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Argentina: La lucha contin�a

Santa Fe: El caso Ana Acevedo
"Decidieron que Ana muera"

Castellanos - TMO

"Los m�dicos decidieron que Ana ten�a que morir".

El abogado de la familia de Ana Acevedo, Dr. Ulrich Lehmann, expres� que si la joven fallecida hubiera sido tratada en diciembre, "sus posibilidades de vivir, en el peor de los casos hubieran sido de cinco a�os, por lo que es falso el argumento de la enfermedad terminal de Ana". Y entre febrero y mediados de mayo, cuando falleci�, la joven estuvo condenada a sufrir dolores intens�simos, propios del c�ncer desarrollado en la zona donde ten�a el tumor, porque los m�dicos se negaron a realizarle tratamientos contra la enfermedad por su embarazo. "Ana hasta el �ltimo d�a ten�a esperanzas de salvarse, porque los m�dicos le dec�an que se iba a salvar y le daban esperanzas, pero por otro lado no estaban haciendo nada para que ello ocurriera", dijo el profesional.

El caso de Ana Acevedo, la joven santafesina que muri� el pasado mes de mayo en el Hospital Iturraspe de Santa Fe, luego de sufrir un c�ncer que no fue tratado a ra�z de un embarazo, sigue desatando pol�micas en el seno del Estado y la sociedad santafesina.

Hace escasos d�as el gobernador Obeid desplaz� de su cargo al director del nosocomio, Andr�s Ellena, en medio de un juego de denuncias y una coyuntura electoral que evidentemente pes� a la hora de firmar un decreto que, sin embargo, no expresa con certeza la razones de la remoci�n del profesional santafesino. La decisi�n del Ejecutivo provincial fue celebrada por la titular de la delegaci�n del INADI en la regi�n, Stella Vallejos, funcionaria que hab�a nacionalizado el caso a trav�s de una denuncia, acusando a las autoridades del Iturraspe por sus omisiones y acciones que derivaron en la muerte de Acevedo. Pocas horas despu�s de su denuncia Vallejos recibi� amenazas an�nimas, que todav�a no fueron aclaradas.

Ahora se sum� a la pol�mica el Arzobispo de Santa Fe, Jos� Mar�a Arancedo, quien sostuvo que �a los m�dicos del Iturraspe se les debe un reconocimiento, (ya que) actuaron con responsabilidad tratando de salvar esa vida gestada, y tambi�n a la madre para que se llegara a un feliz t�rmino, aunque la vida de ella ya estaba condenada de un modo irreversible�.

Frente a estas declaraciones, Castellanos dialog� con el abogado de la familia Acevedo, Dr. Ulrich Lehmann, quien hace pocos d�as present� ante la justicia local una denuncia para que se investigue la posible comisi�n de los delitos de homicidio culposo, aborto agravado, abandono de persona, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario p�blico, denuncia que involucra a los m�dicos del hospital y los miembros del �Tribunal de Bio�tica�.

Lehmann sostuvo respecto a las declaraciones de la autoridad eclesi�stica que �a Arancedo le informaron mal. De ninguna manera Ana estaba condenada a morir irreversiblemente. Por el contrario y seg�n consta en la propia historia cl�nica, queda claro que desde principios de diciembre en el Hospital Iturraspe sab�an que la paciente ten�a c�ncer, y que en la etapa en la que se encontraba su enfermedad entonces -de acuerdo a los par�metros cient�ficos de la Universidad de Virginia, USA-, ten�a grandes posibilidades de ser curada, ya que se encontraba en la etapa I y no hab�a met�stasis. En el peor de los casos, Ana afrontar�a una sobrevida de cinco a�os, por lo menos. De la tomograf�a sale claramente que ten�a un tumor de tres cent�metros, pero los ganglios linf�ticos no estaban afectados�.

