Argentina: La lucha contin�a
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Lo que va mostrando el juicio a Von Wernich
El capell�n era c�mplice de los cr�menes, pero la Iglesia tuvo mucho que ver
Emilio Mar�n
La Arena
Despu�s de cuatro a�os de detenci�n el cura Christian Von Wernich est� sentado
ante el tribunal platense por siete cr�menes, 42 casos de privaciones de la
libertad y 31 de torturas. Est� en el banquillo pero la c�pula de la Iglesia, en
capilla.
Nadie podr� discutirle a Von Wernich el triste honor de ser el primer cura de la
Iglesia Cat�lica, Apost�lica y Romana -como se present� el 5 de julio ante los
jueces- en ser juzgado por violaciones a los derechos humanos durante la
dictadura. Habr� que aguardar unos tres meses de audiencias pero todo indica que
tambi�n podr� decir que fue el primero en ser condenado.
Es que las pruebas colectadas en su contra son muy numerosas y s�lidas. Desde la
publicaci�n del "Nunca M�s" o informe de la Conadep y el cl�sico de Emilio F.
Mignone sobre el tema, "Iglesia y dictadura", los testimonios vertidos en el
"Juicio por la Verdad" en La Plata (1998), etc, se ten�an evidencias que
incriminaban a quien con el grado de oficial subinspector sirvi� de capell�n al
general Ram�n Camps entre 1977 y 1978, a la saz�n mandam�s de la Polic�a
Bonaerense.
"Es la personalidad y son las declaraciones y la actuaci�n de Von Wernich las
que lo han hecho conocer y constituir en una suerte de paradigma de cl�rigo
fascista, identificado con las fuerzas armadas y colaborador de la represi�n
ilegal", se lee en el libro de Mignone, fundador del Centro de Estudios Legales
y Sociales.
Incluso declaraciones de ex polic�as como Julio Ehmed lo ubicaron como pieza
necesaria de la maquinaria de aniquilamiento. El ex represor cont� un operativo
donde fueron ultimados varios prisioneros a los que Von Wernich hab�a bendecido
y que estaban enga�ados sobre que ser�an sacados del pa�s. Murieron a golpes en
sendos veh�culos y con inyecciones letales puestas por el m�dico policial Jorge
Berg�s. La ropa de los represores y del propio cura hab�a quedado ensangrentada,
y el �nimo de los mismos estaba afectado. "Me dijo que lo que hab�amos hecho era
necesario para bien de la Patria, que era un acto patri�tico y que Dios sab�a
que lo que se estaba haciendo era para el bien del pa�s", relat� Ehmed respecto
a la reconfortaci�n recibida del capell�n.
Esos cr�menes de militantes son parte de la acusaci�n contra el cura, que en
octubre del a�o pasado hizo la fiscal�a platense a cargo de Sergio A. Franco
ante el juez Arnaldo Corazza que entiende en la causa "Circuito Camps". La
acusaci�n contiene en total 7 asesinatos, 42 privaciones ileg�timas de la
libertad y 31 torturas. El n�cleo de lo planteado por el fiscal Franco es que el
procesado "realizaba m�s que considerables aportes para mantener esa situaci�n
(de privaciones ileg�timas de la libertad) e impon�a tormentos principalmente
psicol�gicos y morales a los prisioneros que, conjugados con las condiciones
torturantes de detenci�n y los padecimientos f�sicos, terminaban por constituir
un cuadro decididamente horroroso".
El acusado estuvo cuatro a�os detenido. De �stos, solamente dos meses estuvo
alojado en una c�rcel com�n. Todo el otro tiempo disfrut� de condiciones
excepcionalmente leves de detenci�n en la Unidad Antiterrorista de la Polic�a
Federal. Ten�a all� "prerrogativas netamente diferenciales respecto del resto de
los detenidos a disposici�n de este Tribunal", seg�n Carlos Rozanski y otros dos
jueces que en mayo �ltimo ordenaron el cambio de lugar de detenci�n.
�Qui�nes son los cristianos?
A pesar de haber transcurrido impune casi treinta a�os de sus cr�menes, de
colaboraciones con los criminales, de chantaje a los prisioneros en el "circuito
Camps", etc, y luego haber sido detenido como preso VIP, Von Wernich contin�a
sin arrepentirse. No pide perd�n y sobre todo no dice la verdad sobre lo que
ocurr�a en la Comisar�a Quinta de La Plata, la Brigada de Investigaciones de esa
ciudad, el "Puesto Vasco", el denominado COTI de Mart�nez y la Brigada de
Investigaciones de Quilmes.
M�s a�n, en una de las cartas que estando preso distribuy� por medio del grupo
autotitulado "Grupo de amigos de la verdad hist�rica", acus� a los testigos que
lo incriminan -muchos de ellos sobrevivientes de los campos de concentraci�n- de
"mentirosos" y a la propia justicia que entiende en su causa, de ser falaz y
dependiente de un gobierno casi �castrista!
