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La Vieja Europa

Dossier: Represión en Italia al movimiento anarquista.

Acerchiata

Antes de hablar de la represión desencadenada desde hace algunos años contra los anarquistas italianos es preciso volver al final de los años 60. Después de la segunda matanza mundial, el primer ataque del Estado italiano contra el movimiento anarquista fue en el 1969. Después de unos cuantos atentados reivindicados por un grupo pretendido anarquista, del que formaba parte un sólo anarquista (Pietro Valpreda), mientras los demás eran policías y fascistas infiltrados.

El 12 de diciembre del 1969 dos bombas estallaron en dos bancos en Milán provocando decenas de muertos. El atentado fue atribuido, con la ayuda de una tempestiva campaña mediática y manipulación de los hechos, a Pietro Valpreda y al entero movimiento anarquista. Decenas de compañeros fueron encarcelados y el anarquista Giuseppe Pinelli fue tirado por la ventana de la comisaría durante el interrogatorio.

Sólo la investigación de los comités populares antifascistas y de algunos periodistas burgueses alumbró la verdad; los anarquistas fueron puestos en libertad. Sin embargo, los fascistas y los hombres del gobierno responsables de los atentados, ni siquiera fueron perseguidos. Uno de los jueces que intentó hacerlo fue matado en un atentado fascista. La estrategia de las matanzas de Estado siguió hasta los años 80.

En los años 70 algunos grupos marxistas radicales eligieron la opción de la lucha armada creando grupos militarizados y jerarquizados que el estado derrotó sólo utilizando las leyes del código penal fascista, con el fin implícito de derrotar el entorno social de dichas formaciones armadas.

Una vez que el terrorismo fue derrotado quedaba el aparato policial, de servicios y jueces que el estado pensó en utilizar, contra el nuevo enemigo que construyeron y que apareció oficialmente en el 1996, cuando el fiscal Marín (juez antiterrorismo de Roma) abrió un expediente contra una presunta organización anarquista, que, según el, se refería a la revista "Anarquismo" (editada por Alfredo Bonanno).

El juez mismo se invento el nombre de la organización: ORAI (Organización Revolucionaria Anarquista Insurrecionalista). Fue la primera vez en la que los medios de información hablaron del anarquismo insurrecionalista y lo describen de manera muy diferente al anarquismo insurrecionalista del que habla Bonanno. De hecho la organización teorizada por el juez Marini no pintaba nada con las ideas difundidas por la revista "Anarchismo". Marini denunció 68 anarquistas (muchos de los cuales no se conocían entre ellos) con la acusación de asociación subversiva (acusación cogida por el código penal fascista, con la cual todos los que participan en una asociación que quiera subvertir el orden democrático, aunque no cometan algún delito, pueden ser condenados a partir de cinco hasta 10 años de cárcel, mientras que los que la organizan corren el riesgo de ser condenados de 7 hasta 15 años de cárcel).

El mismo juez Marini escribió que la organizacion ORAI era muy rara porqué no tenia ni jefes, ni algún tipo de jerarquía, cada uno de sus componentes actuaba por su cuenta sin informar a los otros y a menudo tampoco los conocía. Al fin y al cabo era una organizacion sin ser una organizacion. El proceso Marini se acaba en el 2005. Solo 11 personas han sido condenadas por asociación subversiva y cinco mas han sido condenadas por delitos específicos. El mismo Bonanno ha sido condenado (y ahora se encuentra en la cárcel a pesar de su edad), a cinco años de cárcel por apología y propaganda subversiva (unos cuantos delitos mas traídos por el código penal de Mussolini).

En el 1998 en Torino el juez Laudi (otro juez antiterrorista, simpatizante del mayor partido de izquierda) emplea la acusación de asociación subversiva para atacar el movimiento contra el Tren de Alta Velocidad (TAV). Tres anarquistas, dos italianos Edgardo Massari, "Baleno", y Silvano Pellissero, y una argentina Maria Soledad Rosas, "Sole", fueron encarcelados. Baleno y Sole murieron en la cárcel mientras que Silvano Pellissero fue absuelto de la acusación de asociación subversiva y fue condenado solo por delitos específicos.

En julio de 2001 en Génova estalló una insurrección que el estado derrotó con fatiga, mató a Carlo Giuliani y torturó a decenas de personas. En el septiembre del 2001, las Torres Gemelas fueron derrumbadas presuntamente por Al Qaeda. El representante del capitalismo, el Estado, tenia ahora el enemigo interno, los anarcoinsurrecionalistas, y el enemigo externo, los islamistas.

