Comunicado

Una vez más, INDIGNACIÓN.

Qué otra cosa podemos sentir ante la noticia.

Después de tanta lucha, después de tanto esfuerzo para avanzar en el juicio y castigo de los genocidas y represores de la última dictadura militar, hay medios de prueba de valor trascendente que pueden afectarse o perderse por la inacción y negligencia de quienes debieran protegerlos.

Quieren infundir miedo, quieren detenernos.

A la todavía inexplicada desaparición de Jorge Julio López, se suman nuevos actos intimidatorios y obturadores.

Felisa Marilaff, hace poco menos de un mes, fue secuestrada en un auto y amenazada por el lapso de dos horas en las calles de nuestra ciudad. Este martes, en momentos en que se hallaba realizando una consulta médica, alguien entró en su casa y destruyó documentación valiosa en relación a la desaparición de su marido Hugo Iglesias, sucedida el 15 de febrero de 1976.

Y se supone que Felisa, está en el marco de Programa de Protección de testigos.

No se trata de casos aislados. Recordemos la irrupción que CODESEDH y CEPRODH sufrieron en sus respectivos locales, las pintadas de crucifijos y esvásticas aparecidas en los últimos días en el local de este último, y todo, a pocos días de iniciarse el juicio al sacerdote Von Wernich.
La protección y salvaguarda de la integridad física y psíquica de quienes deben declarar en los juicios, constituye una obligación indelegable de los poderes ejecutivos de la nación y de esta provincia. Basta de retórica y planes de protección ineficaces.

A los actos intimidatorios debemos responder todos, solidariamente con los afectados y exigir, como sociedad, que el Gobierno dé explicaciones.
El pueblo tiene derecho a saber dónde está López y quiénes son los autores de estos actos cobardes.

NUNCA MÁS MIRES PARA OTRO LADO.

SURCOS

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SurcoS Agrupación
agrupsurcos@yahoo.com