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Medio Oriente - Asia - Africa

Movimientos políticos en Kurdistán Este

Txente Rekondo
Gara

El autor, recien llegado de iran, ha visitado tambien la parte del kurdistan dentro de la frontera de la antigua persia, una de las zonas mas desconocidas del mayor pueblo sin estado del mundo. La realidad kurda, siempre sangrante, cobra además actualidad de la mano de la ocupacion en Irak y en plenas presiones de EEUU contra Teheran.

Tal vez el este de Kurdistán, bajo dominio iraní, junto a la región ocupada por el Estado sirio, sean las zonas más desconocidas de la realidad política y social del mayor pueblo sin estado del mundo. Normalmente las noticias referentes a Kurdistán se centran en el norte y el sur, hoy bajo dominio turco e iraquí respectivamente; sin embargo, dentro de la heterogeneidad que conforma el pueblo kurdo, esas otras realidades en ocasiones también se asoman a nuestros ojos.
Estos meses de verano la tensión y la violencia han sido las protagonistas para el pueblo del Kurdistán del este. Manifestaciones, detenciones, enfrentamientos armados... y más signos de cierta desesperación entre los más jóvenes.
Kurdistán del Este es una amplia región, con importantes recursos minerales, cuya explotación y beneficios no revierten en la población kurda. Paralelamente, durante las décadas del shah, el gobierno central dejó abandonada a la población, tanto en materia sanitaria como educativa, aunque siguiendo una clara política contra la cultura y la lengua kurdas.
En los años cuarenta, al abrigo de la coyuntura internacional e iraní del momento, el pueblo kurdo de Mahabad lanza un movimiento político, el Komala JK (Jiani Kurdistán, Consejo del Renacimiento Kurdo). Este primer esbozo organizativo dará paso en 1945 a la formación de un nuevo partido político, el Kurdish Democratic Party (Partido Democrático del Kurdistán Iraní ­KDPI). Su programa de ocho puntos recogía las aspiraciones del pueblo kurdo, que se adhiere en masa al nuevo movimiento.
El 24 de enero de 1946, encontramos el primer referente importante de la historia moderna de Kurdistán del Este en torno a la declaración de la República de Mahabad, que proclamará al líder del KDPI, Qazi Mohammed, como su presidente. Desde sus primeros días la nueva república se convierte en un referente y en una fuerza catalizadora de las organizaciones progresistas de la región. Sin embargo, la vida de este proyecto apenas llegará al año. Nuevamente la coyuntura internacional y la pasividad de las fuerzas colonialistas permitirá al Gobierno central iraní acabar con este experiencia. En marzo de 1947, Qazi Mohammed y dos de sus familiares son ahorcados por las fuerzas de Teherán, dando nacimiento a la figura de un héroe entre los kurdos.
A partir de esa fecha, los sucesivos gobiernos continuarán con su abandono material del pueblo kurdo pero sometiéndolo a un férreo control político y social. El régimen del Shah acentuará esta situación lo que dará paso a un resurgimiento de lucha armada encabezada por el KDPI en los años 1967/68.
Fuerzas politicas
En 1969 las fuerzas del régimen del Shah lanzan una dura ofensiva que lleva prácticamente a la desaparición del partido en la región. No obstante, la historia de esta organización se caracteriza por sus continuos renacimientos desde las cenizas. En 1973 el KDPI se reconstruye y vuelve a recuperar su peso entre la población. Esta situación dura hasta la década de los noventa, y en el verano de 1996 las fuerzas del Gobierno central lanzan una ofensiva que lleva a su práctica desaparición de la escena local. En los últimos años ha lanzado un programa que reivindica «democracia en Irán y autonomía para el Kurdistán», al tiempo que rechaza el uso de la lucha armada. Su ubicación política actual le sitúa en el entorno de la socialdemocracia.
Si el KDPI ha sido el referente histórico, en los últimos años la formación de diferentes organizaciones le ha restado parte de ese protagonismo. Por un lado, está el llamado «Kurdistán Renaissance Party» (Partido del Renacimiento Kurdo), cercano a las tesis del PKK y el PJAK (Kurdistan Free Life Party), que se ha responsabilizado de diversas acciones armadas contra las fuerzas militares de Teherán en la región. Estos nuevos movimientos han jugado un importante papel en las protestas de este verano.
En julio de este año, un joven activista kurdo, Shavaneh Qaderi, fue muerto por las fuerzas de Policía. La respuesta del pueblo kurdo se materializó en manifestaciones, huelgas y enfrentamientos con la fuerzas policiales por toda la región. Como resultado de las mismas, algunas fuentes señalan la muerte de más de quince manifestantes, y la detención de decenas de ellos. Otros señalan el origen de los incidentes en las celebraciones kurdas por el nombramiento de Barzani como presidente del gobierno regional del Kurdistán en Iraq.
La mayoría de ciudades kurdas, Baneh, Bukan, Sanandaj, Mariwan, Saqqez, Diwandareh, Oshnavieh, Sardasht, se sumaron a las protestas de Mahabad, y el 7 de agosto la mayoría secundaron el llamamiento a una huelga general. La respuesta de Teherán fue en un primer momento la de minimizar los incidentes, luego acusar a «agentes extranjeros» y justificar sus actuaciones represivas.
Teherán utiliza también en estas ocasiones a algunos miembros de los mangoor, una minoría kurda de Mahabad descendientes de los matrimonios mixtos de kurdos y soviéticos en la época de la Segunda Guerra Mundial. De ojos claros y pelo rubio-rojizo, son fácilmente reconocidos en las calles de Mahabad. Parte de esa minoría ha colaborado con el Gobierno central para reprimir a su propio pueblo.
Durante décadas el pueblo de Kurdistán del este ha vivido luchas internas, la represión de los diferentes gobiernos iraníes, pero su capacidad de resistencia y su decisión política le ha permitido mantener alta la bandera de sus reivindicaciones. La desfavorable situación socioeconómica de su población, unida además a las perspectivas muy distintas que se vislumbran entre sus vecinos kurdos en Iraq, e incluso con las posibilidades abiertas en Kurdistán del norte, han impulsado una vez más a los kurdos a levantarse contra lo que perciben como claras injusticias.
En los próximos meses, la situación puede empeorar, la demanda kurda para recibir aportaciones económicas para paliar su grave situación, al tiempo que la defensa de sus derechos políticos, sociales y culturales serán algunos ejes que marcarán la realidad de la región. Y nuevamente la actuación desde el exterior jugará también un papel importante. La respuesta que dé el Gobierno de Teherán será utilizada asimismo por Washington, qen intentará aprov echar la coyuntura para desestabilizar Irán. Los kurdos son conscientes de que la solución a sus demandas no va venir de la mano de ninguna fuerza extranjera; su historia así se lo demuestra, y sí en cambio por la defensa firme de su autogobierno. -
Txente Rekondo forma parte del Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN).