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Latinoamérica

Los desaparecidos de Haití

Por Tom Reeves
ZNet

Al regresar a Haití el mes pasado, me encontré con una ocupación de los EE.UU. no muy diferente a la de Irak, pero una de la cual muy pocos norteamericanos son conscientes. Dos meses luego de que los EE.UU. forzaran la salida del presidente electo y de que una "fuerza multinacional" ocupara el país, Haití se encuentra en un caos mucho peor, y con un nivel de represión política solo igualable al período 1991-1994 durante el gobierno militar. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el 30 de abril el lanzamiento de una misión de "mantenimiento de la paz" en Haití con el fin de reemplazar a la "fuerza multinacional" liderada por los EE.UU. La ONU asignó 6.700 tropas y 1.622 policías para esta nueva fuerza. La misma, tomará control de la situación el 1 de julio, pero las tropas de los EE.UU., Francia, Canadá y otros miembros de la fuerza de ocupación original continuarán tomando parte de la operación, a pesar de la condena de muchas instancias en Haití (incluso algunas de dentro del gobierno actual) de lo que llaman "una ocupación extranjera." A pesar del informe de la ONU de fines de abril el cual consideró la situación en Haití "extremadamente volátil" y estableció que el crimen y la violencia en general han crecido desde la partida de Aristide, el Consejo de Seguridad felicitó a los EE.UU. y sus aliados por la ocupación del 29 de Febrero. De los aproximadamente 3.500 miembros de las fuerzas armadas bajo comando norteamericano, más de 2.000 son marines.
Hay mucha más violencia en Haití de la que es revelada por las vías de información estadounidenses como CNN, Fox y Associated Press, pero quizás no la suficiente como para estimular las ansias de escándalo de estos medios. De hecho, a la luz de la extrema pobreza (la peor en este hemisferio) conviviendo codo a codo con una ostentosamente rica y mínima elite, y de las acciones extremas de los golpistas de la ultra derecha y los ocupantes norteamericanos, es sorprendente que no haya mucha más violencia de la que hay. Cuando los más pobres de Haití -los habitantes de las villas de Cite Soleil, Dessalines y Bel Air en las áreas bajas de Puerto Príncipe- vieron como su presidente les fue arrebatado y su dignidad pisoteada, es sorprendente que no hayan tomado las armas que, según EE.UU., fueron suministradas por el gobierno de Aristide (quien negó este hecho), y no hayan asesinado a unos cuantos de los millonarios de piel clara en los suburbios de las tierras altas de Petionville. Sin embargo no lo hicieron. El Dr. Paul Farmer, especialista en salud pública aclamado universalmente por su trabajo contra el SIDA, la malaria y la tuberculosis en Haití (y en muchos otros lados), explicó "Yo personalmente, en todos estos años en Haití, nunca he visto un campesino con un arma. Y casi todos los que habitan estas zonas son miembros de Famni Lavalas (FL, el partido de Aristide). Recientemente he tenido que atender muchas heridas de bala, pero todas han sido infligidas por ex soldados, policías o gente que tiene autos, no por campesinos." (email de Paul Farmer, 3 de mayo de 2004).
Haití alcanzó los titulares y se mantuvo durante tres semanas. Los medios estadounidenses cubrieron primero una "rebelión" contra el "dictador," el Presidente Jean Bertrand Aristide, y finalmente su abrupta remoción en el medio de la noche del 29 de febrero. Los EE.UU. lo llamaron partida voluntaria que permitió la "restauración de la democracia." Esta es la versión difundida por los medios de comunicación corporativos. Aristide, CARICOM (los vecinos caribeños de Haití) y el grupo parlamentario negro del Congreso insistieron en que no hubo renuncia, sino que fue forzado a volar a un destino desconocido. Los EE.UU. lo llevaron a lo que los informes del Departamento de Estado denominan "la capital más violenta del mundo," Bangui, República Africana Central.
