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Medio Oriente - Asia - Africa

Mauritania: El petróleo ¿una catástrofe para la población?

Irin

Extenso país desértico, poblado mayoritariamente por nómadas, Mauritania se unirá el año que viene al círculo de países africanos exportadores del oro negro, cuando arranque la explotación del primer yacimiento de petróleo fuera de tierra.
Pero, para ciertos opositores, trabajadores humanitarios y diplomáticos, el maná de petrodólares que inundará entonces a ese país poco poblado podría ser un verdadero desastre para la población.
Todos ellos temen que esta nueva fuente de ingresos beneficie únicamente a una élite dirigente y acentúe aún más la inestabilidad política y las disparidades sociales, en lugar de contribuir a la promoción de la prosperidad y el desarrollo político del país.
Ebety es uno de los pocos profesionales que critican abiertamente al gobierno y al sistema político autoritario creado en este país. "Este gobierno no está a la escucha de las preocupaciones de la población ni trabaja para satisfacer sus necesidades", declaró a IRIN.
"Esto tiene que cambiar. Hay que terminar con la falta de voluntad en combatir la corrupción y resolver los problemas de mal gobierno en este país", prosiguió el abogado desde su oficina, mal iluminada, instalada en pleno tribunal de la capital Nouakchott.

Son necesarios cambios rápidos.
Pero el tiempo urge si se quiere cambiar estos comportamientos antes de que el gobierno empiece a percibir, el año que viene, los ingresos regulares de la producción de petróleo.
"La explotación del yacimiento de Chinguetti empezó el año pasado y la producción arrancará en la primera mitad de 2006", indicó Teju Akande, analista de Wood Mackenzie, sociedad especializada en la búsqueda y asesoramiento de fuentes de energía, con base en Edimburgo, Escocia.
Según sus previsiones, la explotación del yacimiento de Thiof, segundo más importante fuera de tierra, podría empezar un año después del de Chinguetti.
"La producción combinada de estos dos yacimientos alcanzará 165.000 barriles al día de aquí a 2009", precisó Akande.
Al precio actual de 50 $ USA el barril de petróleo bruto, el Estado mauritano se embolsará un maná de 300 millones de $ USA, o sea, un poco más de la mitad del conjunto de la explotación del pescado y el hierro.
"Los yacimientos de petróleo de Mauritania son menos importantes que las reservas recuperables de los proyectos de explotación de aguas profundas de otros países del oeste africano", precisó Akande. "No es nada parecido a lo de Nigeria o Angola; pero cuando la máquina funcione plenamente, se obtendrán producciones comparables a las de Costa de Marfil y Guinea Ecuatorial".
Con una población que llega apenas a 3 millones de habitantes y un Producto Interior Bruto (PIB) de alrededor de 1,1 mil millones de dólares USA, los ingresos del petróleo tendrán, inevitablemente, un impacto muy importante en la economía del país, como así ha ocurrido en Guinea Ecuatorial.
Según las estadísticas del FMI, los ingresos por petróleo han permitido a la economía de este pequeño país de África central (Guinea Ecuatorial) tener un crecimiento del 40% entre 1995 y 2005.
Cuando la producción petrolífera arrancó en 1995 en Guinea Ecuatorial, el PIB de este país representaba la décima parte del de Mauritania. Hoy es 10 veces superior.

El Estado se embolsa ya los primeros petrodólares.

Antes de que la primera gota de petróleo se haya extraído de los fondos marinos de la costa atlántica de Mauritania, El Estado ha empezado a percibir los primeros petrodólares.
En octubre de 2004, la Compañía petrolífera británica Sterling Energy anunciaba que había finalizado un acuerdo con Nouakchott, según el cual las autoridades cobrarían dividendos del 12% de la parte retenida por la sociedad encargada de explotar el yacimiento de Chinguetti. La producción de este yacimiento se estima en 75.000 barriles por día.
En compensación de esta ventaja, la Compañía Sterling ha ingresado a Mauritania un bono de 15,5 millones de $ y concedido una financiación de 130 millones de dólares para ayudar al Estado a pagar su contribución a los gastos de explotación del yacimiento de petróleo.
Pero, según ciertos diplomáticos y analistas de la industria del petróleo, Mauritania no dispone de mecanismos de control que garanticen la transparencia en la gestión gubernamental de ingresos petrolíferos, como ya existen en el Chad y dentro de poco, en Santo Tomé y Príncipe.
IRIN no ha podido obtener comentarios sobre el tema por parte de las autoridades mauritanas, a pesar de las numerosas tentativas para contactar con el Ministro de Minas e Industria.

