Medio Oriente - Asia - Africa
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Un cruento y sanguinario mensaje al rey Abdullah
Robert Fisk
La Jornada
� The Independent
Traducci�n: Jorge Anaya
Fue un mensaje cruento y sanguinario al Valeroso Reyezuelo Mark II. Ayuda a los
estadunidenses, adiestra a sus polic�as iraqu�es, recibe a sus oficiales de
fuerzas especiales y ser� un nuevo blanco de Al Qaeda. No tan nuevo, claro: un
empleado de la embajada estadunidense, Laurence Foley, el m�s blando de los
blancos porque amaba a Medio Oriente y viv�a en Amman como en su casa, fue
asesinado hace tres a�os. Pero 67 muertos, jordanos en su mayor�a, son un golpe
devastador para el hombre que alguna vez dirigi� las fuerzas especiales
jordanas, supuestamente de elite, y es hoy monarca de esa peque�a mina de arena
que Winston Churchill cre� y llam� "Jordania".
�A qui�n culpar? Pues a Abu Musab Zarqawi, desde luego. El mismo fastidioso,
extra�o, despiadado y nebuloso Zarqawi a quien los estadunidenses parecen tan
poco capaces de capturar o liquidar como a Osama Bin Laden, al mullah
Omar o, para el caso, a Radovan Karadjic y Ratko Mladic, los criminales de
guerra que hicieron una carnicer�a de musulmanes en Srebrenica y otras ciudades
de Bosnia.
El atacante suicida que mat� a 67 inocentes en Amman llevaba, para utilizar ese
lugar com�n tan amado de todos los periodistas, "todas las se�as" de Al Qaeda y
Zarqawi. �Por qu� seguimos dando a esas criaturas los atributos de la plata? Es
decir, si es que Zarqawi vive en realidad. Delincuente de poca monta, originario
de la ciudad jordana de Zarqa, sin duda exist�a en 2003, cuando Estados Unidos y
Gran Breta�a emprendieron la ilegal invasi�n de Irak. Pero muchos en Irak creen
que muri� en los primeros ataques de esa guerra. En Zarqa, su esposa -de la cual
era muy posesivo- se ha puesto a trabajar para sostener a su familia. Cuando la
madre de Zarqawi falleci�, el a�o pasado, la familia no recibi� mensaje alguno
de condolencia de �l, extra�a omisi�n en un hombre supuestamente consagrado a
una interpretaci�n tan estricta del Islam.
En repetidas ocasiones, funcionarios de inteligencia estadunidenses han
"identificado" a Zarqawi en cintas de video que muestran el asesinato de rehenes
occidentales. Pero por lo regular los asesinos llevan velo y su voz est�
distorsionada. �C�mo supieron que se trataba de �l?
Hay muchas preguntas sin respuesta en cuanto al papel de Al Qaeda en Irak -y
ahora en Jordania- que los periodistas preferir�amos dejar por la paz. �Por qu�
Jordania? �Por qu� ahora? Bueno, en parte porque Abdullah es un siervo tan fiel
del presidente George W. Bush. En parte porque sus fuerzas adiestran a soldados
iraqu�es, y porque permite que las fuerzas especiales estadunidenses adiestren a
esos soldados en suelo jordano. Tambi�n porque Jordania se ha vuelto una base de
retaguardia para cazas y bombarderos estadunidenses que atacan ciudades
iraqu�es. Y finalmente, por supuesto, porque Jordania, con su monarqu�a
inconstitucional y sus cada vez mayores barrios pobres de islamitas en sus
grandes ciudades, es el blando abdomen de "Occidente" en Medio Oriente.
Desde la muerte del padre de Abdullah, los jordanos y otros �rabes han
preguntado si el monarca puede justificar su existencia en lo que alguna vez se
llam� Transjordania. "�Para qu� sirve el rey?", me preguntaron hace no mucho
tiempo en Jordania. Pregunta peligrosa, y cada acto de violencia cometido contra
el reino le da un sentido m�s ominoso.
El tratado de paz de Jordania con Israel es tan impopular como siempre en el
pa�s. El hotel Radisson, uno de los blancos de los ataques del mi�rcoles, era
usado a menudo por visitantes israel�es. Como es tan popular en Occidente, como
habla ingl�s mejor que �rabe, como es hijo de Hussein -el Valiente Reyezuelo
Mark I-, como es egresado de la Real Academia Brit�nica de Sandhurst, el rey
Abdullah es una figura simp�tica en Europa y Estados Unidos, siempre bienvenido
en Downing Street y en la Casa Blanca. En cambio, en Jordania hay quienes no lo
quieren tanto. Los despiadados ataques de la noche del mi�rcoles fueron una
advertencia de que el rey tal vez se encuentre m�s seguro en Londres que en
Amman.