Los críticos han dicho que lo que ha sucedido no fue una rebelión, sino un golpe orquestado por los EE.UU. Se basan en el testimonio del especialista en creole contratado por el Departamento de Estado para traducir lo que EE.UU. llamó la "carta de renuncia." La carta fue escrita en subjuntivo. Comenzaba de este modo, "si yo fuera a renunciar..." Estas palabras son similares a una carta que Aristide fue forzado a firmar por los militares haitianos en 1991, la cual distó claramente de ser una renuncia voluntaria. Esta opinión recibió poca cobertura y fue descartada como "ridícula" por funcionarios de los EE.UU. y por la mayoría de los comentaristas de noticias.
Yo he estado en Haití muchas veces desde 1997. Colaboré en la organización de las Delegaciones de Observadores de Nueva Inglaterra (NEOD) a Haití entre 1991 y 1998, que incluyeron a muchos ciudadanos prominentes de Boston. Durante el período del golpe anterior fuimos testigos de violaciones terribles de los derechos humanos a manos del ejército haitiano, entrenado por los EE.UU., y las fuerzas paramilitares del FRAPH, financiadas por la CIA, como se demostró luego. También vimos el júbilo casi universal de los pobres urbanos y rurales de Haití (85% de la población) en el momento de la vuelta de Aristide. También viajé a Haití en marzo pasado, siendo testigo de la continua popularidad de Aristide entre los pobres, así como también de los crecientes signos de que un genuino golpe apoyado por los EE.UU. estaba en marcha.
Este último viaje a Haití tuvo como objetivo presenciar los resultados de ese golpe. Nuevamente, pude observar las mismas condiciones: masiva violencia contra el pobre, especialmente contra Lavalas y otros grupos asociados con Aristide, la misma fuerza FRAPH y ex figuras del ejército haitiano cometiendo las mismas atrocidades, y finalmente un continuo y avasallante apoyo hacia Aristide entre los pobres -aunque un poco menos explícito- si bien no entre las clases medias profesionales, algunos de los cuales lo apoyaron con anterioridad, y ciertamente no entre la elite que siempre lo ha odiado, a él y a su base popular.
Llegué a este país también sorprendido y entristecido por el profundo abismo que dividía al movimiento solidario con Haití, del cual NEOD había sido una parte vital. Entendí por qué algunos eran más críticos de Aristide que otros. Pero no entendí cómo la desilusión para con él podría traducirse en apoyo a un golpe inconstitucional orquestado por los EE.UU. Sé que mis colegas que apoyaron a aquellos que en Haití demandaron la salida de Aristide a cualquier precio insisten en que ellos no apoyaron la ocupación norteamericana, y ciertamente tampoco el retorno de los "macoutes" (nombre con el que se conoce a los matones de Duvalier). Sin embargo, esto fue lo que su postura ayudó a generar. Regresé a casa convencido de que en parte tenían razón con respecto a los supuestos fracasos de Aristide (entendibles, quizás, en un líder encerrado en una caja neoliberal construida por EE.UU.) pero de que estaban totalmente equivocados en relación a lo que sucedería si era forzado a retirarse.
La "Nueva Realidad" En Haití
Lo que la mayoría de los estadounidenses -incluyendo la mayoría de los progresistas- no saben son los siguientes datos:
(1) Muchos haitianos (incluyendo gran parte de la mayoría pobre) se unieron a los países del Caribe y de África, al Grupo Parlamentario Negro del Congreso, a otras varias personas en el Congreso así como también a líderes religiosos y de derechos humanos, para denunciar "la rebelión" como un golpe de derechas financiado y apoyado por los EE.UU., y la salida de Aristide como un golpe de los EE.UU. contra un presidente elegido democráticamente.
Los EE.UU. y Francia, de acuerdo con funcionarios de CARICOM, han amenazado con utilizar el veto si CARICOM presiona con comenzar una investigación en la ONU. Dos reuniones importantes de CARICOM con funcionarios de los EE.UU., incluyendo una con el Secretario de Seguridad Nacional para discutir medidas anti-terroristas, han sido canceladas porque EE.UU. insistió en que el nuevo régimen haitiano debía participar y CARICOM se negó. El Secretario General de CARICOM, Edwin Carrington, dijo que su decisión de no sentarse a la mesa con representantes del gobierno haitiano estaba basada en principios. "La seguridad es muy importante para todos nosotros, pero creo que la primera cosa de importancia es la naturaleza y respeto hacia nuestra comunidad y no podemos comprometernos en ese principio," declaró Carrington. (Diálogo con la BBC del Caribe, 29 de abril de 2004).
