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Medio Oriente - Asia - Africa

La estrategia de EE UU e Israel: L�bano e Ir�n

James Petras
Rebeli�n
Traducido del ingl�s para Rebeli�n y Tlaxcala por S. Segu� y Beatriz Morales

EL DEBATE B�LICO EN TORNO A IR�N

Un an�lisis de las declaraciones oficiales, los documentos y los comunicados de prensa del gobierno israel� recogidos por sus representantes permanentes ante la Conferencia de presidentes de grandes organizaciones jud�as de EE UU (CPMAJO, en sus siglas en ingl�s) y sus seguidores, que publican art�culos y dictan conferencias en los principales medios de comunicaci�n, revela un esfuerzo coordinado por convencer a Estados Unidos de atacar militarmente a Ir�n. Desde mediados de la d�cada de 1990 los principales ide�logos proisrael�es de EE UU han venido publicando documentos y manifiestos propagand�sticos, que pretend�an hacer pasar por documentos de estrategia, incitando a una agresi�n militar conjunta israelo-estadounidense contra Irak, Siria y, en particular, Ir�n. (1)

Con las ruinas todav�a humeantes de los atentados del 11 de septiembre, los principales ide�logos pro israel�es, el senador Joe Lieberman y el vicesecretario de Defensa Paul Wolfowitz, instaban a Washington a que atacase a Ir�n mediante acciones simult�neas consecutivas. Persiguiendo las prioridades regionales de Israel, sus representantes en el gobierno de Estados Unidos, en el Pent�gono (Wolfowitz, Feith y Shulsky), en el Consejo Nacional de Seguridad (Abrams), en el gabinete del vicepresidente (Libby) y en el gabinete presidencial (Frum, redactor de los discursos del presidente), falsificaron informes secretos, dise�aron la campa�a propagand�stica (Guerra contra el Terror, Eje del Mal) y planearon la guerra contra Irak, mientras el lobby jud�o obten�a la aquiescencia casi general del Congreso. A continuaci�n consiguieron el boicot estadounidense a Siria y el apoyo a la expropiaci�n, la anexi�n y el asentamiento en tierra palestina de Cisjordania, a la vez que la destrucci�n de la Franja de Gaza. Aun cuando la invasi�n no lleg� a conseguir el control de Irak, los representantes de Israel en el Gobierno estadounidense consiguieron destruir la sociedad y el Estado iraqu�es, y su capacidad de apoyo a la resistencia palestina, aumentando con ello el poder regional de Israel (a un coste alt�simo, no obstante, para Estados Unidos.)

Incluso en plena guerra de EE UU contra Irak; incluso despu�s de sufrir 20.000 bajas, entre muertos y heridos; incluso cuando la factura de la guerra asciende a 430.000 d�lares; incluso en una situaci�n en que las tropas de tierra apenas alcanzan a cubrir el territorio; incluso en estas circunstancias, los representantes de Israel en el Gobierno y en el Congreso estadounidenses, junto al inevitable lobby pro israel�, han seguido presionando para lanzar un ataque "preventivo" sobre Ir�n.

En el seno del Gobierno estadounidense, los representantes de Israel se encontraron ante algunas objeciones por parte del Departamento de Estado y de determinados militares en activo a un eventual ataque de este tipo:

1. Un ataque a Ir�n llevar�a a una invasi�n a gran escala de las fronteras de Irak que pondr�a en peligro la precaria situaci�n de las tropas estadounidenses en este pa�s;

2. Hezbol�, Siria y otros aliados iran�es reaccionar�an probablemente en solidaridad con Ir�n y lanzar�an represalias contra los apoyos estadounidenses en L�bano, los Estados del Golfo y otros lugares de Oriente Pr�ximo;

3. Un ataque aislar�a totalmente a Estados Unidos de sus aliados europeos, �rabes y asi�ticos, con lo que EE UU se ver�a obligado a asumir toda la carga de la guerra;

4. Ir�n podr�a bloquear el estrecho de Ormuz, impidiendo el paso del crudo a Europa y Asia.
LA PREPARACI�N PARA LA GUERRA

En respuesta, los representantes de Israel en EE UU formularon una serie de pol�ticas encaminadas a obviar dichas objeciones.

