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Argentina: La lucha contin�a

Contribuci�n al debate del 10-6 en el Mariano Acosta
En defensa del car�cter p�blico del sistema educativo

Laura Marrone
Argenpress

Plantearnos la 'Refundaci�n del sistema educativo' significa partir del diagn�stico de que actualmente vamos por un camino equivocado. Significa afirmar que tras 14 a�os de aplicaci�n de las recetas de los organismos internacionales desde la �ltima ley de Transferencia, y dem�s leyes de la llamada Reforma Educativa de los 90, el sistema educativo est� m�s fragmentado y desigual que nunca. Se ha adecuado mejor a las Reformas neoliberales que en el mismo sentido se han instalado en el orden econ�mico y social y que condujeron a la sociedad m�s desigual de nuestra historia.

Cierto es que el resultado no es igual a las recetas. Ha mediado la resistencia de movimientos de trabajadores de la educaci�n, de estudiantes y de no pocas comunidades de familias para que en estos a�os la aplicaci�n de las mismas no fuera igual a lo prescripto. Sin embargo, que el resultado sea un h�brido, no puede inducirnos a la indulgencia en el an�lisis.

Del universo de problemas que se abren a partir de esta afirmaci�n, por razones de tiempo y tambi�n de maduraci�n en las elaboraciones que desde nuestro lugar como docentes anticapitalistas hemos podido hacer, nos vamos a referir a uno s�lo: la implementaci�n de pol�ticas de estado que contribuyeron y contribuyen a la fragmentaci�n de la oferta educativa.

Se�alamos 4 medidas lo que no quiere decir que sean las �nicas.

1) la desresponsabilizaci�n del estado nacional del financiamiento educativo a partir de completarse la transferencia de escuelas en el a�o 92.

2) el incremento de la subvenci�n a escuelas privadas

3) el desarrollo del sistema de escuelas conveniadas con ONGs o escuelas charters.

4) el desarrollo del circuito diferenciado de subsidios por proyectos a las escuelas p�blicas

El primero, las consecuencias de la transferencia ha sido analizado en el documento sobre 'Financiamiento y neocolonizaci�n educativa' que puede hallarse en la p�gina del FEIA (www.docentesdeizquierda.com.ar). El mismo realiza un an�lisis de los efectos de la Ley de Transferencia as� como de la Ley de financiamiento vigente. Por tal motivo no nos detendremos en este aspecto y nos referiremos a las siguientes que todav�a no han sido suficientemente considerados.

Comencemos por la primera: El incremento de subsidios a las escuelas privadas.

Si en el a�o 47 el primer gobierno peronista sancion� la ley que establec�a el subsidio del estado a las escuelas privadas, debemos se�alar que casi 60 a�os despu�s el sistema privado ha crecido hasta abarcar por ejemplo el 30% del sistema educativo de la provincia de Bs As. que es uno de los m�s grandes de Am�rica del Sur, y el 49 % del de la Ciudad de Bs.As.

�Cu�l es la causa de este boom de las escuelas privadas hasta hace no pocos a�os reducto de los alumnos que no lograban promocionar en la escuela p�blica? �Por qu� los organismos oficiales, las usinas de investigaci�n y promoci�n de pol�ticas p�blicas y la misma CTERA no analizan ni este fen�meno?

Empecemos por las escuelas confesionales que son las m�s numerosas. Es evidente que en los tiempos que corren no estamos ante un repentino incremento de la f�. Tampoco que brinden mayor capacitaci�n docente cuando comprobamos que un ni�o recita la lecci�n del milagro de Cristo caminando sobre las aguas.

Lo que hoy la escuela privada ofrece son redes sociales, fragmentaci�n. Es la garant�a que los excluidos del sistema, los chicos "problema", los "violentos" no compartir�n juegos ni banco con el hijo o hija de la familia que opta por la privada. En una sociedad con 50% de pobres, invertir en redes de amistades no s�lo garantiza mayor seguridad en el presente, sino tambi�n, reproducci�n social a futuro.

Hoy la escuela privada permite la discriminaci�n social. No se limita esta categor�a a aquellas m�s costosas que configuran circuitos de lucro, aquellas que reproducen las relaciones de poder entre las familias de las clases dominantes. La discriminaci�n social a trav�s de la escolarizaci�n se ha extendido a todas las esferas sociales. Las escuelas privadas gratuitas subvencionadas al 100% por el estado son escuelas que configuran los anillos de discriminaci�n entre los mismos sectores populares, entre los hijos de las familias de peque�os comerciantes, trabajadores estables y los otros, los trabajadores en negro, los cartoneros y los excluidos.

La escuela privada garantiza que los repetidores o con "mala conducta" ser�n echados en el caso de los estratos m�s bajos. Garantiza tambi�n acreditaci�n de t�tulo segura en el caso de los circuitos medios y superior. El t�tulo llega o llega, si la matr�cula se paga.

