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Medio Oriente - Asia - Africa

Corea del Norte sube la apuesta

Maximiliano Sbarbi Osuna

La posible presencia de armas at�micas en la pen�nsula coreana sit�a al gobierno de Pyongyang en una posici�n de mayor fortaleza en la pulseada que mantiene con Washington y sus aliados asi�ticos. Sin embargo, a pesar de lo que opinan varios analistas, EE.UU. no result� debilitado tras el anuncio del gobierno norcoreano.

Por un lado, los halcones de la Casa Blanca y del Pent�gono tienen la excusa perfecta del peligro de Corea del Norte para seguir financiando excesivos gastos militares, y legitimar la presencia de 37 mil efectivos militares en Corea del Sur. Pero, la raz�n m�s importante tiene relaci�n con el aumento de la influencia de EE.UU. sobre sus colegas de Jap�n y Corea del Sur en este momento en que China pretende expandir su preponderancia en la regi�n.
Sea o no cierto que el gobierno de Kim Jong il tenga cabezas nucleares, Washington se aferra aun m�s al compromiso militar con Tokio y Seul, a quienes demanda una mayor militarizaci�n y presencia en conflictos ajenos, tal como les exigi� en la �ltima guerra de Irak.
La posici�n de Corea del Norte
No hay duda de que Corea del Norte no quiere repetir la posici�n de debilidad de Saddam Hussein, que por todos los medios y en vano intent� demostrar que no fabricaba armas prohibidas, de esta manera, Pyongyang sube la apuesta y se pone en condiciones de lograr un mayor peso en la negociaci�n con EE.UU.
Pero, �Qu� exige Corea del Norte? A cambio de desmantelar su programa nuclear, el gobierno de Kim Jong il pretende que Washington firme un compromiso de que no va a desestabilizar ni atacar militarmente a su gobierno, el retiro de Corea del Norte de la lista del "eje del mal", la no intromisi�n de EE.UU. en el di�logo con sus vecinos surcoreanos, la salida de las tropas norteamericanas de la pen�nsula y la prestaci�n de ayuda econ�mica para paliar la crisis energ�tica .
El or�gen del conflicto
En los acuerdos de 1994, Pyongyang se comprometi� a no reabrir sus plantas at�micas a cambio de la promesa norteamericana de construir dos reactores en Corea del Norte para generar energ�a, pero la llegada de Bush (hijo) al poder propici� el abandono del proyecto en 2002 con la excusa de que Corea del Norte hab�a transformado 8 mil varillas de uranio en plutonio para producir armas at�micas.
Norcorea manifest� que estaba produciendo plutonio para fines pac�ficos y que se vio forzada a hacerlo porque EE.UU. le hab�a quitado el apoyo energ�tico vital para su empobrecida econom�a.
Las conversaciones de seis partes (las dos Coreas, Jap�n, Rusia, China y EE.UU.) en Pek�n abrieron una esperanza de di�logo, pero todas fracasaron sin acuerdo alguno. El cambio de estrategia norcoreano cambia la situaci�n y alarma al gobierno de Seul.
El temor de Corea del Sur
M�s que a la bomba norcoreana, Seul le teme a la reacci�n estadounidense, ya que un ataque a Corea del Norte, lanzar�a inevitablemente a Corea del Sur a una guerra nuclear con Pyongyang.
De manera en�rgica, Corea del Sur le recuerda a EE.UU. que no va aceptar un aumento de la tensi�n entre Washington y Norcorea que ponga en peligro la seguridad en la pen�nsula coreana.
Conclusi�n
En ese sentido, la proclama nuclear de Corea del Norte deja paralizados en su accionar belicoso a los m�s duros de la administraci�n Bush, ya que Corea del Sur lleva una d�cada de pacificaci�n con el norte. Pero, por otro lado, el aumento de la influencia militar y pol�tica de Estados Unidos en la regi�n produce inevitablemente un acatamiento, por parte de Tokio y Seul, a los prop�sitos que Washington tenga hacia el controvertido gobierno norcoreano.


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