En primer lugar, ellos, junto con los servicios secretos de Israel y sus colaboradores libaneses, y con la aprobaci�n del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, dominado por EE UU, consiguieron incriminar a Siria como pa�s autor del asesinato del ex primer ministro liban�s Rafik Baha'eddin Al-Hariri el 14 de febrero de 2005 bas�ndose en la retractaci�n de un �nico y perjuro "testigo". Con ello, EE UU y la ONU forzaron a Siria a retirar sus fuerzas de L�bano, con lo que esperaban aislar a Hezbol� y otros movimientos anticoloniales y antiimperialistas. Una vez Siria fuera de L�bano, EE UU consigui� instalar, con el visto bueno de Israel, un gobierno sat�lite en Beirut, cuya influencia real, sin embargo, se limitaba a la zona central y septentrional del pa�s. Hezbol� sigui� siendo la fuerza dominante en el L�bano meridional y gran parte de la zona sur de Beirut, inexpugnable a cualquier maquinaci�n militar emanada de Beirut.

En 2004, EE UU y Francia patrocinaron conjuntamente la resoluci�n 1559 de la ONU que exig�a la disoluci�n y el desarme de todas las milicias, libanesas o no. Esta extraordinaria intromisi�n por parte del Consejo de Seguridad en los asuntos internos de L�bano fue, claramente, parte de la organizaci�n de la invasi�n de 2006.

Washington, en coordinaci�n con Israel, continu� con su t�ctica de despiece, apartando a todos los oponentes, reales o potenciales, de su control absoluto de la regi�n. Al aislar a Siria, destruir Gaza y "rodear" a Hezbol� (o as� lo cre�an), estaban convencidos de que se aproximaban al aislamiento de Ir�n. Con el fin de instalar a un gobierno t�tere de nuevo cu�o, en junio de 2006 Israel procedi� a invadir y demoler Gaza, y a arrestar a los l�deres pol�ticos de Ham�s. Ese mismo mes, el asesor presidencial para Asuntos de Oriente Pr�ximo, Elliot Abrams, en estrecho contacto con el alto mando militar israel�, dio luz verde a la invasi�n de L�bano, con el fin de destruir a Hezbol� y dar un paso m�s hacia el objetivo estrat�gico de aislar a Ir�n y superar los temores de los militares estadounidenses a las represalias por un bombardeo preventivo de Ir�n.

Paralelamente a la invasi�n de L�bano y Gaza, coordinada entre EE UU e Israel, Washington y el lobby jud�o se ocupaban del frente diplom�tico, intentando conseguir la aprobaci�n de la ONU a un boicot multilateral a Ir�n por su legal programa de enriquecimiento de uranio. En el caso de Gaza, el lobby jud�o consigui� el apoyo un�nime de la Casa Blanca, del Congreso y de los medios de comunicaci�n al ponerle a Ham�s, movimiento electoral, la etiqueta de organizaci�n "terrorista". Parad�jicamente, el presidente Bush dio su apoyo a las "elecciones libres" en los territorios palestino, as� como a la decisi�n de Ham�s de presentarse a las elecciones. Despu�s del reconocimiento de Bush de la naturaleza "libre y democr�tica" del proceso electoral en Palestina, el lobby presion� al Congreso y a la Casa Blanca a fin de cortar toda ayuda y todo contacto con el gobierno de Ham�s, democr�ticamente elegido. A su vez, la Casa Blanca presion� a la Uni�n Europea para que adoptase una posici�n similar. Israel bloque� todas las rutas comerciales y se neg� a entregar al nuevo Gobierno palestino los impuestos que les correspond�an. Israel actu� con el fin de asfixiar la econom�a palestina mientras que el lobby jud�o consegu�a el apoyo de EE UU a las pol�ticas de Israel.