�Qu� responsabilidad ha tenido el estado en este boom de matr�cula de la escuela privada y de vaciamiento de muchas escuelas p�blicas? Se�alemos al pasar por ejemplo que en la Ciudad de Bs.As. existe el peligro de cierre de varias decenas de escuelas primarias y de cursos en escuelas medias de la zona norte por falta de matr�cula.

El estado ha favorecido esta tendencia incrementando las subvenciones a las escuelas privadas. S�lo durante los a�os m�s duros de aplicaci�n de la Reforma del 94 al 2000, se produjo un incremento de 30% de la inversi�n del estado por alumno privado. En el 94 por cada peso que destinaba a un alumno estatal transfer�a 46 centavos por alumno de escuela privada. En el 2000 esa cifra ascendi� a 59 centavos.

Son las provincias m�s ricas como Bs. As., Santa F�, C�rdoba y Ciudad de Bs. As. las que destinan los porcentajes m�s altos de sus presupuestos totales a subvencionar la educaci�n privada. Oscilan en alrededor del 20% de sus recursos. Esto desmiente el argumento muchas veces usado de que las escuelas privadas subvencionadas auxilian a los sectores m�s pobres all� donde el estado no llega.

Otro dato significativo es que las variaciones de incremento m�s grandes de 100 a 300% se dieron justamente en las provincias donde tuvieron lugar luchas docentes fuertes como fueron en esos a�os las de Corrientes o R�o Negro. En la ciudad de Gualeguay, Entre R�os, actualmente hay escuelas privadas funcionando en los edificios de las escuelas p�blicas del estado.

As� mientras el estado provocaba los conflictos al abandonar a las provincias empobrecidas en el sostenimiento de sus escuelas, las clases pol�ticas de esas mismas provincias habilitaban la apertura y subvenci�n de nuevas para solventar la fuga de sus propios hijos y los de las clases m�s acomodadas a las escuelas privadas.

Durante la era K esta tendencia no se ha revertido. Seg�n el anuario del 2004 que publica la Ciudad de Bs. As. actualmente hay m�s de 843 escuelas subvencionadas de las cuales alrededor de 360 lo est�n al 100%. En ense�anza media hay m�s del doble de escuelas privadas que del estado y el 68,8 % recibe subvenci�n. En su presupuesto del 2006 destin� 278 millones de pesos a esa subvenci�n. Para dimensionar de qu� hablamos, se�alemos como referencia que la UBA con 300.000 inscriptos recibe por parte del estado nacional apenas un tercio m�s de presupuesto anual que la ciudad de Bs. As. entrega a las privadas.

La otra modalidad de fragmentaci�n que es m�s nueva y es original herencia de la d�cada de los 90 es el desarrollo de las llamadas escuelas charter o m�s com�nmente autogestionadas o conveniadas. Estas escuelas son parte del circuito estatal del sistema pero no tienen car�cter p�blico, es decir existe control y discriminaci�n de matr�cula bajo diferentes variables. Su r�gimen de contrataci�n est� por fuera del Estatuto del Docente y se maneja desde las asociaciones u ONGs que la controlan.

Esta modalidad reciente est� mucho m�s extendida de lo que hemos tomado conciencia. Las m�s conocidas por recuperar el molesto nombre de la experiencia norteamericana fueron las de San Luis, pero existen en varias otras provincias. En Tierra del Fuego por ejemplo es la provincia donde han tomado una proporci�n mayor en relaci�n al resto del sistema estatal puro. Representaban en el 2003 el 23% de las unidades educativas de EGB 1 en la ciudad de USHUAIA, aunque s�lo el 6% de la matr�cula.

Esta diferencia se debe a que el estado se hace cargo de la casi totalidad de los gastos, pero la comunidad de padres se arroga el derecho de elegir la matr�cula que no puede exceder de 15 alumnos por aula mientras en las escuelas del estado "puras" los grados rondan los 60. Las escuelas conveniadas de Tierra del Fuego argumentan sus privilegios respecto de las estatales puras en razones de proyectos educativos que les permitir�an elegir y restringir la matr�cula. Desde ya los docentes son contratados, elegidos por un circuito cerrado que se digita desde una escuela de formaci�n privada en la provincia. de Bs. As.

En provincia de Bs. As. existen funcionarios que son copropietarios de escuelas que convenian con el estado los circuitos medios de EGB 3 mediante la entrega de bauchers o becas que les permiten acceder a la privada de la zona evitando ingresar a la estatal de la zona a donde concurren los excluidos. Este mecanismo por ejemplo est� extendido en el distrito de Lomas de Zamora

Otra variable de esta modalidad est� entrando tambi�n en nuestra ciudad y en la provincia. de Bs. As. de la mano de asociaciones que se reivindican expresi�n de movimientos sociales. El argumento de que se tratar�an de escuelas cuyo perfil es educar para la liberaci�n no rompe con la l�gica abierta, la de la selecci�n de matr�cula, la de p�rdida del car�cter p�blico de las escuelas, la de formas de legitimaci�n del proceso de fragmentaci�n educativa y tambi�n de precarizaci�n del trabajo en este caso de los docentes y de los no-docentes.