Uno puede escuchar hoy en día en los medios norteamericanos que la elección de Aristide en el 2000 fue "fraudulenta." Hubo cuestionamientos realizados por la OEA y otras organizaciones sobre las elecciones legislativas de ese año. Las elecciones presidenciales fueron seguidas por observadores internacionales (Global Exchange y el Centro Quijote de Maryland de orientación católica) y por un altamente aclamado grupo de campesinos haitianos, KOZEPEP. El encargado del seguimiento por parte del gobierno de Haití, quien organizó las elecciones, fue el CEP, organismo que incluye a varios miembros de la oposición y a ninguno de Lavalas. Todos estos observadores verificaron que fue una elección libre y justa con cerca de 3 millones de votantes, un 61% de los registrados, dando a Aristide más del 90% de los votos por sobre otros seis candidatos menores. A pesar de que la oposición oficial - la Convergencia - boicoteó estas elecciones, las encuestas de Gallup encargadas por USAID y censuradas luego por los EE.UU., tanto antes como luego de las elecciones, indicaron que los resultados estimados eran correctos y que la mayoría de los haitianos continuaba apoyando la elección de Aristide y del partido Lavalas al menos durante el año 2002. En marzo de 2002, 61,6% de los entrevistados dijeron que simpatizaban o eran miembros de FL, mientras que solo 13% señalaron a la Convergencia o a alguno de los partidos que la formaban. Cuando se les pidió nombrar al líder haitiano en quien más confiaban, el líder de Convergencia Gerard Gourgue recibió 3,7% (Tengo en mi poder una copia de las encuestas CID Gallup desde 2000 hasta marzo de 2002, encargadas por USAID y filtradas por un empleado de este organismo. Una encuesta final fue hecha en marzo de 2003 por Gallup y fue igualmente censurada. Los que han accedido a sus resultados dicen que el FL continúa recibiendo el apoyo de más de la mitad de los entrevistados y de dos tercios de los que son identificados como "pobres"). La diferencia entre el gobierno de Lavalas y el régimen de facto actual es que Aristide aceptó las reglas que establecían que los partidos de oposición debían ser parte del consejo electoral (CEP) que organiza las elecciones. A finales de abril, luego de mantener una conferencia con más de 1.000 miembros, muchos habiendo vivido en la clandestinidad debido a la severa persecución, el partido FL rechazó elegir a un representante al CEP, aduciendo la extendida violencia contra sus partidarios. Líderes religiosos de Ti Legliz (grupos llamados "pequeña iglesia" organizados por promotores de la teología de la liberación, similares a las "comunidades de base" en Nicaragua) llevaron a cabo una protesta el 29 de abril en la iglesia de San Juan Bosco en La Saline, un barrio de Lavalas. Este es el lugar donde ocurrió la masacre de 1988 en la parroquia de Aristide. Ti Legliz demandó el fin de lo que llamaron persecución extendida, incluyendo los asesinatos y amenazas contra sus miembros. "En este ambiente no se pueden llevar a cabo elecciones justas," dijo el vocero de Ti Legliz. (Agence Haitien de Press, 29 de abril de 2004). Sin embargo, Gerard Latortue, el Primer Ministro de facto, dice que pretende llamar a elecciones, sin Lavalas, claramente el partido más ampliamente organizado en Haití. La diferencia es que los EE.UU., la OEA, y evidentemente la ONU, aceptarán una elección en un clima de terror que excluye a un gran segmento de la población más pobre del país.
(2) Hoy, las mismas fuerzas paramilitares y ex oficiales del ejército que aterrorizaron Haití durante golpes anteriores, están repitiendo sus acciones. Sus víctimas son mayormente los pobres y sus organizaciones populares, que apoyaron (y aún apoyan) al Presidente Aristide y a FL. Entrevistamos a muchas de estas víctimas que dijeron reconocer en sus torturadores (y en un caso violadores) a los mismos hombres que los victimizaron una década atrás. Entre muchos de los que hoy aterrorizan Haití también hay criminales comunes que fueron liberados de la Penitenciaría Nacional por los "rebeldes," así como también condenados por violaciones de los derechos humanos y masacres como Jodel Chamblain y Jean "Tatoune."