En los últimos años el Estado ha organizado su represión que, además, teoriza en escritos públicos y, desde hace 12 años, la lucha antianarquista es tema de los informes semestrales de los servicios en el Parlamento. El anarquista es visto lombrosianamente una persona que sufre una patología criminal que es mejor prevenir que curar. Los síntomas de esta enfermedad pueden ser encontrados durante los registros de los pisos o durante la actitud en las manifestaciones publicas. Si en la casa del sospechoso se encuentran determinados libros (que paradójicamente no son libros anarquistas sino libros que de alguna manera hagan referencia a la lucha armada), si en una manifestación publica se gritan consignas "violentas" o si se hacen pintadas con un contenido "peligroso", si no tienes trabajo, si no tienes pareja o hijos, eres evidentemente culpable.

Está claro que, en este sentido, los mismos síntomas pueden manifestarse en otras personas que no son anarquistas o puede que lo sean y no todavía lo sepan. Finalmente, como decía Lombroso, se recomendé la encarcelación rápida de estos sospechosos tal vez porque, con sus retorcidas psicologías, no se maten en seguida y no dejen tiempo a los que están afuera para crear nuevos mártires. Finalmente no se excluye, ni siquiera a nivel parlamentar y judicial, la posibilidad de crear leyes para reprimir los anarquistas y a ellos solos en cuanto enemigos del estado.

Desde el 2001, ha empezado la represión contra el enemigo anarquista que paulatinamente se ha extendido a todos los movimientos antagonistas radicales. Desde poco años en las comisarías de Bologna, Cagliari, Roma y Torino han sido creados los GIA (Grupos de Investigación de los Anarquistas) o sea grupos de policía cuya tarea es investigar, controlar y reprimir los anarquistas. Las estrategias represivas utilizadas sonó tres: 1) agresiones policiales; 2) agresiones fascistas; 3) acusaciones de asociación subversiva.

Las agresiones policiales tienen diferentes formas. Todas las manifestaciones, la policía las carga empleando la violencia y poniendo en peligro la vida de los manifestantes; además a menudo la policía provoca continuamente, esperando la reacción de los compañeros para encarcelarlos. Por ejemplo intenta destruir la vida privada de los compañeros intentando aislarlos de los demás difundiendo el miedo.

En Roma en el autumno 2003 el compañero anarquista Máximo Leonardi ha sido detenido con la acusación de haber expulsado de una manifestación un policía camuflado. Después de unos cuantos meses de cárcel ha sido absuelto y luego, ya veremos, detenido con otra acusación. En Cagliari (Cerdeña) 6 compañeros han sido arrestados y condenados durante una manifestación en solidaridad con Massimo Leonardi cargada por la policía. Los compañeros habían actuado por sustraer un compañero a algunos policías que después de tirarlo al suelo con un porrazo le daban patadas en la cabeza. Otras manifestaciones en toda Italia contra el arresto de Massimo Leopardi la policía cargo manifestaciones en toda Italia.

La policía utiliza también las agresiones fascistas. Estos se encuentran otra vez armados, organizados y pagados sobre todo en el norte de Italia. Las agresiones fascistas se repiten, algunos compañeros han sido matados y muchos heridos de gravedad. Las manifestaciones de protesta contra estos sucesos son cargadas por la policía y se repite el guión descrito antes. Hace un año los fascistas en Torino han atacado un centro social hiriendo de gravedad dos compañeros que fueron salvados por una intervención urgente del quirófano. La manifestación de protesta fue cargada por la policía. Los compañeros escapando volcaron las mesitas de la terraza de una cafetería. 10 compañeros han sido arrestados (la mayoría de ellos algunos días después de la manifestación) y denunciados por devastación y saqueo (acusaciones que prevén una condena muy grave). Entre los arrestados el compañero Tobia Imperato que había escrito un libro en lo que responsabilizaba el juez Laudi de la muerte de Sole y Baleno. El juez que ha ordenado el arresto del compañero Imperato es, mira por donde, el mismo juez Laudi.

El uso de las grabaciones de las cámaras de vigilancia son usadas por la policía sin prejuicios, así por ejemplo, algunos compañeros de los Cobas (un sindicato de base) son acusados de participación psíquica en la devastación de un banco, durante las manifestaciones del julio 2001 en Génova, porque en las grabaciones no aparece su rechazo a la acción a la que asistían. El pasado 11 de marzo en Milan los nazis, admitidos a las elecciones, han organizado una manifestación. Algunos grupos autónomos marxistas han intentado bloquearla, la policía ha cargado y ha arrestado el 10% de los manifestantes (45 personas) mientras que los nazis hacían tranquilamente su manifestación.