Los niveles educativos m�s afectados por esta modalidad son las escuelas de adultos y los niveles iniciales. La educaci�n de adultos es una especialidad de fino desarrollo en nuestro pa�s y terreno de elaboraci�n particular desde hace varias d�cadas. Sin embargo la articulaci�n de entrega de becas por parte del estado en forma preferencial a estas asociaciones en circuitos por fuera de los del sistema formal de educaci�n de adultos est� provocando el vaciamiento de sus escuelas. Otro tanto ha empezado a ocurrir en las escuelas iniciales donde se est�n abriendo jardines maternales largamente reclamados por las comunidades barriales y docentes pero por fuera de los circuitos de concursos p�blicos del estatuto del docente con personal designado por estas asociaciones.

La buena intenci�n y compromiso militante de sus gestores nos hace buscar un di�logo con los mismos. Pero no los exime de nuestra cr�tica. Los convocamos a recuperar el proyecto de un sistema �nico p�blico nacional de educaci�n.

Esta propuesta parte de la premisa de que el derecho a la educaci�n significa la gratuidad de la escuela y por lo tanto descarta los aranceles en cualquier nivel de educaci�n incluso en el nivel superior.

Afirma la necesidad de concursos p�blicos en todos los niveles no s�lo por derecho laboral de los trabajadores de la educaci�n sino para preservar a la educaci�n del pensamiento �nico y del uso del sistema educativo como variable de gobernabilidad y de construcci�n de poder desde el aparato de estado cualquiera sea su ideolog�a. Dig�moslo m�s fuerte, estamos en contra de que bajo la premisa del car�cter supuestamente progresista de determinados proyectos se destruya un basamento de construcci�n de conocimiento p�blico que son los concursos.

Defendemos la perspectiva de tender a un sistema �nico, sin circuitos privados y estatales porque defendemos el car�cter p�blico de las escuelas como espacio de construcci�n de subjetividad.

Estamos convencidos de la dimensi�n pol�tica del sistema educativo y de su potencialidad para configurar laboratorios de una subjetividad democr�tica, socialmente comprometida, intercultural, que se conciba como parte de nuestro proceso de humanizaci�n m�s all� de las fronteras nacionales. Y es en esa dimensi�n que lo p�blico aparece como una necesidad �tica. En una sociedad donde la desigualdad es tan escandalosa que est� provocando la desaparici�n de los espacios p�blicos, donde las plazas se enrejan y los barrios se privatizan, donde hasta el agua peligra como bien com�n, defendemos que la escuela debe ser p�blica.

Llamamos a condenar toda forma de discriminaci�n de matr�cula bajo la excusa de cuestiones religiosas, �tnicas, nacionales, ideol�gicas sean estas de derecha o de izquierda o bajo el velo de intensificaciones curriculares. En este �ltimo caso nos referimos a la implementaci�n de las llamadas escuelas intensificadas en la ciudad de BS. As. que bajo la apariencia de cuestiones supuestamente vocacionales de discutible origen como son los "ni�os artistas" o los "ni�os deportistas" se est�n instaurando nuevas formas y sutiles formas de control de matr�cula que contribuyen a homogeneizar las escuelas por estratos sociales a la vez que se heterogeneiza el sistema como tal en circuitos diferenciados.

La educaci�n b�sica formal debe impartirse en escuelas p�blicas comunes. La intensificaci�n debe ser opcional del ni�o en talleres abiertos a contraturno.

En esta perspectiva de un sistema p�blico �nico, sin circuitos privados y estatales estamos proponiendo como medida intermedia la supresi�n de subsidios del estado a la educaci�n privada. La absorci�n de las escuelas privadas que no puedan solventarse al sistema p�blico y la estabilidad de su personal docente y no-docentes que ser� incorporado con los mismos derechos que el resto de los trabajadores del sistema p�blico.

El car�cter p�blico de un sistema educativo no es en s� garant�a de democracia. Desde �l se ha reproducido la cultura dominante, la exclusi�n y los mecanismos de poder. Pero es casi el �nico espacio que queda desde el cual ejercer un punto de apoyo para devolver a la sociedad formas de socializaci�n, de comunicaci�n a partir de lo cotidiano. Es el �nico espacio donde el ni�o y la ni�a pueda pasar de la socializaci�n primaria que es el �mbito de la familia, donde impera lo particular, lo privado, a un espacio de socializaci�n secundaria que de ser p�blico permite la construcci�n de un pensamiento cient�fico, susceptible de ser interpelado, cuestionado, donde el otro existe con su identidad diversa y como parte de nuestra misma humanidad.

Fuente: lafogata.org

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