Dec�a esa misiva fascistoide hecha circular por personajes �dem, como Cecilia
Pando: "est� montado toda una telara�a de falsos testimonios, que ser�n puestos
como verdaderos en el juicio oral o tribunal popular al mejor estilo
Cubano-Venezolano y en el circo period�stico, que ya redact� la condena, para
justificar la persecuci�n, una vez m�s, a la Iglesia que estamos viviendo en el
gobierno actual".
Cuando las audiencias efectivamente comenzaron, el 5 de julio �ltimo, Pando y
otros miembros de su asociaci�n pro libertad a Jorge R. Videla concurrieron al
tribunal y dieron apoyo al ex capell�n. Es m�s, declararon que todo era un
"circo romano" y que "el padre es inocente".
La alusi�n al circo romano no era una originalidad de la esposa del mayor
Mercado. En otra carta del cura, de marzo de este a�o, �l se pon�a como supuesta
v�ctima: "a ese 'tribunal popular' pronto entrar� como entraban los cristianos
al Coliseo romano, para ser tambi�n devorado. Ya han encontrado su presa ideal
para despedazar. Esa presa deseada soy yo, Christian Federico von Wernich,
sacerdote de la Iglesia Cat�lica y ex capell�n de la polic�a de Buenos Aires
durante los a�os 1975-1985".
La referencia al circo de Roma es la peor defensa que pudo esgrimir el acusado.
En 1976-1983, �l y no s�lo �l, tambi�n la c�pula de la Iglesia Cat�lica,
Apost�lica y Romana, eran socios del terrorismo de Estado. Eran los c�mplices
del emperador Videla que levantaba los pulgares en el Monumental mientras los
cristianos eran torturados en la Esma, Campo de Mayo, El Vesubio, etc, y luego
arrojados al mar. Que Von Wernich no se haga el santo porque �l daba de comer a
los leones. Los cristianos eran los 30.000 desaparecidos a los que �l sacaba
informaci�n y la pasaba a los verdugos, a los que luego exim�a de sus pecados.
Otras responsabilidades
En las pocas audiencias llevadas a cabo hasta hoy (dos por semana), el acusado
se neg� a declarar, que es su derecho pero en este caso puede leerse como falta
de voluntad de aportar al esclarecimiento de los hechos que se le imputan y
arrepentimiento cero.
En cambio una serie de testigos han declarado en forma coincidente que lo vieron
en los campos de exterminio ya enumerados, que los presionaba para que
colaboraran con los represores, que los detenidos que aceptaban su "asistencia
espiritual" terminaban interrogados con m�s datos por los due�os de la picana o
bien masacrados como los del relato de Ehmed (una de las v�ctimas era hermano de
Mona Moncalvillo, directora de Radio Nacional).
El capell�n no fue una excepci�n dentro de la Iglesia. M�s bien que lo fueron
los obispos que actuaron en sentido contrario, como Enrique Angelelli, Carlos
Ponce de Le�n, Miguel de Hesayne y curas como Carlos Mugica o las monjas Leonie
Duquet y Alice Domon.
Ese no fue una complicidad de la Iglesia que se limitara a los a�os del
terrorismo de Estado o ya en democracia, cuando rebautiz� a "Christian Gonz�lez"
y lo envi� a dar misa a El Quisco, en Chile. A�n hoy esa instituci�n sigue
protegiendo a esos personajes. En mayo �ltimo el cardenal Jorge Bergoglio se
quej� de que la iglesia era objeto de persecuciones, lo que son� a defensa del
cura que iba a juicio. Iniciado este tr�mite, un comunicado de la Conferencia
Episcopal reivindic� al acusado como presb�tero. El 10 de julio, el obispo de
Reconquista, Andr�s Stanovnik, manifest�: "tengo entendido que el padre Von
Wernich est� acusado, no condenado, entonces habr� que esperar el veredicto de
la justicia".
En lo formal, las palabras de Stanovnik son impecables: nadie es culpable hasta
que se demuestre judicialmente. Pero es una media verdad porque desde 1976 el
capell�n est� condenado moral y pol�ticamente; y lo hubiera estado tambi�n
judicialmente si en el pa�s no hubiera habido semejante manto de impunidad.
Si en octubre condenan al confesor de Camps, es muy posible que la Conferencia
Episcopal retome la monserga de que en el pa�s hay "revanchismo", que "se mira
al pasado con un solo ojo" y que se impone la "reconciliaci�n de los
argentinos". A esa postura pol�tica se sumar� alborozado el batall�n de
dinosaurios, retirados, que ha comenzado a ser juzgado en la figura de Cristino
Nicolaides y los responsables del Batall�n de Inteligencia 601. Gran parte de la
Cruz y de la Espada, obstruyendo a la Justicia.
Fuente: lafogata.org