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Latinoamérica

La riqueza de los andes para los pueblos andinos
El Perú de Raimondi y otros sabios

Jorge Zavaleta

La Europa de los 25, con el liderazgo de España e Italia, dos estados unidos hoy por la afinidad política de sus jefes de Estado, y también Alemania y Portugal, buscan un renovado acercamiento con América Latina, obligado puente con el binomio China - India, al otro extremo del Pacífico.

Recientemente estuvieron en Lima y otras capitales de Sudamérica, el vicecanciller de Italia, Donato Di Santo y la vicepresidenta de España, María Teresa Fernández. Ambos consideran que los mejores efectos de esta relación se verán en los acuerdos económicos y comerciales. Para mayo del 2008 - la Cumbre Iberoamericana será en Lima - la Unión Europea estaría firmando un TLC con la Comunidad Andina de Naciones.

También se aprecia que Europa ve en las migraciones del Nuevo Mundo un campo fértil. Para el caso de Italia, la masiva diáspora de sudamericanos, ha incluido el vigoroso retorno del sabio Antonio Raimondi a su Milán de origen. Después de siglo y medio, este infatigable investigador, despierta el interés de políticos e inversionistas por conocer mejor la riqueza de los Andes y la Amazonía.

Las mas recientes investigaciones sobre Raimondi advierten que este joven tenaz, en el siglo XIX, fue un activo defensor de la concertación política antes que el enfrentamiento. Se descubre que la sociedad conservadora endilgó en boca del sabio, desafortunados conceptos, como que "El Perú es un mendigo sentado en un trono o banco de oro". Igual agresión sufrió Von Humbolt, el científico alemán descubridor de la Corriente marina que lleva su nombre, franja de agua fría que recorre el mar de sur a norte y que hace factible el clima tan benigno de América.

En realidad, cabe aclarar, los mendigos nunca han sido los pueblos del Perú ni de América Latina. Los mendigos son aquellos grupos cuyas oscuras fortunas se formaron a la sombra de gobiernos y estados corruptos. Acaso no es una verdad histórica que antes y después de la Independencia Nacional, los grandes propietarios de tierras y minas, en alianza con corregidores y supervisores criollos, ocultaban el número de tributarios para pagar menos al fisco. Ese trono de oro, que atribuyen a Raimondi, se mantiene aún, casi intacto, en el Perú del presente siglo.

Raimondi llegó al Perú un 23 de julio de 1850 cuando apenas tenía 26 años. Su curiosidad por este país nació en el Jardín Botánico de Milán - ciudad que hoy alberga junto con Roma a más de 100 mil peruanos trabajadores - al observar algunas plantas andinas como el cactus. Recorriendo el territorio del Perí acumuló más de 20 mil plantas, ayudó a precisar la ubicación de los asientos de oro y puso en valor el guano de las islas, entre otros recursos Escribió varios libros y el primero y más importante, titulado "El Perú", lo dedicó a los niños peruanos como "la mayor riqueza del país".

Promovió la participación del Perú en la exposición universal en París de 1853, en la perspectiva de "atraer a aficionados y capitalistas". El Congreso de 1869 autorizó la publicación de sus trabajos sobre geografía, geología e historia natural del Perú, en cuya obra señala propiedades curativas y también dañinas de la flora andina y selvática, respetando la sabiduría quechua y ashaninka.

En una "Mirada Interna del Perú", los investigadores Pompilio Inglesi, Espartaco Inglesi y Ricardo La Torre, estudian más de 250 cartas de Raimondi y descubren las intensos vínculos con el tradicionista Ricardo Palma y José Pardo, el presidente que puso especial énfasis en la Educación (El Perú de hoy cuenta con más des 3 millones que no saben leer ni escribir). El notable etnógrafo acompañó a Pardo en las decisiones para modernizar el país con ferrocarriles, caminos, impulsar la industria, la minería y la agricultura.

En los últimos años, Raimondi cautiva a estudiosos de diferentes especialidades, inclusive al Programa Huascarán, esfuerzo gubernamental para intercomunicar las escuelas más alejadas del país con centros de formación docente. Un reciente aporte proviene del Colegio y Museo Raimondi y del grupo bibliográfico Araucanía que dirige Luis Felipe Villacorta. El libro, en versión impresa y digital, es una atractiva iniciativa para estimular la lectura infantil, a partir de la vida del sabio italo-peruano. El pueblo de San Pedro de Lloc, en La Libertad, se suma al homenaje, con un moderno museo, como parte de un circuito turístico en el Perú nororiental. Empresas privadas, el Banco Interamericano de Desarrollo, el fondo contravalor italo peruano y la cooperación alemana están impulsando pequeños proyectos productivos en las localidades vecinas de Chiclayo y Cajamarca.

Otra investigación nos ofrece el sociólogo Giovanni Bofiglio, con "El Mensaje Vigente", en el cual reitera que hubo gente mal intencionada, que aprovechándose del prestigio de Raimondi, después de su muerte, han pretendido tergiversar el pensamiento del sabio. "Es una falacia sostener como petición de autoridad que el Perú siendo un país rico no necesita generar más riqueza sino "distribuirla". Raimondi, coincidió con el proyecto civilista, en construir una "república práctica", en contraposición a un proyecto patrimonialista que, lamentablemente, predominó. De Raimondi han querido hacer un científico racionalista, cuando en verdad un soñador, un romántico, y que él no olvidó de actitudes prácticas y propósitos utilitarios para que la ciencia sea un instrumento para beneficio de la sociedad.

Otro seguidor de Raimondi es el antropólogo Sebastiano Sperandelo, quien camina en busca de las claves para interpretar el mundo andino, a través de quince años de investigaciones científicas. Su próximo libro camina por el campo de la toponimia, para ayudar a desentrañar más misterios y confusiones sobre la trascendencia de la cultura de los andes.

Ancash, al norte de Lima, fue uno de los lugares que más cautivó a Raimondi, donde contrajo matrimonio y tuvo familia. El Museo Raimondi de Lima acaba de publicar una investigación, auspiciada por las empresas mineras de esa región. En 1867, el sabio descubrió, cerca de la ciudadela preinca Chavín de Huantar, La Puya, hermosa planta ornamental de larga vida e inagotable reproducción, que ahora lleva su nombre.

Un detalle final. El ingeniero y escritor Pompilio Inglesi, uno de los biógrafos más serios y profundos de Raimondi, cuya obra ha sido publicada por el Congreso del Perú (II tomos, 900pgs), emite un extraordinario juicio sobre la personalidad de este sabio. Manifiesta no haber encontrado en el frondoso epistolario del eximio naturalista, ningún adjetivo calificativo contra los pueblos que lo albergaron y trasmitieron sabiduría y conocimiento. Los adjetivos de "Carhuaz borrachera" o "Recuay ladronera" fueron invención de gamonales y latifundistas que pedían represión de los gobiernos para detener protestas de valerosos movimientos campesinos. El Callejón de Huaylas, con sus blancas cordilleras y cientos de lagunas y lagunillas, son tierras dulces, hermosas y nada presumidas con el visitante. Caraz, Yungay, Chacas, Huaraz y decenas de pueblos ancashinos, supieron compartir sus vidas con el espíritu generoso de Antonio Raimondi.         

Fuente: lafogata.org