Chamblain organizó su "entrega" en un hotel lujoso de Petionville. Parece próximo a modificar sus convicciones y ser reinventado como un "luchador de la libertad." Brian Concannon es un abogado estadounidense y experto en derechos humanos que asesoró a los fiscales en los juicios por la masacre de Raboto (donde Chamblain fue condenado in absentia). Concannon dijo sobre la entrega de Chamblain que "bajo las circunstancias actuales cualquier caso contra [Chamblain] sería una farsa. Primero, las víctimas están en la clandestinidad porque sus aliados las han aterrorizado. Segundo, el Ministro de Justicia de facto declaró públicamente al comienzo de esta semana que Chamblain no tiene nada que esconder, lo que deja bien en claro que su intención es que este juicio sea una farsa. Tercero, el juez en el caso Raboto fue atacado por gente de Chamblain el 30 de marzo, por lo que se deduce que no tendremos un juez que seguirá el caso seriamente. Y finalmente, la casa del fiscal principal de este juicio fue quemada en febrero. Por lo que es improbable que se tenga a un fiscal obsesivo y decidido en este caso."
Un ex oficial haitiano, Remissanthe Raix, se denomina a sí mismo el actual jefe del ejército, comandando más de 1.600 soldados negándose firmemente a desarmarlos. "Nosotros SOMOS el ejército, y estamos de vuelta," dijo Raix. Joseph Jean-Baptiste, otro ex oficial del ejército se ha negado a desarmar a sus tropas dándole la bienvenida a los ocupadores chilenos, siempre que sus 30 soldados no desafíen a los 400 de él en la región de Hinche. Poco después de que llegaran los chilenos a pasar unos días en Hinche (el 20 de abril) volviendo a la base de Puerto Príncipe cada noche, dos estaciones de policía y las oficinas centrales de FL fueron incendiadas en esa ciudad.
(3) Se está desarrollando una violenta represión que se aproxima a los niveles del último golpe -3.000 a 5.000 muertos durante 3 años. Varias delegaciones de líderes solidarios y abogados de derechos humanos de los EE.UU. han documentado y denunciado esta continua represión, entre ellos la Delegación Observadora de Emergencia el Quijote de la cual formé parte, el Programa Ecuménico de América Central y el Caribe (EPICA), la Delegación de Abogados Nacionales, la Delegación de la Asociación de Abogados Negros, y la primer delegación de Amnistía Internacional desde que sucedió el golpe. Estos son los primeros intentos serios de investigar y documentar las violaciones de derechos humanos en Haití desde el 29 de febrero. (Ver "Let Haiti Live. Human Rights Report," 1 de mayo de 2004 www.haitireborn.org). Estas organizaciones realizaron una dura crítica al gobierno de facto por su fracaso en investigar estos casos y su aparente complicidad con los perpetradores.
Como miembro de una de las delegaciones entrevisté a familias de las víctimas y testigos de los ataques violentos sobre Lavalas. Basándome en conversaciones con estos testigos, incluyendo aquellos que fueron víctimas del primer golpe ahora re-victimizados por este último, como también en entrevistas conducidas por la delegación de personal de la morgue (NLG), creo que ha habido al menos unos 1.000 asesinatos políticos en el mes de marzo, posiblemente más, y entre 40 y 60 muertes causadas por disparos de los marines estadounidenses. Incluso los soldados franceses, quienes todavía no han disparado ningún tiro (quizás uno, según un testimonio) llaman a los estadounidenses "gatillo feliz." Los marines de los EEUU entrevistados por mí, algunos recién llegados de Irak, defendieron la violencia preventiva argumentando que "todo haitiano que nos encontramos puede ser un enemigo." Un marine me contó un incidente en el cual él y otros de su patrulla casi matan a un haitiano que pensaron tenía un arma. "Afortunadamente para él se dio vuelta y lo tiramos al suelo, era solamente un niño con un palo, y casi lo matamos."