En sus seis meses de criminal campa�a, Israel llev� sus incursiones armadas en Gaza y Cisjordania hasta el homicidio deliberado de civiles, familias y ni�os cuando participaban en actividades tan inocentes como una merienda en la playa. Estas grotescas provocaciones israel�es ten�an por objetivo llevar a Ham�s, un gobierno democr�ticamente elegido, a terminar con su alto el fuego unilateral, proclamado 17 meses antes. Un ataque palestino destinado a inutilizar un emplazamiento de tanques israel� cercano a la frontera de Gaza y la captura de un soldado israel� sirvieron de pretexto para la invasi�n a gran escala de Gaza. El Gobierno israel� orden� la destrucci�n sistem�tica de la mayor parte de la infraestructura vital de la zona: sistemas de tratamiento de aguas, plantas el�ctricas, sistemas de alcantarillado, carreteras, puentes, hospitales y escuelas, a la vez que arrestaba a los l�deres electos de la Autoridad Palestina, tanto de la rama ejecutiva como de la legislativa. Israel mat� a m�s de 250 palestinos en los primeros dos meses de su campa�a "Lluvia de verano" contra Gaza e hiri� a m�s de 5.000 ("en su mayor parte civiles", Haaretz, 4 de septiembre de 2006). Tras la debacle de L�bano, Israel lanz� una campa�a masiva de "b�squeda y destrucci�n".

El lobby silenci� toda voz discrepante y consigui� un respaldo casi un�nime del Congreso y del Gobierno a las pol�ticas de Israel en Gaza. El estrangulamiento de Gaza por parte de Israel debilit� toda oposici�n palestina a un ataque preventivo contra Ir�n.

Si bien la invasi�n militar israel� no consigui� destruir Hezbol�, el lobby se apunt� una victoria diplom�tica de gran envergadura con la aprobaci�n de la Resoluci�n 1701 de Naciones Unidas sobre un "alto el fuego". Dicha Resoluci�n es una copia textual de los objetivos estrat�gicos israel�es de destrucci�n de Hezbol�, divisi�n de L�bano, obtenci�n de la supremac�a militar en L�bano y aislamiento de Ir�n. La aprobaci�n de la resoluci�n sigui� los diferentes pasos del cl�sico proceso: Israel estableci� sus condiciones, el lobby organiz� su aparato a fin de presionar al Congreso y a la Casa Blanca, y Washington la present� al Consejo de Seguridad y presion� a sus miembros para que la aprobasen. La resoluci�n fue aprobada y a continuaci�n se puso en marcha el proceso militar, econ�mico y diplom�tico, con Kofi Annan como adelantado de esta estrategia israelo-estadounidense.

Decir que la Resoluci�n de alto el fuego es tendenciosa y sesgada en favor de Israel es quedarse corto. El problema reside en los propios t�rminos y premisas de la resoluci�n. Israel invadi� L�bano. El derecho internacional considera que un pa�s que invade otro, destruye toda su infraestructura civil y 15.000 hogares, y mata a m�s de 1.100 de sus ciudadanos es el agresor. Se debe establecer una "zona parachoques" o regi�n desmilitarizada dentro de las fronteras del pa�s agresor, a saber, una zona de 20 kil�metros dentro de la frontera israel�. �sta es la pr�ctica com�n para con Estados con un largo historial de intervenciones militares dentro de los Estados vecinos. �ste es especialmente el caso dado que Israel inici� el bombardeo de L�bano e Israel invadi� L�bano, y no viceversa. En vez de ello la resoluci�n aprobada por Naciones Unidas obliga a ocupar territorio liban�s y a eliminar su primera l�nea de defensa nacional - a saber, el complejo de b�nkeres y t�neles subterr�neos que Hezbol� y la resistencia libanesa organizaron como una defensa civil contra los ataques de las bombas, misiles, artiller�a e infanter�a invasora israel�.

