan emisiones, no sufren los problemas de suministro de otras fuentes y dan m�s garant�a de suministro que algunas energ�as renovables intermitentes, pero crean un problema no menos grave e irresoluble, como los residuos radiactivos, para los cuales a�n no se ha desarrollado una forma de eliminaci�n, adem�s de los alt�simos costes de todo el ciclo nuclear, la seguridad o los peligros que conlleva la proliferaci�n nuclear.

Desaf�os y oportunidades

Mientras que el PIB creci� en Espa�a un 43,7% entre 1990 y 2004, el consumo de energ�a primaria en el mismo periodo aument� un 54,4%, la demanda de energ�a el�ctrica creci� un 78,8%, la de gas natural un 491% y el petr�leo un 48,2%. En los �ltimos diez a�os, entre 1996 y 2005, el consumo de electricidad en Espa�a ha sido el m�s alto de toda Europa.
El crecimiento de los consumos de energ�a primaria, final y electricidad fue superior al del PIB en la pr�ctica totalidad de los a�os, lo que supone un retroceso de la eficiencia, sin parang�n en el resto de los pa�ses de la Uni�n Europea. La intensidad el�ctrica final creci� un 27,9% entre 1990 y 2005, y el consumo el�ctrico por habitante creci� un 3,7% anual. Para el periodo 2005-2011 el Gobierno prev� un aumento anual del 2% del consumo el�ctrico por habitante, que pasar� de 5.504 kWh/habitante en 2005 a 6.216 kWh en 2011. El consumo de energ�a final por habitante creci� de media un 2,7% anual entre 1990 y 2005, y el gobierno prev� un crecimiento del 1,7% medio anual por habitante en el periodo 2005-2011.
Las tarifas el�ctricas espa�olas son de las m�s bajas de la UE. La disminuci�n de las tarifas y la ausencia casi total de impuestos ambientales, finalistas o no, que internalicen los costes ambientales y sociales, explica en gran parte el aumento del consumo y la p�rdida de eficiencia. A ello se une el crecimiento de la actividad econ�mica, y sobre todo la ausencia total de programas de gesti�n de demanda encaminados a aumentar la eficiencia, y en general la falta de voluntad pol�tica que tuvieron los gobiernos del PP para implantar programas de ahorro y eficiencia.
A pesar de que el gas natural emite la tercera parte de CO2 por unidad de energ�a que el carb�n, las emisiones aumentar�n, e igualmente crecer� la dependencia energ�tica. Seg�n el documento del gobierno Planificaci�n de los Sectores de Electricidad y Gas 2005-2011, presentado en marzo de 2006, la demanda de electricidad final aumentar� el 3% anual en el periodo 2005-2007 y un 2,4% en 2007-2011, con una media del 2,6% anual para el periodo 2005-2011.
Para alcanzar los objetivos del segundo Plan Nacional de Asignaci�n 2008-2012 (aumento de las emisiones de los gases de invernadero del 37% en 2008-2012 respecto a 1990), es necesario adoptar medidas y partidas presupuestarias adicionales a las ya aprobadas por el Gobierno para aumentar la eficiencia energ�tica, reducir los consumos energ�ticos m�s despilfarradores, cambiar los modelos de consumo y aumentar la participaci�n de las energ�as renovables. Los documentos del gobierno Revisi�n 2005-2011 de la Planificaci�n de los Sectores de Electricidad y Gas 2002-2011, as� como la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energ�tica 2004-2012, contemplan un aumento del 62% de las emisiones en 2011 respecto a 1990.
Sin una importante reducci�n del consumo de carb�n, ser� imposible cumplir los objetivos de emisiones. El carb�n tiene indudables ventajas para Espa�a, como sus grandes reservas muy repartidas, a diferencia del petr�leo y el gas natural, pero es tambi�n el combustible f�sil con mayor impacto ambiental, por lo que es conveniente una importante reducci�n, mientras no se desarrollen las tecnolog�as que permitan un uso compatible con la sostenibilidad, como la gasificaci�n del carb�n y el almacenamiento subterr�neo del CO2.

