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Argentina: La lucha continúa

Drama y sainete en puja entre Argentina y Uruguay por las papeleras

Roberto Molina
Prensa Latina

El conflicto entre Argentina y Uruguay por la construcción de dos plantas de celulosa en el norte del país vecino pasa del drama al sainete con relativa celeridad, pero se mantienen las tensiones.

Mientras Buenos Aires insiste en la nocividad para las aguas del río Uruguay -que ambos países comparten- de la construcción de dos papeleras en la localidad de Fray Bentos, Montevideo sostiene la idoneidad de la tecnología empleada y no da marcha atrás.

El gobernador de la provincia de Entre Ríos, Jorge Busti, es quien lleva la voz cantante en el rechazo a las dos plantas- en fase de montaje con capital español y finés, respectivamente- y su protagonismo es seguido por miles de pobladores.

Sobre todo son muy activos los habitantes de la ciudad de Gualeguaychú, cuya economía se basa casi exclusivamente en la explotación turística del río y creen que la contaminación generada por las fábricas los arruinará en poco tiempo.

Como esa localidad está unida por el puente internacional General San Martín con Fray Bentos, el corte de la vía es la forma más socorrida de protesta, pero ahora con consecuencias catastróficas para la industria turística uruguaya.

Los grandes centros de recreación de Punta del Este, Piriápolis y otros puntos de la costa atlántica de ese país se nutren fundamentalmente con los visitantes del norte- nordeste argentino que viajan en auto por este expedito acceso.

Entre otras razones, porque resulta más fácil y más económico ir allí que a la distante y cada vez más cara Mar del Plata.

Las autoridades de Montevideo rechazan esas acciones, así como muestran su preocupación por el adelantado anuncio de algunos funcionarios argentinos de que boicotearán la compra de los productos de las futuras plantas de celulosa.

El canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, calificó de irreflexiva esa postura y adelantó que el asunto sería grave y atentaría contra el Mercado Común del Sur.

La porción de sainete la pone, según medios de prensa, el gobernador Busti, quien se dice prohibió a los funcionarios provinciales viajar a Uruguay en las vacaciones.

Pero muchos se han ido sin avisar y la situación tomó ribetes tragicómicos, porque el propio gobernador, quien pasa su descanso en Estados Unidos, no encuentra quien lo supla en el cargo.

Ello se debe a que el vice también se fue de viaje (lo cual está hasta vetado por ley) y el tercero en línea de mando está en Punta del Este, mientras al cuarto no lo ubican en Entre Ríos (se rumora que también veranea en Uruguay).

Así las cosas, ejercerá interinamente la gobernatura el quinto en la escala jerárquica.

Parece que sólo después de que las personalidades oficiales pasaron el controvertido puente, se dio luz verde para bloquearlo y de hacerlo, al menos, dos veces por semana en este mes, con lo cual estará de nuevo abierto para el feliz regreso.

Fuente: lafogata.org