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Europa

Con 4 meses de atraso Europa defiende la libertad de insultar

¿Guerra de las caricaturas o campaña mediática contra los musulmanes?

Después de 4 meses de silencio, Europa reaccionó indignada por las protestas árabes contra la publicación de caricaturas ofensivas a Mahoma, reivindicando la libertad de expresión y condenando el extremismo islamista, coincidiendo "casualmente" con la campaña norteamericana para aislar y condenar a Irán por su programa nuclear y el triunfo de Hamas en Palestina. El concepto de "choque de civilizaciones" parece imponerse en los círculos gobernantes que ya no les alcanza con controlar el petróleo escaso, sino que quieren monopolizar la energía nuclear, única que podría competir por ahora con éxito.

Ernesto Tamara
Liberación/Bolpress

¿La libertad de expresión significa que se puede reproducir insultos, opiniones denigrantes contra otras personas, atacar símbolos políticos y religiosos con fines provocadores? Algunas personas sostienen que no existen límites y que todo cabe dentro de este principio. Sin embargo, en todas las sociedades existen límites, y quienes incurren en difamación y/o provocaciones, están sujetos a sanciones y castigos. Además existe un código no escrito sobre que cosas deben evitarse para no ofender a los lectores, televidentes o radioescuchas.

Nadie, por ejemplo, publica pornografía infantil para ilustrar un artículo que hable sobre la pedofilia. Los grandes medios también han ignorado publicar la foto de los soldados muertos y las víctimas de los atentados en Irak.

Por otra parte, la excusa de que se publican para "ilustrar" la discusión del tema, tampoco es de recibo. Se podría haber hecho una descripción y era suficiente. Por ejemplo, una de las viñetas muestra a Mahoma con un turbante que se transforma en una bomba. En otra Mahoma, a las puertas del paraíso, detiene a unos mártires (suicidas) adviritiéndoles que no pueden entrar porque no hay más vírgenes. Una burla a la creencia musulmana y a sus mujeres.

Hasta en una sociedad como la sueca que se ufana de su libertad de expresión, los medios de comunicación han tenido, y tienen, que enfrentar jucios de particulares por haber publicado o emitido información injuriosa o falsa.

Generalmente los medios de comunicación reflejan un debate social, forman parte de él o bien lo promueven.

Cuando varios medios de comunicación -que coicidentemente reflejan una misma postura ideológica- emprenden una campaña de promoción de la "libertad de expresión" o como han dicho "de explorarla" burlándose de la principal figura religiosa del Islam no cabe más que sospechar que forma parte de otra campaña más general.

Este insual ataque en defensa de la libertad de expresión -y de insulto- coincide con el pensamiento dominante en los círculos de poder de Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea, y además se plega a la campaña por doblegar a Irán en sus intentos por desarrollar la energía nuclear.

"Choque de civilizaciones"

En los últimos años la derecha ideológica ha puesto de moda el término de "choque de las civilizaciones", especialmente aceptada por los círculos de poder en Estados Unidos.

Esta "nueva" concepción parte del punto de vista de que ya no existe un choque este-oeste, entre potencias con ideologías contrapuestas, sino que existe una choque o guerra de civiliaciones, entre la occidental, cristiana y moderna, frente a la atrasada y brutal que representa el islamismo.

El orientalista británico Bernard Lewis (después nacionalizado norteamericano), el estratega estadounidense Samuel Huntington y el consultor francés Laurent Murawiec (ahora residente en Estados Unidos) fueron los principales creadores de esta teoría que permite justificar, de forma no siempre racional, la cruzada estadounidense por el petróleo. Parten de la base que la cultura musulmana es atrasada, incapaz de reformarse y que ello provoca resentimiento de los árabes contra occidente, que siempre se manifiesta violentamente.

En términos prácticos promueven la defensa y apoyo a Israel para que enfrente y derrote a los musulmanes, para despúes convertise al cristianismo y vivir para siempre felices.

Este punto de vista es adoptado por los centros de derecha cristiana que apoyan al presidente Bush, y que representan hoy a los sectores más pro israelitas de Estados Unidos, más que los judios norteamericanos.