Consumo y dependencia

El consumo de energ�a primaria en Espa�a ha pasado de 91,8 Mtep (millones de toneladas equivalentes de petr�leo) en 1990 a 145,1 Mtep en el a�o 2005 (un 58% de aumento), a�o en el que la dependencia energ�tica alcanz� el 79,2%. El grado de dependencia energ�tica fue del 66% en 1990.
La Revisi�n 2005-2011 de la Planificaci�n de los Sectores de Electricidad y Gas 2002-2011 estima que el consumo de energ�a primaria ser� de 164,7 Mtep en el a�o 2011, con un crecimiento anual del 2% para el periodo 2000-2011. El consumo de carb�n disminuir�a de 21,35 Mtep en el a�o 2005 (14,6% del consumo de energ�a primaria) a 13,96 Mtep en 2011 (8,5%), el de petr�leo pasar�a de 72,48 Mtep en 2005 (49,6%) a 74,55 Mtep en 2011 (45,3%), el gas natural de 29,08 Mtep (19,9%) a 40,53 Mtep (24,6%), la energ�a nuclear se mantendr�a en t�rminos absolutos (de 15 Mtep a 15,1 Mtep) y disminuir�a en t�rminos relativos (del 10,3% en 2005 al 9,2% en 2011), y las energ�as renovables deber�an alcanzar el 12,5% previsto en el a�o 2011, pasando de 8,4 Mtep en 2005, a 20,55 Mtep en 2011. Las energ�as renovables s�lo representaron el 5,7% del consumo de energ�a primaria en el a�o 2005, cifra muy alejada del 12% que se quiere alcanzar para el a�o 2010. Ser� f�cil alcanzar los objetivos de e�lica, pero no as� en el resto de las renovables, sobre todo en biomasa. En 2005 el consumo final ascendi� a 107 Mtep, repartido de la siguiente manera: el transporte represent� el 36,4% (32,5% en la UE), la industria el 36,6% (incluyendo los usos no energ�ticos), y el resto de los sectores el 27%, correspondiendo al sector residencial el 15,5% (26,4% en la UE), los servicios el 8% (11,8%) y la agricultura el 3,5% (2,2% en la UE). En lo que se refiere a las fuentes, el petr�leo represent� en 2005 el 58,1% (frente al 46% en la UE), la electricidad el 19,7% (19,8% en la UE), el gas natural el 16,5% (23,1% en la UE), el carb�n el 2,1% (5,5% en la UE) y las renovables el 3,5% (4,3% en la UE).

Eficiencia energ�tica

Desde 1990 el indicador de eficiencia primaria en la UE se ha reducido un 5,9%, a una tasa media anual del 0,7%, mientras que en Espa�a, en vez de disminuir, ha aumentado a una tasa media anual del 0,7%. Desde 1985 la intensidad primaria en Espa�a ha aumentado un 5,8%, frente a una reducci�n del 17% en el mismo periodo en la Uni�n Europea. Por lo que se refiere a la intensidad final (cociente entre los consumos de energ�a final y el PIB), desde1993 ha experimentado en Espa�a un aumento medio anual del 0,4%, mientras que en la mayor�a de los pa�ses de la UE se ha reducido. Las correcciones clim�ticas o del poder de compra no logran esconder la p�rdida de eficiencia, m�s si se tienen en cuenta los cambios estructurales debido a la p�rdida de peso de los sectores industriales m�s intensivos en energ�a. Lo cierto es que la eficiencia ha disminuido, un hecho que se traduce en un mayor aumento del consumo de energ�a y de las emisiones de CO2. La intensidad energ�tica ha disminuido en la industria, pero ha empeorado en el transporte y en el sector residencial.

Cogeneraci�n

La cogeneraci�n es la producci�n combinada de calor y electricidad. La potencia instalada de cogeneraci�n ha aumentado desde 488 MW en 1991 hasta 6.250 MW en 2005, seg�n la Comisi�n Nacional de la Energ�a. Actualmente en Espa�a existen 850 plantas de cogeneraci�n. La Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energ�tica prev� instalar 1.700 MW adicionales en el periodo 2004-2012, sobre un potencial de 5.000 MW, de los cuales 3.000 MW corresponden a la industria. La nueva potencia de cogeneraci�n que puede instalarse en el periodo 2005-2007, seg�n el PNA, asciende a 1.150 MW. La transposici�n de la Directiva Europea 08/2004/CE deber�a permitir el despegue de la cogeneraci�n, siempre que la pol�tica energ�tica del Gobierno permita su viabilidad econ�mica, lo que no sucedi� durante la �ltima legislatura del PP.
El Plan de Acci�n de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energ�tica 2004-2012 (E4) fija como objetivo para 2012 un total de 9.215 MW, lo que supone un incremento de 2.965 MW, muy alejado de lo posible y deseable. En 2012 la E4 prev� que la potencia alcanzable de cogeneraci�n en la industria ascienda a 7.290 MW en la industria, 700 MW en servicios y 1.225 MW en tratamiento de residuos.
Los elevados precios del petr�leo y el gas natural en los �ltimos a�os, y las escasas primas por la electricidad vertida a la red, han mermado la rentabilidad de las plantas de cogeneraci�n, y han paralizado numerosos proyectos, adem�s de poner bajo m�nimos a las plantas existentes, lo que va en contra de los intereses del pa�s, pues �stas son las instalaciones m�s eficientes desde el punto de vista energ�tico y ambiental, y las que m�s contribuyen a reducir las emisiones de CO2.
En 2002 Espa�a s�lo produjo el 7,8% de la electricidad con cogeneraci�n, frente al 29,9% de Holanda, el 49,1% de Dinamarca, o el 38% de Finlandia. La Comisi�n Europea estableci� como objetivo el 18% del total de la electricidad generada para el a�o 2010, frente al 9,9% en el conjunto de la Uni�n Europea en 2002.
Las administraciones competentes deber�n arbitrar las medidas necesarias (sobre todo unas primas adecuadas y un marco estable) para que nuestro pa�s llegue como m�nimo al 18% en 2010. El sector agroalimentario, y sobre todo los servicios, son los que presentan hoy unas mayores posibilidades de desarrollo. Las nuevas tecnolog�as, como microturbinas o pilas de combustible, podr�an posibilitar un r�pido desarrollo, siempre que la Administraci�n proporcione el marco adecuado.
La cogeneraci�n es mucho m�s eficiente que la producci�n separada, y presente otras muchas ventajas: garant�a de potencia, abastecimiento m�s descentralizado, menores p�rdidas en transmisi�n, adaptaci�n a la demanda local, menor contaminaci�n y mayor creaci�n de puestos de trabajo. Una planta de cogeneraci�n tiene una eficiencia que va del 60 al 80%, frente al 35% de una central termoel�ctrica de carb�n, el 33% de una central nuclear o el 51% de una central de ciclo combinado, si se tienen en cuenta las p�rdidas en el transporte y distribuci�n.

