Argentina: La lucha contin�a
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Argentina: Elecciones y despu�s
Las aguas suben turbias
Nora Ciapponi
Pocos dudan del triunfo de Cristina en primera vuelta, aunque muchos desean
que no fuera as�. Para que el sordo gobierno -dicen- d� cuenta del descontento
que se vive por abajo, y que tiende a acrecentarse.
Y aunque el aburrimiento electoral que se vive y que registramos todos sea parte
de la realidad, �ello se explicar�a solamente por la falta de disputa o que el
resultado ya es conocido de antemano? �All� terminar�a la cosa, nos preguntamos
nosotros? Creemos que no. Que una mirada tan sesgada a lo que
incuestionablemente emerge no s�lo es equivocada, sino le sirve a quienes
repiten una y otra vez que est�n dirigiendo hacia buen puerto la resoluci�n de
los graves problemas y contradicciones que vive el pa�s. Concretamente, le viene
bien al matrimonio Kirchner, a este gobierno y al pr�ximo, para hacernos creer
que hay un consenso f�rreo alrededor de su pol�tica, sus figuras, y que tras
ellos se ha recuperado la institucionalidad tan gravemente cuestionada en
2001/2002.
La realidad sin embargo es un tanto terca. Se la puede ignorar, tambi�n intentar
tapar, pero termina aflorando y provocando creciente descontento para luego
producir estallidos. En C�rdoba por ejemplo, se sigue ocultando que las cifras
m�s altas estuvieron en la abstenci�n que lleg� al 31,28%, y que sumada a los
votos nulos y en blanco alcanz� a m�s de 800.000 personas, bastante m�s que
cualquiera de los dos candidatos que siguen disput�ndose el triunfo (Schiaretti
o Juez), y que rondar�an no m�s all� del 25 % cada uno, cifra que surge despu�s
de descontar las abstenciones. Pero esto quedar�a en meras cifras si no
tom�ramos en cuenta la percepci�n popular que mayoritariamente considera que
hubo fraude, que hubo y hay perro, no s�lo montado por los pol�ticos, sino
tambi�n ahora por la Justicia.
Por eso movilizaciones multitudinarias ganaron las calles para repudiar y
reclamar un control del voto que no deje lugar a dudas de qui�n finalmente gan�,
aunque la crisis abierta dif�cilmente encuentre mecanismos que reestablezcan la
confianza de la poblaci�n.
�Y en Tucum�n?
Pocos d�as antes, el 26 de agosto en Tucum�n, los medios hicieron aparecer la
reelecci�n de Alperovich (candidato K) ganando por un 78% (!�), lo que fue
caracterizado "como un hecho hist�rico". La realidad, un tanto m�s triste y
menos altisonante, redujo esa cifra a un modesto 55.02 % dado que la
abstenci�n-votos en blanco y anulados super� el 30%. Igualmente, aqu� no termina
la cosa, porque un nuevo procedimiento llamado "acople" hizo que se sumaran
artificialmente votos a Alperovich, como si representaran un caudal propio en
las elecciones a gobernador. Por el contrario, olvidando supuestas diferencias,
or�genes y proyectos pol�ticos que los separar�an, -y como en un vil y
descarnado comercio-, decenas de partidos provinciales que aprobaron su
legalidad entre gallos y medianoche, apostaron al caballo del comisario y al
comisario mismo (Alperovich) para separarse luego en las legislativas y rapi�ar
algunos puestos. All� ya desnudo y sin acoples, el reelecto gobernador obtuvo la
m�dica suma del 24.76 % (descontada la abstenci�n que sum� el 27.13%). Por
tanto, tambi�n en Tucum�n y en las legislativas, la fuerza de Alperovich termin�
detr�s de la abstenci�n, el voto en blanco y los anulados. Habi�ndose eliminado
la famosa "ley de lemas" cuestionada hasta el hartazgo por la poblaci�n de todo
el pa�s por antidemocr�tica, se termin� inventando un nuevo procedimiento mucho
m�s siniestro que el anterior (el llamado acople), y que por lo "exitoso" de su
estreno en Tucum�n amenaza con ser utilizado en distintas provincias del pa�s.
