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Latinoamérica

El infierno carcelario y las penas alternativas

Emir Sader
Carta Maior
Traducido por Àlex Tarradellas

El episodio de la niña en la celda de presos hombres y la revelación de que no se trata de un caso aislado es tan sólo un episodio más del característico infierno brasileño [1]. Sabemos que nuestro sistema penitenciario no está hecho para recuperar –como debería ser–, sino para aislar, punir y, si es posible, exterminar –si no físicamente, por lo menos la humanidad de los que allí son recluidos.

Sabemos que quien llega hasta allí, por una u otra razón, no sale más, a no ser que huya. Las tramas crueles de la institución cerrada se encargan de devorar a sus miembros. Los casos que los que estamos aquí fuera conocemos de allí son apenas la confirmación de que no queremos ni esperamos nada de aquel mundo. Queremos que permanezcan allí para siempre, recluidos, encerrados, aislados. Para nosotros, son bárbaros.

Reforzados por ese clima represivo, cada vez se piden más penas y más reclusiones. Una sociedad que demanda eso, tiene que estar dispuesta a pagar más impuestos para construir prisiones, comisarías, para tener más policías, más jueces, más coches de policía, más represión, más muerte.

Así se reproduce el infierno que estamos viviendo, dentro y fuera de las prisiones. Mientras tanto, medidas tan simples como las que prevén penas alternativas, prácticamente no son utilizadas. Se trata de procesos de socialización de los condenados como reos sin antecedentes penales a infracciones simples, que en lugar de convivir de manera promiscua en las prisiones, con los riesgos de contagio de todo tipo, tienen la posibilidad de recuperarse prestando servicios a la comunidad.

Las experiencias existentes son muy positivas y alentadoras. Cuando trabajé en la alcaldía de Luiza Erundina [2], en São Paulo, las penas alternativas fueron utilizadas ampliamente, con condenados prestando servicios de ebanistería, pintura y otras actividades similares en colegios públicos. Los resultados no podrían ser mejores. Se combina la traducción de la pena en servicios que retribuyan a la comunidad por los daños causados y tiene una dimensión de resocialización.

Al contrario de eso, esa ansia de penalización que es multiplicada conscientemente por la prensa –incluyendo el rechazo de la ley que limitaba la compra de armamentos, las iniciativas para disminuir la edad de impunidad penal, para instituir la pena de muerte, para aumentar las penas-, quiere avanzar en la dirección opuesta, con la criminalización de la pobreza, las luchas sociales, la infancia y la juventud pobre, que deambula por las calles, plazas y esquinas de sociedades que los discriminan, los rechazan, los criminalizan.

Disminuir la población carcelaria con la práctica sistemática de penas alternativas contribuye, por lo contrario, a disminuir el hacinamiento de las prisiones, el contagio de los condenados sin antecedentes penales con otros, para la resocialización recuperación de los que han cometido delitos por primera vez. No resuelve todos los problemas, pero ayuda a retomar la función de reeducación de las penas y a disminuir el carácter multiplicador de la criminalidad dentro de las prisiones, su promiscuidad física y social.

[1] N.T. Para saber más información sobre el escándalo de una adolescente encarcelada en una prisión del Estado de Pará, lea «Cruel Connivencia», de Sylvia Bojunga:

http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=4288&lg=es

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=60120

[2] N.T. Luiza Erundina es una asistente social y política brasileña. Actualmente ejerce el cargo de diputada federal por el estado de São Paulo, y pertenece al grupo del Partido Socialista Brasileño. Ganó notoriedad en Brasil cuando fue electa la primera alcaldesa que representaba un partido de izquierda en la ciudad de São Paulo, en 1988. (Wikipedia en portugués: http://pt.wikipedia.org/wiki/Luiza_Erundina )

Fuente: http://www.cartamaior.com.br/templates/postMostrar.cfm?blog_id=1&post_id=154

Artículo original publicado el 10 de dicimbre de 2007

Sobre el autor (http://www.tlaxcala.es/detail_auteurs.asp?lg=es&reference=95)

Àlex Tarradellas es miembro de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a su autor y la fuente.

Fuente: lafogata.org