Usos dom�sticos

El consumo total de electricidad pas� de 30.209,9 GWh en 1990 a 65.918,8 GWh en 2004, con un incremento del 118,20%, superior a la media total del 88,68%. La poblaci�n de hecho pas� de 39.887.140 personas en 1990 a 44.508.530 en el a�o 2005 y el n�mero de hogares de 11.736.376 en 1991 a cerca de 15 millones en 2006, y adem�s tambi�n aument� la superficie media de las viviendas. En el a�o 2000 el parque edificatorio espa�ol lo compon�an 1.900 millones de metros cuadrados, de los cuales 1.300 millones eran viviendas principales y 600 millones viviendas secundarias, seg�n el Censo de poblaci�n y Vivienda 2001 del INE. El n�mero de personas por hogar se redujo de 3,4 personas por hogar en 1990 a 2,9 en el a�o 2000. El conjunto de viviendas familiares, incluidas las secundarias y las desocupadas, pas� de 17.220.399 en 1991 a 20.550.560 en 2000.
Desde 1990 la intensidad energ�tica del sector residencial aument� a una tasa media anual del 3%. El aumento del n�mero de hogares se debe tanto al crecimiento de la poblaci�n, a causa sobre todo de la inmigraci�n, como de la reducci�n del tama�o de las unidades familiares.
La actuaci�n m�s importante fue la aprobaci�n del C�digo T�cnico de la Edificaci�n, y en el futuro los Decretos que revisan el RITE y el procedimiento de Certificaci�n Energ�tica de los Edificios (CTE). Seg�n el IDAE, la implantaci�n del CTE va a suponer, para cada edificio y respecto al consumo que tendr�a si fuera construido seg�n la legislaci�n actual, un ahorro energ�tico asociado de un 30-40% y una reducci�n de emisiones de CO2 por consumo de energ�a de un 40-55%.
El consumo el�ctrico por hogar pas� de 2.660,7 kWh en 1990 a 3.298,7 kWh en 2000, los usos t�rmicos de 0,35 tep (toneladas equivalentes de petr�leo) en 1990 a 0,46 tep en 2000, y el total de 0,58 tep en 1990 a 0,74 tep en 2000. Sin embargo los consumos dom�sticos en Espa�a son el 57% de los consumos medios en la UE, despu�s de aplicar las correcciones clim�ticas. Es previsible que los consumos sigan aumentando. En 1975 el consumo dom�stico ascendi� a 4,2 Mtep (Millones de toneladas equivalentes de petr�leo), en 1995 a 10,1 Mtep y en 2000 a 11,8 Mtep (15,1% del consumo final) y para el a�o 2010 llegar� a 14,5 Mtep en el "Escenario Tendencial" o a 13 Mtep en el escenario "Ahorro Base", lo que supone entre 1 y 0,9 tep/hogar en el a�o 2010, frente a 0,75 tep/hogar en 1999. En conjunto aumentar� el consumo de electricidad, gas natural y energ�a solar (bajas temperaturas y fotovoltaica), crecer� algo la biomasa, se estabilizar� el consumo de gas�leos y gases licuados de petr�leo (GLP) y se reducir� el consumo de carb�n.
El consumo aumentar� por la mejora del nivel de vida, por el aumento de los equipamientos familiares y la demanda de mayores niveles de confort, por el aumento de la poblaci�n a causa de la inmigraci�n, la disminuci�n del n�mero de personas por hogar y el aumento de la superficie de los hogares, entre otros factores. Las pol�ticas de ahorro, en el mejor de los casos, s�lo lograr�n reducir el aumento tendencial del consumo.
Seg�n el IDAE la calefacci�n represent� el 46,8% del consumo residencial, el agua caliente el 20,5%, los electrodom�sticos el 15,6%, la cocina el 9,6%, la iluminaci�n el 7,3% y el aire acondicionado el 0,2%. Parte de las variaciones del consumo dom�stico, sobre todo la calefacci�n, se deben a las variaciones clim�ticas.
Las tasas de equipamiento en electrodom�sticos (en equipos por hogar) han aumentado considerablemente. En 1990 hab�a 99 frigor�ficos por cada 100 hogares, y en 2000 se lleg� a la total saturaci�n, con 102 por cada 100 hogares. En lavadoras se pas� de 94 en 1990 a 98 en 2000, y en televisores de 121 unidades por cada 100 hogares en 1990 a 148 en 1999. Los lavavajillas pasaron de s�lo 8 por cada 100 hogares en 1990 a 27 en 2000 (se llegar� al 49% en el a�o 2010), y mientras que en 1990 s�lo el 2% de los hogares ten�an aire acondicionado, en 2000 ya eran el 12%.
Los electrodom�sticos, incluidos los ordenadores, microondas y peque�os electrodom�sticos, representaron en 1999 el 47,5% de los consumos dom�sticos de electricidad: frigor�ficos el 21% del total de la electricidad, televisores el 12%, lavadoras el 5%, lavavajillas el 1%, y otros (ordenadores, microondas, planchas o peque�os electrodom�sticos) el 9,5%. La iluminaci�n represent� el 24%, el aire acondicionado el 0,2%, y el 25% corresponde a usos t�rmicos ineficientes (calefacci�n, agua caliente y cocina) que deber�an ser sustituidos por otras fuentes, como gas natural, GLP y energ�a solar. Los frigor�ficos consumen m�s del 21% de la electricidad, y sin embargo la cuota de mercado de los equipamientos m�s eficientes es �nfima: s�lo el 0,3% de las ventas en Espa�a en 1996 correspondieron a la clase A (la m�s eficiente), seg�n un estudio realizado dentro del programa SAVE, porcentaje incluso inferior al de 1994, mientras aumentaron las ventas de los equipamientos menos eficientes (clases F y G). En 1998 los consumos medios anuales de los frigor�ficos/congeladores en Espa�a ascendieron a 497,9 kWh, frente a s�lo 293 kWh en Alemania.
Para el a�o 2010, seg�n el llamado escenario "Ahorro Base" del IDAE, el consumo dom�stico de electricidad crecer� a un ritmo del 2,6% anual y su distribuci�n ser� la siguiente: usos t�rmicos el 33%, iluminaci�n el 21%, frigor�fico el 15%, televisor el 11%, lavadora el 4%, lavavajillas el 2,5%, aire acondicionado el 0,3% y otros el 12%. El aumento futuro del consumo el�ctrico residencial se deber� sobre todo al aumento de los hogares equipados con lavavajillas, ordenadores, microondas, cocinas vitrocer�micas el�ctricas, sistemas el�ctricos de calefacci�n de acumulaci�n nocturna, secadoras (en el norte de la Pen�nsula), y nuevos electrodom�sticos con control remoto y funci�n de espera. La iluminaci�n, a pesar de que cada vez se venden m�s l�mparas de bajo consumo (fluorescentes compactas), seguir� aumentando, aunque a tasas inferiores al del conjunto del consumo el�ctrico, a causa del mayor n�mero de puntos de luz y el aumento de la venta de l�mparas hal�genas de gran potencia.
En 1990 s�lo el 27% de los hogares ten�an calefacci�n central, ya fuera individual o colectiva, mientras que en 1998 el porcentaje ascend�a al 40%. Para el a�o 2010 se consumir�n en calefacci�n entre 7,6 Mtep y 6,4 Mtep (en el escenario de Ahorro). El aire acondicionado ha tenido un fuerte crecimiento, y lo seguir� teniendo, pero con escasa repercusi�n en los consumos absolutos.
El aumento de la renta, el descenso de las tarifas el�ctricas y de los precios energ�ticos en general y la falta de pol�ticas oficiales para promover el ahorro y la eficiencia, explican el aumento del consumo energ�tico en el sector residencial.