As� se evidencia que la crisis de los partidos pol�ticos es tan profunda y sin
retorno, que se borraron de un plumazo las supuestas fronteras pol�ticas que
separan. a unos de otros partidos.
Igualmente la astucia por perpetuarse en los cargos nos preparaba otra novedad.
En Catamarca se termina de aprobar que una coalici�n denominada Frente C�vico y
Social que postula candidatos a diputados nacionales en la provincia,
(oficialistas por supuesto) fueran pegados a las boletas de tres f�rmulas
presidenciales, las de Cristina Kirchner, Ricardo L�pez Murphy y Ricardo Lavagna,
bajo el argumento esgrimido por el actual gobernador Brizuela "que de esta
manera la gente ir� a las urnas a votar". El m�todo se lo ha titulado "lemas
invertidos"�
Una distancia sideral
�C�mo no tener entonces la certera percepci�n de que las inmensas distancias que
separan a los supuestos "representantes" de los "representados" pueda tener
caminos o veh�culos de retorno? �Qu� elemento constituyente de democracia formal
permanece hoy en las c�scaras vac�as de los actuales partidos pol�ticos?
Y esto vale tanto para el oficialismo como para la oposici�n, marcados todos por
la misma crisis de representaci�n-dominaci�n que con toda agudeza peg� un salto
cualitativo a partir de la rebeli�n del 2001-2002 y que dej� herida de muerte a
toda la clase pol�tica, sus partidos e instituciones. Finalmente, como si nada
hubiera ocurrido, se terminaron quedando todos y haciendo las peores componendas
y travestismo pol�tico para no caer. Sueltos de cualquier instituci�n partidaria
que los contuviera, llevaron el personalismo a extremos nunca vistos, echando
por tierra cualquier idea o proyecto colectivo de pa�s y de sociedad. Terminaron
de convertir as� el juego pol�tico en una mera moneda de cambio que todo lo
puede: comprar, vender, corromper, cooptar, mentir o acallar como sea. El "todo
vale" que todos conocemos, que busca votos y apoyos inmediatistas sin medir
ninguna de las consecuencias que ello trae aparejado para el futuro. En esto el
gobierno y el FPV de K. llevan sin dudas, la m�s completa delantera y sin
abstenci�n alguna de quienes los acompa�an.
Porque tampoco oper� la mentada renovaci�n pol�tica kirchnerista. Al igual que
con los m�s siniestros intendentes del conurbano bonaerense a los que Cristina
denunci� no hace tanto tiempo como parte de una mafia, al igual que la
impresentable sociedad actual con Rico (�ser� por los derechos humanos?) para
obtener un poco m�s de votos, se qued� con todo lo viejo, repudiado y caduco.
Por todo esto, la percepci�n popular puede medirse en una repetida y contundente
frase: �Se creen que somos giles!!! ?
Tal vez por esa raz�n el ex Presidente Duhalde con una mirada un tanto m�s all�
de los votos y las presiones diarias del poder, ha salido a plantear que se
ocupar� de dos temas que considera fundamentales y de los que nadie se acuerda
(refiri�ndose cr�ticamente al gobierno): reorganizar al Partido Justicialista
hoy hecho jirones, y trabajar sobre una reforma pol�tica ya varias veces
prometida y ni siquiera esbozada. Ambas preocupaciones dan cuenta de la
necesidad que tiene el sistema capitalista de ir construyendo diques de
contenci�n estrat�gicos que impidan llegar a situaciones l�mites como las
vividas hace apenas cinco a�os atr�s, las que sin dudas, representaron grietas
mucho m�s graves y profundas que las de otros pa�ses del Continente, y que lejos
de cerrar o cicatrizar, siguen tan abiertas como amenazantes.