En muchas ciudades italianas, cada 25 de abril (día de la liberación de Italia del nazi fascismo) de cada año, los fascistas organizan manifestaciones de propaganda nazi protegidos por la policía. Los compañeros que se oponen son cargados y denunciados. La acusación de asociación subversiva, finalmente, constituye el método represivo más peligroso porque es más difícil defenderse y se corre el riesgo de pasar muchos años en la cárcel antes del juicio final.

Cada lucha social se reprime con esta acusación basada en sus grabaciones telefónicas, el uso de videocámaras y de GPS. Ya no se entiende como la policía pueda pretender, teniendo bajo control así estricto los compañeros, que ellos cometan "delitos" sin que la policía misma se entere en seguida. Las grabaciones son frecuentemente manipuladas e interpretadas. Así son pinchadas llamadas telefónicas, también entre personas que no comparten ideas antagonistas, se vuelven en comunicaciones en código; las cartas de los presos a sus compañeros igualmente. Luego la policía interpreta estas grabaciones ya clasificadas como peligrosas o sea tenemos un doble nivel de interpretación. Al fin y al cabo las personas son enviadas al talego en base a lo que opina la policía sobre su actuaciones a la luz del sol. La mayoría de los procesos que se están desarrollando en Italia siguen este recorrido.

En Roma Massimo Leonardi y otros compañeros suyos han sido encarcelados con la acusación de asociación subversiva y después de mas de un año de cárcel, sólo uno ha sido condenado, durante un juicio farsa, por esta acusación. Massimo Leonardi ha sido condenado a tres años de cárcel con la acusación de haber roto un cristal de un Mac Donalds durante una manifestación. Los compañeros de Lecce, que han luchado contra los centros de detenciones de los sin papeles dirigidos por un cura con relaciones ambiguas, han sido detenidos el pasado mayo con la acusación de asociación subversiva y están en espera de juicio. Los compañeros del circulo "Il Silvestre" de Pisa están pasando la misma persecución que sigue en estos mismos días. El circolo está prácticamente disuelto por los arrestos basados principalmente sobre la asociación subversiva. Uno de estos compañeros, Francesco Gioia, había escapado a España donde fue arrestado en Barcelona sin cometer algún delito y, durante muchos meses, ha dado la vuelta a sendas cárceles españolas en espera que lo consignaran a la policia italiana. Ahora en Italia está en espera de juicio. En Cerdeña, el pasado mayo, las habitaciones de 56 compañeros han sido registradas; 26 compañeros han sido denunciados y 7 detenidos. Podemos seguir con los ejemplos.
Es cierto que muchos compañeros han sido absueltos de la acusación de asociación subversiva, sin embargo después de haber hecho meses o años de cárcel preventiva. Además aunque absueltos no los ponen en libertad (lo que ha pasado entre los otros al compañero de Genova Gimmi Puglisi) porque policía y jueces de repente se acuerdan de alguna de las tantas denuncias que tienen (y puede que ellos ni siquiera lo sepan) por ejemplo por participar a una manifestación no autorizada, así que se empieza con un nuevo juicio y años mas de cárcel preventiva.

Todas estas estrategias son acompañadas por fuertes campañas mediáticas, incluso internacionales, que alumbran la posibilidad que la represión se extienda a otros países. El pasado verano "La Vanguardia", "El País" y "The Economist" han publicado artículos en los que se destacaba el peligro anarquista (haciendo referencia a los atentados, cometidos sobre todo por italianos, del inicio del siglo XX) y se ponía en relación con el terrorismo islamista sembré empleando una análisis teórica de tipo lombrosiano.

La situación es muy preoccupante. Es preocupante por los compañeros italianos, porque la oleada represiva está lejos de acabar y posiblemente aumentará con el gobierno de centro izquierda. Es preocupante porque, como se decía hace unos años "hoy en Italia, mañana en Europa". Puede ser que estos métodos represivos se extiendan a toda Europa y si ya se usan en Grecia y España (por ejemplo el pasado febrero y en estos mismos días en Barcelona) parece que incluso en los países del norte de Europa se prepare el empleo de estrategias similares. No es una casualidad que la fuerza de intervención europea, (que ha hecho un simulacro de actuación hace algunos días en Toledo), haya sido creada, después de Genova 2001, para reprimir las manifestaciones de protesta y que el jefe de esta fuerza, con sede en Italia, sea un policía italiano, uno de los verdugos de Génova, un hombre que ya ha demostrado que sabe cumplir en su trabajo.

El movimiento anarquista unido (dejando de parte cualquiera división) tiene la fuerza para oponerse a esta ola represiva y luchar para defender el derecho de opinar y combatir, para que el sistema capitalista desaparezca y, en su lugar, se construya el comunismo libertario. 

Fuente: lafogata.org