En segundo lugar, la Resoluci�n de Naciones Unidas hace un llamamiento al desplazamiento, disoluci�n y desarme de los defensores (Hezbol�) del pa�s invadido en vez de los invasores (las Fuerzas de Defensa (sic) Israel�es, IDF en sus t�rminos en ingl�s). En la l�nea de la estrategia israel�, esta propuesta pretend�a conseguir por medio de los "cascos azules" de la ONU lo que las Fuerzas de Defensa Israel�es no fueron capaces de realizar.

En tercer lugar, mientras que la resoluci�n propon�a que Hezbol� ten�a que ser obligada a desarmarse o, al menos a "esconder" sus armas, el armamento israel�, sus soldados de ocupaci�n y vuelos rasantes continuaron sobre el lugar en L�bano, preparados para atacar y bombardear, y ansiosos por hacerlo, a la resistencia libanesa, como su primer ministro y el ministro de Defensa declararon p�blicamente (y practicaron en varias ocasiones).

En cuarto lugar, mientras Hezbol� acced�a al alto el fuego, Israel no. Israel mantuvo su bloqueo terrestre y a�reo, lo que seg�n el derecho internacional constituyen actos de guerra, y mantiene su "derecho" a enviar libremente a L�bano comandos y equipos de asesinatos. Naciones Unidas y Kofi Annan no han denunciado el incumplimiento de la Resoluci�n por parte de Israel. Por su parte, Estados Unidos, ha apoyado este incumplimiento por parte de Israel.

En quinto lugar, las Naciones Unidas han propuesto, por insistencia de Israel, que soldados libaneses patrullen la frontera, den caza y destruyan las armas y los activistas de Hezbol�, con lo que esperan provocar una guerra civil y dividir L�bano en un Estado fragmentado y disfuncional, en vez del gobierno de coalici�n (que incluye a Hezbol�) que exist�a antes, durante y despu�s de la invasi�n israel�. En respuesta Hezbol� no se ha desarmado aunque ha accedido a que sus combatientes lleven armas visibles en p�blico. Hezbol� no ha opuesto resistencia a que haya soldados libaneses en la frontera con Israel ; aun m�s, ha confraternizado con ellos.

En esta Resoluci�n de alto el fuego, perversa como ninguna otra, el agresor (Israel) conserva sus armas, su ocupaci�n del territorio, del aire y del mar liban�s, e incrementa la compra de armas ofensivas. El lobby jud�o empuja a Estados Unidos y a las Naciones Unidas a rodear a Hezbol�, controlar la frontera libanesa con Siria (y perder, por lo tanto, soberan�a) y a detener el flujo de cualquier arma defensiva para reponer las empleadas en defender el pa�s de los invasores israel�es.

La Resoluci�n israelo-estadounidense-onusiana est� dise�ada para aislar la resistencia libanesa de Siria e Ir�n y debilitar toda solidaridad �rabe com�n en el momento en que Ir�n y Siria sean atacados.

Kofi "El Recadero" Annan, nominalmente Secretario General de Naciones Unidas pero conocido por quienes trabajan en este organismo como el mensajero de Washington �y, por lo tanto, del lobby jud�o� fue a Oriente Pr�ximo en misi�n de paz. Su objetivo no era abrir negociaciones sobre el intercambio de prisioneros entre L�bano-Hezbol� e Israel, sino asegurar una liberaci�n unilateral de los prisioneros de guerra israel�es capturados. Nunca, en ning�n momento, mencion� las demandas clave de los libaneses, que eran la liberaci�n de los 1.000 civiles y combatientes libaneses encarcelados ilegalmente y que est�n sufriendo en las c�rceles israel�es, muchos de los cuales han permanecido encarcelados sin cargo o sin juicio durante a�os. El �nico asunto que para Annan hab�a que discutir era articular las demandas israel�es de liberaci�n de sus prisioneros. Cuando Siria accedi� a trabajar con Annan en una liberaci�n rec�proca negociada de prisioneros libaneses e israel�es, e Israel rechaz� la oferta, Annan se neg� a criticar la intransigencia israel� y sigui� expresando su demanda de una liberaci�n incondicional y unilateral de prisioneros.

