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Medio Oriente - Asia - Africa

El deber de memoria en Burkina Faso

Cr�nica de los actos conmemorativos en Uagadug� en el 20� aniversario del asesinato de Thomas Sankara.

Juan Montero G�mez
Rebeli�n

Hace apenas unos d�as hemos vuelto de Uagadug� (Burkina Faso) tres miembros del Comit� Espa�ol para la conmemoraci�n del XX aniversario del asesinato de Thomas Sankara �Alberto Cill�n, Brice Payen y Juan Montero-. Hemos participado en el 1er Simposio Internacional Thomas Sankara que, entre los d�as 11 y 15 de octubre, organizado por el CNO (Comit� Nacional de Organizaci�n) del Comit� Burkinab� para la celebraci�n del a�o Sankara, se ha desarrollado en la sala del ATB (Atelier de Th��tre Burkinab�. Ha sido una experiencia intensa pues varias cosas de las que all� acontecieron suced�an por primera vez desde el vil asesinato, la tarde del 15 de octubre de 1987, de qui�n fuera el gu�a de la revoluci�n democr�tica y popular burkinab� y de doce de sus acompa�antes.
Blaise Compaor�, fratricida y traidor, es desde entonces presidente de Burkina Faso y es hoy el principal candidato a rellenar la X que figura en el dossier judicial que busca esclarecer los hechos acaecidos aquella tarde y que todav�a hoy, veinte a�os despu�s, permanecen impunes. Compaor� fue, en el mejor de los casos, el principal beneficiario de ese crimen urdido en los s�tanos de la Fran�afrique y su reinado es un reguero de sangre y represi�n que �l, silenciando en lo posible a las v�ctimas, se apresuraba a celebrar tambi�n en estos d�as bajo el infamante t�tulo de "Renacimiento democr�tico".
Pero para qui�n no sepa, y son muchos los que nada saben, sin ir m�s lejos un comentarista pol�tico habitual de El Pa�s, Antonio Elorza, en una columna titulada "Memorias hist�ricas", el pasado 20 de octubre, ignorando por completo la existencia de este h�roe-m�rtir revolucionario, de este Che negro como le llaman en toda �frica, escrib�a: "� El Che (Guevara) fue el �ltimo revolucionario rom�ntico, dispuesto a jugarse la vida por un ideal de emancipaci�n de la humanidad�". Ignoraba que diez a�os m�s tarde, asesinado por el r�gimen del apartheid en Sud�frica, ca�a Steve Biko, dirigente del movimiento de la Conciencia Negra y que, diez a�os despu�s, el 15 de octubre de 1987, otro revolucionario, panafricanista y negro, mor�a asesinado por osar enfrentarse desde su pa�s y en las tribunas del mundo a todos los poderosos que condenan a �frica a la miseria y al olvido. Ignorancia excusable cuando se sabe que, en lo humano, lo pol�ticamente correcto es actuar como si �frica no existiese.
Del lado de los pobres Thomas Sankara, hace ahora veinte a�os, os� inventarse un porvenir para su pueblo. Eso fuimos a conmemorar, de eso fuimos a aprender, y eso intentaremos explicar ahora.
As� pues, para qui�n no sepa, Burkina Faso que significa el pa�s de los hombres �ntegros, fue el nombre que el capit�n Thomas Sankara dio, a partir de la revoluci�n democr�tica y popular por �l liderada el 4 de agosto de 1983, a la antigua colonia francesa del Alto Volta. Pa�s pobre, enclavado en el Sahel, tiene frontera con Costa de Marfil, Ghana, Togo, Ben�n, N�ger y Mali, escaso de recursos y eminentemente agr�cola fue, durante los a�os de la colonia, proveedor de mano de obra esclava a joyas de la corona colonial como Costa de Marfil. Desde su acceso a la independencia, el 5 de agosto de 1960, se suceden una serie de golpes de Estado que llevan al poder a distintos militares (1966, 1980, 1982, 1983 y 1987).
As�, el 4 de agosto de 1983, al frente del CNR (Consejo Nacional Revolucionario), el capit�n Thomas Sankara, militar de izquierda, de cuando la izquierda s� se diferenciaba de la derecha y no como ahora que en las esferas del poder una corte de pol�ticos, pseudointelectuales y comentaristas se entregan con deleite al juego de la confusi�n, profundamente cultivado ��l dec�a que un militar sin cultura era un asesino en potencia- inaugur� tras un golpe de Estado junto a su amigo, compa�ero de armas y hermano, Blaise Compaor�, un per�odo revolucionario de cuatro a�os que, bajo el nombre de Revoluci�n Democr�tica y Popular, iba a alterar radicalmente la vida del pueblo burkinab�, al tiempo que hac�a de Burkina Faso un modelo a seguir por los pa�ses circundantes y africanos en general y un peligro para los intereses del capital mundial que desde siempre ha fustigado a �frica.