Comercio y servicios

El consumo final de un sector tan complejo y diverso como los servicios represent� en 2000 el 8,5% del total (6,66 Mtep sobre un total de 78 Mtep), aunque ha registrado un importante aumento, pues en 1995 ascend�a a 5 Mtep, y para el a�o 2010 llegar� a 8,7 Mtep en el "Escenario Tendencial" (0,9 tep/empleado) o a 7,8 Mtep en el escenario "Ahorro Base" (0,81 tep/empleado). La electricidad represent� el 67% del total del consumo en 1999, mientras que en 1980 represent� s�lo el 42,5% del total. Dentro del sector servicios, en 2000 el consumo final se reparti� de la siguiente manera: oficinas el 33%, restaurantes y alojamientos el 30%, comercio el 22%, hospitales el 11% y educaci�n el 4%. La intensidad energ�tica del sector servicios se ha incrementado en un 29% desde 1985, y entre 1990 y 2000 ha crecido a una tasa anual del 2,7%, mientras que en la Uni�n Europea se ha reducido en un 1% anual.
En cuanto a los usos, el aire acondicionado represent� el 21,1%, la energ�a el�ctrica para alumbrado p�blico el 5,1%, la electricidad para usos espec�ficos el 24,6% (19% para iluminaci�n, 4% para ofim�tica y 1,6% para ascensores y otros), la electricidad para usos t�rmicos el 8,8% y la energ�a no el�ctrica para usos t�rmicos el 40,3% (calefacci�n y agua caliente). Para el a�o 2010, el aire acondicionado representar� el 27,7%, la energ�a el�ctrica para alumbrado p�blico el 4,4%, la electricidad para usos espec�ficos el 22,2%, la electricidad para usos t�rmicos el 8,6% y la energ�a no el�ctrica para usos t�rmicos el 37,1%. El consumo en alumbrado p�blico podr�a reducirse en un 20%, y con este fin el IDAE ha elaborado en 2002 una propuesta de Ordenanza Municipal de Alumbrado Exterior.