(4) Un régimen "interino" ha sido instalado, liderado por un haitiano en el exilio (similar al Gobierno Provisional en Irak), elegido por un "consejo de mayores" (nueva similitud con Irak), incluyendo ningún miembro del mayor partido de Haití, Lavalas. El Primer Ministro, Gerard Latortue vivió en el exilio durante 14 años, más recientemente en una mansión en Boca Ratón, Florida, en donde todavía viven algunos de sus ministros. Esta es la razón por la cual muchos haitianos hablan del "régimen de Boca." Latortue fue miembro de un gobierno golpista en 1988. El gobierno instalado por EE.UU. incluye oficiales de extrema derecha del régimen de Raúl Cedras y de los infames Duvaliers. El Ministro del Interior es Herard Abraham, un ex general haitiano que pretende reestablecer las fuerzas armadas del país. El gabinete está compuesto por tecnócratas exiliados que trabajaron para el Banco Mundial, el FMI, USAID y la ONU. Son campeones del ajuste estructural y otras políticas neoliberales. Implementarán lo que nuestra delegación NEOD escuchó caracterizar como "el Plan estadounidense de la Muerte" hace ya una década atrás. Resulta irónico que muchos izquierdistas criticaran a Aristide por no cumplir con su programa socialista y por haber aceptado elementos neoliberales como parte de un pacto para permitir su regreso junto a los soldados norteamericanos en 1994. Ahora sí viene el neoliberalismo puro.
La Zona De Aprendizaje De Los EE.UU.
Conduciendo de vuelta hacia Puerto Príncipe desde Jacmel el viernes pasado saqué fotos de una vaca en un basural al lado de un cartel en inglés publicitando una de las tantas escuelas dirigidas a la pequeña pero importante clase media haitiana. El cartel proclamaba "Una zona de aprendizaje norteamericana." Haití es una zona de aprendizaje de los EE.UU. en más de un sentido. El hombre encargado de Haití en el Departamento de Estado es Roger Noriega, ex asistente de Jesse Helms quien ha escrito discursos contra Aristide desde antes de su primera elección en 1991. Luego de que el Secretario de Estado Colin Powell hablara en el Consejo de las Américas en Washington en abril de 2003, Noriega relacionó las políticas de EE.UU. hacia Haití con las dirigidas hacia Venezuela y Cuba. Felicitó a la OEA por haber superado su "falta de relevancia en los últimos años" mediante la adopción de la Carta Democrática Inter-Americana. El artículo 20, dijo Noriega, "describe una serie de acciones que deben ser tomadas...en el caso de que un estado miembro no cumpla con los elementos esenciales de una vida democrática..." Noriega vio al artículo 20 como una fórmula para la intervención. Agregó "el Presidente Chávez y el Presidente Aristide han contribuido voluntariamente a un ambiente polarizado y pleno de confrontaciones...Es mi esperanza ferviente que la gente buena de Cuba esté estudiando la Carta Democrática..." Si no lo han hecho antes del 29 de febrero, deberán hacerlo ahora. Uno de los primeros actos de los marines luego de desembarcar en Haití este año podría haber sido el establecimiento de un perímetro alrededor del Mole San Nicolás, la península enfrente de Guantánamo, tomando control sobre el angosto estrecho entre Haití y Cuba. Venezuela y Cuba: ¡Tengan cuidado!
El régimen de George W. Bush ha aprendido a hacer "golpes correctos," o como algunos han denominado "golpes light." El apoyo de la CIA al FRAPH y el entrenamiento de la junta militar haitiana han sido bien documentados bajo el primer George Bush (ver Alan Nairn, The Nation, 24 de abril de 1994). Pero bajo Clinton los EE.UU. estaban divididos en relación al golpe aprobado por su predecesor. Cuando Clinton heredó su política, sus aliados liberales se mostraron asqueados frente a estos arrogantes tiranos que aterrorizaban a los pobres y obtenían ganancias del comercio de drogas y los éxitos de la elite. EE.UU. no manejó ese golpe muy bien. Los resultados se salieron de control.