En tan s�lo cuatro a�os Thomas Sankara y el Consejo Nacional de la Revoluci�n convirtieron el Alto Volta en Burkina y lo devolvieron a los burkinabeses. Se trataba de una revoluci�n end�gena, Sankara dijo siempre que el modelo revolucionario burkinab� era inexportable, cada pueblo ha de hacer su propia revoluci�n: pensar globalmente y actuar localmente.
En su magn�fico libro "La era Compaor�. Cr�menes, pol�tica y gesti�n del poder", el intelectual burkinab�, comprometido y perseguido, Vincent Ouattara, a qui�n en estos d�as entrevistamos en su casa de Uagadug�, dice refiri�ndose a la revoluci�n: "� La revoluci�n instaur� un modelo de desarrollo impulsado fundamentalmente desde dentro. Se trataba sobre todo de ense�ar a la poblaci�n a ser due�a de su destino, a apreciar sus valores, a desarrollar su capacidad de reflexi�n y de creaci�n, a dejar a un lado la mentalidad de frustrado que conduce a la pereza, al conformismo, que hace de los hombres consumidores de modelos y teor�as de desarrollo no asumidas, impropias� Es necesario resaltar que por la revoluci�n, Thomas Sankara y sus compa�eros devolvieron la confianza a las poblaciones desesperadas, olvidadas por las elites nacionales� En definitiva, establecieron tres tipos de confianza: la confianza en la gesti�n del bien p�blico, la confianza hacia los dirigentes y la confianza en s� mismo y en su capacidad para alcanzar los objetivos ligados a la emancipaci�n nacional�".
En definitiva, Thomas Sankara y los suyos convirtieron en programa pol�tico una m�xima del l�der: "vivir como africanos es la �nica manera de vivir libre y de vivir dignamente".
En tan s�lo cuatro a�os, Thomas Sankara y su gobierno revolucionario, en un pa�s en el que la agricultura es con mucho su principal activo econ�mico, devolvieron las tierras a los campesinos, levantaron por todo el territorio peque�as presas que regaban los sembrados, favoreciendo as� la autosuficiencia, �nica base s�lida de una independencia real, acometieron vastas campa�as de alfabetizaci�n y vacunaci�n, universalizaron la educaci�n y la sanidad hasta el punto de que, desde los pa�ses vecinos, se desplazaban ni�os para estudiar o ser vacunados. En estos d�as Brice y yo nos sorprend�amos de no ver en toda Uaga un solo poliomiel�tico, algo tan frecuente en otras capitales africanas, y pens�bamos que tendr�a que ver con las campa�as de vacunaci�n del per�odo revolucionario. Recuperaron a la mujer para todos los estamentos sociales, promovieron la artesan�a local en todas sus facetas, actuaron de forma decidida en la protecci�n del medio: contra la desaparici�n de especies, la tala abusiva de �rboles y el fuego en los bosques, plantaron cara a la corrupci�n y sobre todo, por primera vez, atacaron de manera frontal el c�ncer de la deuda externa. Cometieron tambi�n errores, como los excesos de los CDR (Comit�s de Defensa de la Revoluci�n), el enfrentamiento innecesario con algunos funcionarios y con las siempre reaccionarias autoridades tradicionales y el deseo, en definitiva, de ir demasiado r�pido. Errores todos ellos reconocidos por el propio Sankara y en cuya rectificaci�n se encontraba implicado poco antes de morir.
En su discurso ante la OUA en Addis Abeba, Sankara denuncia la esclavitud y la dependencia derivadas de una deuda c�nica y pide a los dem�s pa�ses africanos su solidaridad en esta lucha que Burkina sola no puede emprender. De no contar con vuestro apoyo, precisaba Sankara, no volver�is a verme en la pr�xima reuni�n. Era el 29 de julio de 1987 y el 15 de octubre de ese mismo a�o, s�lo dos meses y medio despu�s, ca�a asesinado junto a doce de sus compa�eros revolucionarios bajo las balas del fel�n Compaor� y sus c�mplices de la Fran�afrique.