Transporte

El consumo final del transporte represent� en 2005 el 36,4% del total (39 Mtep sobre un total de 107 Mtep), aunque ha registrado un importante aumento, pues en 1995 ascend�a a 26 Mtep, y para el a�o 2011 llegar� a 46,4 Mtep. La carretera represent� el 79,5% del total del consumo en 2000, mientras que en 1980 represent� el 69% del total, el transporte a�reo el 13,7%, el mar�timo el 4,2% y el ferrocarril el 2,6%. La intensidad energ�tica del transporte se increment� un 1,2% de media anual entre 1990 y 2000.
El consumo de los veh�culos privados representa el 45% del total de la carretera. Aunque el consumo espec�fico de los veh�culos diesel se ha reducido en un 18% entre 1980 y 1999, y los de gasolina en un 11,7% en el mismo periodo, han aumentado los recorridos de los veh�culos de gasolina, y sobre todo ha aumentado el parque de veh�culos, que se ha triplicado entre 1975 y 1995, y cada vez se utilizan veh�culos de mayor tama�o y consumo, como los monovol�menes y los todoterrenos. La Comisi�n Europea y la Asociaci�n Europea de Fabricantes de Autom�viles han llegado al compromiso de reducir en un 25% el consumo para la media de las ventas entre 1995 y 2008.
El consumo medio de los turismos de gasolina en el a�o 2001 ascendi� a 7,6 litros por cada 100 km, con unas emisiones de CO2 de 182 gramos por kil�metro, y el de los turismos de gas�leo ascendi� a 6,2 litros por cada 100 km, con unas emisiones de CO2 de 165 gramos por kil�metro, cifras muy superiores a los 140 gramos/km que establece como objetivo la Comisi�n Europea para el a�o 2008.
El transporte de mercanc�as por carretera ha tenido un gran crecimiento, desplazando a otros modos m�s eficientes, como el ferrocarril. En cuanto al transporte a�reo, las previsiones de AENA apuntan a que el tr�fico de pasajeros en los aeropuertos espa�oles se multiplicar� por 2,1 entre 1995 y 2010. Las reducciones de los consumos espec�ficos no podr�n compensar el enorme aumento de la demanda; el consumo pasar� de 4,2 Mtep en 1999 a 6,4 Mtep en el a�o 2010 en el escenario tendencial y 5,9 Mtep en el Ahorro Base.
Las emisiones de CO2 del transporte aumentar�n un 73% entre 1990 y 2010 en el escenario tendencial. De no haber nuevas pol�ticas, como una nueva fiscalidad ecol�gica, trasvase del tr�fico de viajeros y mercanc�as a los modos m�s eficientes, la obligatoriedad del etiquetado ecol�gico de los veh�culos, actuaciones urban�sticas y territoriales que reduzcan la necesidad de desplazamientos y campa�as para cambiar los h�bitos m�s insostenibles, las emisiones y el consumo de energ�a seguir�n creciendo. La aportaci�n prevista de los biocarburantes en el Plan de Energ�as Renovables, 2,2 Mtep, reducir� las emisiones anuales en 1,96 millones de toneladas de CO2 en 2007.

Agricultura

El consumo final de la agricultura represent� en 2000 el 3,3% del total (2,5 Mtep sobre un total de 78 Mtep), con un ligero aumento, pues en 1996 ascend�a a 2,1 Mtep. Las cifras var�an seg�n la fuente, pero no son muy importantes. El sector engloba tambi�n la pesca, sometida a una fuerte reestructuraci�n.