Hoy en día los EE.UU. han aprendido varias lecciones. Ahora manejan al detalle cada faceta de la "nueva realidad" en Haití, incluyendo las barridas masivas de los barrios de Lavalas, y la entrega al estilo Hollywood del fascista Jodel Chamblain. Este último fue aclamado por sus seguidores mientras se entregaba con lágrimas en los ojos, cambiando su campera camuflada por un traje gris en la presencia de las fuerzas armadas de los EE.UU. y del ministro de justicia interino. El Primer Ministro Latortue lo llamó a él y a otros miembros del FRAPH "luchadores por la libertad" mientras visitaba Gonaives, lugar donde estos rebeldes cometieron las primeras atrocidades. Ahora a Chamblain se le ha prometido un nuevo juicio, a pesar de las condenas internacionales por asesinato y masacre. El gobierno interino también manifestó la posibilidad de que Chamblain y los otros sean perdonados ¡debido a sus "contribuciones" a la reciente democracia! Bush y sus aliados son altamente talentosos en el lenguaje de Orwell "guerra es paz, justicia es impunidad para los hombres de nuestro bando."
Haití debería ser una zona de aprendizaje para todos los norteamericanos que entiendan y se opongan a la política imperial de intervención de los EE.UU. en todo el mundo. Si los EE.UU. pueden salirse con la suya con un apoyo abierto y encubierto a una "rebelión" liderada por ex militares y paramilitares, muchos de los cuales han sido condenados por asesinatos y otras violaciones a los derechos humanos durante el último golpe, este país puede estar mentalizado para llevar a cabo operaciones similares en Venezuela y quizás incluso en Cuba.
La evidencia es clara: las armas de EE.UU. (dirigidas supuestamente al ejército dominicano) fueron introducidas de contrabando en Haití por ex militares y paramilitares, muchos de los cuales fueron entrenados y financiados por largo tiempo por la CIA y otros agentes de EE.UU. La plata de EE.UU., tanto del gobierno como privada, ha fluido hacia los cofres de las ONG asociadas con la oposición: la Convergencia de extrema derecha y el neoliberal "Grupo de los 184" dirigido por la elite de negocios haitiana (incluyendo dueños de fábricas que explotan a sus trabajadores) y ampliamente publicitado por el ultra conservador "Proyecto Democracia en Haití" con base en Washington DC. Entre algunos de los contribuyentes financieros y organizadores de la oposición estaban IRI y NDI, las ONG internacionales atadas a los partidos Republicano y Demócrata respectivamente. En Jacmel nos entrevistamos con estudiantes, mujeres y organizadores sindicales que habían formado grupos específicamente anti-Aristide para demandar la salida del presidente a comienzos de este año. Con orgullo exhibían su conexión con USAID, el programa de Mejora Democrática del Departamento de Estado y el NDI. "Nos entrenan y nos enseñan como organizarnos, y nosotros organizamos los grupos que ustedes ven aquí para demandar que el gobierno corrupto de Aristide sea derribado."
Complicidad De Progresistas En El Golpe
Republicanos y demócratas estaban involucrados en la salida forzada de Aristide del poder. Esta vez el golpe fue hecho "correctamente" en términos de la política norteamericana, con el apoyo incluso de elementos progresistas. Grupos anti- globalización, de campesinos y de mujeres "izquierdistas" deberán responsabilizarse por su aparente complicidad con los eventos que llevaron al caos actual. La mayoría de estos grupos son financiados completamente por los EE.UU. y otras ONG internacionales que se denominan a sí mismas progresistas.
Entre los grupos con lazos cercanos con los EE.UU. está el MPP (un gran grupo campesino basado en el Central Plateau, cuyo líder Chavannes Jean Baptiste y dos de sus hermanos pasaron el primer golpe en el exilio en Boston), PAPDA (una coalición anti- neoliberal) y varios grupos de mujeres (SOFA, CONAP, ENFOFANM) apoyados por muchas ONG norteamericanas progresistas incluyendo Grassroots Internacional y Consejo Nacional por los Derechos haitianos (NCHR) con un grupo matriz denominado NCHR-US, con base en Nueva York, financiado por USAID y otras grandes fundaciones norteamericanas. Todos estos grupos se involucraron con la oposición política (controlada por intereses de la elite de negocios) y todas sus críticas contra las atrocidades de los supuestos "rebeldes" fueron acalladas. Me reuní con todos estos grupos muchas veces entre 1991 y 2004, y solamente MPP se negó a recibirme el año pasado y durante éste mi último viaje.