La esperanza hab�a sido asesinada. Empezaba la era Compaor�, la sanguinaria rectificaci�n que en poco tiempo entregar�a el pa�s a las garras del neoliberalismo con la firma, en marzo de 1991, de los acuerdos de ajuste estructural con el Banco Mundial.
Desde entonces un reguero de sangre, miseria, corrupci�n y expolio, de represi�n sin l�mite, torturados y desaparecidos, una verg�enza mirar alrededor en Uagadug� y recordar al mismo tiempo la sempiterna propaganda oficial: "20 a�os de renacimiento democr�tico", "El progreso contin�a con Blaise Compaor�"� etc, y alrededor s�lo miseria y hambre, s�lo la mirada basta para retratar el fracaso de veinte a�os que, en palabras de Vincent Ouattara s�lo han servido para que algunos "� gocen, en total impunidad, de las riquezas amasadas sobre la espalda de un pueblo del Sahel".
Pero Sankara ya no est� y como bien se dijo durante el simposio: ahora todo depende de nosotros. Pero, �c�mo es el ahora en Burkina Faso?.
Tras el discurso de La Baule en el a�o 1990, en el que Fran�ois Mitterand, tan c�nico como siempre, condicionaba la ayuda a la democratizaci�n de los pa�ses en desarrollo, el comprador Compaor� corri� a ponerse la m�scara de una democracia que le permitiese seguir con sus fechor�as. Tras esa apariencia de democracia parlamentaria, un puro protocolo de separaci�n de poderes, las bridas acaban siempre en la f�rrea mano de Compaor�. Los d�as previos al simposio todo fueron problemas y dificultades para el CNO (Comit� Nacional de Organizaci�n). Los locales fueron, uno tras otro, sistem�ticamente denegados, los espacios p�blicos prohibidos y los spots publicitarios realizados por los sankaristas para su difusi�n en la RTB (Radio Televis�n Burkinabesa) censurados. Mientras, los actos de apoyo a Blaise Compaor� y su pretendido renacimiento democr�tico se multiplicaban y ocupaban todos los espacios, sus spots no dejaban de salir en la televisi�n estatal y sus telediarios, una r�plica actualizada de nuestro lamentable NO-DO, le daban a �l y a los suyos el 90% de la emisi�n: pura propaganda.
Incomprensiblemente Myriam Makeba actu�, dentro del programa de celebraciones oficiales, en el estadio 4 de agosto que hab�a sido previamente reservado por los sankaristas y del que fueron expulsados pocos d�as antes del 15 de octubre. M�s incomprensible a�n fue la visita de Lula y su participaci�n en los actos conmemorativos del XX aniversario de la sangr�a y el expolio del pueblo burkinab�. Este mercader de biocombustible que pasea por el mundo su cada vez m�s agotado cr�dito democr�tico y progresista, no tuvo reparos en ofrecer su imagen a la cosm�tica del asesino. Advertido como estaba por la oposici�n sankarista que diez d�as antes de su visita hab�a depositado una carta en la embajada de Brasil en Cotonou, sede m�s pr�xima a Burkina de la diplomacia brasile�a, en la que se le comunicaba que cualquier otro d�a del a�o que no fuese el 15 de octubre ser�a bien recibido en Burkina, se le explicaba por qu� y se le ped�a encarecidamente que no participase en esa mascarada de legitimaci�n, ni corto ni perezoso acudi� a Uagadug� en la fecha-trampa acordada, permaneci� medio d�a y se dej� fotografiar y filmar en agasajos al dictador. Esa misma noche grabamos el telediario oficial que empezaba con la imagen de Lula descendiendo la escalerilla de su avi�n, a cuyos pies esperaba un radiante Compaor� que mientras le estampaba los tres besos de rigor dejaba oir una voz en off que dec�a: "El presidente de Brasil, Luiz In�cio Lula da Silva, que acude a la celebraci�n del XX aniversario del renacimiento democr�tico�". Sobran las explicaciones.