Industria

El consumo final de la industria, incluyendo los usos no energ�ticos, represent� en 2005 el 36,6% del total (39,2 Mtep sobre un total de 107 Mtep), aunque ha registrado un aumento muy inferior al de otros sectores, y para el a�o 2011 llegar� a 45,6 Mtep, incluyendo los usos no energ�ticos, que pasar�an de 5.318 ktep en 1990 a 9.004 ktep en el a�o 2010. Las emisiones de CO2 de la industria aumentar�n un 33% entre 1990 y 2010 en el escenario tendencial.
La intensidad energ�tica del sector industrial viene disminuyendo desde hace 20 a�os, a diferencia de lo que sucede en el resto de los sectores, debido a que la mayor parte del consumo (casi el 90%) se concentra en poco m�s de un millar de industrias, y es m�s f�cil actuar, aunque en el a�o 2000 aument� en un 8,9%, debido a que el consumo creci� un 13,9% y el valor a�adido bruto s�lo un 4,6%. La eficiencia energ�tica de la industria ha mejorado un 22% entre 1980 y 1999. La intensidad energ�tica del sector industrial se redujo en un 10,6% desde 1990 en t�rminos acumulativos y un 5,6% en 1999, sobre todo en los sectores m�s intensivos en energ�a y donde �sta representa un mayor porcentaje de los costes, aunque se vienen produciendo aumentos de la intensidad el�ctrica. El consumo de electricidad en la industria pas� del 27% en 1995 al 30% en 2000, y el gas natural del 23% del consumo final de la industria en 1995 al 38% en 2000.
Los sectores industriales m�s intensivos en energ�a son cemento, vidrio y cer�mica (6.175 ktep en 2000, 25,5% del consumo energ�tico industrial, 5,1% del valor a�adido industrial), la industria qu�mica (3.747 ktep, 15,5% del consumo energ�tico industrial, 6,5% del valor a�adido industrial), pasta y papel (2.077 ktep, 8,6% del consumo energ�tico industrial, 4% del valor a�adido industrial), siderurgia y fundici�n (2.776 ktep, 11,5% del consumo energ�tico industrial) y metalurgia no f�rrea (1.164 ktep, 4,8% del consumo energ�tico industrial); estos dos �ltimos sectores, con el 15,9% del consumo energ�tico industrial, representan s�lo el 4% del valor a�adido industrial. En la actualidad siguen existiendo grandes posibilidades de mejora de la eficiencia energ�tica, sobre todo en la producci�n de etileno, siderurgia y pastas papeleras. Con los apoyos adecuados, ser�a factible ahorrar m�s de un 20% de la energ�a, produciendo lo mismo que en la actualidad, mediante el impulso de la cogeneraci�n, el empleo de bombas de calor, control de procesos o el aprovechamiento de los residuos, entre otras tecnolog�as. Adem�s hay que destacar la p�rdida de peso de los sectores industriales m�s intensivos en energ�a.
La industria utiliza la energ�a b�sicamente para tres aplicaciones: calentamiento, fuerza motriz y generaci�n de vapor.

Gesti�n de la demanda el�ctrica

El enfoque de oferta es el que determina toda la planificaci�n del sector el�ctrico, encaminada a aumentar la oferta y a dar por hecho que la demanda de electricidad seguir� creciendo, y que tal crecimiento es deseable, pues supone un mayor bienestar.
Desde nuestro punto de vista tal enfoque es err�neo, por varias razones:
1. La poblaci�n demanda servicios, como calor, refrigeraci�n o iluminaci�n, y no m�s electricidad.
2. Existen las condiciones tecnol�gicas y econ�micas para proporcionar los servicios energ�ticos con un consumo menor de energ�a, y de electricidad en particular.
3. Hay muchas razones para disminuir el consumo de energ�a, y de electricidad en particular. En primer lugar est�n los costes ambientales, desde el cambio clim�tico a los residuos radiactivos. En segundo lugar las geopol�ticas y econ�micas: el 80% de la energ�a primaria se importa, con costes importantes (d�ficit exterior) e incertidumbres pol�ticas. Adem�s est�n los costes de oportunidad: una menor demanda permitir�a liberar una importante cantidad de capital para ser invertida en otros sectores que generan m�s empleos.
Un nuevo enfoque de demanda permitir�a mantener el bienestar y el desarrollo econ�mico, disminuyendo el consumo energ�tico, y el�ctrico en particular, proporcionado los mismos servicios con un menor consumo. Pero para ello creemos que se deben dar algunas condiciones.
1. Voluntad pol�tica, consenso social y explicaci�n clara y detallada a la ciudadan�a, por los cauces democr�ticos.
2. Una nueva fiscalidad ecol�gica, que internalice los costes ambientales y sociales de la producci�n de energ�a, y de la electricidad en particular (residuos radiactivos, lluvias �cidas, contaminaci�n atmosf�rica, cambio clim�tico, p�rdida de biodiversidad), sin aumentar la carga fiscal. Igualmente se deben reducir de forma paulatina las subvenciones directas e indirectas de los combustibles f�siles y la energ�a nuclear. Parte de la fiscalidad ecol�gica se debe destinar a la financiaci�n de programas finalistas encaminados a prestar los mismos servicios con un menor consumo energ�tico.
3. Los programas de gesti�n de demanda los deben gestionar entes p�blicos, pues ser�an un fracaso en manos de las empresas el�ctricas, interesadas en facturar m�s electricidad, y que en muchos casos han aprovechado los supuestos programas de gesti�n de la demanda para introducir nuevos equipos (acumuladores nocturnos o bombas de calor) que lo �nico que hacen es aumentar a�n m�s el consumo el�ctrico.
4. El empleo de las mejores tecnolog�as existentes para aumentar la eficiencia podr�an permitir ahorrar 41 TWh. El empleo de las tecnolog�as m�s avanzadas, a�n no suficientemente desarrolladas, permitir�a disociar el crecimiento del PIB del aumento consiguiente del consumo energ�tico. El coste de cada kWh o julio ahorrado casi siempre es inferior al que supondr�a producirlo, sobre todo si se consideran las externalidades. Tal ahorro mediante el aumento de la eficiencia podr�a ser un elemento clave para que Espa�a cumpliese los compromisos adquiridos con la ratificaci�n en el Congreso de los Diputados del Protocolo de Kioto, y adem�s es la opci�n m�s competitiva, y menos costosa.

