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Argentina: La lucha continúa

Kirchner y su frente para la represión

Prof. Juan Carlos Sánchez*

A once meses de la desaparición de Jorge Julio López, sin respuestas oficiales y con un marcado desdén de las autoridades nacionales y provinciales, se advierte la conformación de un verdadero frente para la represión cuyo accionar es sistemático ante una protesta social en aumento, debido al incumplimiento de los deberes de funcionario público en materia económica y social que viene sumergiendo a la mayoría de los argentinos pese a un INDEC, groseramente manipulado, con sus índices de pura fantasía.
El secuestro de una muestra y la golpiza a uno de sus organizadores en Tucumán; el embestir de una camioneta, conducida por Daniel Varizat, ex-funcionario kirchnerista, a quienes manifestaban mientras el Presidente y su esposa Cristina Fernández hacían su lanzamiento de campaña en su provincia y el incendio de la carpa docente son algunos de los hechos que vienen demostrando, al igual que muchos de los acontecidos en los últimos meses, la existencia de dicho frente.
A nadie, absolutamente, le quedan dudas que ello es una realidad tangible. Que el Frente para la Victoria es un verdadero frente para la represión. Los sucesos de Quilmes, bastión del Ministro del Interior, Dr. Aníbal Fernández, con sus atropellos a la Dra. Mónica Frade y a los indígenas en la Plaza de dicha localidad son también otro síntoma de la subsistencia de la estrategia en clave represiva del Gobierno Nacional. Es decir, que no hace falta alejarnos mucho de la Ciudad de Buenos Aires para saber de esta estructura que sustenta la impunidad ante la corrupción reinante y que permite el disciplinamiento social a través de su aparato represivo que, pese a los reclamos de los organismos nucleados en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, se niega a desmantelar y que ha avalado con la sanción de una ley antiterrorista destinada a incrementar la criminalización de la pobreza.
En esta coyuntura signada por lo electoral, cuyo caballito de batalla sigue siendo la defensa de los Derechos Humanos, debemos preguntarnos si realmente les interesa, si su discurso es una falacia o mero grito de barricada o si se intenta izar esta bandera para mostrar que el capitalismo puede ser humanizado. De acuerdo a lo que viene aconteciendo, sin dudas, ni les interesa, lo discursivo son puras mentiras y la bandera que izan se va manchando con sangre: nos quieren hacer olvidar que asesinaron a un docente como el Prof. Carlos Fuentealba.
La obsesión por la perpetuación en el poder es similar a la de Carlos Menem, previa a la reelección que lo llevaría a su segundo mandato. No se escatiman medios para ello. Desde el hackeo y el crackeo informático a la represión explícita, todo vale para llegar a octubre. Por ende, ante la incesante protesta popular, requieren los servicios de la Gendarmería, como ocurrió en el Hospital Francés o de las patotas, integradas por barras bravas del fútbol argentino que están morando en muchos sindicatos y en buena parte de la estructura partidaria del justicialismo.
Impunidad, que permite que los genocidas sigan en sus casas, en lugar de una cárcel; que Carrascosa, con apenas 100.000 pesos, pueda continuar viviendo en su lujoso country; que Felisa Miceli y Romina Picolotti, con hechos que rozan lo delictual, entre dinero oculto en el baño y el grosero dispendio de fondos públicos para la contratación de parientes y amigos y que los autores materiales e intelectuales de la desaparición del compañero López y el asesinato de Fuentealba continúen sin juicio y castigo...
Corrupción, que se advierte a cada momento, cada vez que se realiza un trámite en el Estado. Cuando la policía continúa con sus exacciones ilegales a pizzerías, restaurantes, puestos de diarios y bares: "es para el comisario". Ni hablar de alguna licitación, que siempre está dirigida a los mismos de siempre...
Represión, impunidad y corrupción para el Frente de la Victoria. Pero de la victoria de los eternos males argentinos, de una clase política que no interpreta las necesidades populares y solamente se limita a reprimir las expresiones tendientes a reclamar por sus derechos. Sabemos que poco les importa a ellos, incluyendo a la oposición de derecha, porque pretenden continuar con sus privilegios. Lo preocupante es que el nivel de las acciones represivas viene en ascenso y crea un clima de incertidumbre para el futuro próximo.
Frente para la represión es la respuesta. Ahora tenemos que unir esfuerzos para que se quiebre y nada mejor que la movilización popular para repudiar los hechos de violencia y de censura que vienen aconteciendo. Y no queda otra: son ellos o somos nosotros.

*Director GACETILLAS ARGENTINAS. 

Fuente: lafogata.org