Estando en Uagadug� uno tiene la impresi�n de que Compaor� busca fuera lo que no tiene dentro: cr�dito moral. Es una ciudad en la que constantemente se est� propiciando eventos internacionales, algunos de ellos disparatados, en lo que parece ser un claro intento de ganarse el reconocimiento en la complicidad ajena. Legitimado por varias elecciones fraudulentas pre�adas de abuso de poder, coacciones, omnipresencia en todos los medios, falta de proporcionalidad en el sistema de representaci�n y negaci�n del estatuto de jefatura de la oposici�n a quienes deber�an detentarlo y su concesi�n a quienes, aparentando ser opositores, act�an realmente como c�mplices de la mayor�a, Compaor� se sabe no querido, en el mejor de los casos temido y es por eso que busca fuera lo que no tiene dentro. Internacionalizando su r�gimen busca el reconocimiento del que sabe carece. Ahora es el mediador en el conflicto de Costa de Marfil y por sus telediarios pasan altos cargos de la administraci�n marfile�a rindi�ndole pleites�a. Ahora es el garante de las elecciones en Togo, el hombre de la Fran�afrique en la zona. Pero durante demasiado tiempo convirti� su pa�s en refugio de canallas y �ltimamente, en el dossier de miles y miles de p�ginas que se sigue, en el Tribunal Especial de la ONU para Sierra Leona, contra el genocida Charles Taylor, dicen que su nombre aparece de media cada siete p�ginas. La codicia por los diamantes de Liberia y Sierra Leona le movi� a enviar tropas burkinabesas a una zona donde, como todo el que quiera puede saber, abundaron durante a�os las atrocidades y los cr�menes de lesa humanidad. La esperanza de algunos sankaristas, a mi parecer excesivamente optimistas, es que en alg�n momento Taylor declare en su contra.
As� pues, d�as antes de aterrizar en el aeropuerto de Uagadug�, dos d�as antes para ser m�s precisos, no hab�a lugar donde celebrar los actos, hab�an aumentado las amenazas de muerte y el coche de Samsklejah �m�sico bukinab� y comunicador de radio, autor del disco "Une bougie pour Thomas Sankara" (Una vela para Thomas Sankara), cuyas canciones junto a las de Bob Marley acompa�aron a la caravana sankarista por las calles de Uaga, valiente sankarista, miembro del CNO y varias veces amenazado de muerte- hab�a sido incendiado.
Sin embargo, los preparativos continuaban, el desaf�o estaba echado y los sankaristas dispuestos a conmemorar el XX aniversario del asesinato de su l�der en la misma calle.
Ni que decir tiene que quienes �bamos, ante las noticias que desde all� nos llegaban, tem�amos lo peor. Sab�amos que a Compaor� no le interesaba ahora la represi�n, sab�amos que Francia se preocupa ahora en lavar su imagen, pero por experiencia tambi�n sab�amos que la conveniencia no es siempre el mejor freno. Ahora que el tel�n ha ca�do sobre esos d�as pasados, ahora que poco a poco hemos ido regresando, hemos de estar muy pendientes de lo que pase con los Samsklejah, los Vincent Ouattara, Jonas Hien o Issaka Traor�, todos esos valientes burkinabeses que se dedican a destapar las cloacas de su sistema. Tal vez hoy no le convenga a Compaor� pero, a medida que el cerco se estreche, la sangre volver� a correr sobre el pa�s de los hombres �ntegros.
Esta vez sin embargo tomamos la calle en un �xtasis colectivo que me recordaba los �ltimos a�os del franquismo y los primeros de la transubstanciaci�n. Primero fue la salida de Uagadug� al encuentro de la guagua que, fletada por sankaristas, hab�a salido de M�jico hac�a un par de meses y que, tras atravesar Francia, Senegal y Mali, llegaba a Uaga desde Bobo Dioulasso, segunda ciudad del pa�s. �bamos en un 4 x 4 de Ma�tre B�n�wend� S. Sankara, presidente del principal partido sankarista, la UNIR/MS (Uni�n por el Renacimiento del Movimiento Sankarista), a qui�n esa misma ma�ana hab�amos entrevistado en el ATB. Con nosotros iban tambi�n la viuda y las dos hijas del periodista burkinab� Paulin Bamouni, autor del libro "Burkina Faso, el proceso de la revoluci�n", director de la prensa escrita con Thomas Sankara y uno de los doce asesinados junto al l�der de la revoluci�n.
Recorrimos unos diez kil�metros de la carretera que une Uagadug� con Bobo Dioulasso, hasta alcanzar un control de peaje donde nos esperaba la guagua sankarista. �bamos permanentemente escoltados por las mobylettes y las bicicletas de Uaga, ciudad que estoy convencido detenta el r�cord de esas motos en toda �frica. Delante de nosotros, un cami�n plataforma, rebosante de gente, lanzaba al aire a trav�s de potentes altavoces las canciones del disco de Samsklejah que ensalzan la figura de Sankara, y algunos de los temas de Bob Marley que reivindican la dignidad y los derechos, todos ellos coreados por la gente.
