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Latinoamérica

El Vasco vuelve a Uruguay..?

Lariz Iriondo debe volver a Uruguay

Leopoldo Amondarain
La República

No voy a referirme a temas políticos esotéricos. Vamos a tocar un tema concreto y específico. La justicia. A la pobrecita en el gobierno anterior del Dr. Jorge Batlle la dejaron muy mal parada en variadas ocasiones. Pero en el caso del vasco Lariz Iriondo, más conocido en los ámbitos judiciales como el "cocinero", fue simplemente brutal.
Ampliemos. El vasco Lariz es muy cierto que en su patria Euskadi, luchó por la independencia y soberanía de su Nación contra el imperio nostálgico español. Fue un soldado. No tiene en su haber, hechos de sangre. Pero que luchó, es obvio que lo hizo. No fue ni tiene diferencias objetivas con cualquiera de nuestros gauchos rioplatenses que en su época también lucharon contra los godos. En las pampas argentinas o en nuestras cuchillas orientales. A él, lo tacharon por guerrear contra los imperios, de terrorista y subversivo. A nuestros gauchos o indios artiguistas o sanmartinianos en aquel entonces los godos españolistas, los tachaban igual. La diferencia fue que los nuestros ganaron sacando a "patadas o botazos" a los imperiales de nuestras tierras. El caso de Lariz en cambio y los suyos, no lo han conseguido aún, aunque el pueblo eskaldun y él mismo supongo, les deben sobrar ganas. Y con el tiempo tercos como son, lo van a conseguir. Algún día una Ikurriña vasca flameará libre y soberana en los pirineos. Pero también es cierto que a Lariz se le acabó el tiempo en su tierra y junto con otros coterráneos compañeros de luchas, vinieron al Uruguay. No lo hicieron exilados por cierto. Su situación revolucionaria no se los permitía. Pero en los hechos, los servicios "inteligentes" de la época y el gobierno de Julio María, lo sabían y los autorizaron. O sea, no se metieron por la ventana. Tanto que debían periódicamente reportarse en las comisarías de las zonas donde vivían, les tomaban los datos específicos respectivos y les suministraban un "papelito" sellado con los datos correspondientes. Tuve uno en la mano hace tiempo. Nunca hubo misterios para nuestras autoridades. pero el añejo y empolvado imperio español los reclamó y presionó. Lariz vivió en libertad integrado a la sociedad uruguaya durante trece años. Trabajó y se prestigió como correcto y apreciado vecino. Excelente cocinero internacionalmente reconocido. Todos los orientales que lo conocen lo aprecian y como si fuese poco, se casó con una uruguaya. ¡Formó un hogar en el país! Pagó el derecho de piso y todos lo consideraron "nuestro". Tan uruguayo como vasco que es. Pero los gobiernos españoles no le perdonan su legítima rebeldía libertaria, y siguen presionando.
Trece años después, la policía lo fue a buscar de madrugada a su casa.
No obstante la dócil obediencia del gobierno colorado al nostálgico gobierno ibero, la justicia no encontró motivos para su prisión y lo dejó en libertad. Pero, ¡sorpresa!, en el momento que salía del juzgado, unos pocos policías uruguayos "acompañados" de una pléyade de españoles, fuera de jurisdicción en un país soberano claro está, aunque cueste creerlo fue así, por el modo y tono de conversar se deschavaban solos, lo volvieron a prender.
No pudiéndolo llevar a España, lo deportaron a la Argentina. Una intromisión permitida cipayamente por don Jorge en asuntos internos nuestros, a los españoles.
¡Muy batllista y colorada decisión! Ante el requerimiento latente español, en la Argentina fue en principio, también preso. Pero en actitud bastante más digna que la nuestra, lo volvieron a dejar libre como correspondía. Nunca cometió delito ni en nuestro país durante los trece años ni en la vecina orilla. ¡Todo fue contra derecho! No lo sostengo yo precisamente, sino connotados penalistas. Hace ya tiempo que está libre en Buenos Aires. Pero datos de última hora, informan que ante la pertinaz y ensañada insistencia española, volvería a ser extraditado.
Y esta vez sí, a España si no lo acepta Uruguay. Su fin es fácil de prever. A ser enterrado en la cárcel de Carabanchel o similar, en mazmorras igual que a miles de coterráneos suyos muertos en vida por querer una patria libre y soberana. Según versiones de gente idónea, el expediente del que depende la vuelta al Uruguay, patria de su esposa, donde vivió y sirvió durante trece años con lealtad y honradez.
Aunque es conocido que milito en otras tiendas políticas, soy blanco y nacionalista, conozco al Sr. Presidente y tengo el respeto y aprecio no sólo por su investidura sino la propia de la amistad que cultivamos en la IMM en su oportunidad. Doy por sentado entonces, que es diferente al muy colorado Dr. Jorge Batlle. *-