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Argentina: La lucha continúa

Argentina: Penal de varones de Santiago del Estero
"No fue un intento de fuga, a los nuestros los masacraron"

Acta

María Josefina Sosa, secretaria de Derechos Humanos de la Central de Trabajadores de la Argentina, casi no puede hablar quebrada por el llanto. Uno de los muertos en el supuesto motín del penal de varones de Santiago del Estero, era su sobrino Carlos Corvalán, de 27 años. En la dirigente de la CTA más que su dolor, puede su necesidad de denunciar lo que verdaderamente pasó en la cárcel de Santiago del Estero donde murieron hasta el momento 32 reclusos.

'Los chicos no intentaban fugarse. Mi sobrino estaba a punto de salir de la cárcel. ¿Cómo se iba a fugar? Hace apenas unos días atrás uno de sus compañeros, tomó contacto con sus familiares y le dijo desesperado: 'Sáquenme de aquí, nos van a matar'. Además últimamente los venían registrando todos los días, los golpeaban y humillaban', describió Sosa.

El olor de la masacre

María Josefina Sosa afirmó que hasta el momento nadie del gobierno provincial ha tomado contacto con los familiares. Aclaró que sólo han sido entrevistados y recibieron contención por parte de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

'Se sentían disparos. Veíamos el humo. Cuando preguntábamos por los nuestros, ellos se burlaban diciendo que todo estaba bien y las ambulancias seguían saliendo. Los encerraron y los asesinaron', recuerda Sosa. Al cierre de este despacho ya eran 32 los muertos. Ramón Gutiérrez falleció en el Hospital Ramón Carrillo. Asimismo permanecen internados con un cuadro grave Manuel Guzmán, Diego Villareal y Raúl Horacio Coronel.

Hay que cuidar a los testigos

Los sobrevivientes son los que preocupan a María Josefina: 'hay que cuidar a los heridos para que no los maten. Ellos son los testigos. Los que vieron como asesinaron a los nuestros. La mejor oportunidad que tenemos de demostrar la verdad'. En la radio se escucha al subsecretario de Justicia de la provincia, Santiago Nssif, quien insiste que, el incendio 'fue originado por los internos, al abortarse la fuga'. Los familiares no creen en la palabra oficial. 'Nos humillaron, nos tiraban encima perros, caballos. A Claudio lo mataron para que no pudiera salir en libertad'.

Las cárceles y sus 'hornos crematorios'

Cada tanto, una cárcel se incendia y decenas de presos mueren quemados. A algunos se les descubren orificios de bala, pero al tiempo se olvida. Después de todo, quién no sabe que en América Latina, las prisiones, como todo el aparato penal tienen una función principal: resolver el problema de la pobreza. Los nazis inventaron los hornos para los judíos, aquí la solución final para los pobres es matarlos con monóxido de carbono, quemando colchones. '¿Cuántas veces más tiene que pasar? Es criminal tener esos colchones -se queja el ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, y propone- hay que eliminarlos de las cárceles por Ley'. ¿Negligencia o premeditación?

'Hipócritas', se queja María Josefina. 'Dicen que los meten presos para reeducarlos pero salen peores o muertos. Ese es el fin último: mueren en un motín o los mata la policía en la calle. Tienen ese destino marcado por ser pobres'. ¿Que se hace con tanto dolor, tanta impunidad? Maria Josefina se seca las lagrimas y dice: 'ahora vamos a enterrar a nuestros muertos, después vamos a ir por la verdad. No van a pararnos'.

Fuente: lafogata.org