Algunos que pasaban junto a nuestro coche y reconoc�an al Ma�tre alzaban su pu�o y buscaban complicidad en el l�der sankarista, famoso desde que asumi� la causa civil en el abominable asesinato, a manos de elementos de la seguridad presidencial, el 13 de diciembre de 1998, del periodista Norbert Zongo, independiente, tenaz y valiente investigador del caso David Ouedraogo, ch�fer entregado un a�o antes por Fran�ois Compaor�, hermano peque�o y asesor del presidente de Burkina, a la guardia presidencial para su tortura hasta la muerte y cuyo cuerpo nunca fue entregado a su familia. El asesinato de Zongo deriv� en revueltas populares que obligaron a Compaor� a abrir la mano y permitir una cierta libertad de expresi�n en la que es habitual, por pura conveniencia, la pr�ctica de la autocensura.
El ambiente en la caravana era festivo y la alegr�a y el compromiso se reflejaban en todas las caras, as� y todo lo que no esper�bamos fue la explosi�n que supuso la vuelta a Uaga. A medida que la caravana iba avanzando cada vez m�s lenta, m�s y m�s personas se iban uniendo a ella hasta convertirse en una multitud motorizada compuesta por los tipos m�s heterog�neos. Todas las edades estaban all� representadas y en los aleda�os de la carretera, all� donde aparec�an peque�os terrenos labrados, negocios con todos los desechos imaginables, alguna gasolinera, parada de camiones o bar, las gentes se volv�an para saludar el paso de la caravana, pu�o en alto y en la boca la sentencia con la que se cierra el himno de Burkina, nacido de la revoluci�n y tantas veces o�do a lo largo de esos d�as: "la patrie ou la mort, nous vaincrons" (Patria o muerte, venceremos).
Durante todo el trayecto el Ma�tre iba colgado a su m�vil en permanente contacto con la cabeza de la manifestaci�n desde donde le iban informando de los movimientos de la polic�a, en funci�n de los cuales la ruta se iba, hasta cierto punto, improvisando.
Afortunadamente la polic�a, dedicada a proteger los espacios ocupados por los compaoristas, no se dej� ver en todo el trayecto y ya en Uaga, con la combusti�n por cientos de veh�culos (se hablaba de entre cinco y siete mil personas) de la peor gasolina del planeta, el aire se hab�a vuelto irrespirable. Fotografiamos y filmamos aquella locura desatada, nos mezclamos en ella y a�n conscientes de que era el producto de una cruel anormalidad, de una larga y monstruosa represi�n, nos dejamos llevar por la alegr�a.
La manifestaci�n se disolvi� en el ATB, sede permanente del simposio sankarista para, cuatro horas m�s tarde, reencontrarse en el aeropuerto de Uagadug� donde, en un vuelo de Air Burkina, se esperaba la llegada, por primera vez en veinte a�os de exilio, de Mariam Sankara, viuda del presidente asesinado quien, impulsada por los �xitos recientes ante el Comit� de Derechos Humanos de la ONU de un colectivo de 22 abogados voluntarios denominado Justicia para Sankara y por la proclamaci�n, en el �ltimo Foro Social Mundial de Bamako (Mali), del a�o 2007 como a�o Sankara, volv�a, en contra de su voluntad de veinte a�os, fugazmente a casa. La locura le acompa�� hasta su domicilio, el mismo en el que hab�a vivido con Thomas Sankara y en el que hab�a tenido a sus hijos.
Al d�a siguiente, 15 de octubre, el �ltimo acto p�blico programado del simposio, fue la lectura por parte de la delegaci�n espa�ola de la declaraci�n que hab�amos llevado. Apenas le faltaba a Brice Payen un p�rrafo por leer cuando fuera de la sala, en el patio principal del edificio, empezaron a escucharse aplausos. La viuda llegaba. No hizo sino terminar Brice su lectura cuando la apoteosis estall�, la sala abarrotada y en pie ovacionaba a Mariam Sankara y todos, como una sola voz, empezaron a cantar el himno de Burkina. Fue un momento de intensa emoci�n seguido de unas breves palabras de Mariam Sankara quien, aclamada para despecho de la soberbia Chantal Compaor� como primera dama de Burkina Faso, expres� su mayor deseo que no era otro que la unidad de todos los sankaristas.