Tabla 1. Evoluci�n del PIB, GEI, Energ�a Primaria y Consumo de Electricidad en Espa�a 1990-2012
A�o PIB (%) GEI (%) Energ�a Primaria Consumo de electricidad
1990 3,8 1,9 2,6 3,0
1991 2,5 2,1 3,0 6,9
1992 0,9 2,7 1,4 1,0
1993 -1,0 -3,8 -1,2 -0,3
1994 2,4 4,0 2,8 4,3
1995 2,8 4,0 4,6 3,6
1996 2,4 -2,3 0,3 3,1
1997 3,9 6,7 5,9 4,8
1998 4,3 3,1 6,7 7,3
1999 4,0 8,3 4,7 7,0
2000 4,1 3,9 4,9 5,9
2001 2,8 0,1 2,3 5,9
2002 2,2 4,6 3,5 3,2
2003 2,5 1,5 2,9 6,8
2004 2,7 4,8 4,4 4,1
2005 3,4 2,8 2,7 4,2
Variaci�n en % respecto a�o anterior
Fuente: INE, REE, UNESA, MITC, MMA y elaboraci�n propia. GEI=Gases de Efecto Invernadero.

TABLA 2-SERIE HIST�RICA DEL CONSUMO DE ENERG�A PRIMARIA EN ESPA�A
Carb�n Petr�leo Gas Renovables Nuclear Saldo Total
A�o ktep (%) ktep (%) Ktep (%) ktep (%) ktep (%) ktep (%) ktep (%)
1973 9.875 18,2 39.455 72,9 794 1,5 2.489 4,6 1.705 3,1 �173 �0,3 54.145 100
1990 18.974 20,7 47.741 52 5.000 5,45 5.983 6,52 14.138 15,4 �36 0 91.800 100
2000 22.137 17,6 64.663 51,5 15.223 12,1 7.076 5,63 16.211 12,9 382 0,3 125.692 100
2001 20.204 15,7 66.721 51,9 16.405 12,8 8.297 6,46 16.602 12,9 298 0,2 128.527 100
2002 22.640 17 67.647 50,8 18.757 14,1 7.331 5,5 16.422 12,3 458 0,4 133.255 100
2003 21.435 15,6 69.313 50,4 21.254 15,5 9.204 6,7 16.125 11,7 109 0,1 137.440 100
2004 21.034 14,8 71.055 50 24.672 17,4 8.911 6,3 16.576 11,7 -261 -0,2 141.987 100
2005 20.909 14,4 71.785 49,5 29.120 20,1 8.402 5,8 14.994 10,3 -116 -0,1 145.094 100
2007 19.198 12,5 73.690 47,9 32.147 20,9 13.036 8,5 15.874 10,3 0 0 153.945 100
2011 13.956 8,5 74.553 45,3 40.530 24,6 20.552 12,5 15.145 9,2 0 0 164.735 100
Metodolog�a: AIE. ktep=Mil toneladas equivalentes de petr�leo.
Fuente: Secretar�a General de la Energ�a. Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Planificaci�n de los Sectores de Electricidad y gas 2002-2011. Revisi�n 2005-2011, y elaboraci�n propia.

Tabla 3. Producci�n de energ�a el�ctrica en TWH
Fuente 1990 2001 2005
Hidroel�ctrica 26,2 51,1 24,1
Nuclear 54,3 63,7 57,5
Termoel�ctrica 71,3 122,4 241,6
Consumo bombeo - 1,0 -4,1 -6,7
E�lica -- 1,4 21,0
Solar fotovoltaica -- 0,015 0,54
Otras energ�as renovables -- 1,1 6,8
Consumos propios -12,3
Saldo intercambios internacionales - 0,4 3,4 -1,3
P�rdidas transporte y distribuci�n -13,7 -17,8 -21,0
Consumo neto 125,9 208,6 251,0
Fuente: Secretar�a General de la Energ�a, UNESA e IDAE para 1990, 2001 y 2005.

Tabla 4. Potencia instalada por tipos de centrales en Espa�a en MW a 31 de diciembre.
1990 2001 2005
Hidr�ulica 17.165 18.007 18.220
Nuclear 7.364 7.816 7.878
Termoel�ctrica cl�sica 21.370 28.799 42.787
Biomasa (incluye RSU) 106 164 354
E�lica 6,6 3.244,5 9.911
Solar fotovoltaica 3,2 15,6 54
Solar termoel�ctrica
Biog�s - 46 152
Biomasa 27 94 189

Total 46.042 58.186 79.545
Fuente: Secretar�a General de la Energ�a, e IDAE para 1990 y 2005.