La única limitación que ha tenido hasta ahora esta teoría en su puesta en práctica, es la dependencia de Estados Unidos al petróleo del Medio Oriente, en especial de Arabia Saudita, y los vínculos económicos de los círculos gobernantes norteamericanos, la familia Bush a la cabeza, con la realeza saudita.

Thierry Meyssan, periodista y escritor, presidente de la Red Voltaire con sede en París, Francia, resumió de esta manera la teoría del choque de las civilaciones: "Durante las dos primeras guerras mundiales, coaliciones militares se enfrentaban en un combate de titanes. Durante la guerra fría, los combates militares se limitan a zonas periféricas o a conflictos de baja intensidad (guerrillas) mientras que el enfrentamiento central opone ideológicamente a dos superpotencias. Durante la Cuarta Guerra Mundial que acaba de comenzar, las batalles militares clásicas desaparecen para dar paso a guerras asimétricas: una potencia única, líder de todos los Estados, combate contra un terrorismo no estatal omnipresente.

No se trata, sin embargo, de una guerra entre el despotismo de Estados y grupos de resistencia sino más bien, al contrario, de una insurrección de las democracias contra la tiranía islamista que oprime al mundo arabo musulmán y trata de imponer el Califato mundial.

Esta lucha entre el Bien y el Mal tiene su punto de cristalización en Jerusalén. Es allí donde, después del Armagedón, debe tener lugar el regreso de Cristo que marcará el triunfo del "destino manifiesto" de Estados Unidos, "única nación libre de la tierra", encargada por la Divina Providencia de llevar "la luz del progreso al resto del mundo". A partir de ahí, el apoyo incondicional a Israel ante el terrorismo islamista es un deber patriótico y religioso para todo ciudadano estadounidense, aun cuando los judíos solamente puedan esperar la salvación a través de la conversión al cristianismo".

Por otra parte, esta de la guerra de civilizaciones supone que se susciten guerras civiles para separar las poblaciones. Desde este punto de vista, una experiencia exitosa tuvo lugar en Yugoslavia. La lucha por el proyecto de separación y la realización del mismo implica la liquidación del idealismo laico. Una lucha que los conservadores también han llevado al plano de la educación en Estados Unidos, donde han intentado terminar con la enseñanza de la teoría de la evolución de Charles Darwin.

Desde este punto de vista no es extraño entonces que toda la prensa reaccionaria de Europa salga ahora a promover la "libertad de expresión" con caricaturas de Mahoma, sabiendo que el islam no acepta ninguna reproducción de su figura, ni siquiera para honrarlo.

Reacción con 4 meses de atraso

Por otra parte no deja de llamar la atención de que este nuevo alboroto por la libertad de expresión coincida con la presión de Estados Unidos y la Unión Europea por doblegar al país de los ayatolas.

La primera publicación de las caricaturas burlescas de Mahoma fue en setiembre del pasado año, y los países árabes reaccionaron de inmediato, retirando embajadores de Copenhague, mientras la población de Medio Oriente iniciaba un boicot a los productos daneses. La aparición de los dibujos de Mahoma, sobre todo uno en el que se le presentaba como a un terrorista con una bomba en el turbante, provocó una oleada de críticas de los países árabes.

El tema era de bajo perfil en toda Europa hasta la pasada semana, cuando repentinamente todos salieron a defender la libertad de expresión con 4 meses de atraso. ¿Qué había pasado?. Las sospechas apuntan a la preocupación de los empresarios que estaban perdiendo sus mercados en los países árabes y al renovado esfuerzo por doblegar a Irán para que desista de sus planes de desarrollar energía atómica. A los empresarios poco le sirve el nuevo clima creado ya que recorta más sus esfuerzos por vender a los países árabes, ya que los ánimos están más exacerbados.