Seg�n Lehmann, el razonamiento de Arancedo, (si una persona va a morir, al menos salvemos la otra), resulta l�gico. �Sucede que Ana no estaba por morir, y nunca se le pregunt�, nunca se le inform�, ni se le dio la posibilidad a que sepa y decida. Otros decidieron unilateralmente. Ella hab�a pedido el aborto en diciembre, verbalmente. El aborto terap�utico se encuadraba perfectamente en este caso, porque hab�a un riesgo en la vida o en la salud, tal como establece la ley. Cuando uno habla de que hay pocas posibilidades de vida, no importa, la ley es clara y encuadra el aborto terap�utico. Pensemos lo que termin� sufriendo esta chica, hubo una crueldad total. Dolores tremendos durante tres meses y medio, propios de un c�ncer tratado apenas con analg�sicos. Se justificaba sobradamente hacerle el aborto. Hubo una crueldad total, Ana ten�a tres chicos, con los dolores, y dec�an que no le �pod�an� hacer la analgesia porque estaba embarazada�

Entre febrero y mediados de mayo, cuando falleci�, Ana Acevedo estuvo condenada a sufrir dolores intens�simos, propios del c�ncer desarrollado en la zona donde ten�a el tumor, que son particularmente muy dolorosos.

Cualquier miembro de la comunidad m�dica sabe que la morfina sigue siendo el calmante n�mero uno para estos casos, y es inhumano no haberle administrado esa medicina en las dosis requeridas. �S�lo d�as antes de morir, mas precisamente el 17 de abril, le aplicaron las dosis de morfina necesarias para calmar los dolores de dos ampollas cada seis horas, lo que habla de la inhumanidad en todo el manejo. Cuando fui a visitarla por haber tomado el caso en las �ltimas semanas, su cara estaba totalmente desfigurada y particularmente me conmocion�: Ana casi no pod�a abrir los ojos por lo hinchada que estaba, y el dolor que ten�a era insoportable. Fue una bestialidad lo que hicieron. Lo curioso de todo esto es que algunos sectores no dicen nada de este terrible sufrimiento�, afirma el abogado patrocinante.

Seg�n Lehmann, la actuaci�n del servicio de Oncolog�a del Iturraspe fue determinante en este sentido, ya que �los mismos cirujanos del Hospital Cullen recomendaron los tratamientos que habitualmente se practican con este tipo de patolog�as cancerosas, quimioterapia o rayos, pero los profesionales del Iturraspe, m�s precisamente el Dr. Blajman, se abstuvo de tratar el c�ncer debido a la existencia del embarazo, que s�lo llevaba un mes de gestaci�n cuando Ana lleg� procedente de su localidad. Blajman decidi� de alguna manera que esta paciente iba a morir, al no aplicarle quimioterapia. Lo hizo a sabiendas de que en la etapa en la que se encontraba la enfermedad de Ana era perfectamente tratable y le hubiera permitido quiz�s salvar su vida. Dejaron que el c�ncer de ella se extendiera profundamente, y s�lo le recetaron analg�sicos, incluso dejaron irla del hospital, como si nada pasara el 24 de diciembre. Y ellos sab�an perfectamente que sin tratamiento, su enfermedad se iba a extender hasta causarle una muerte segura�.

Lehmann es muy cr�tico respecto al tratamiento del nosocomio santafesino �A�n siendo las chances de vida m�nimas, inclusive en ese caso la persona tiene derecho a decidir si quiere tratarse la enfermedad. Ana hasta el �ltimo d�a ten�a esperanzas de salvarse, porque los m�dicos le dec�an que se iba a salvar y le daban esperanzas, pero por otro lado no estaban haciendo nada para que ello ocurriera. Hay partes de la historia cl�nica que te afectan cuando las lees, porque la trataba un psic�logo, cuando dice por ejemplo que "hoy est� contenta porque ma�ana va a ver a sus hijos", "todav�a no le dijimos que se muri� su hija porque esperamos que se recupere". Vos ves lo que estaba viviendo la persona ah� adentro�.

Para finalizar, el profesional, formado en la Universidad Cat�lica, aclara no estar a favor del aborto, �aunque en este caso no lo hubiera dudado. Esto sirve para definir los l�mites entre lo religioso y la salud p�blica. No es bueno que se apele a las creencias para fundamentar actos referidos a la salud, porque con ese criterio, si el Director del Hospital hubiese sido Testigo de Jehov�, no se hubiesen permitido transfusiones. A�n as�, si los m�dicos obraron (incorrectamente) fundados en los preceptos que ense�a la Iglesia Cat�lica, la misma prevee lo que se ha denominado el "Aborto Indirecto" que consiste ante un caso extremo como el de Ana Mar�a, en tratar la enfermedad de la madre aunque se suponga que pueda provocar el aborto, traduci�ndolo de ocurrir en un mal no deseado. Por ello no le cabe ninguna justificaci�n al abandono que sometieron los m�dicos a Ana Mar�a Acevedo�.

Fuente: lafogata.org

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