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Argentina: La lucha continúa

Documental: "CASEROS-EN LA CÁRCEL"

"Cada rincón es un pedazo de dolor"
 En la película que se estrena este jueves, un grupo de  diecinueve ex presos políticos recuerda el régimen de terror vivido en la cárcel. Un recorrido por las vilezas de la  dictadura, contrastado por la solidaridad que brotó entre los  detenidos.

Oscar Ranzani

Además del castigo que significaba estar encarcelado en Caseros  durante la dictadura, lo castigaron –aún más– por intentar "mirar el  amanecer". Si algo caracterizó a la dictadura, además de sus actos siniestros y aberrantes, fue la ridiculez de acciones incomprensibles desde la simple lógica. Así fue como en Caseros se prohibió cebar mate o leer la Biblia para que los presos políticos evitaran "interpretaciones subversivas", o diccionarios quechuas porque podían ser "interpretados en clave". Cortaban la transmisión durante el entretiempo de los partidos de fútbol para evitar que se conociera la actualidad informativa. Y acercándose aún más al mundo del terror  imperante, cuando se suicidó un compañero, pasaban por los parlantes de la prisión la marcha fúnebre. Estas historias, junto a varias otras, son recordadas en Caseros-en la cárcel por un grupo de ex presos políticos detenidos con anterioridad al golpe de 1976, durante el gobierno de Isabel Perón y que, una vez inaugurada la "prisión modelo", como la llamaban los militares, el 23 de abril de 1979, fueron trasladados allí. En ese ominoso edificio que ya debería ser un recuerdo de escombros.

Caseros-en la cárcel es un documental de Julio Raffo que se estrena este jueves, y que pone en boca de los propios sobrevivientes de esa prisión "legal" de la dictadura cómo era la angustiante vida carcelaria en los tiempos de Videla y sus secuaces. En Caseros-en la cárcel los diecinueve ex presos políticos reunidos por Raffo cuentan cómo lograban comunicarse (una de las maneras era a través del inodoro o "biorsi", al que le quitaban el agua para comunicarse con el compañero de la celda de abajo), cómo eran los castigos, las requisas... y cómo en el marco de ese mundo de terror afloraba la solidaridad colectiva de esos compañeros de celda, apoyados por el cariño de sus familiares, que padecían innumerables humillaciones  durante las visitas. Además, hablan de la resistencia y de la militancia, y hacen públicas sus reflexiones sobre una experiencia que dejó una marca indeleble en sus vidas: el terrorismo de Estado, en su máxima expresión. Hay testimonios de Hernán Invernizzi, Ernesto Villanueva, Hugo Soriani, Julio Mogordoy, Martín Jaime, Alberto Piccinini, Antonio Puijane, Carlos Kunkel, Francisco "Barba" Gutiérrez, Hugo Colaone, Juan Carlos Dante Gullo, Luis Iglesias, Manuel Gaggero, Marcelo Vensentini, Néstor Rojas, Pascual Reyes, Pedro Avalos, Ramón Corregidor y Valentín Mastrángelo.

 Raffo eligió precisamente a Caseros como el lugar de filmación de su película. "Un día leí en el diario que se iba a demoler la cárcel. Muchos de estos testimonios, que me contaron personalmente, pensé que deberían contarse ante una cámara, aunque fuera para preservarlos para la memoria social argentina. Y debía ser en el escenario donde pasaron", sostiene el realizador en diálogo con Página/12. "El principal capital con el que se hizo esta película –agrega– fue la confianza personal y política de los compañeros. Yo los llamé,  vinieron inmediatamente y abrieron su corazón. Y eso se nota por cómo  hablan, con emoción y con franqueza."     

Fuente: lafogata.org