Riesgo de corrupción.
"Cuando se aborda este tema es prácticamente imposible encontrar un interlocutor fiable que quiera informarnos en el seno del gobierno. Este es el gran problema que encontramos aquí", se quejó un funcionario de las Naciones Unidas con base en la capital.
Trabajadores humanitarios que han pedido el anonimato, han citado algunos ejemplos corrientes de corrupción.
"Cantidades ingentes de sacos de alimentos provenientes de la ayuda alimenticia se venden en el mercado de la capital. Y las bonitas casas de los barrios residenciales, se han construido con el dinero de la ayuda al desarrollo", nos confió uno de los trabajadores humanitarios.
"El nivel de corrupción en Mauritania es increíble", dijo otro trabajador. "Yo tendría que distribuir preservativos gratuitamente, pero tengo que confesar que una buena parte de los mismos se vende en las farmacias", indica un tercero.
"Si esto no cambia, si el gobierno no instaura un diálogo constructivo con la oposición política, si no acepta la crítica y la discusión y si no crea un sistema judicial que inspire confianza, el petróleo planteará un problema real y será una maldición para Mauritania", indicó Ould Daddah.

Diálogo y apertura política.
Las autoridades mauritanas han encarcelado recientemente a Moktar Ould Daddah, hermanastro del Primer Ministro de Mauritania, acusándole de haber financiado una tentativa de golpe de estado contra Ould Taya, antiguo coronel del ejército que dirige el país con mano de hierro desde hace 21 años.
El año pasado, el gobierno llevó ante la justicia a 195 personas, acusadas de tentativa de destitución del Presidente Ould Taya. El proceso de desarrolló en una base militar situada en pleno desierto, a 50 km. al Este de la capital Nouakchott.
La mayor parte de los acusados eran militares que habían intervenido en el motín de junio de 2003, que fue controlado finalmente por las fuerzas leales de Ould Taya. Los demás presos, entre los que figuraban ciertos jefes de la oposición, estaban acusados de haber organizado otras dos tentativas de golpe de estado contra el presidente, en agosto y septiembre de 2004.
El tribunal pidió 5 años de prisión firme contra Ould Daddah, pero se le condenó a una pena de cárcel con indulto y se le liberó en febrero de 2005.
Comentando la situación política de su país desde las oficinas de su partido, la Unión de Fuerzas Democráticas (RDF) en el centro de la ciudad de Nouakchott, Ould Daddah ha querido precisar que el diálogo le parecía esencial para la paz y seguridad en Mauritania.
Los partidos de la oposición, desde los liberales a los integristas musulmanes, han pedido de Ould Taya que instaure un diálogo nacional y una nueva política de apertura, pero permanecen escépticos respecto a las posibilidades que se escuche su solicitud.
"Me he encontrado 2 veces con el Presidente Ould Taya, pero solo tuve tiempo de darle la mano. Durante los 21 años de poder, no me ha concedido nunca una entrevista", añadió Ould Daddah.
Ould Taya aparece en público muy pocas veces y si se cree lo que dicen ciertos abogados y periodistas, algunos reporteros extranjeros muy seleccionados han recibido dinero para que visiten Mauritania y escriban artículos elogiosos hacia el Presidente del país.
Según un periodista mauritano son éstas las entrevistas que al Presidente le gusta conceder a la prensa.
"Ould Taya tiene dificultades de comunicación – no tiene costumbre de hablar con los periodistas. Cuando toma una decisión encarga a su portavoz que la anuncie", nos hace notar un periodista.

Una oposición muy pesimista.
Nadie se hace ilusiones. Ould Taya toma las decisiones importantes del gobierno solo.
"El gobierno no es un equipo que trabaje junto para obtener resultados", dice Ebety. "Sólo ejecuta las órdenes del Presidente", precisó.
"El gran problema es que el Jefe del Estado está totalmente cortado de la realidad. A su alrededor no hay más que cortesanos y sus aliados", añadió Ebety.
Ould Taya tomó el poder en 1984 mediante un golpe de estado. Según ciertas alegaciones, los fraudes y actos de intimidación contra los electores mancharon las elecciones de 1992, 1997 y 2003.
"Dado el estado actual de la situación, no hay posibilidad alguna de cambio de gobierno, teniendo en cuenta el sistema electoral creado en Mauritania", declaró Ould Daddah.
Aunque confiesa que condena sin reserva la violencia Ould Daddah reconoce que, sin diálogo y sin real voluntad de democratizar el sistema político mauritano, las tensiones no harán más que acrecentarse.
"La oposición no busca la violencia. Pero es un poco lo que ocurre con la Física: cuando se comprime un cuerpo en un ambiente herméticamente cerrado, la presión sube hasta que se produce una explosión", ironizó.