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Argentina: La lucha continúa

" El gran dragón y las murgas pasadas"

Raul E. Dargoltz*
Diario El Liberal

" Mi querido Ponzio.....Yo no sé cuánto tiempo más voy a vivir, posiblemente poco, salvo un milagro. También puedo quedar inutilizado y sólo vivir algo más. Ahora estoy con todas mis facultades mentales claras y lúcidas y quiero nombrarte el albacea de mi buen nombre y honor. Quiero que no dudes de mi honradez, pues puedes poner la mano en el fuego por mí. He vivido galgueando y si examinas mi declaración de bienes y mi presentación a la Comisión , encontrarás la clave de muchas cosas. Vos mismo intuiste con certeza lo que me pasaba y me ofreciste unos pesos. Por pudor siempre oculté mis angustias económicas, pero nunca recurrí a ningún procedimiento ilícito, que estaban a mi alcance y no lo hice por congénita configuración moral y mental. Eran cosas que mi espíritu no podía superar. Ahora vivo en la mayor pobreza, mayor de la que nadie puede imaginar, y sobrevivo gracias a la caridad de un amigo. Por orgullo no puedo exhibir mi miseria a nadie, ni a mi familia, pero sí a un hermano como vos, que quizás- conociéndome- puedas comprenderme......" Este es el comienzo de la carta que el 6/09/1956, cuando ya le quedaba muy poco tiempo de vida, nuestro comprovinciano Ramón Carrillo envió a un entrañable amigo desde el campamento de  la empresa minera norteamericana "Hanna Mineralization and Company" en  Belem de Pará, Brasil.

El Primer Secretario de Salud Pública de la Nación del Gobierno de Perón, el eminente neurocirujano cuyo nombre figura en los anales científicos internacionales( encefalitis "tipo Carrillo"), el fundador del sanitarismo nacional,  tuvo que aceptar un puesto de médico rural en el pais hermano para sostener a su familia. Su conducta estaba siendo investigada por la Comisión  creada por la revolución de 1955. Por intermedio de su hermana Carmen Antonia demuestra fehacientemente la legitimidad de su pequeño patrimonio y muere pobre y lejos de su patria el 20/12/1956. Sus restos permanecieron en el cementerio de Belem y recién en el año 1972 fueron trasladados al de Santiago del Estero, cumpliéndose su última voluntad. La Justicia tardó 16 años en llegar y considero que aún estamos en deuda con él.

El pasado martes 7 de marzo se cumplieron los 100 años de su natalicio y los homenajes que se hicieron en nuestra provincia y en todo el país fueron muy sentidos e importantes.. Comparemos la vida de Ramón Carrillo, su dedicación y su muerte digna, casi en la indigencia, sobreviviendo como médico rural en una aldea de Brasil, con las de los ex políticos y funcionarios santiagueños juaristas. Comparemos, también, la vida de la mayoría de los políticos argentinos que contrasta con la pobreza cada vez mayor de quienes dicen representar. La corrupción como una gangrena nos invade. Y lo peor es que muchos se han acostumbrado a convivir con ella:  Los que corrompen y los corrompidos. Los que reciben , los que dan y también los que callan por temor o por conveniencia

El gran dragon

Estuve disfrutando del corso santiagueño el pasado fin de semana. Miles de personas de todos los barrios de la ciudad capital y del interior inundaron el Parque Aguirre en una verdadera marea humana.  La organización fue casi perfecta. Las murgas, comparsas y carrozas santiagueñas deleitaron a la multitud que llegó al climax cuándo los cuerpos cimbreantes de la comparsa correntina Arandu Beleza entró en acción. Kapanga y otros grupos nos hizo bailar a todos. Una de las cosas que más me impresionaron fue el  despliegue de las comparsas infantiles compuesta por niños con sus cuerpos delgados, flacuchos, pero que sin embargo se movían vertiginosamente al son del repiquetear de los tambores.

"Raúl, por lo menos 7 de cada diez niños santiagueños que atendemos en el parto son desnutridos. Muchos no llegan a pesar un kilo. Que futuro les espera..", me dijo hace un par de días, al respecto, Silvia, pediatra y deportista.

Por suerte  pude apreciar al Gran Dragón, con una cabeza y fauces enormes y un cuerpo de unos treinta metros de largo, construido  por mi amiga Clyde , reconocida artesana bandeña, que encabezó el desfile. Ella se inspiró en la mitología china, en la santiagueña y por mi asesoramiento y sugerencia, en algunos ex políticos juaristas , genocidas de nuestros niños,  que van al cielo y que no pueden ser juzgados, hasta ahora, por enriquecimiento ilícito, por las continuas "chicanas" de sus abogados defensores y la lentitud de la justicia provincial.

Cuándo vi al Gran Dragón de Clyde me vino a la memoria imprevistamente el corso  organizado por los vecinos del Barrio Belgrano antes del golpe militar del 76. Antes que se perdiera la alegría. Antes que se perdieran 30.000 razones para seguir soñando. Muchos seguramente recordarán ese hermoso festejo del Dios Momo. A lo largo de la Antenor Alvarez, frente a la placita Belgrano, desfilaron las murgas y comparsas. Una de ellas estaba compuesta por amigos y compañeros de causa, todos ellos estudiantes secundarios y universitarios del barrio. Arrastraban vestidos de negro y disfrazados de vampiros, con afilados colmillos chorreando sangre y la leyenda FMI en sus pechos, un cajón de muerto que representaba al pueblo argentino y latinoamericano víctima de la deuda externa y de la usura internacional. Sólo pudieron desfilar el primer día ya que la policía juarista de Musa los prohibió porque no tenían autorización. Varios de ellos, un año después sufrirían cárcel y persecución. Marta Castillo, estudiante de sociología de sólo 20 años, es una de las desaparecidas santiagueñas. A ella, también querida "vampira", este tardío homenaje.  

Ramón Carrillo fue el planificador y el primer ejecutor de una política sanitaria con sentido social que lamentablemente la hemos perdido en los últimos años por la acción inescrupulosa de unos pocos en perjuicio de tantos argentinos. Rubén Favaloro, otro insigne médico igual que Carrillo, sacrificó su vida para denunciar esa corrupción que nos carcome y nos deshumaniza.

"Mi capacidad de trabajo está muy reducida; vivo como médico rural en una aldea. Ahora de nuevo me quedé sin puesto, pues la Compañía donde actuaba levantó el campamento. A mi, poco a poco, se me han cerrado las puertas y no pasa un día que no reciba un golpe" seguía Carrillo en su carta, casi un testamento. Me pregunto: ¿cuántas puertas se nos cierran a los que sentimos y pensamos como él.?

 "Nada sé decir del sol y de los mundos; sólo miro como sufren los hombres...(Goethe)...No, señores, debemos abrir nuestros brazos al mundo y dirigir los ojos al sol" (1).

Sigamos entonces soñando y mirando al sol, aunque hiera nuestra vista y aunque la justicia,  tarde demasiado  en llegar. Sigamos también festejando el carnaval con mucha alegría, con niños saludables, con dragones mitológicos y recordando también las murgas pasadas y presentes.

Será también una buena forma de que esté siempre vivo Ramón Carrillo.
         
 Nota: (1) Clase inaugural de Ramón Carrillo en la cátedra de profesor titular de Neurología de la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires en el año 1942.

*Master en Ciencias Sociales, investigador del Conicet, director, dramaturgo.

Fuente: lafogata.org