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Argentina: La lucha continúa

La 'minería del agua' en los Bajos Submeridionales

ECW - TMO

Los Bajos Submeridionales del norte santafesino son uno de los humedales más importantes del Gran Chaco Americano. Sin embargo, desde hace años se están realizando allí una serie de obras de canalización, destinadas a eliminar el agua.

Este recurso, que antes se encontraba contenido en numerosos esteros, bañados y lagunas, ahora es dirigido a su principal colector: el río Salado. Las consecuencias de estas obras impactan directamente en el medio ambiente, la calidad de vida de la población local y en sus actividades económicas. Por otro lado, también afectan indirectamente a las poblaciones aguas abajo, que reciben el agua que se expulsa de los Bajos Submeridionales.

Frente a este panorama alarmante, dos organizaciones de amplia trayectoria en desarrollo rural y conservación de la naturaleza decidieron asociarse para buscar soluciones integradoras a la problemática de los Bajos Submeridionales. FUNDAPAZ y la Fundación Vida Silvestre Argentina se embarcaron en un proyecto apoyado técnica y financieramente por la Agencia Española de Cooperación Internacional y la Fundación Ecología y Desarrollo, de Zaragoza. Esta iniciativa tiene por objetivo implementar acciones de manejo sustentable y de conservación de los recursos naturales para mejorar la calidad de vida de los pobladores de la zona.

Alfredo Paduan de FUNDAPAZ indica que en la zona de los Bajos Submeridionales los problemas del agua son bastantes serios y por eso encararon junto con la Fundación Vida Silvestre Argentina una experiencia piloto para el manejo de los recursos.

Estas organizaciones trabajan apoyando a un pequeño grupo de productores ganaderos para generar una experiencia demostrativa de manejo del agua, los pastizales y el ganado con fines productivos, 'que brinde una alternativa a las prácticas más corrientes y que fomente la participación de diversos sectores afectados en la búsqueda de soluciones', explica el técnico. En esta experiencia se hace hincapié en la necesidad de trabajar mancomunadamente, manejando integralmente el agua y sus recursos asociados, explica el técnico.

En el marco de este trabajo articulado de los productores y las organizaciones, se realizó un estudio de geoeléctrica para determinar la existencia o no de bolsones subterráneos de agua dulce. 'Lo que nos permite todo esto es saber con exactitud donde están los bolsones de agua y cómo explotarlos cuidadosamente, para no arruinar las aguadas. Tener esa información también nos ayuda a tener una idea un poco más clara de cómo manejar el agua superficial' sostiene Paduan, para quien la canalización que se hizo en la zona tiene opiniones a favor y en contra.

El responsable de realizar el estudio de geoeléctrica fue el Ing. Carlos Manavella, y al respecto manifiesta 'los Bajos Submeridionales tienen un problema muy grande en cuanto a la calidad y la cantidad del agua. En este trabajo se han tomando dos áreas bien diferenciadas en una extensión de 7.000 hectáreas y se encontró agua que no es de la mejor calidad, pero sí es tolerable para el ganado. Este estudio nos permite no sólo encontrar el lugar más apropiado sino también evaluar cuál es el método más eficiente para explotarla'.

De acuerdo a este trabajo, en la zona estudiada predominan aguas muy mineralizadas y salinizadas, lo cual dificulta su explotación. Sin embargo, se identificaron unos doce sectores 'con aguas aptas para el uso ganadero', tal como explica el hidrólogo. Además, se definieron tres sistemas de explotación del agua, adecuados a las características de la zona: pozos con sistema araña, pozos calzados y represas.

Frecuentemente, para afrontar la escasez de agua a la que se ven sometidos los Bajos, los productores, en la tarea de mantener en pie su ganado, realizan perforaciones en búsqueda de agua potable. Este tipo de prácticas muchas veces resultan perjudiciales para el ecosistema y para la producción, puesto que en la mayoría de los casos mediante las perforaciones no programadas, 'se pinchan' los bolsones contribuyendo a la salinización e inutilización del agua dulce.

Según Manavella, con una trayectoria de 20 años en la realización de estudios de este tipo en la zona, la dificultad más grave es la falta de asesoramiento al productor. El alto nivel de desinformación en los productores locales provoca, en parte, la implementación de prácticas inadecuadas como las perforaciones no programadas.

'Desde el punto de vista hidrológico no está evaluado si los canales que se hicieron agravan o no la situación – explica Manavella-. La zona depende exclusivamente de la permanencia de agua en la superficie pero en la actual situación de sequía no hay retención, impidiendo el abastecimiento de las aguadas y de los acuíferos'. Sin embargo, este técnico considera que mediante las obras hidráulicas se está realizando una 'minería del agua'. '¿Cuál es la diferencia entre una explotación de agua y una minería?' -se pregunta el profesional- 'en el caso de la explotación, el agua subterránea que se saca, se vuelve a cargar y siempre termina reponiéndose. Pero en la minería se saca todo, no se deja nada'.

Este estudio de geoeléctrica constituye un importante avance en la iniciativa de FUNDAPAZ y Fundación Vida Silvestre Argentina, ya que es el puntapié inicial para la planificación de un mejor aprovechamiento del agua en los Bajos Submeridionales. Además, esboza prácticas de explotación del agua efectivas y amigables con el medioambiente, que podrían contribuir a la restitución de las condiciones naturales y funciones del humedal. Es necesario, en este sentido, ahondar en los estudios y la implementación de estas prácticas para medir con mayor precisión su replicabilidad 

Fuente: lafogata.org