VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

El Nacional juega al separatismo que auspicia el Imperio

Alcides Maldonado
Periodista venezolano

Cuando, el 3 de agosto de 1943, Henrique Otero Vizcarrondo, Antonio Arraiz y Miguel Otero Silva fundaron el diario El Nacional, debieron tener más de una razón para bautizar su periódico con ese nombre. Se trataba de gente inteligente, tesonera, emprendedora, con iniciativa… pero, además, con un claro sentido nacionalista. Para ellos el órgano divulgativo que estaban creando debía cumplir unos cuantos propósitos. Y uno de esos propósitos, el más noble, tenía que ver con la integridad -en todas las acepciones que pueda tener esa palabra- de nuestra nación. Para los fundadores de El Nacional era impensable darle el menor auspicio a cualquier desquiciado que se le ocurriera medio asomar la idea de quebrantar nuestra unidad territorial. Y si le concedían algún centimetraje en sus páginas a semejantes desatinos, era para condenarlo con la más absoluta firmeza. Esa fue por muchísimos años la digna postura editorial del rotativo que ocupa hoy nuestra atención. Pero hay que ver cómo cambian los tiempos.
Para nadie es un secreto que dentro de los parámetros de la guerra de baja intensidad que el gobierno de Estados Unidos desarrolla en contra de Venezuela, una de las piezas fundamentales de la artillería gringa para desestabilizar la Revolución Bolivariana consiste en azuzar el secesionismo, en propiciar y procurar la fragmentación de nuestro sagrado territorio (sí, sagrado, aunque este adjetivo le suene cursi y le duela al rancio lacayismo de unos cuantos). Y aunque el interés de los gringos por despojarnos del Zulia no es nada nuevo (las transnacionales petroleras han manoseado esa idea muchas veces), hay que advertir que en esta ocasión sus macabras intenciones secesionistas vienen muy bien articuladas con diversos factores internos que se prestan para tan abominables fines. Y no hay que tener una lupa para detectar esa realidad. Son tan torpes quienes le tienden la mesa al Imperialismo, y tan engreídos, que juran que este pueblo no se va a percatar de sus jugarretas. Sobre todo en el campo comunicacional. Veamos.

¿Globo de ensayo?

El pasado domingo 5 de marzo, en su primera página, y como nota principal, El Nacional titula, con toda una pose de inmaculada ingenuidad, lo siguiente: "En Zulia preparan plebiscito sobre estatuto de autonomía". Preguntamos: ¿un diario que tiene por nombre El Nacional no debería más bien alertarse y alertar a la nación entera por semejante pretensión? ¿Cómo es eso de que, en el texto que le sigue al titular, el asunto se despacha como una "iniciativa" fomentada por una tal movimiento Rumbo Propio, "un grupo que se autodefine de derecha, partidario de crear un gobierno autónomo de orientación capitalista y liberal, opuesto al que lidera el presidente Hugo Chávez? Incluso, El Nacional se da el tupé de anunciar la fecha del fulano plebiscito: "Se ha propuesto el 24 de octubre como fecha para realizar la consulta". Y no conforme con ello hasta incluye la pregunta a formular: "¿Está usted de acuerdo o no con el Estatuto Autonómico que garantice en el Zulia los derechos individuales y económicos propios del sistema de libre empresa?". Pero hay más. La última oración del segundo párrafo es toda una joya: "La autonomía propuesta le daría a la región una nueva carta constitucional y la figura del gobernador sería sustituida por la de presidente". ¿Hay que ser un experto en semiología para percatarse de tan grosero contrabando? ¿Hasta dónde es capaz de llegar El Nacional en su demencial oposicionismo? ¿Por qué no se quita la máscara? ¿Por qué no asume abiertamente el papel que le asignaron como agente propagandístico del Imperio, y de esa cosa llamada Rumbo Propio? ¿Por qué siguen metiendo propaganda por información? ¿Les resultará tan rentable? ¿O será que nos estamos pasando de maraca con el pobre Miguelito y sus truculentos asesores editoriales?¿No será más bien que como venezolanos estamos obligados a desenmascarar a quienes manipulan esos peligrosos tubos de ensayos en el laboratorio de la información en que se ha trocado El Nacional?
Seguimos con las interrogantes: ¿por qué arrancan su apoyo propagandístico al secesionismo precisamente el domingo? Ah… porque necesitaban una caja de resonancia, un amplificador, el único que llega a todos los rincones del país. En El Nacional sabían que el presidente Chávez, por obligación ética y patriótica, tenía que responder. Y respondió. No quedaba otra. ¿Cayó en la trampa el Presidente? No precisamente. Semejante tema no podía pasar por debajo de la mesa. Chávez tenía que alertar al pueblo y lo hizo. Pero además tenía que hacer las advertencias correspondientes. También lo hizo. No quedaba más opción. La cochinada contra la integridad territorial era demasiado grande. De hecho, como si a los propagandistas de El Nacional no les bastara con el tendencioso titular de primera, dedicaron las páginas D-1 y D-2 (como si se tratara de un encarte) a desarrollar el tema y a presentar a los tres miembros del llamado Rumbo Propio (no podían ser más de tres, con el perdón de Los Tres Chiflados) como factores políticos de "la nueva oposición". ¡Vaya oposición! Pero es que de verdad ese encarte es todo un poema. Imagínense: el titular de la D-1 reza: "Un grupo de zulianos sueña con formar un gobierno autonómico". Y aquí el verbo soñar está empleado con un romanticismo tal, que cualquiera se cree el cuento de que el trío que conforma a Rumbo Propio: Alberto Mansueti, Néstor Suárez e Hildemaro Ferrer son unos dioses que descendieron del Olimpo a reivindicar "la zulianidad". ¿Termina el asunto aquí? No. Los tipos siguieron. Todo el mundo sabe que no hay olla periodística sin segundo día. Pero como esta olla no sólo es periodística sino propagandística, pues le dieron parejo durante cuatro días al temita.

