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Latinoam�rica

Desechando lo desechable

Marciano Dur�n

Seguro que el destino se ha confabulado para complicarme la vida.
No consigo acomodar el cuerpo a los nuevos tiempos.
O por decirlo mejor: no consigo acomodar el cuerpo al "use y tire" ni al "compre y compre" ni al "desechable".
Ya s�, tendr�a que ir a terapia o pedirle a alg�n siquiatra que me medicara.
Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambi�ndolas por el modelo siguiente s�lo porque a alguien se le ocurre agregarle una funci�n o achicarlo un poco.
No hace tanto con mi mujer lav�bamos los pa�ales de los gurises.
Los colg�bamos en la cuerda junto a los chirip�s; los planch�bamos, los dobl�bamos y los prepar�bamos para que los volvieran a ensuciar.
Y ellos� nuestros nenes� apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pa�ales).
�Se entregaron inescrupulosamente a los desechables!
S�, ya s� a nuestra generaci�n siempre le cost� tirar.
�Ni los desechos nos resultaron muy desechables!
Y as� anduvimos por las calles uruguayas guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores. Y nuestras hermanas y novias se las arreglaban como pod�an con algodones para enfrentar mes a mes su fertilidad.
�Nooo! Yo no digo que eso era mejor.
Lo que digo es que en alg�n momento me distraje, me ca� del mundo y ahora no s� por d�nde se entra.
Lo m�s probable es que lo de ahora est� bien, eso no lo discuto.
Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de m�sica una vez por a�o, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.
�Guardo los vasos desechables! �Lavo los guantes de l�tex que eran para usar una sola vez! �Apilo como un viejo rid�culo las bandejitas de espuma plast de los pollos! �Los cubiertos de pl�stico conviven con los de alpaca en el caj�n de los cubiertos!
Es que vengo de un tiempo en que las cosas se compraban para toda la vida.
�Es m�s! �Se compraban para la vida de los que ven�an despu�s!
La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas y escupideras de loza.
Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido m�s cocinas que las que hab�a en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.
�Nos est�n jodiendo!
��Yo los descubr� lo hacen adrede!!
Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo.
Nada se repara.
�D�nde est�n los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike?
�Alguien ha visto a alg�n colchonero escardando sommier casa por casa?
�Qui�n arregla los cuchillos el�ctricos? �El afilador o el electricista?
�Habr� tefl�n para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?
Todo se tira, todo se deshecha y mientras tanto producimos m�s y m�s basura.
El otro d�a le� que se produjo m�s basura en los �ltimos 40 a�os que en toda la historia de la humanidad.
El que tenga menos de 40 a�os no va a creer esto: ��Cuando yo era ni�o por mi casa no pasaba el basurero!!
��Lo juro!! �Y tengo menos de 50 a�os!
Todos los desechos eran org�nicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)
No exist�a el pl�stico ni el nylon.
La goma s�lo la ve�amos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quem�bamos en San Juan.
Los pocos desechos que no se com�an los animales, serv�an de abono o se quemaban.
De por ah� vengo yo.
Y no es que haya sido mejor.
Es que no es f�cil para un pobre tipo al que educaron en el "guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo" pasarse al "compre y tire que ya se viene el modelo nuevo".
Mi cabeza no resiste tanto.
Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no s�lo cambian de celular una vez por semana, sino que adem�s cambian el n�mero, la direcci�n electr�nica y hasta la direcci�n real.
Y a m� me prepararon para vivir con el mismo n�mero, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya s� era un nombre como para cambiarlo)
Me educaron para guardar todo.
�Toooodo!
Lo que serv�a y lo que no.
Porque alg�n d�a las cosas pod�an volver a servir.
Le d�bamos cr�dito a todo.
S� ya s�, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qu� cosas nos pod�an servir y qu� cosas no.
Y en el af�n de guardar (porque �ramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas de jardinera� y no s� c�mo no guardamos la primera caquita.
��C�mo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?!
�Ser� que cuando las cosas se consiguen f�cilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron?
En casa ten�amos un mueble con cuatro cajones.
El primer caj�n era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto.
Y guard�bamos.
��C�mo guard�bamos!!
��Tooooodo lo guard�bamos!!
�Guard�bamos las chapitas de los refrescos!
��C�mo para qu�?!
Hac�amos limpia calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convert�an en cortinas para los bares.
Al terminar las clases le sac�bamos el corcho, las martill�bamos y las clav�bamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de a�o de la escuela.
�Tooodo guard�bamos!
Las cosas que us�bamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus.
Y las cosas que nunca usar�amos.
Botones que perd�an a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto caj�n.
Partes de lapiceras que alg�n d�a pod�amos volver a precisar.
Ca�itos de pl�stico sin la tinta, ca�itos de tinta sin el pl�stico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuch�n.
Encendedores sin gas o encendedores que perd�an el resorte. Resortes que perd�an a su encendedor. Cuando el mundo se exprim�a el cerebro para inventar encendedores que se tiraran al terminar su ciclo, los uruguayos invent�bamos la recarga de los encendedores descartables.
Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convert�an en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de pat� o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave.
�Y las pilas!
Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa.
Porque no sab�amos bien si hab�a que darles calor o fr�o para que vivieran un poco m�s.
No nos resign�bamos a que se terminara su vida �til, no pod�amos creer que algo viviera menos que un jazm�n.
Las cosas no eran desechables� eran guardables.
��Los diarios!! Serv�an para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los d�as de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. �Las veces que nos enter�bamos de alg�n resultado leyendo el diario pegado al cuadril!
Y guard�bamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer gu�as de pinitos de navidad y las p�ginas del almanaque del Banco de Seguros para hacer cuadros, y los cuentagotas de los remedios por si alg�n remedio no tra�a el cuentagotas y los f�sforos usados porque pod�amos prender una hornalla de la Volc�n desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros �lbumes de fotos.
Y las cajas de cigarros Richmond se volv�an cinturones y posamates, y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qu� intenci�n, y los mazos de cartas se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripci�n a mano en una sota de espada que dec�a "�ste es un 4 de bastos".
Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa y el ganchito de metal.
Al tiempo albergaban s�lo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.
Yo s� lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos.
As� como hoy las nuevas generaciones deciden "matarlos" apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada� ni a Walt Disney.
Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convert�a en base y nos dijeron "T�mese el helado y despu�s tire la copita", nosotros dijimos que s�, pero� �minga que la �bamos a tirar! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas.
Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta tel�fonos.
Las primeras botellas de pl�stico -las de suero y las de Agua Jane- se transformaron en adornos de dudosa belleza.
Las hueveras se convirtieron en dep�sitos de acuarelas, las tapas de bollones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portal�pices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.
Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preserv�bamos.
No lo voy a hacer.
Me muero por decir que hoy no s�lo los electrodom�sticos son desechables; que tambi�n el matrimonio y hasta la amistad es descartable.
Pero no cometer� la imprudencia de comparar objetos con personas.
Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado ef�mero.
No lo voy a hacer.
No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne.
No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los c�nyuges se cambian por modelos m�s nuevos, que a las personas que les falta alguna funci�n se les discrimina o que valoran m�s a los lindos, con brillo y glamour.
Esto s�lo es una cr�nica que habla de pa�ales y de celulares.
De lo contrario, si mezcl�ramos las cosas, tendr�a que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una se�ora con menos kil�metros y alguna funci�n nueva.
Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposici�n y corro el riesgo que la bruja me gane de mano � y sea yo el entregado.
Y yo�no me entrego.  

Fuente: lafogata.org

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