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Argentina: La lucha continúa

Los favores recibidos del sindicalismo que Kirchner viene pagando bien

Prensa de Frente

"Yo te doy parte de la jugosa propiedad de [la línea ferroviaria] Belgrano Cargas, con el Grupo Macri como socio mayoritario, y vos dame un techo para las exigencias salariales de los trabajadores que no se me escape del 20 por ciento". Así de clarito, contundente y perverso, es el acuerdo logrado entre el gobierno de Néstor Kirchner y el "combativo" secretario general de la CGT y del gremio camionero, Hugo Moyano

Moyano, Lingeri, Depetri y el ultraoficialismo gremial
Acuerdo que de un solo trazo disciplinó a las burocracias sindicales en sus discusiones paritarias y tranquilizó a las patronales, temerosas porque un mínimo aumento en sus costos laborales, vía recuperación efectiva de una porción del valor del salario, pudiera reducir sus fabulosos márgenes de ganancias.
Paradigma del dirigente vandorista si los hay en estos días, Moyano pasó sin solución de continuidad de un paro progresivo de los camioneros, como presión para lograr en las paritarias un aumento salarial del 28 por ciento, a un rápido entendimiento con los patrones y el gobierno, en un encuentro en la Casa de Gobierno con el mismo Kirchner como bastonero, que redujo aquellas exigencias a un incremento de sueldos del 19 por ciento, escalonado entre abril y junio.
El favor de Moyano al gobierno no terminó con la cristalización de un porcentaje de aumento que, por el peso económico y político que hoy tiene su gremio, se convierte en testigo para el resto de los sindicatos que se encuentran en paritarias. El jefe cegestista también asumió el papel de neutralizar en el comité confederal de la central obrera la ansiedad de los gremios más chicos por la convocatoria al Consejo del Salario, que el gobierno viene demorando desde hace 8 meses en complicidad con los sectores empresarios.
Esos gremios chicos, débiles en sus discusiones con sus respectivas patronales, necesitan la elevación del salario mínimo vital y móvil, tarea que corresponde al Consejo del Salario, para que el reacomodo de los montos de las distintas escalas salariales de sus trabajadores terminen en aumentos relativamente presentables para sus bases que, como el resto de los sectores populares de la Argentina, vieron reducirse fuertemente su calidad de vida en los últimos meses por la dinámica inflacionaria impuesta por la rapacidad empresaria.
Moyano consiguió como reconocimiento del gobierno a su colaboración la participación de su gremio en el paquete accionario del Belgrano Cargas, ahora en proceso de reprivatización –negocio del que los Macri serán principales beneficiarios, como quedó dicho-. Su adjunto en la CGT, el ahora también kirchnerista José Luis Lingeri, y su gremio de Obras Sanitarias fueron obsequiados con el manejo de la nueva empresa del servicio de aguas. Habría que ver qué premio le corresponde al diputado nacional y "dirigente piquetero" oficialista Edgardo Depetri, quien en compañía de Luis D’Elía intentó hace diez días –aunque sin éxito total- darle un tono oficialista al congreso nacional de la CTA de Mar del Plata.
Secretario de Organización de la CTA, Depetri no pudo evitar un mayoritario abucheo –y hasta algunos conatos de violencia física- cuando su gente pretendió desplegar un gran cartel kirchnerista mientras hablaba el secretario general Víctor De Gennaro. Pero consiguió poner una cuña normativa que, eventualmente, en la renovación de la conducción de fines de este año permitiría la participación aun minoritaria de una corriente kirchnerista en el consejo directivo.
Si Barrionuevo, Daer y los "gordos" fueron el núcleo del sindicalismo menemista, Moyano, Lingeri y Depetri ya hacen fila para asegurarle a Kirchner su "pata sindical". 

Fuente: lafogata.org