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Argentina: La lucha continúa

El cura "subversivo" de la pampa.

Noberto G. Asquini. (*)
La Arena

El cura Valentín Bosch llegó a la Argentina en 1963 para trabajar con el obispo pampeano Jorge Mayer. Había nacido en 1931 cerca de Barcelona,España, y con todo el fervor del compromiso social de la Iglesia posconciliar se dispuso a realizar su misión en el sur de la provincia.
Hombre de un catolicismo progresista vinculado al tercermundismo, tenía a su cargo las parroquias de varios pueblos: Jacinto Arauz, La Colorada, Jacinto Arauz, General San Martín, Bernasconi, Abramo y Hucal.
A partir de 1969 comenzó a publicar el boletín "Encuentro", una hoja de dos carillas que se distribuía en esas localidades. Allí volcó la tarea diaria sacerdotal y noticias de la liturgia para su feligresía, pero los temas trascendieron la tarea pastoral y allí quedó plasmado su pensamiento y compromiso social. Definiciones sobre una iglesia volcada a los humildes y rebelde a los poderosos se mezclaban con caricaturas de un incisivo humor social.
"En ese entonces no sabíamos lo que estábamos leyendo, cosa que nos dimos cuenta con los años, de la importancia que tuvo esa hoja para nuestra formación", confió una docente de la zona. Ese boletín era leído por una generación que había crecido bajo la dictadura militar de la Revolución Argentina (1966-1973) y estaba urgente de información y política.
El cura Valentín apoyó algunos movimientos gremiales y políticos locales como la huelga de Salinas Grandes y además practicaba el ecumenismo con la religiones protestantes como los valdenses y luteranos.
Con la llegada de la democracia en 1973, tomó una posición política que vinculó su compromiso con los sectores populares con el movimiento nacional representado entonces en el peronismo y apoyó la elección de José Regazzoli.
Pensamiento.
"Encuentro", de aparición semanal, llegó a los 330 números en sus ocho años de existencia. El primero fue del 3 de agosto de 1969. Promovía actividades como los agrupamientos de jóvenes y tareas comunitarias. En sus páginas mezclaba novedades sobre la catequesis con las condenas al FMI o comentarios de política nacional e internacional.
Sin llegar a encuadrase en el radical Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo, con quienes tenía vinculaciones, Bosch condenaba el capitalismo liberal y unía el concepto de salvación con el de liberación. También era espacio para difusión del pensamiento juvenil a través de colaboraciones y reflexiones sobre temas sociales.
Entre 1974 y 1975, "Encuentro" profundizó su condena contra la violencia como opción política de las organizaciones armadas, pero sin dejar de advertir la escala represiva del Estado.
Seguir predicando.
Luego del golpe de Estado del 24 de marzo del 1976, el cura Bosch continuó con la publicación de la hoja en un clima adverso a la opinión pública.
Como muchos argentinos que observaron la llegada de los militares como una manifestación de orden ante el caos económico, político y social del caído gobierno de Isabel Perón, expuso su esperanza en el cambio. Pero por ello no dejó de observar cuáles debían ser las obligaciones de un buen gobernante y denunció algunos de los males que habían llegado con la Junta Militar.
El 13 de junio al hablar de la semana santa hizo un alegato irónico bajo el título "Prohibido resucitar" con un paralelo entre la resurrección de Cristo y la renovación social. "Que los muertos nos dejen tranquilos. Que los pobres se queden quietos. Que las masas obreras no armen lío. Que los países subdesarrollados dejen de organizarse en un Tercer Mundo (...) ¿Por qué la resurrección? ¿Para qué renovarlo todo? ¿Por qué cambiar si estamos bien", se preguntaba Bosch.
El 13 de junio publicó un mensaje de algunos obispos contra las "detenciones indiscriminadas" y la "ignorancia del destino de los detenidos" que estaban sucediendo en el país.
Y en el número 328 del 20 de junio afirmó: "nadie tiene derecho a abatir, torturar, asesinar. Ninguna reivindicación ni ninguna ley pueden concedernos licencia para matar... ni al enemigo! No es solucionar el mal matar al enemigo: lo único que se consigue es atizar el odio y represalias... y también el enemigo tiene derecho a la vida!" Además, dio cuenta en ese página de una charla que dio el jefe de Policía, Luis Baraldini, sobre la prostitución y las enfermedades venéreas a alumnos secundarios de Jacinto Arauz, General San Martín y la zona. Allí afirmaba que habían pasado fotos de 15 chicas apresadas con signos de enfermedades.
Bosch se preguntaba: "¿Por qué 'quemarlas'?". Arana censurador.
Para entonces, el cura comenzó a estar en la mira de los militares y de la curia que dirigía el conservador obispo Adolfo Arana. Bosch tenía patente de "díscolo" y el obispo lo había comprobado en 1975 cuando había tenido que reprenderlo por no querer bendecir los bancos inaugurados en la zona porque entendía que eran sólo una empresa capitalista y nada tenían que ver con la labor espiritual.
A la semana siguiente del alegato de "Encuentro" contra la represión y la charla de Baraldini, Arana le envió una nota en la que le informaba que "después de madura reflexión y examen de las hojas tituladas Encuentro editadas por ti, hemos resuelto prohibir terminantemente su publicación en lo sucesivo".
El sacerdote sacó entonces su última hoja. En vez de número, que debía ser el 330, colocó "RIP. Número fuera de serie" junto al nombre del boletín y encabezó la portada con la carta del obispo. Luego hizo una serie de consideraciones a través de cartas de sacerdotes que elípticamente hablaban contra la censura impuesta: "cuando hay que decidirse entre lo humano y lo inhumano, todos están comprometidos en política. Incluso el silencio tiene efectos políticos", decía una de ellas.
El final.
El 14 de julio de 1976, militares y policías pampeanos tomaron por asalto a Jacinto Arauz y detuvieron a profesores y vecinos vinculados con el instituto José Ingenieros. Cinco arrestados fueron torturados y encarcelados durante meses.
Ese fin de semana Bosch dio misa y no se quedó callado. El sábado 17 sacudió a los feligreses. "Hoy no cantamos porque no podemos estar contentos habiendo hermanos nuestros presos", fue una de las frases que se le escucharon en General San Martín y Jacinto Arauz.
Las palabras llegaron a oídos de los militares santarroseños en cuestión de horas. Luego, Bosch promovió una junta de firmas para pedir por la liberación de los vecinos.
Según dos testimonios recogidos para el libro "Crónicas del fuego", por entonces Arana les había dicho a los curas progresistas: "Váyanse porque no respondo por sus vidas". Uno fue el sacerdote Bosch. Las muertes de algunos eclesiásticos también indicaban que los tiempos parecían no respetar ni a las sotanas.
El 16 y el 22 de julio, la vivienda adyacente a la parroquia de Jacinto Arauz que era utilizada en sus visitas por el cura catalán fue allanada por personal militar. Para entonces, había sido amenazado de muerte tres veces por medio de cartas que habían llegado hasta su oficina en General San Martín y sus compañeros le pidieron que se fuera por seguridad. Poco después, el cura Valentín se marchó al exilio.+ (*) Publicado en el Diario "La Arena", Santa Rosa, La Pampa, Argentina, 13 de marzo de 2006.   

Fuente: lafogata.org