Est� claro que Israel y el lobby jud�o-estadounidense est�n tratando de aprovechar la Resoluci�n de alto el fuego, tan favorable a Israel, y su implementaci�n, para ampliar y ahondar sus intromisiones en la pol�tica libanesa, controlar su pol�tica de seguridad y socavar su soberan�a comprando a sectores de la �lite beirut� con "ayuda para la reconstrucci�n" mientras mantienen a Israel en pie de guerra dentro, alrededor y sobre L�bano.

El acuerdo de "alto el fuego" es, en efecto, una "ratonera" que ofrece la ayuda de los donantes (el queso) al d�bil y vacilante r�gimen de Beirut (particularmente a sus sectores derechistas, pro occidentales) y la trampa de acero de un cerco por tierra, mar y aire, y de ataques militares por parte de israel�es y de colaboradores de Naciones Unidas a un desarmado Hezbol�.

El lobby jud�o consigui� un apoyo al 100% de la Casa Blanca y del Congreso del Estados Unidos a que Israel continuara con el bloqueo de L�bano por aire y mar, y a sus demandas de desarmar y destruir Hezbol� como condiciones para retirarse de su ocupaci�n territorial de L�bano.

Peor a�n, a medida que las Naciones Unidas inician su ocupaci�n de L�bano e Israel mantiene su presencia militar, Tel Aviv reinterpreta el alto el fuego para reforzar su posici�n avanzada dentro de L�bano. Israel exige la liberaci�n de sus dos prisioneros de guerra, la destrucci�n de Hezbol� antes de pensar en acabar con su ocupaci�n y bloqueo. Antes de conformar los t�rminos del acuerdo y de retirar sus propias tropas, Israel insiste en que soldados de las Naciones Unidas controlen la frontera siria. No se hace menci�n a patrullas de las Naciones Unidas en las fronteras de Israel con Gaza que Israel cruza a diario cuando va a matar y asesinar palestinos. En otras palabras, mientras Naciones Unidas mina la postura de la resistencia libanesa y fortalece al ej�rcito israel�, Israel ni negocia ni corresponde en reciprocidad [sino que] a�ade demandas nuevas y m�s exigentes. Todo esto es apoyado por el lobby jud�o y sus altos funcionarios en el Ejecutivo y el Congreso estadounidense. El prop�sito de esta compleja maniobra de las Naciones Unidas es neutralizar toda oposici�n libanesa al aumento de las agresiones israelo-estadounidense contra Ir�n.
DIPLOMACIA DE CONFRONTACI�N Y GUERRA

De forma paralela y convergente con la "estrategia de la ratonera" en L�bano, Estados Unidos, con el poderoso impulso del lobby jud�o, ha presionado para conseguir el apoyo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a una serie de medidas diplom�ticas y sanciones econ�micas contra Ir�n. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas inducido por Estados Unidos y Europa est� haciendo demandas que est�n en completa contradicci�n con el Tratado de No Proliferaci�n, que permite en cualquier momento a todos los pa�ses del mundo enriquecer uranio para usos pac�ficos, y de este modo est� provocando una confrontaci�n con Ir�n. Estas ilegales e impertinentes demandas no tienen en absoluto base legal ni de hecho: seg�n el Organismo Internacional de Energ�a At�mica no hay pruebas de que Ir�n est� construyendo un arma nuclear. Estados Unidos ha adoptado una estrategia paulatina de preparaci�n de una guerra preventiva contra Ir�n, a fin de minimizar su aislamiento (el de Estados Unidos), el enorme coste econ�mico y en vidas humanas, y la posibilidad de represalias. Washington ha preparado una resoluci�n que imponga sanciones econ�micas y que limite los desplazamientos y las inversiones iran�es. Una vez instaurado el principio de las sanciones econ�micas, Washington puede presionar m�s f�cilmente para a�adir otras cuestiones, como sanciones comerciales, restricciones al trafico comercial mar�timo y congelaci�n de los activos exteriores. Una vez asegurado el aislamiento econ�mico multilateral de Ir�n, Washington puede emprender su ataque militar a�reo con menor oposici�n y mayor aquiescencia de Europa y sus clientes de Oriente Pr�ximo.
DE IRAK, HEZBOL� Y HAM�S A IR�N: �OTRA ESTRATEGIA FALLIDA?

