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Medio Oriente - Asia - Africa

Las emergencias alimentarías en África se han multiplicado por tres en los últimos 20 años

Rebelión

El número de emergencias alimentarias en el África Subsahariana se ha triplicado en los últimos 20 años, pasando de poco más de cinco emergencias anuales a mediados de la década de los 80, a las más de 20 que se producen ahora. El informe "Las causas del hambre: una perspectiva de la crisis alimentaria en África" que hizo público ayer Oxfam Internacional (Intermón Oxfam en España) sitúa los conflictos como causa número uno de estas crisis, seguidos de muchos otros factores como la pobreza, la falta de inversión en el desarrollo agrícola, las reglas comerciales injustas y la incidencia del VIH-Sida y el cambio climático.
Las cifras hablan por sí solas: una de cada tres personas en África Subsahariana padece desnutrición, cifra que llega al 55 por ciento en el centro del continente. En el caso de un país como la República Democrática del Congo, con un conflicto que ya ha costado la vida a más de 3,5 millones de personas, la desnutrición afecta a 7 de cada 10 habitantes. En el norte de Uganda, donde la guerra dura ya 20 años, el 84% de la población depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
El informe explica cómo los conflictos destruyen la actividad económica y las infraestructuras rurales, desvían la inversión a gastos militares e impiden que se cultiven los campos porque la población huye, es reclutada para la guerra o resulta herida o muerta. Por su parte, los altos niveles de extrema pobreza –que se ha duplicado en los últimos 20 años y afecta ahora a casi la mitad (46 por ciento) de la población– dificultan el que las personas puedan hacer frente a fenómenos como el VIH-Sida y a catástrofes naturales derivadas del cambio climático.
"Cuando se ven este tipo de datos, se tiende a pensar que estas crisis no tienen solución, pero sí la hay. Con la suficiente voluntad política por parte de los gobiernos implicados pueden tomarse medidas muy concretas para evitar que África siga sufriendo unas crisis que cada día son más graves y numerosas. Lo que no podemos hacer es cruzarnos de brazos y mirar hacia otro lado", explica Irene Milleiro responsable de estudios sobre Acción Humanitaria en Intermón Oxfam.
En materia de conflictos, la Unión Africana, con el apoyo de los países ricos, debe abordar de una vez por todas los conflictos en África, invirtiendo en unas fuerzas de mantenimiento de la paz mejor dotadas, estableciendo un mayor control sobre el comercio de armas y una mayor vigilancia de la explotación de los recursos naturales que en muchos casos alimentan los conflictos.
Pan para hoy, hambre para mañana
Respecto a la reacción internacional a estas crisis alimentarias, el informe denuncia que, en general, la respuesta humanitaria sigue siendo pan para hoy y hambre para mañana, porque no aborda sus causas. El ejemplo es que mientras la ayuda humanitaria a África ha crecido de 946 millones de dólares en 1997 a 3.000 millones en 2003, la asistencia para la producción agrícola ha caído un 43% entre 1992 y 2002.
"Invertir en desarrollo para reducir la vulnerabilidad en especial de los pequeños propietarios, las comunidades dedicadas al pastoreo y las mujeres es esencial si queremos dejar de hablar del hambre en África", añade Irene Milleiro.
La calidad de la ayuda de emergencia también tiene que mejorar porque, si no es adecuada, puede causar más daños que beneficios. En estos momentos el 79% de la ayuda alimentaria que se dona en las crisis viene de los países ricos. Esta ayuda suele tardar entre cuatro y cinco meses en llegar y los costes de transporte hacen que pueda salir hasta un 50% más cara que si se hubiera comprado en la región.
"La clave está en que para los países ricos la donación de comida es una forma de subsidiar a sus propios agricultores y beneficiar a sus transportistas, aunque la ayuda salga más cara o pueda ser inadecuada para las necesidades nutricionales de los que la necesitan. Siempre que haya suficiente comida disponible, es más efectivo comprar a nivel local, porque de esta forma, además, se ayuda a reactivar la economía", explica Irene Milleiro.
El informe recomienda a los gobiernos de la región que desarrollen políticas agrarias eficaces, consensuadas con los grupos afectados. La necesidad es clara: mientras el 70% de la población vive de la agricultura, la inversión en ese sector es de tan sólo el 5% de los presupuestos nacionales.   

Fuente: lafogata.org