Pero por otro lado, este nuevo clima refuerza el reclamo de Estados Unidos para imponer sanciones a Irán, considerado el país musulmán más radical en su islamismo. Ante la lógica popular se instala la visión de una religión y un pueblo fanático, que puede llegar a poseer armas nucleares, y que reacciona "desproporcionadamente" frente a cualquier incidente.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) insiste en que Irán debe suspender sus investigaciones sobre enriquecimiento de uranio, y amenaza con llevar el tema al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que podría promover sanciones. Curiosamente Rusia, que antes se oponía a esta decisión, podría respaldarla ahora. El presidente ruso, reformado en capitalista, Vladimir Putin, había respaldado antes el programa de energía nuclear iraní, pero ofrecía a su vez ser el suministrador del uranio para alejar las suspechas de que fuera usado en armas nucleares. Sin embargo, las autoridades iraníes consideraron que el precio, ofrecido por Rusia por el servicio, superaba 10 veces el costo de producirlo por si mismos.

En la perspectiva de un mundo sin petróleo todos se apresuran a obtener el control de las energías alternativas y hoy por hoy, la energía nuclear parece ser la más rentable.

Intransigentes

La misma derecha que hoy reivindica la "libertad" para publicar imágenes de Mahoma, es la misma que se ofende o censura imágenes críticas a los símbolos de la religión cristiana, y muchas veces con la misma virulencia que los extremistas islámicos.

Para citar algunos de los casos más publicitados por la prensa, recordemos la polémica por la novela de Dan Brown, "El código Da Vinci" y la promoción de sectores católicos para boicotear el libro, o prohibirle el acceso a una iglesia al director de cine que realizaba la versión cinematográfica.

Lo mismo sucedió con la saga de Harry Potter. Extremistas religiosos, sacerdotes, quemaron centenares de libros al considerar que promovían el "ocultismo" en España, Alemania, México y Rusia entre otros países.
Sectores de la Iglesia Católica promovieron también en México el boicot a la película "El crímen del Padre Amaro" porque mostraba a un sacerdote vinculado al narcotráfico y rompiendo su voto de castidad.

No menos presión sufrió el reconocido artista plástico argentino León Ferrari, censurado dos veces en corto tiempo en su país. A mediados de 2002 el Museo Castagnino de Rosario impidió la presentación de una obra que mostraba una masturbación femenina junto a una leyenda cristiana, y más tarde debió enfrentar un juicio por casi 18 meses para poder presentar otra obra censurada, en la que representaba a Cristo montado sobre un F-16.

Esta semana se conoció que un juez italiano que se rehúsa a tener un crucifijo colgado en su sala de audiencias ha sido suspendido sin salario. El juez Luigi Tosti vive en Rimini, en la costa adriática de Italia, fue sentenciado por una corte el pasado diciembre por rehusarse a trabajar en una sala de audiencias con un crucifijo expuesto en la pared, y se le impuso una condena suspendida de siete meses de cárcel. Esta semana se le informó que había sido suspendido de su trabajo sin salario hasta nuevo aviso, por fallo del máximo tribunal judicial italiano. El juez dijo que tiene simpatía por el judaísmo y que ha pedido permiso para colocar una menorah o símbolo religioso judío, en vez del crucifijo, pero que las autoridades le habían negado la autorización. "Esto es discriminación religiosa y va en contra de la libertad de creencias consagrada en la constitución italiana", dijo Tosti en una conversación telefónica. La exhibición obligatoria de crucifijos en las cortes y escuelas públicas italianas se implantó hace 80 años en la época fascista.

Claro que la intransigencia no se agota en la Iglesia Católica, se podría presentar ejemplos de prácticamente todas las religiones, por lo que los musulmanes no tienen la exclusividad.

Cronología de la provocación

El pasado 30 de setiembre, el periódico conservador danés Jyllands-Posten publicó 12 caricaturas sobre Mahoma. El períodico no desconocía que el Islam prohibe toda representación del profeta Mahoma, así sea para honrarlo. Según explicaron, querían probar los límites del respeto a la libertad de expresión de los musulmanes. La publicación, sobre todo de una viñeta en el que se presentaba a Mahoma como a un terrorista con una bomba en el turbante, provocó las protestas de los creyentes musulmanes al períodico, y de los gobiernos árabes al gobierno danés.

El primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, ignoró los reclamos sosteniendo que defendía la libertad de expresión y que no podía hablar por el períodico. Ante el escaso avance de sus protestas, todos los embajadores de países musulmanes en Dinamarca presentan una queja formal ante el gobierno danés. Al mismo tiempo, la población árabe en Medio Oriente comienza a boicotear los productos daneses.

El tema mientras tanto seguía siendo una disputa árabe danesa sin trascendencia en el resto de la prensa europea. Pero, el pasado 10 de enero la revista noruega Magazinet, una publicación de ideología cercana al fundamentalismo cristiano (los mismos que promueven el choque de las civilizaciones), reprodujo las caricaturas y volvió a exarcerbar los ánimos.

Ante la falta de disculpas del gobierno danés, el 26 de enero, Arabia Saudita retira su embajador de Copenhague y el 29 de enero, Libia anuncia que cerrará su representación diplomática en Dinamarca. En esos mismos días, la multinacional sueco-danesa Arla auncia dificultades para la venta de sus productos en los países árabes y admite la posibilidad de cerrar su planta en Arabia Saudita. "Cuarenta años de trabajo en la región se perdieron en cinco días" dijo uno de sus ejecutivos.

Paralemamente en Palestina, el grupo radical Hamas arrasa en las elecciones legislativas, y Estados Unidos, Israel y la Unión Europea amenazan con desconocer el resultados de las elecciones y ahorcar al nuevo gobierno económicamente.

El primero de febrero, el sensacionalista diario francés, France Soir, siguió por el mismo camino y colocó a Francia en la polémica.

El debate alcanza ahora todos los medios de comunicación europeos, y las protestas se desatan en los países árabes con manifestaciones, asalto e incendio de las embajadas danesas en Damasco y Beirut, la quema de banderas danesas y amenazas de los grupos extremistas.

En vísperas de la reunión de la OIEA sobre el programa nuclear iraní, diarios conservadores de Francia, Alemania, Italia y España publican las caricaturas.

El pasado viernes 3 de febrero, el primer ministro danés Anders Fogh Rasmussen convoca a una reunión de embajadores para tratar el tema, después de más de 4 meses de ignorar la solicitud de los diplomáticos musulmanes. En la noche anterior había ofrecido tímidas disculpas en una entrevista a la cadena árabe Al Arabiya. Ramussen, que apoyó la invasión a Irak y mantiene un contingente de 500 soldados bajo mando británico, dijo que estaba "muy apenado" y "que el gobierno danés está muy intranquilo" ya que "nosotros tenemos una tradición de cooperación pacífica y una relación abierta con el mundo musulmán y desearíamos que prosiga así".

Por su parte, la Comisión Europea (CE) que debatió el tema el pasado 2 de febrero, ha afirmado que la libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales en la UE, pero ha reconocido que hay que tener en cuenta la "gran sensibilidad" de algunas comunidades, especialmente en materia religiosa, para evitar altercados como el suscitado por las caricaturas de Mahoma. La consideración del tema se produjo después del ataque de grupos islamistas a las oficinas de la Unión Europea en Gaza.

Pero ninguna de estas reuniones sirvió para calmar los ánimos y a cada publicación en occidente de las caricaturas, nuevas protestas, y más violentas. Mientras, la OIEA decidía trasladar el caso del programa nuclear iraní al Consejo de Seguridad, con lo que ahora la decisión será política y no técnica, y la aviación israelí atacaba y mataba a dirigentes de Hamas, con la clara intención de no dialogar en el futuro con el nuevo gobierno palestino.

El director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura, lanzó "un llamamiento a la razón", tras la polémica.
En un comunicado, Matsuura invitó a todo el mundo a que no se permita que se asiente "una situación en la que se opondrían dos principios tan necesarios el uno como el otro para la dignidad humana: la libertad de expresión y el respeto de las convicciones individuales, morales y religiosas". "En el clima actual, me parece importante velar para mantener un diálogo sereno e iluminado entre comunidades de cultura y religión diferentes", señaló. 

Fuente: lafogata.org