Porque en Burkina hoy los sankaristas est�n divididos. Por un lado est� la UPS (Uni�n de Partidos Sankaristas) que re�ne a cinco organizaciones que esperan convertirse en un solo partido a partir de un congreso extraordinario que se celebrar� el pr�ximo 13 de enero, por otro est� el ya nombrado UNIR/MS (Uni�n por el Renacimiento del Movimiento Sankarista). A partir pues del pr�ximo mes de enero el sankarismo en Burkina quedar� reducido a dos partidos que, conscientes de que lo esencial les une, buscar�n sin duda acercarse y convertirse en una �nica organizaci�n. Hoy, la ausencia de un l�der y los deseos de protagonismo han provocado una crisis de representatividad que debilita a�n m�s a la �nica oposici�n real del pa�s.
En este sentido el simposio, a trav�s de diferentes ponencias, revisitaba no s�lo la figura de Thomas Sankara sino m�s bien y sobre todo el ideario sankarista. Con un planteamiento pedag�gico el congreso indagaba en lo esencial del sankarismo, buscaba conceptualizar el sankarismo de hoy para por una parte, conscientes de que sus diferencias no son esenciales, caminar hacia la unidad y por otra poder convertir este ideario en un arma pol�tica al servicio del pueblo. Se trata de llegar cuanto antes al poder para gestionar Burkina seg�n esta actualizaci�n del ideal de Sankara. Se busca la toma del poder por v�as pol�ticas y esperamos, para bien de los burkinabeses, que as� sea. En este sentido el ejemplo de las revoluciones democr�ticas hoy en Am�rica Latina es un referente de cambio para los pueblos oprimidos de �frica.
A fin de cuentas no es tarea dif�cil actualizar el sankarismo. Thomas Sankara fue un revolucionario pero tambi�n fue un visionario, un adelantado a su tiempo. Todas las ideas por las que luch� y de las que, una semana antes de morir, en un discurso con ocasi�n del XX aniversario del asesinato del Che, dijo: "No se puede matar las ideas, las ideas no mueren", son hoy el n�cleo aglutinador de los movimientos por otra globalizaci�n y son el eje discursivo de los Foros Sociales Mundiales. Sankara fue un precursor de la altermundializaci�n, particularmente por su lucha frontal contra la deuda, su compromiso medioambiental, su apuesta por la soberan�a alimentaria y por la emancipaci�n total de la mujer as� como su compromiso inflexible contra la corrupci�n, c�ncer que corroe hoy a buena parte de los gobiernos africanos, por no decir mundiales.
La tarde de ese �ltimo d�a, con el simposio ya clausurado, acompa�amos en una multitudinaria procesi�n a Madame Sankara hasta el cementerio de Dagno�n donde yacen los cuerpos de Thomas Sankara y sus doce compa�eros. Un estercolero, un cementerio de arrabal donde la noche del crimen fueron enterrados por presidiarios, deprisa y corriendo, los trece cuerpos. Un testigo describe la espantosa escena: "� las tumbas eran pasto de grandes moscas negras, hasta ese punto los cuerpos no hab�an sido profundamente enterrados. Un papel colocado sobre cada tumba indicaba el nombre de la v�ctima que hasta ayer hab�a sido presidente, soldado o universitario�".
Hoy esas mismas tumbas, en un entorno de basura y desolaci�n, lucen impolutas, pintadas con mimo para la ocasi�n, y uno recuerda las palabras de Thomas Sankara que, como dice Vincent Ouattara, conoc�a desde siempre el ep�logo de su tragedia: "Me hice una composici�n de lugar. O bien terminar� como anciano en alg�n lugar, o bien ser� un final violento pues son tantos nuestros enemigos. Una vez aceptado ya s�lo era cuesti�n de tiempo. Ocurrir� hoy o ma�ana. De cualquier forma s� que nunca llegar� el d�a en el que se�al�ndome se diga: "Es el antiguo presidente de Burkina Faso", se dir�: "Es la tumba del antiguo presidente de Burkina Faso".
Y para concluir, tomo prestada una frase de Sankara que encabeza la conferencia que un amigo senegal�s, miembro del Comit� Senegal�s por el XX aniversario del asesinato de Thomas Sankara, Demba Moussa Demb�l�, dio el pasado 20 de octubre en la ex Ecole Normale Sup�rieure de Dakar mientras rend�a homenaje a un hombre �ntegro:
"Deseo que se conserve de m� la imagen de un hombre que ha llevado una vida �til para todos".
Querido presidente, no vamos a olvidarte. Es un deber de memoria. 

Fuente: lafogata.org

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