Los representantes israel�es en el Gobierno de Estados Unidos contemplaron en su momento la guerra contra Irak como un ensayo general para un ataque a Ir�n y como parte de una serie triunfal de conquistas militares que hicieran del Golfo P�rsico un patio trasero israelo-estadounidense. Junto a la guerra contra Irak, el lobby presion� al Congreso estadounidense para que aprobase medidas de boicot a Siria, otro objetivo de la estrategia general de Israel y su lobby. L�bano, especialmente la resistencia nacional dirigida por Hezbol�, es una pieza clave de la estrategia conjunta israelo-estadounidense contra Irak. El L�bano meridional bajo control de Hezbol� y Ham�s en Gaza, otro aliado potencial de Ir�n, han sido por consiguiente un objetivo de aislamiento diplom�tico por mediaci�n de las Naciones Unidas, y a la vez un objetivo de destrucci�n f�sica. Cada guerra de Estados Unidos e Israel tiene un fin inmediato �el debilitamiento de un adversario� a la vez que, m�s importante, forma parte de la preparaci�n de un gran ataque sobre Ir�n. Estas guerras de "doble uso" son concebidas para debilitar y destruir a adversarios de los planes de dominaci�n regional israelo-estadounidenses, y a la vez instalar bases militares, cercar geogr�ficamente y presionar econ�micamente, todo ello con miras al ataque final contra Ir�n.
LAS FICHAS DE DOMINO CAEN DEL LADO EQUIVOCADO

No obstante, el lobby y los arquitectos israel�es de estas guerras en serie han cosechado algunos fracasos importantes, junto a las victorias, en su camino hacia Teher�n.

Tuvieron �xito en la destrucci�n del gobierno nacionalista laico de Saddam Hussein y en la destrucci�n total del potencial econ�mico y militar de Irak. No obstante, se hallan ante una insurgencia inesperada y de gran alcance que tiene fijados sobre el terreno a decenas de miles de militares estadounidenses y que agotan sus reservas, imponen unos costes financieros enormes y socavan el apoyo p�blico a esa guerra y a cualquier otra nueva invasi�n que proponga el lobby israel�.

El intento del lobby jud�o de expulsar, mediante elecciones, a Yasir Arafat e imponer un gobierno sat�lite opuesto a Ir�n y a Hezbol� tuvo un resultado inesperado:

las elecciones fueron ganadas por Ham�s, movimiento nacional anticolonial, a ra�z de lo cual Israel decidi� volver a su programa de matanzas y ataques militares directos con el fin de diezmar la oposici�n al plan general para el Oriente Pr�ximo.

El empe�o por erradicar a Hezbol� de L�bano meridional consigui� causar graves da�os al pa�s y acabar con la vida de centenares de civiles, pero fracas� en su principal objetivo de aclarar el camino a un ataque sin r�plica contra Ir�n. Si bien Israel fracas� militarmente, el lobby y sus clientes del Congreso y el Gobierno estadounidenses consiguieron imponer sus objetivos pol�ticos conjuntos en la infame Resoluci�n 1701, por intermedio de las Naciones unidas y del ej�rcito liban�s. No obstante, la Resoluci�n, a la vez que impone algunas restricciones importantes, sigue siendo fuertemente contestada: Hezbol� rechaza desarmarse, el ej�rcito liban�s (shi� en un 40%) confraterniza con Hezbol� y no le es hostil, y las tropas de las Naciones Unidas no tienen intenci�n alguna de desempe�ar el papel de fuerzas de choque de Israel y provocar un nuevo ataque contra Hezbol�, especialmente despu�s del asesinato deliberado de varios "cascos azules" por parte de Israel.

