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Nuestro Planeta

La gripe aviar

 Dr. Michael Greger, Director de Sanidad y Animales de Granja de la HSUS
The Humane Society of the United States
Traducción: Fundación Altarriba

La última plaga mortal de la historia de la Humanidad fue la pandemia de gripe en 1918 que, según las últimas estimaciones, supuso la muerte de casi 100 millones de personas en todo el mundo. La gripe actual tiende a ignorar a los adultos sanos y jóvenes, pero cada pocas décadas surge una corriente que puede matar gente cada vez más joven. En 1918 enfermó casi la cuarta parte de la población de Estados Unidos.
Para millones de personas de todo el mundo, lo que empezó con nariz húmeda y dolor de garganta, acabó a los pocos días con los oídos, la nariz y los pulmones sangrando. Las víctimas literalmente se ahogaron en su sangre. Se dice que sus cuerpos (azules por la asfixia) fueron apilados en el exterior de las morgues según se agotaban los ataúdes.
¿De dónde viene esta enfermedad? En un brillante trabajo de médicos detectives, investigadores de Yale y Scripps examinaron cadáveres de víctimas de la gripe de 1918 que habían sido descubiertos, congelados, en Alaska. Los cuerpos presentaban los pulmones llenos de sangre típicos de esta enfermedad. Investigaciones más recientes sobre los tejidos de los cadáveres han completado el mapa genético del virus. La enfermedad procede de la gripe aviar.
Ahora ya sabemos que la gripe aviar es la causa original de la llamada gripe humana (influenza) de virus "Tipo A". Aunque los virus pueden afectar a un amplio número de especies, incluyendo el cerdo, el caballo y las aves silvestres, la fuente inicial parece proceder de las aves domésticas como los pollos y los pavos.

Las grandes explotaciones comerciales de las granjas avícolas son un estupendo caldo de cultivo para nuevas pandemias. En estas granjas que confinan aves para consumo, miles de pollos están hacinados en espacios diminutos. Como viven sobre su propio abono, el virus puede eliminarse con las heces y ser fácilmente absorbido por vía aérea o por ingestión, por otros miles de aves, permitiendo que se contagie de forma muy rápida.

Con tantas aves pasándose el virus a las sanas y a las ya enfermas, adelante y atrás, crecen de forma desmesurada las posibilidades de mutación en cada paso, y lo que empezó como una epidemia de gripe de poca virulencia se puede convertir en una mortal.

 Durante las últimas décadas se ha disparado el consumo de huevos y carne en el mundo desarrollado, dando lugar a una verdadera profusión de granjas comerciales de pollos a escala industrial y al transporte masivo de animales.
La Organización Mundial de la Salud Animal culpa del creciente riesgo de epidemias a esos cambios en la industria avícola global, que hoy se centra en acortar los "ciclos productivos" y en favorecer la mayor densidad posible de animales en las instalaciones. El Dr. Samuel Jutzi, Director de Producción Animal y Sanidad de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), añade que: "Tantos animales tengas metidos en un espacio reducido, tantos problemas tendrás con enfermedades".
© Farm Sanctuary

 

La OMS (Organización Mundial de la Salud) también culpa del foco asiático de gripe aviar a la "producción intensiva de aves". Sólo el stress de su confinamiento sobre su sistema inmunológico aumenta el riesgo de que esas granjas se conviertan en caldo de cultivo para la próxima pandemia global mundial.
"Antes los pollos solían vivir en nuestro corral", explica Charun Boonyarithikarn, de laOficina se Salud Pública de Thailandia. "No se movían mucho de sitio. Pero ahora, las granjas se han convertido en fábricas a lo largo y ancho del mundo. Millones de pollos se envían a diario a miles de kilómetros. No podemos parar cada pollo, cada pato o cada cerdo. Y son millones de oportunidades para que los agentes patógenos encuentren dónde quedarse".
Aunque han muerto más de 100 millones de aves desde el último brote, no han sido más de 100 las personas fallecidas en el sureste asiático por la actual gripe aviar. Casi todos los fallecidos estaban relacionados con la industria avícola, la de la carne o la de los huevos. Investigadores del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos han analizado muslos y pechugas de pollo y comprobaron, en un estudio publicado en marzo de 2005, que la carne de aves infectadas puede seguir siendo fuente de infección.

Aunque la ONU ha pedido a la gente que deje de beber sangre de pato y de consumir "tiet canh" (pudding de sangre de pato cuajada), el miedo está en que una vez el virus haya infectado a los suficientes huéspedes humanos, pueda mutar para ser contagioso entre personas (a través de un estornudo o un apretón de manos), provocando la próxima pandemia global.

En una conferencia de prensa, el responsable de la OMS ha manifestado que: "El mundo se encuentra ahora bajo el más alto riesgo de pandemia". Como si lo supiera, la gripe aviar se ha metido en Turquía, la misma puerta de Europa, provocando que la Unión Europe acapare antivirales para paliar los efectos de una posible pandemia.
El Dr. Michael Osterholm, director del Centro de Investigaciones de Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos, es quizás el mayor experto del país en gripe aviar. Intenta describir la potencial catástrofe comparándola a los recientes tsunamis del sur de Asia. "Duplícadlos de forma simultánea en cada ciudad y comunidad rural del mundo, añadid el pánico al contagio, y tendremos una visión de los efectos de una potencial pandemia de gripe.", dice. "Incluso una pandemia de gripe de impacto moderado puede ser el mayor desastre humano individual (mayor que el SIDA, que el 11.9, que todas las guerras del siglo XX y que los recientes tsunamis juntos). Tiene potencial para cambiar la historia del mundo como la Peste Negra cambió la historia de Europa en el siglo XIV".
La demanda humana de carne barata no sólo provoca directamente el sufrimiento y la muerte de billones de animales cada año, sino que además amenaza la salud de nuestro planeta y puede amenazar la nuestra propia de muchas más formas de las que imaginamos.