MPP es un caso muy especial. Chavannes Jean Baptiste es una figura similar a Aristide, entrenado por el mismo Aristide, es carismático y muy cercano a su gran base de apoyo. Pero también está convencido que su liderazgo es esencial para el futuro de Haití. Chavannes era una persona muy cercana a Aristide, sirviendo como su vocero cuando retornó luego del golpe. Poco después, cuando la mayoría de los grupos dentro de Lavalas eligió a Preval para suceder a Aristide, Chavannes anunció su ruptura con Aristide. En aquel momento hubo terribles confrontaciones entre Chavannes y activistas de Lavalas en Mirebalais, Hinche, Maissade y otros lugares en el Central Plateau. En la elección de 2000 Chavannes se alió abiertamente a sus antiguos y peores enemigos y se unió a la Convergencia. Más tarde Chavannes se unió al Grupo de los 184 -mucho más sagaz con los medios de comunicación pero claramente neoliberal- liderado por dueños de negocios basados en la explotación y otros hombres de la elite. El MPP ha recientemente firmado su "contrato social," el cual parece ser lo opuesto de la agenda populista promovida por el grupo con anterioridad.
Más de un campesino de Mirabalais en el Central Plateau, así como también los líderes sindicales y curas, me informaron sobre evidencias de que la mayoría de las armas y hombres que vinieron de República Dominicana para comenzar la rebelión en Gonaives y Cap Haitíen a principios de febrero, lo hicieron a través de Chavannes. "No había manera de hacer esto sin su apoyo activo." Se dice que Chavannes está considerando un puesto en el gobierno de facto como ministro de asuntos campesinos. Yo estaba con Chavannes y su madre cuando lloraron al ver las ruinas y el vandalismo en sus oficinas de Papay al regresar luego del primer golpe en 1994. Ese daño fue hecho por los mismos militares y paramilitares que ahora ocupan la mayor parte del país. Otro campesino disidente me dijo que recientemente Chavannes ha abrazado y organizado una fiesta a Chamblain, el asesino condenado y miembro del FRAPH quien "liberó" Hinche, la base del MPP. Estas alianzas pueden ser meramente extrañas parejas para tiempos de guerra, pero a nivel personal son difíciles de entender.
Cuando critico PAPDA, SOFA, CONAP y ENFOFANM, no quiero decir que estos grupos apoyaran deliberadamente el golpe. Solamente quiero decir que no representan a la gente pobre de Haití. Esta afirmación está basada en su historial y en la creciente falta de conexión con su base. Creo que mantienen ideologías progresistas coherentes acerca de la globalización, el neoliberalismo y el rol de la mujer. Uno quizás tenga que cuestionar su colaboración con OPL, el pequeño partido político de Gerard Pierre Charles, quien eventualmente se unió a la Convergencia, pero quien actualmente implementó muchas de las políticas neoliberales cuando el OPL estaba en el gobierno de Preval. Cualquiera fuera su ideología, sostengo que el que focalizaran todos sus esfuerzos en sacar a Aristide del poder por cualquier medio posible les hizo el juego a los neoliberales y los militares de extrema derecha, y que esto era predecible.
Creo que su furia y, sí, su odio hacia Aristide distorsionó su visión. Era entendible. Aristide y su gobierno hicieron demasiados compromisos con las políticas de ajuste estructural de los EE.UU. El gobierno de Aristide estaba lleno de corrupción y responsable de violaciones de derechos humanos, pero, insisto, no tan comprometido como otros gobiernos de Haití, a excepción de Preval, y mucho menos que el actual régimen de facto. Como mucho, se pueden atribuir 20 o 30 asesinatos políticos a Lavalas en estos 3 años. En una sola noche de marzo de este año se han cometido más atrocidades contra Lavalas. No encuentro creíble la acusación de SOFA de que el gobierno de Aristide luego del año 2000 era "peor que Cedras o Duvalier." Me reuní con estas mujeres en la clandestinidad durante golpes previos y las encontré aterrorizadas. Las vi el año pasado, durante el gobierno de Aristide, funcionando abiertamente desde su oficina en el centro de Puerto Príncipe. Estos pequeños think tanks liberales y grupos feministas no eran golpistas, pero sus posiciones ayudaron a los golpistas y a los objetivos imperialistas de los EE.UU.
