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Latinoamérica

POR RUBEN SASSANO

En memoria de un autentico luchador obrero y popular

Carlos E. Revello

La noticia llega, por esos caminos benditos de la amistad. Y su contenido es triste, Rubén Sassano acaba de fallecer. Uruguay, ese pequeño país, produjo muchos luchadores sociales excepcionales. Entre ellos Rubén Sassano descuella.

En su origen fue un militante comunista. Deportista (boxeo, entrenador de fútbol nadador) su lealtad y generosidad con los humildes y los necesitados se manifestó temprano, desde siempre. Lo recuerdo con su rostro ancho, su nariz de boxeador, la mandíbula de un bulldog, el talle macizo, sólido, que le daba mayor estatura a su cuerpo, sus patillas frondosas del último tiempo y, esa, su ternura inestimable en la mirada.
Cuando militante comunista, su estadía en Cuba, afirmaron en él la voluntad revolucionaria, confirmándolo en lo que sabía como militante, pero era postergado siempre por consideraciones políticas en las alturas. En el conflicto entre sus convicciones y la disciplina partidaria eligió por el camino de sus propias convicciones como militante. Fue una perdida que los dirigentes comprendieron y debe haber quedado en algún lugar de su memoria, porque nunca perdieron el respeto y el cariño por el comunista indisciplinado. Fue, para aquel Secretario General, un rebelde querido y más de una vez lo manifestó así, cuando el militante que había abandonado filas, cumplía sus prisiones.
En aquellos tiempos, de una izquierda electoral y raquítica, con un 10% de electorado, Rubén volcó sus esfuerzos hacia la única alternativa revolucionaria que estaba entonces en su cuna: El MLN-Tupamaros.
En Uruguay, país pequeño, que algunos con sensiblería que rechazamos llaman paisito, los militantes -aun en diferentes posiciones partidarias- se conocían. Y las "mentas" del Rubén, su prestigio entre los obreros portuarios, sus hazañas particulares, su devoción a la causa de los humildes, a su esfuerzo de organización y enfrentamiento con los mecanismos de poder no eran secreto para nadies.
Cuando en alguna reunión, donde algunos propusieron a otros que se fueran al esfuerzo de Bolivia para sacarse de arriba la guerrilla uruguaya, Rubén que era custodia de los proponentes, adelanto su voluntad de una integración.
Pero sus vinculaciones venían de antes. Y su olfato de obrero conciente y revolucionario, sabía bien dónde debía centrarse el esfuerzo.
Pero Rubén Sassano venia de una izquierda donde la organización, y no el caudillismo personal, lo hacían un personaje no deseado para los que preferían el caudillismo de viejo estilo. Hoy ese caudillismo flamea y algún caudillo se ha permitido inclusive anunciar su voluntad de independencia con respecto a la organización revolucionaria inicial a la que le debe todo. Es el mismo caudillo, que antes de afirmarse como tal se permitió establecer entre la militancia la dicotomía "o Rubén o yo".
Hay -y habrá siempre- elementos o personajes que rechazaran este tipo de memoria, pero no escribimos para ellos, escribimos para los viejos camaradas, en los cuales el homenaje al militante desaparecido, es antes que nada un homenaje a su memoria total, a su compromiso, y por tanto no admite frases edulcoradas y recuerdos "livianitos" que no ofenden a nadie. De la pléyade de militantes del pueblo, de los sectores humildes y concientes, de la clase obrera misma venía Rubén Sassano. Y siendo mas "fogonero" que ninguno, gastando su vida como motor viviente del esfuerzo colectivo en Rubén se congujaban la dureza del militante con esa ternura inestimable hacia los compañeros que es para mí el rasgo particular de su carácter.
Nos conocimos por primera vez en prisiones. Entonces corría el año 69 (5.000 presos políticos, el año de mayor represión antes de la derrota que vino después del 14 de abril). Cuando llegamos desde la Jefatura al CGIOR ya Rubén estaba...en calabozo de castigo.
Y lo recuerdo dirigiendo la protesta, orientando con la seña de aprobación - la palabra era imposible- los esfuerzos ajenos. Como Obdulio Varela el celebre capitán de Maracaná, Rubén sabia alentar a los compañeros mas jóvenes, vigilar sus esfuerzos, señalar las carencias, marcar un rumbo de acción. Después de las denuncias que provocaron la Primera Comisión de Investigación de Torturas en Uruguay, marchamos entropillados a San Ramón. Y también allí cierto oficial (Swayer de apellido) nos dijo que "ya estaban haciendo boletas". Rubén que avizoraba que nos llevarían a declarar al Parlamente, recomendó "aguantarse en el molde" hasta poder hacer la denuncia ante los miembros de la Comisión Parlamentaria.