La estrategia diplom�tica del lobby jud�o y de EE UU de imponer sanciones a Ir�n, ha amarrado el apoyo europeo en lo que respecta a determinados asuntos menores, pero no ha conseguido el apoyo de Rusia y China a un embargo a gran escala. China est� actualmente negociando un acuerdo con Ir�n relativo al proceso de enriquecimiento del uranio que puede socavar la "diplomacia de guerra" de EE UU en su totalidad.

Ante esta serie de obst�culos militares y diplom�ticos, el lobby jud�o no cesa ni desiste en su empe�o. En cambio, est� lanzado en una nueva campa�a de excitaci�n b�lica en EE UU por mediaci�n de "sion�filos" ultramilitantes como el embajador de EE UU ante la ONU, John Bolton, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, el vicepresidente Dick Cheney, el presidente George W. Bush y, por supuesto, el inimitable "Asesor jefe para asuntos de Oriente Pr�ximo", Elliot Abrams. La posici�n com�n es dejar de lado todos los asuntos fallidos e ilusorios y todas las propuestas diplom�ticas y basar en una cuesti�n ideol�gica el ataque a Ir�n que se avecina: el nuevo combate entre la democracia y el fascismo isl�mico.

Para el Gobierno israel�, un ataque preventivo de EE UU contra Teher�n se considerar�a como un debilitamiento de otro oponente a la dominaci�n regional israel�. Para EE UU, ser�a la apertura de las compuertas de la insurgencia hacia Irak y m�s all�, lo que conducir�a a dos, tres, muchos Iraks. En alg�n momento, esta estrategia se volver� contra sus autores. Al sacrificar un n�mero inaudito de vidas estadounidenses al servicio de una potencia extranjera, el lobby jud�o y sus defensores pol�ticos del Congreso de EE UU entrar�n en la historia como traidores a nuestros m�s altos ideales en tanto que pa�s libre e independiente.

A falta de asegurarse un ataque de EE UU contra Ir�n, Israel est� acelerando sin reposo sus planes de guerra contra Ir�n y Siria. Una vez m�s, su lobby ha montado una campa�a de propaganda masiva y sostenida seg�n la cual el presidente de Ir�n, Mahmud Ahmadinejad, habr�a declarado en un discurso, en octubre de 2005, que "Israel debe ser borrado del mapa." El lobby ha falsificado totalmente la traducci�n al ingl�s, toda vez que el presidente iran� nunca utiliz� el t�rmino "borrar" ni el t�rmino "mapa" (Cf. Counterpunch 28.8.2006). Lo que en realidad dijo fue: "Ese r�gimen que ocupa Jerusal�n debe desaparecer de los anales de la historia". No cabe duda de que se refer�a a un poder que ocupa ilegalmente una ciudad por conquista militar, que reduce a sus propios ciudadanos �rabes a la discriminaci�n y la pobreza, y que coloniza los territorios ocupados. En otras palabras, pide la desaparici�n de un r�gimen racista y colonial, no la destrucci�n o expulsi�n de los jud�os en Israel. Estas y otras "malas traducciones" deliberadas son parte de los esfuerzos del lobby por fomentar el oprobio mundial contra Ir�n y estigmatizar a este pa�s con las peores caracter�sticas de los que "niegan el Holocausto", y as� presentar el ataque de Israel como una acci�n dirigida a un "Estado delincuente" isl�mico-fascista. De enero a marzo de 2006, el alto mando israel� puso manos a la obra con sus planes de guerra para atacar Ir�n, que luego aplaz� temporalmente para permitir a Washington desarrollar iniciativas diplom�ticas. En septiembre, el Times de Londres (3.9.2006) informaba que "Israel est� prepar�ndose para una eventual guerra con Ir�n y Siria." Con arreglo a fuentes pol�ticas y militares israel�es, "El reto que plantean Ir�n y Siria ocupa el primer lugar en la agenda israel� de defensa (sic)."

1. V�ase el Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense � PNSE (The Project for the New American Century: White Paper Rebuilding American's Defenses, Sept. 2000) elaborado por los principales ide�logos pro israel�es estadounidenses, jud�os y no jud�os.

Fuente: lafogata.org

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