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Argentina: La lucha continúa

Primero, recuperar el petróleo

Fernando 'Pino' Solanas
Infomoreno

¿Cómo el gobierno de Kirchner no ha invertido, teniendo superávit fiscal, 1.000, 1.500 ó 2.000 millones de dólares todos los años para relanzar la gran petrolera nacional?

Toda política de desendeudamiento es auspiciosa para el país. Otra cosa es en qué circunstancias y cómo se lleva a cabo ese proceso. Se había establecido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una política de desendeudamiento. Por eso, el gobierno de Néstor Kirchner le vino abonando intereses y devolviendo capitales al organismo, con un cronograma de pagos establecidos, y además con una baja tasa de interés. ¿Qué razones han inducido al Presidente para cancelar de un solo golpe toda la deuda?

Algunos hablan de un acto demagógicopolítico. Si fuera solamente eso, sería criticable haber puesto como prioridad el pago total de la deuda. Me tomo la precaución de preguntarme si este pago no estuvo coordinado con el que hizo Brasil, y si no hubo una política conjunta entre los miembros del MERCOSUR ampliado –también Venezuela– a poco de la realización de la Cumbre de las Américas en Mar del Plata, en el marco de un gran giro político de la región (Uruguay también cancelaría su deuda)

Si fue así, este giro puede estar orientado a varias cosas: a que la región dé el mensaje de que tiene autonomía y no necesita depender crediticiamente del FMI; y que Argentina parará con las presiones del FMI de alguna manera.

Claro que las presiones de las empresas privatizadas no se van a detener sólo porque nuestro país no le deba más al Fondo. Porque no es verdad que el único que representa a las privatizadas es el FMI. No. Los que primero las representan son las embajadas y sus gobiernos respectivos. Y las embajadas siguen existiendo igual, y las mesas de negociaciones, también.

La crisis energética

Para que mi pensamiento quede claro: sí a desendeudarse con el FMI, para ganar soberanía nacional, poder de decisión, y evitar estas presiones y los lobbies.

El problema en cuestión es si era necesario pagar todo junto y ahora. Si era una prioridad desembarazarse de la tercera parte de las reservas para cancelar una deuda que ya estaba programado que se pagara –y no de una sola vez–, cuando hay una enorme crisis energética en puerta.

La Argentina ha venido creciendo a un 8 ó 9 por ciento anual, pero tendría que haber crecido un 12 ó 13 en energía. No se puede comprender cómo el gobierno de Kirchner no ha invertido hasta la fecha en prospección y exploración petrolera a través de la empresa ENARSA.

No se puede entender cómo el Gobierno no tomó en sus manos la puesta en marcha de ENARSA como germen de una futura petrolera nacional, teniendo presente que el negocio más redituable de Argentina y de América latina es el de los hidrocarburos.

La Argentina ha desatendido lo que viene alertando el MORENO (Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora) desde hace tres años: había que hacer una fuerte inversión en hidrocarburos.

Estamos, en este sentido, ante una clase dirigente bastante irresponsable. El ex presidente Eduardo Duhalde le pagó al FMI, en 2002, cerca de 4.000 millones de dólares. Con 1.100 millones de dólares hubiera comprado el 20 por ciento de las reservas argentinas de petróleo (esa fue la cifra de la venta de la petrolera argentina Pecon a Petrobras, de Brasil)

El Gobierno permitió que, Pérez Companc vendiera Pecon a Petrobras por esa suma, pero podría haberla comprado, y no pagando todo junto. Un disparate.

¿Cómo el gobierno de Kirchner no ha invertido, teniendo superávit fiscal, 1.000, 1.500 ó 2.000 millones de dólares todos los años para relanzar la gran petrolera nacional, con un barril que cuesta en la Argentina cuatro o cinco dólares, y en el exterior vale 60?

Por si esto fuera poco, las reservas de petróleo se están agotando. Las empresas extranjeras no invirtieron de acuerdo a las exigencias contractuales en buscar nuevos pozos, y sólo se dedicaron a bombear los existentes. El mito de que venían las petroleras a explorar el desierto, que fue lo que nos vendieron cuando se privatizó YPF, fue una enorme mentira. Vinieron a explotar salvajemente los yacimientos existentes.

En la época de YPF, se perforaban 100 pozos al año, pero actualmente no llegan a 25. Lo que no se puede comprender es que el Gobierno haya invertido más de mil millones de dólares para hacer drenar esos pozos, mientras todo el personal técnico está esperando que se lo convoque. Si eso no se lograra, en un año y medio o dos, Argentina está importando petróleo a precio internacional.

Refundar la petrolera nacional

Mi crítica al gobierno de Kirchner es por no haber invertido en la refundación de una petrolera nacional, con la que tendría que haber capturado –y todavía debe y puede hacerlo– todas las concesiones que son ilegítimas.

Argentina está llena de concesiones ilegítimas que vulneran la ley. Por eso, y de la misma manera que la ha aplicado en otros casos, el Gobierno tiene que aplicarla ahora. Hay una suerte de impunidad económica que llega al límite de permitir a las petroleras extraer petróleo y gas a simple declaración jurada. Esto ocurre en la Argentina contemporáneamente, con una Bolivia que en octubre de 2003 salió a la calle diciendo: 'Basta de robarnos el petróleo y el gas. No va para Estados Unidos. Se queda acá', y que hoy tiene el 50 por ciento de regalías y ha llevado al poder a Evo Morales. Una gran diferencia con nosotros, que durante la década del 90 tuvimos una dirigencia que nunca puso el tema de la energía entre sus prioridades. Vale recordar que el 19 y 20 de diciembre de 2001 se gritó 'que se vayan todos', y no 'basta de que nos roben el petróleo y el gas'.

Las dos patas de la Argentina han sido el campo y los hidrocarburos. Los hidrocarburos financiaron siempre la industrialización de la Argentina, los caminos y el anillo de represas hidroeléctricas, la energía y la superestructura técnica. Casi nada.

/ La Fogata