No estuvimos junto a él, en la formación del 26 de Marzo, que cuenta a Rubén entre sus miembros iniciadores y no necesitábamos estar tampoco. Pero saber que Rubén estaba allí era ya una garantía. Hablamos -por supuesto- del viejo 26 de Marzo. Los "reflotes" que vinieron después, para adquirir rápidamente prestigios con sellos viejos, no es nuestra especialidad, ni mucho menos las catervas que pasaron sin transiciones y sin complejos desde el "renunciarismo" mas o menos larvado, al "6 puntismo" y que por cuestiones de oportunismo se transformaron en "celestes". (1) después, en el 72, nuevamente volvimos a encontrarnos detrás de rejas.
Cuando el desalojo de Punta de Rieles, una partida de presos fue a dar en los "vagones" del ferrocarril de cierta unidad de Caballería. Estaban allí además del Rubén, Stalin Lescano, Clavijo, Wolf, y tantos otros compañeros.
El traslado -lo preveíamos- era como decíamos entonces para iniciar la Segunda Ronda "en pelo y bastos".
Y el leve descanso, el paréntesis servía para afirmar a los compañeros que habían flaqueado. En ese rol Rubén descolló. Recuerdo el caso de un obrero, intentaba el suicidio y era suicida potencial, porque en la tortura los militares habían puesto de plantón a su hijo un niño de 11 años que tenía los pies planos. La madre -también detenida- no aguanto y el esposo y padre se atribuía toda la culpa del incidente y sus consecuencias. Para aquel hombre  " el trille" con el Rubén, su enorme prestigio moral, eran un alivio para sus zozobras.
Después vino Buenos Aires, todo el esfuerzo que se hizo allí y que se sintetiza en mas de 300 automóviles que pasaron la frontera por Mendoza rumbo a Chile para la guardia personal de Allende. también estuvo allí Rubén Sassano.
Y hablo de los esfuerzos militantes, porque los otros, los de la reciedumbre moral, los de negarse a ocupar un micrófono para "aconsejar" como "arrepentido" esos que hubieran significado una catástrofe moral para la militancia no encuadrada, para la red de militantes, dirigentes, activistas, esos también los tiene Rubén Sassano. Preso dignísimo entre miles de presos dignos.
Nunca cejó el Rubén, en la búsqueda de caminos. Pero sepamos que fue en la búsqueda de caminos que pueden entenderse ciertas posiciones políticas que adoptó en el exilio. Lo hizo para reiniciar el combate a la brevedad posible.
Y podríamos seguir llenando páginas y páginas. Aun en la ancianidad, en el episodio del Filtro, su conocida presencia de luchador social y popular de primera línea estuvo presente. Los "otros" para acallar su reciedumbre y hombría no encontraron mejor recurso que "sentarle un caballo arriba" en el entrevero. Pero, que le habría de hacer un caballo encima al viejo Rubén!!! Si solo la muerte pudo acallar su corazón enorme y rebelde de obrero conciente!!! Y hoy nos llega la noticia de su muerte. Nos reconforta haber estado junto a él en los últimos meses, compartiendo un asado en su casa, junto a Chichita, esa formidable mujer militante que fue su verdadera compañera. Nos llena de alegría el recordar su mente clara, sus disquiciones llenas de sentido común y de astucia política. Como el Prospero de Rodo, aún en sus últimos momentos ejercía un magisterio moral y político.
Y hoy que no esta más, entre nosotros, deben saber las nuevas generaciones que Rubén Sassano fue uno de los grandes artifices políticos del triunfo electoral que abre nuevos caminos en el Uruguay. La muerte de un luchador impone bajar las banderas -un instante- en el recogimiento y en respeto, pero sepamos todos que para el Rubén que las levantáramos pronto, para erguirlas flameantes, en la lucha política y social hasta "que los mas humildes sean los mas privilegiados, esa constancia clasista de hoy día sería, en realidad, el mejor homenaje.
Y sepan las nuevas generaciones que Rubén Sassano pidió a su compañera que no hubiera ni velatorio, ni flores, que sus verdaderos amigos con ese dinero compraran un litro de leche a los miles que uruguayos pequeños que padecen hambre. Hay hombres que como el Cid siguen batallando después de muertos.

Carlos E. Revello (1)  Los "renunciantes" fueron una escisión burguesa del MLN, en el marco de una derrota. El "6-puntismo" fue un engendro burocrático mal parido entre Cuba y la prisión. Los "celestes" fueron la variación oportunista de lo mismo, cuando la llegada al Penal de los jefes históricos -particularmente Sendic- les cerraron los caminos a su triste y sectaria prédica.