Tabla 5. Consumo de energ�a final por sectores en Espa�a en Mtep.
Sectores/Fuentes 2005
Industria 38,73
Transporte 38,96
Residencial 16,28
Servicios 8,70
Agricultura 4,02
TOTAL C.F. 106,69
Carb�n 2,30
Petr�leo 62,22
Gas 17,70
Electricidad 20,71
Renovables 3,75
Fuente: Secretar�a General de la Energ�a e IDAE.

Tabla 6. Consumo neto de energ�a el�ctrica (Total de Espa�a)
A�o GWh Variaci�n
1990 129.161 3,0
1991 138.046 6,9
1992 139.423 1,0
1993 139.065 (0,3)
1994 145.033 4,3
1995 150.289 3,6
1996 154.928 3,1
1997 162.338 4,8
1998 174.247 7,3
1999 186.448 7,0
2000 197.525 5,9
2001 209.100 5,9
2002 215.689 3,2
2003 230.348 6,8
2004 240.759 4,5
2005 250.983 4,2
Fuente: UNESA

Tabla 7. Emisiones de contaminantes en la producci�n de electricidad: todo el ciclo de combustible (toneladas por GWh)
Fuente de energ�a CO2 NO2 SO2 Part�culas s�lidas en suspensi�n CO Hidrocarburos Residuos nucleares Total
Carb�n 1.058,2 2,986 2,971 1,626 0,267 0,102 -- 1.066,1
Gas natural (Ciclo combinado) 410,0 0,251 0,336 1,176 TR TR -- 825,8
Nuclear 8,6 0,034 0,029 0,003 0,018 0,001 3,641 12,3
Fotovoltaica 5,9 0,008 0,023 0,017 0,003 0,002 -- 5,9
Biomasa 0 0,614 0,154 0,512 11,361 0,768 -- 13,4
Geot�rmica 56,8 TR TR TR TR TR -- 56,8
E�lica 7,4 TR TR TR TR TR -- 7,4
Solar t�rmica 3,6 TR TR TR TR TR -- 3,6
Hidr�ulica 6,6 TR TR TR TR TR -- 6,6
Fuente: US Department of Energy, Council for Renewable Energy Education y elaboraci�n propia.
TR: trazas. Las emisiones de la biomasa presuponen la regeneraci�n anual de la cantidad consumida, lo que raras veces sucede. La hidr�ulica y la biomasa tienen graves consecuencias para la diversidad biol�gica, y los residuos radiactivos plantean graves problemas de seguridad durante m�s de 200.000 a�os. Otros impactos son la miner�a a cielo abierto en el caso del carb�n, los vertidos de petr�leo y la seguridad de las centrales nucleares.

Referencias
Internet
http://www.idae.es
http://www.unesa.es
http://www.mineco.es/
http://www.mma.es/
http://www.mma.es/oecc
http://www.cne.es/
http://www.mundoenergia.com/
http://www.ree.es/ree-home.htm
http://www.omel.com/
http://www.mcyt.es/
http://europa.eu.int/pol/ener/index_es.htm
http://europa.eu.int/comm/dgs/energy_transport/index_es.html
http://europa.eu.int/comm/dgs/energy_transport/index_en.html
http://europa.eu.int/comm/energy/en/pfs_55_en.html
http://europa.eu.int/comm/energy/en/pfs_save_en.html
http://europa.eu.int/scadplus/leg/es/lvb/l27016b.htm
http://www.enr-network.org/index2.lw
http://europa.eu.int/comm/dgs/energy_transport/en/links_en.html
http://www.iea.org/
http://www.weea.org/
http://europa.eu.int/comm/eurostat/
http://www.ine.es/
http://www.foronuclear.org/
http://www.appa.es
http://www.ciemat.es
http://www.cogen.org
http://www.energias-renovables.com
http://www.icaen.es
http://www.ehn.es
http://www.eufores.es
http://www.gamesa.es
http://www.isofoton.es
http://www.bpsolar.com

Referencias
*Jos� Ignacio P�rez Arriaga et al (2005), Libro Blanco del Sector El�ctrico. Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Madrid.
*Grupo de Prospectiva IDAE/MINER/MEH (2000). Perspectiva Energ�tica y CO2. Madrid.
*IDAE (2005). Plan de Energ�as Renovables en Espa�a 2005-2010. Madrid.
*IDAE (2005). Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energ�tica 2004-2012. Madrid.
*Ministerio de Medio Ambiente (2006). Plan Nacional de Asignaci�n de Derechos de Emisi�n 2008-2012. (Madrid).
*Ministerio de Econom�a. Estad�stica de Energ�a El�ctrica. Varios a�os.
*Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (2006). Revisi�n 2005-2011 de la Planificaci�n de los Sectores de Electricidad y Gas 2002-2011.
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Revista World Watch n�26
http://www.nodo50.org/worldwatch/ww/htm/02-26.html
M�vil 650 94 90 21

*Jos� Santamarta es director de la edici�n espa�ola de la revista World Watch.
http://www.nodo50.org/worldwatch/   

Fuente: lafogata.org

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