De eso no se habla ni de aquello tampoco
Es innegable que los viajes hechos por Cristina al exterior tuvieron un claro
objetivo. Alejar cualquier preocupaci�n de los amos del Norte, hacer buena letra
en b�squeda de apoyo e inversiones, adem�s de dar claras se�ales de apoyo a la
comunidad Israel�. Y para no dejar lugar a dudas que su cercan�a con el
Presidente Ch�vez s�lo est� dada por negocios, viaj� a Brasilia a entrevistarse
con el mismo Lula y empresarios de ese pa�s, hoy tan prestos a invertir en la
Argentina como a mantener excelentes relaciones con EEUU .
A�n as�, la candidata fue increpada por los �ndices inflacionarios, tanto en
Brasil como en EEUU Y peor a�n, los brasileros ten�an hecha ya la proyecci�n
inflacionaria de este a�o y que les da un 17% para nuestro pa�s.
La realidad es que muy lejos de la marcha peronista, y m�s lejos a�n de
"combatir al capital", y sin otra similitud con Evita que la de ser mujer,
Cristina intenta separar su figura de "esposa K", sin conseguirlo. Todo aparece
tan claramente producido y orquestado, tan acartonado, ampulosamente
shopppineado y detallista hasta la superficialidad m�s extrema, que resulta muy
dif�cil creer en el ejercicio de un espont�neo liderazgo pol�tico. No hablamos
de car�cter, porque seguramente lo tiene. Pero innegablemente, y a no dudarlo,
gobernar�n estrechamente los dos, entre otras cosas porque todo est� pensado y
dirigido para que �l pueda volver a la Presidencia finalizado el mandato de
Cristina. �Ser� por aquello que detr�s de un gran hombre siempre hay una gran
mujer?
�O lograr� Cristina liberar al debate los temas hoy prohibidos? �Reconocer� la
falsedad de los actuales �ndices del Indec?
�Se prohibir� la exportaci�n de todos los alimentos producidos en nuestro
territorio si ellos pretenden ser cobrados a valor d�lar ?
�Aceptar� que existe un aumento inflacionario que desborda el cors� del aguante
popular? �Y que los conflictos salariales que se avecinan son justos? �Se
impedir� mandar a reprimir trabajadores y movilizaciones populares que reclamen
por sus derechos?
�Se reconocer� por fin que un pa�s en serio no tiene la mitad de trabajadores en
negro? �O con niveles alarmantes de desnutrici�n? �Qu� es necesario parar los
negocios de viviendas de s�per lujo para construir masivamente viviendas
populares? �Que tenemos el derecho a viajar y transportarnos como personas y
para ello dejar de engordar par�sitos?
�Se negar� a aumentar las tarifas de los servicios p�blicos?
�Dir� por fin que la desaparici�n de Julio L�pez muestra que los genocidas
siguen actuando impunemente? �Se pondr� toda la fuerza gubernamental y estatal
para esclarecer el hecho y castigar a los responsables?
�Se decidir� por fin recuperar soberan�a energ�tica y defender tenazmente los
bienes naturales?
�Hablar� claramente y sin tapujos sobre la deuda externa de m�s de 165 mil
millones de d�lares? �Se reconocer� que lo que pagamos al FMI y a�n postergando
necesidades elementales de la poblaci�n no nos liber� ni ah� de seguir tan
colonizados como antes?
A esta altura si contest�ramos que s�, o dud�ramos, no s�lo nos pasar�amos de
ingenuos, sino de irresponsables. Porque responder a todos estos interrogantes
de manera positiva implicar�a sin dudas haber tenido otro proyecto de pa�s y de
sociedad que el matrimonio K y su entorno nunca buscaron siquiera bosquejar.
