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Latinoamérica

La industrialización de Bolivia en manos de Evo Morales

Ricardo Angel Cardona
Argenpress

Todas las noticias que recorren el mundo sobre Bolivia hacen hincapié en el hecho de que nuestra patria es el país más pobre de América Latina. Si eso es así las consecuencias las sufre la población que no encuentra trabajo bien remunerado y por lo tanto debe migrar al exterior. Es una consecuencia de la falta de planificación nacional de la economía que ha dejado de lado las inversiones públicas y privadas o de IDE (inversión directa externa) en industrialización de materias primas renovables y no renovables con las cuales se cuenta en abundancia en nuestro territorio.

Pero sin embargo es posible remediar esta situación anacrónica con una nueva visión de política económica e industrial inducida desde el gobierno nacional para apoyar a todos los agentes económicos sin excepción. Este apoyo no puede provenir de otro lado que no sea desde el Estado, ya que es el único que genera excedentes provenientes de los hidrocarburos y de los impuestos. O que también podría atraer inversión directa extranjera en condiciones favorables para Bolivia. Existen compromisos en este sentido de China, India, Japón, CE, Argentina, Brasil, Venezuela, entre otros.

Esta es la razón fundamental del porqué el gobierno entrante debe nacionalizar los hidrocarburos y ponerlos al servicio de otros sectores como el campesino, industrial y cooperativista fundamentalmente. Nada debería impedir al gobierno de Evo Morales de nacionalizar y revertir los hidrocarburos a patrimonio del Estado nacional, so pena de no poder planificar el desarrollo nacional futuro.

En una reciente gira por el mundo Evo Morales ha llegado a algunos compromisos con los gobiernos de Brasil y España fundamentalmente de que respetará las inversiones realizadas por Petrobras y Repsol, aunque desea renegociar los contratos actuales (por otra parte nulos de pleno derecho) por otros más convenientes a Bolivia. En esta renegociación entraría también la participación de la venezolana PDVSA como socia y accionista junto a YPFB y ENDE.

Al respecto vale considerar que dicha renegociación debe estar concebida sobre la necesidad de industrializar Bolivia y los hidrocarburos en forma integral, de acuerdo al mandato de los bolivianos y necesidad de la juventud de fuentes de trabajo.

Por ello Petrobras en su nuevo rol de socio minoritario de YPFB debería aportar con lo siguiente: a) devolución de yacimientos como San Alberto y otros a propiedad de YPFB, b) organización de una sociedad mixta con participación mayoritaria de miembros de YPFB en el directorio y participación minoritaria de Petrobrás y PDVSA, c) planificación de uso del gas boliviano con alto valor agregado en territorio boliviano, como son la instalación de termoeléctricas con una capacidad anual de un millón de KW para venta masiva de electricidad a Brasil y Argentina, d) instalación de plantas de separación de condensados para ser aprovechados en Bolivia, como GLP en la industria y etano en petroquímica tradicional, e) instalación de plantas de GTL para la producción de diesel, agua y electricidad, f) instalación de plantas de producción de metanol, DME y olefinas, g) recuperación de refinerías y gasoductos, h) producción adicional de gasolinas en base a metanol, i) industrialización de olefinas en diversos usos industriales y manufactureros.

Mención aparte merece la entrega de gas natural seco a la siderúrgica integral del Mutún y Changolla que debe ser planificada y ordenada su entrega por el gobierno nacional en las cantidades necesarias para producir en una primera instancia un millón de toneladas de hierro esponja y continuar hasta con al menos 10 millones en el lapso de cinco años. La licitación actual deja a criterio de la empresa adjudicataria la producción o no de hierro esponja, dependiendo de la capacidad del Estado boliviano de entregar o no el gas requerido.

Petrobras no está interesada en entregar gas natural a Mutún debido a que sus compromisos de 30 MMCD con San Pablo son contractuales. Se debe ampliar la capacidad del gasoducto o construir otro nuevo para asegurar que Mutún tendrá el gas necesario para la producción de hierro esponja y para generar energía eléctrica suficiente para alimentar a hornos eléctricos de fundición de hierro esponja y producción de aceros laminados. Es decisión política la que debe tomar el gobierno de Evo Morales y decidir que parte del gas natural exportado a Brasil sea dirigido a reactores de hierro esponja y a termoeléctricas construidas en territorio nacional..

Caso contrario la empresa siderúrgica adjudicataria se dedicará solamente a producir concentrados de mineral de hierro en cantidades y también a producir arrabio en altos hornos que funcionan con carbón vegetal proveniente de bosques de la región pantanal. La falta de planificación nuevamente podría convertir a esta región Mutún en simple exportadora de materia prima, esta vez como concentrados de mineral de hierro, pero que su precio no excede la suma mínima de 50 dólares la tonelada. También habría deterioro ecológico. El hierro esponja con un precio por tonelada de 300 U$S y lo aceros de construcción laminados de 750 U$S cambiarían el rostro de Bolivia y de la provincia Germán Busch.

Adicionalmente dicha licitación se debería unir al interés aún mayor de China y sus empresas de construir un ferrocarril desde el Mutún hasta Tacna en Perú, atravesando todo el territorio nacional y uniendo de una vez por todas a oriente y occidente y de ambos con el Océano Pacífico. Tampoco se debe descuidar la construcción de Puerto Busch, ferrocarril hacia este puerto atlántico y barcos en astilleros propios con participación de la fuerza naval boliviana.

Este ferrocarril es ansiado también por la producción exportable de los salares de Potosí y Oruro, que así exportarían competitivamente sal mineralizada para consumo de ganado vacuno y caballar tanto a oriente como a estados fronterizos del Brasil.

Si a este panorama de industrialización creciente y de planificación inducida se suma la suscripción de un TLC (tratado de libre comercio) con Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina y Venezuela (MERCOSUR) en condiciones más favorables para nuestro país que para ellos, también sería posible incrementar la exportación de otros productos no tradicionales como textiles, artesanías, alimentos, maquinarias simples, baterías y servicios, entre otros.

En conjunto se puede calcular que las exportaciones crecerían de esta manera en 3 mil millones de dólares los próximos tres años, darían trabajo directo e indirecto a 100 mil personas e incrementarían el PIB en al menos 30%. Bolivia empezaría a dejar de ser pobre.

Fuente: lafogata.org