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Recordando a Ben Barka
Antonio Salvador
http://socialismoeslibertad.blogspot.com/
El peque�o Nicol�s, Sarko para amigos y enemigos, no pod�a disimular su
felicidad al compartir Mercedes descapotable con Mohamed VI. El presidente de la
Rep�blica Francesa, de visita oficial en Marruecos estos �ltimo d�as, acompa�aba
al monarca alauita por las calles de Marraquech, saludando al nada soberano
pueblo marroqu�.
Las calles repletas de gente, al igual que las c�rceles de Su Majestad. Los
marroqu�es despe�ando sus vidas en el Estrecho mientras la familia real y la
corte holgazanean a cargo del erario p�blico. Nicol�s Sarkozy, principal
representante del neoconservadurismo en Europa, sonre�a junto al aut�crata,
compartiendo ese dudoso honor con personalidades de la talla de ZP, Felipe
Gonz�lez o Juan Carlos I.
El populacho aclamando a su rey, los servicios de seguridad controlando y
cacheando al personal, Sarkozy contento en su papel de protector y benefactor,
todo parec�a tranquilo y sereno, dentro de los m�rgenes de la normalidad, triste
normalidad del Marruecos actual.
De repente, la sonrisa de Sarko se trunc�. La decisi�n de un juez franc�s
arruin� la pl�cida jornada de los dos mandatarios. De la nada, la figura de
Medhi Ben Barka entr� en escena, transcurridos casi cuarenta y dos a�os desde su
desaparici�n. Precisamente, el d�a del inicio de la visita del presidente galo a
territorio marroqu�, reapareci� un fantasma del pasado, reclamando justicia.
El secuestro y posterior asesinato de Mehdi Ben Barka fue un nauseabundo crimen
de Estado, la venganza cruel de un sistema totalitario contra el m�s brillante
de sus enemigos.
Nacido en Rabat en 1920, primer licenciado en matem�ticas de Marruecos, l�der
independentista en los a�os de la Segunda Guerra Mundial, fundador del Istiqlal
(Partido de la Independencia). Siempre represent� al sector m�s izquierdista y
avanzado dentro del nacionalismo marroqu�, siendo desterrado al Atlas en 1951.
Una vez obtenida la independencia en 1955, el rey Mohamed V le nombr� presidente
del primer parlamento, un �rgano meramente consultivo, totalmente dominado por
el monarca.
En estos primeros compases del Marruecos Libre, Ben Barka se dedic� adem�s a
viajar, entrevist�ndose con l�deres tercermundistas c�mo Nasser, Burguiba, Mao
Zedong o Ho Ch� Minh. Tras tomar contacto con estos l�deres, intent� aplicar
experiencias de tipo socialista en el nuevo Estado postcolonial (el trabajo
voluntario, por ejemplo).
En 1959, Ben Barka y otros destacados militantes del Istiqlal, junto a los
sindicatos y las juventudes del mismo, decidieron abandonar el partido y crear
la Uni�n Nacional de Fuerzas Populares (UNFP). El programa pol�tico de la nueva
formaci�n exig�a una serie de medidas: la celebraci�n de elecciones libres, la
promulgaci�n de una constituci�n, la implementaci�n de la reforma agraria, la
alfabetizaci�n del pueblo y el fin de la exclusi�n de las mujeres de la vida
p�blica marroqu�. Pronto, la maquinaria represiva extendi� sus tent�culos sobre
los dirigentes de la UNFP, encarcelando a algunos de ellos y obligando a
exiliarse a Ben Barka.
Tras la muerte de Mohamed V y la subida al trono de su hijo Hassan II en 1962,
el l�der socialista pudo regresar a su pa�s, present�ndose a las elecciones
legislativas del a�o siguiente. Antes de que los nuevos diputados pudieran tomar
posici�n de sus esca�os, miles de militantes de la UNFP fueron detenidos y
torturados, acusados de tramar un complot para asesinar a Hassan. Ben Barka tuvo
que escoger de nuevo el camino del exilio, refugi�ndose en la Argelia
revolucionara, siendo acogido por el presidente Ahmed Ben Bella.
Condenado a muerte en su patria, tratado de traidor por las autoridades
marroqu�es, Mehdi Ben Barka se dedic� de lleno al movimiento tercermundista,
c�mo presidente de la Comisi�n Organizadora de la Conferencia Tricontinental de
La Habana de 1966.
El 29 de octubre de 1965, fue raptado por dos inpectores de la brigada de
estupefacientes de la polic�a francesa a las puertas de la cervecer�a Lips en
Par�s, a plena luz del d�a. Posteriormente fue trasladado a un chalet de las
afueras de la capital, siendo torturado hasta la muerte por el general Mohamed
Ufqir, ministro del Interior de Marruecos. En esta operaci�n colaboraron tanto
los servicios secretos marroqu�es, c�mo el servicio de contraespionaje franc�s y
la CIA.