Los cambios gubernamentales operados por la estrecha sociedad del matrimonio K,
no cambiar�n tampoco ahora para ese lado. Si de alg�n cambio se habla, no nos
molestemos en abrir las manos. No vendr� para nosotros o para recuperar el pa�s
y nuestros recursos. Y aunque los �ndices de crecimiento econ�mico sigan siendo
altos, favorecidos por los precios internacionales.
No hay otra
La esperanza se fue corriendo hacia el descreimiento, y el descreimiento se
encamina a la protesta y el reclamo. No hablamos del escenario electoral que no
deparar� grandes sorpresas, ni en propios ni extra�os (l�ase Cristina versus
oposici�n). Tampoco por la izquierda que no ver� aumentar su caudal. Hablamos
del d�a despu�s, cuando no nos quede otra que prepararnos para el reclamo y la
movilizaci�n que acompa�e. A�n cuando nos cueste mucho construir redes
solidarias y nuevos organismos para hacerlo. No habr� otra. A�n cuando los
bur�cratas de la CGT o del CTA sigan enfrentando a sus propios afiliados y
negando sus reclamos. Aunque muelan a palos a quien proteste, como lo hicieron
en el sindicato de la UTPBA con un trabajador, o favorezcan a los empresarios
como lo hicieron en la larga y ejemplar huelga de FATE que reclamaba un aumento
salarial superior al pautado por el gobierno, o de los trabajadores del pescado
de Mar del Plata que superexplotados exigen se los blanquee, o de los textiles
de La Plata que reclamaban efectividad, o el carneraje abierto impulsado por la
UTA en subterr�neos�
No hay lucha que libren los trabajadores que no sea bombardeada por los
dirigentes sindicales, sean de donde sean. Ni qu� hablar del papel de la CTERA
en las huelgas docentes de Santa Cruz o Neuqu�n�
Y lo peor es que si de "representaci�n sindical" hablamos, ocurre m�s o menos lo
mismo que en la pol�tica. La mentada "representaci�n" no existe.
Comenzando porque la mitad de los trabajadores que lo hacen en negro no est�n
afiliados a ning�n sindicato. Y que s�lo 2 de cada diez en todo el pa�s lo
est�n. Ello no s�lo dar�a cuenta de las inmensas transformaciones operadas en el
mundo del trabajo, sino tambi�n del desprestigio (repudio) que tienen los
dirigentes sindicales y los sindicatos mismos, ubicados como los ven los
trabajadores, en las m�s altas escalas de opulencia y del poder. El mejor
ejemplo es Moyano, un claro empresario que en sus ratos libres oficia de
dirigente sindical (y que de esa manera renueva su utilidad de cercan�a con el
poder) Siempre dispuesto a devolver favores, hace poco m�s de un mes se ocup� de
convocar a un gran almuerzo de empresarios con el objetivo de hacer campa�a
electoral a favor del gobierno. Fue all� donde con total soltura dijo en su
discurso que "es preocupante que los que tienen una 4 x 4 no la disfruten ya sea
por los robos o por el riesgo de que los maten", aunque inmediatamente para que
no lo critiquen, les record� amablemente la necesidad de blanquear a los
trabajadores en negro�
Sin embargo, no todo viene a favor de estos bur�cratas-empresarios. Surgen
nuevos delegados en las empresas, se desarrollan y fortalecen camadas de j�venes
activistas en los conflictos, los que dejando atr�s las viejas pr�cticas de
bur�cratas y matones impulsan con audacia la democracia sindical, la
construcci�n de agrupamientos integrados por trabajadores de diversas
experiencias, todo lo que posibilita (si las luchas se acrecientan) que se vayan
sentando s�lidas bases para una renovada reconstrucci�n de la clase trabajadora
argentina.
