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Latinoamérica

Rafael Correa: Ecuador puede explotar

Mario Hubert Garrido
Prensa Latina

Rafael Correa, ex ministro de economía en Ecuador, aseguró aquí que, de cara a las elecciones presidenciales de octubre próximo, esa nación puede explotar si no se produce un cambio radical en su modelo de desarrollo, social y político.

El representante del movimiento Alianza PAIS (Patria Altiva y Soberana) hizo esa aseveración ante más de mil 300 profesionales y la prensa acreditada al VIII Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del desarrollo.

En exclusiva con Prensa Latina, el profesor universitario señaló con visible optimismo que su programa verá la luz el próximo 19 de febrero, conformado por varios decenas de movimientos y ciudadanos independientes que aspiran a reconquistar una Patria digna.

Acerca de la situación en Quito, refirió que es catastrófica en lo económico, político y social.

Nos quieren disfrazar la estabilidad con la baja inflacionaria, aunque en el gobierno de Lucio Gutiérrez el desempleo subiera del ocho al 12 por ciento en apenas dos años, acotó.

De 32 años de edad, el candidato a la presidencia criticó la falsedad del llamado libre comercio y que los más riscos quieren imponer a países en vías de desarrollo como fórmula para el bienestar popular.

Mi país es un botón de muestra del intercambio desigual que generan modelos impuestos desde afuera, recalcó.

En teoría, el llamado libre comercio lo relacionan con crecimiento, pero en la práctica sucede todo lo contrario, genera desigualdad y un panorama desolador en el que también desprotegemos la base productiva del país, precisó.

Esos desequilibrios son evidentes en toda América Latina, pero sobre todo en aquellos países que muestran como vitrina del desarrollo a partir de haber suscrito con Estados Unidos el Tratado de Libre Comercio (TLC).

En ese sentido mencionó las presiones para que Ecuador negocie con Perú y Colombia, que catalogó como bastiones del neoliberalismo y donde son alarmantes las cifras de desempleo y subempleo.

El TLC podría significar la partida de defunción para nuestra patria y de hecho recibe cada vez mayor rechazo en toda Sudamérica, comentó.

Ecuador negocia un pacto de ese tipo con Estados Unidos, pero si lo suscribe, tendrá que pagar un costo sumamente alto, pues le resultará imposible competir.

Correa adelantó que se organiza una fuerte resistencia a la firma de ese tipo de pacto con Washington.

Vaticinó que en las condiciones actuales de un gobierno sumiso a las intereses norteamericanos, podría incluso firmarse ese acuerdo, pero para ponerlo en vigor es necesaria su aprobación en el Congreso Nacional, donde espera se le niegue el respaldo.

Insisto en que si incluso un Congreso entreguista llegara a darle el visto bueno al TLC, nos queda como otro recurso convocar a la Asamblea Nacional Constituyente, con plenos poderes para derogar esa verdadera falacia.

El ex ministro consideró que en cualquiera de las circunstancias, esos escollos se resuelven con voluntad política, porque el problema al final del día es quién tiene el poder.

Según su criterio, tanto en su país de origen como en otras naciones de la región, el gran desafío es que cambie el poder político, y comience a estructurarse una estrategia de desarrollo en función del bien común y de las mayorías.

Interpelado sobre su proyecto de gobierno, en caso de un posible triunfo en las urnas, Correa explicó que todo parte del principio de garantizar soberanía y dignidad.

Que nos traten con respeto y no como colonia, el patio trasero, abundó.

Una muestra de ello, precisó, son las presiones que ejercen contra Ecuador las organizaciones financieras internacionales, entre ellas el Banco Mundial y el FMI.

Sus recetas -dijo- suelen ser: o firmas el TLC o le quitamos las preferencias arancelarias.

Resulta que esas "preferencias" están asociadas a las compensaciones por el enfrentamiento al narcotráfico, o sea, gastamos un dineral en la lucha antidroga que no es nuestro principal problema, aunque mueran más niños por diarreas.

El FMI y el Banco Mundial llegaron a extorsionar créditos ya aprobados por ellos mismos, en represalia a que de manera soberana transformamos nuestras leyes. Eso es inadmisible, señaló.

Asimismo argumentó que es vital emprender un combate sin tregua contra la corrupción, la cual lacera hoy a casi toda la sociedad ecuatoriana.

Si no enfrentamos ese flagelo, no hay sistema económico ni política pública que funcione, aseveró.

El modelo aplicado en los últimos 15-20 años en Ecuador es una negación de todo lo que se entiende como desarrollo, manifestó, sobre todo a partir de la doctrina impuesta de no hacer nada y esperar que los mercados imperen.

Se trata de una teoría incierta que además cultiva el individualismo como máxima virtud, cuando en realidad se trata del más execrable defecto de los seres humanos, añadió.

En realidad lo que se ha hecho en nuestros países es privilegiar al gran capital y sobre todo al capital financiero, lo que ha profundizado las contradicciones internas y las de la región. Ello demanda un cambio radical en el modelo económico, recalcó.

En nuestro proyecto adquiere un peso privilegiado los esfuerzos por la integración latinoamericana, una lógica de cooperación, complementariedad y coordinación que ya no puede esperar más.

Según Correa, los sueños de Simón Bolívar sobre la unidad continental, son hoy más que nunca una necesidad de supervivencia.

Acerca de los procesos integracionistas como el ALBA, Petrocaribe y otros impulsados por Venezuela, Cuba y Bolivia, significó que debemos ir a un proceso que deje de formar consumidores.

Se trata de una integración que supere la competencia y el individualismo, afirmó.

Correa se mostró seguro de que su proyecto político -popular, radical y revolucionario- va a barrer en los comicios de octubre y luego comenzará una lucha más larga: por el progreso de todo el pueblo ecuatoriano.          

Fuente: lafogata.org