Seg�n el testimonio del agente marroqu� Ahmed Bujari, que concedi� una
entrevista a Le Monde en junio de 2001 y posteriormente public� un libro
sobre el asunto, el cuerpo de Ben Barka fue disuelto en una cuba de �cido la
noche del 31 de octubre en un centro de detenci�n de Rabat. Un hombre de la CIA,
el denominado coronel Martin, supervis� la operaci�n, que fue filmada en video
para deleite del criminal Hassan II.
De esta manera, el r�gimen mon�rquico eliminaba a su principal adversario, con
el apoyo entusiasta del general Charles de Gaulle (presidente de Francia en
aquella �poca) y la connivencia del Imperio usamericano. Ben Barka, socialista,
antiimperialista, prestigioso matem�tico, aliado de Ben Bella y de Fidel Castro,
coordinador de los No Alineados, en fin, era un personaje inc�modo para los
poderosos de todo el planeta.
Ahora, informa Efe "El juez franc�s (Patrick Ramael) que instruye el sumario
del secuestro y desaparici�n del opositor marroqu� Mehdi Ben Barka en 1965 en
Par�s ha firmado ordenes internacionales de arresto contra el jefe de la
Gendarmer�a de Marruecos y otros cuatro marroqu�es, seg�n inform� hoy una
televisi�n francesa". Esta bomba informativa ha explotado ante la mirada
sorprendida de Nicol�s Sarkozy. No se lo esperaban, ni �l ni Mohamed VI. Los
principales protagonistas de este drama: Ben Barka, Ufkir, Hassan II, el
delincuente franc�s Georges Figon*; est�n muertos.
Figon falleci� misteriosamente a principios de 1966. UIfkir, el temible general,
perdi� la vida en 1973, acribillado a balazos en la antec�mara del despacho del
rey, tras conocerse su participaci�n en un nuevo complot contra Hasan II. �ste
�ltimo nos dej� en el verano de 1999, dos semanas despu�s de cumplir los setenta
a�os. Cinco de los implicados en aquella monstruosidad siguen con vida, los
mismos contra los que Patrick Ramael ha dictado ordenes internacionales de
detenci�n.
La justicia de la burgues�a es lenta pero oportuna, por lo menos en lo que a Ben
Barka se refiere. Esta decisi�n quiz�s no sirva para mucho (procesalmente
hablando), probablemente ninguno de estos cinco individuos ser� detenido jam�s,
pero, por lo menos, el asunto Ben Barka ha vuelto a saltar al tapete de la
actualidad internacional.
El tiempo pasa, los hombres tambi�n, sin embargo, el sistema permanece:
-El Majzen , ese conglomerado de intereses creados de las clases altas de
Marruecos, sigue monopolizando la vida pol�tica del pa�s.
-El rey, pr�ncipe de los creyentes, descendiente directo del profeta Mahoma, es
el due�o y se�or de las vidas de todos sus s�bditos.
-La estabilidad de la monarqu�a, depende en buena medida del sost�n de los
imperialismos franc�s y yanqui.
-La antigua potencia colonial, Francia, es de gobernada de nuevo por un
gaullista (aunque rebozado en ketchup bushista ).
-El pueblo marroqu� sigue en la miseria, inmigrando masivamente a la Uni�n
Europea, echado en brazos del islamismo, fomentado precisamente por Hassan II
para combatir el nacionalismo �rabe y el socialismo.
-El S�hara Occidental contin�a ocupado, anta�o por los espa�oles, en la
actualidad por los marroqu�es. Sarkozy apoya firmemente el anexionismo de Rabat
y ZP ,con otros modales, tambi�n.
Recuerden ustedes, compa�eros lectores, el nombre de Mehdi Ben Barka. Recuerden
el nombre de sus asesinos, no olviden los porqu�s de su asesinato, es nuestro
deber c�mo ciudadanos honrados y decentes. S�, decentes, porque la decencia no
es patrimonio de los puritanos, y honrados, porque la honradez es totalmente
ajena a las clases dominantes. La decencia es prima hermana de la dignidad, de
esa dignidad por la que murieron personas honradas c�mo Ben Barka.
*Georges Figon, peculiar personaje de los bajos fondos parisinos, fue una pieza
clave en el rompecabezas del affaire Ben Barka. �l se encarg� de enrolar a la
escritora Marguerite Duras y al director de cine Georges Franju en un falso
documental, que constituy� la excusa perfecta para atraer a Ben Barka a Francia.
Tras el rapto, Figon desapareci� de la circulaci�n, haciendo declaraciones para
los medios de forma clandestina. El 17 de enero de 1966 la policia descubri� su
c�daver en un apartamento de Paris. Su muerte fue calificada c�mo un sucidio. La
pel�cula El asunto Ben Barka (S�rge Le Peron, 2006) cuenta la historia
desde el punto de vista de Figon.
Fuente: lafogata.org