Otra pol�tica y construcci�n es posible
La Asamblea de Gualeguaych� se ha sostenido en el tiempo y de manera
independiente, contra muchos pron�sticos agoreros. Ahora, alcanzando dimensiones
nuevas y m�s complejas, como son las dif�ciles articulaciones internacionales
que abarcan a nuevos sectores sociales y demandas.
Tiene la virtud, sin embargo, de cosechar lo que sembr�, porque nunca fue
tentada a utilizar o creer los discursos chauvinistas que tanto le fueron
ofrecidos. Siempre pensaron que lo peor que les pod�a ocurrir era alejarse de
los pobladores de la vecina orilla, del pueblo uruguayo, tan maltratado y
deso�do como el nuestro. Por eso activistas de ambas orillas hicieron el resto y
finalmente se juntaron.
El 7 de Octubre pasado, unos 100 argentinos y 300 uruguayos crearon la Asamblea
Regional Argentina-Uruguay. Sus amplios objetivos abarcan la lucha contra las
pasteras, la forestaci�n indiscriminada, el modelo de subdesarrollo y sordera de
los gobiernos de aqu� y de all�. Deliberaron 5 horas en el Club Palmirense de
Nueva Palmira, Uruguay. Se hizo presente una importante delegaci�n del
Movimiento Sin Tierra de Brasil. Lo hicieron tambi�n los pobladores de Colonia
Agraciada de Uruguay, un pueblo de tamberos que supieron cortar las rutas y
fueron presos por luchar contra la Planta Isusa de �cido sulf�rico que est�
destruyendo el medio ambiente. Se denunci� tambi�n el trabajo esclavo del sector
Forestal de Tranqueras.
Y siguieron las denuncias, desnudando los falsos discursos frenteamplistas o mal
llamados progresistas de Uruguay y de Argentina. No hubo nadie que reivindicara
nada de esas gestiones. Por el contrario, se unieron m�s firmemente para
continuar y fortalecer la lucha, ahora conjunta, resolviendo reunirse una vez al
mes.
Hace poco m�s de un a�o escribimos una nota titulada No todo se compra ni todo
se vende, refiri�ndonos a la Asamblea de Gualeguaych�. All� destac�bamos la
metodolog�a empleada para persistir en el tiempo y progresar. El respeto al
debate colectivo, a la asamblea como instituci�n trabajosamente construida, al
voto para dirimir diferencias, a la acci�n sostenida por una importante mayor�a
que se involucra y participa�
Son valiosos pasos en el camino de ir creando una nueva institucionalidad,
nuestra, de poder de los de abajo, capaz de proyectar a�n simb�licamente nuevas
relaciones humanas y solidarias, orientadas no s�lo al reclamo puntual y el
rechazo a las condiciones de vida existentes, sino fundamentalmente encaminadas,
a veces a tientas, pero con firmeza, a la b�squeda de otro proyecto de pa�s y de
sociedad. Es ese camino el que pensamos hay que recorrer, sin esperar m�s nada
de quienes han dejado de representar cualquier aspiraci�n o necesidad popular.
Las esperanzas que signaron los primeros a�os posteriores a la rebeli�n del
2001/2002 con el gobierno K., han comenzado su cuenta regresiva. El tiempo del
descr�dito ocupa nuevamente su lugar, a�n cuando se siga mirando a la
destrucci�n social y humana en que estamos inmersos, como si ello fuera algo
transitorio, capaz de recuperarse. Nada m�s lejos de la verdad. Porque este pa�s
que qued� para no irse, el que vemos todos los d�as, el que sufrimos por tanta
injusticia, no tiene retorno. A menos que nos dispongamos colectivamente a darlo
vuelta de ra�z.
Por eso, para eso, necesitamos impulsar la construcci�n de un proyecto
revolucionario nacional y continental de nuevo tipo, capaz no s�lo de alejarse
de los ritmos y agendas que nos marcan los poderosos, como decidido a incentivar
una rebeli�n tenaz contra el supuesto "orden" existente.
Fuente: lafogata.org