Papel de víctima

¿Cómo titularon el lunes 6? Así: "FAN impedirá cualquier intento de plebiscito sobre autonomía del Zulia". De dónde sacaron esta información? ¡Pues del "Aló, Presidente"! Eso sí, Chávez pudo haber hablado de la integridad territorial, de la inadmisible y evidente injerencia gringa, de que ésta es una sola patria y nadie la va a dividir porque esa es la voluntad de todo el pueblo venezolano, y los zulianos son también venezolanos… Adicionalmente, como era su deber, recordó el papel de la FAN ante una eventual aventura secesionista. Claro, como de lo que se trata es de presentar siempre a Chávez como un tirano, como un dictador, pues optaron por mostrarlo como el monstruo militarista capaz de aplastar a quien se le ocurra solicitar "autonomía". Interesante la jugada, ¿no? Pero no por ello inteligente. A esa pelota se le ve la costura así venga a 100 millas .

¡A sentar cabeza!

El martes 7 siguieron con el despliegue en primera: "Discrepan sobre legalidad del plebiscito en Zulia". Con ese titular se la comieron: activaron ellos mismos el plebiscito. Así, sin más ni más. Ciertamente, el verbo "discrepar" entraña de suyo lo que se preguntaría en una consulta plebiscitaria.
¿Y qué publicaron, otra vez en primera, al día siguiente (miércoles 8)? Pues nada más y nada menos que el dolor y la consternación del gobernador Manuel Rosales -quien por cierto se había hecho el musiú hasta entonces (él sabrá por qué)-, ante los contundentes y legítimos señalamientos que se le habían formulado por permitir que, en la parte del territorio venezolano que él gobierna, cobre cuerpo y ganen terreno disparates tan peligrosos para la integridad de la República Bolivariana de Venezuela.
Recomendaciones para los que hablan de rumbo propio y están más desorientados que una danta en la redoma de Petare: revisen el artículo 1 de la Constitución Nacional. En su segundo párrafo dice: "Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional". La recomendación vale también, y muy especialmente, para los propagandistas de los desorientados. Sí, los que funcionan de Puente Nuevo a Puerto Escondido. Sería un gesto de nobleza en memoria de los fundadores de El Nacional.

Fuente: lafogata.org