En 2003, Anne Sosin, una investigadora de Dartmouth trabajó con SOFA durante unos 4 meses. En una carta enviada a SOFA y a grupos que trabajaban con esta institución (incluyendo Grassroots Internacional), escribió, "el movimiento de base que hizo florecer a organizaciones como SOFA se estancó y no ha evolucionado hasta convertirse en un verdadero sector ciudadano democrático y representativo. SOFA ... fracasó en gestionar la tensión que existe entre la administración organizativa y la representación popular. Como muchas otras organizaciones de la sociedad civil en Haití" (PAPDA es un ejemplo más claro todavía, agrego yo). "SOFA es liderada por mujeres educadas y de habla francesa de la clase media haitiana y se ha aliado políticamente con el movimiento político de elite." Sosin insiste que la mayoría de los miembros originales de SOFA se fueron para unirse a otras organizaciones de base popular. Describe en detalle la manera en que SOFA se ha vuelto activa en el movimiento de oposición dominado por la elite y "ha usado su posición para llegar a la comunidad internacional...Su posición (sobre Aristide) no se derivó de un voto entre su membresía menguante, sino que refleja los sentimientos de un pequeño grupo de líderes pagados."
Quizás lo peor de todo, es que volví a escuchar, junto con otros de la delegación, como lo había hecho hace un año atrás, una letanía de malos tratos y abusos que el NCHR dice haber documentado en contra de funcionarios del gobierno de Aristide y Lavalas. Protestan con razón la no resolución del asesinato del periodista Jean Dominique y de una docena de otros ataques de alto perfil contra activistas de la oposición y contra otros tres periodistas. Sin embargo, durante los dos años previos a este último golpe, ellos se negaron vehementemente a investigar los ahora verificados supuestos asesinatos, amenazas y bombardeos contra el gobierno y Lavalas por parte de las ex fuerzas armadas y del FRAPH. Se rieron del supuesto intento de golpe al Palacio Nacional en diciembre de 2001, aunque ahora Jodel Chamblain alardee que ese fue un intento de golpe desde el principio.
A pesar de que eran el único grupo de derechos humanos en el país que contaba con recursos financieros adecuados y observadores entrenados, el NDHR se volvió totalmente parcial: anti-Lavalas, anti-Aristide. Esto es simplemente inapropiado para un grupo que se hace llamar organización por "los derechos haitianos." Durante el último mes antes del golpe abandonaron su pretendida imparcialidad uniéndose a las demandas de salida de Aristide, sin referencia a los medios utilizados para lograrlo. Luego del 29 de febrero continuaron citando abusos de los "chimeres" a quienes simplemente denominan "matones de Aristide," sin documentar sus conexiones. Aunque le dijeron a nuestro grupo que "habían escuchado" algo acerca de la violencia contra miembros no armados de Lavalas, incluyendo la posible complicidad de los marines en el incidente en Bel Air, el NCHR dijo que "carecían de acceso" a las villas pro Lavalas. Por supuesto que carecían de acceso: carecían de toda credibilidad como observadores de derechos humanos.
NCHR continúa declarando que siempre ha investigado violaciones a los derechos humanos de manera igualitaria. Sin embargo, el 26 de abril el NCHR se unió a PAPDA, CONAP y otros grupos "progresistas" anti-Aristide en una manifestación ante el Palacio Nacional. Ignorando totalmente la ola masiva de represión contra Lavalas que ha sido documentada por delegaciones internacionales en Haití a finales de marzo y principios de abril, NCHR y otros grupos solo demandaron el arresto inmediato del último primer ministro de Aristide, Yvon Neptuno y otros oficiales de su gobierno. Los manifestantes dijeron "no es normal que los acusados estén caminando por las calles." Sin embargo, NCHR y otros grupos omitieron mención alguna de los crímenes cometidos por los criminales que escaparon de la penitenciaria o las bien documentadas atrocidades llevadas a cabo por los miembros del ex ejército de Haití, el FRAPH y otros grupos entre los "rebeldes." A esto llaman ser imparciales a la hora de investigar los derechos humanos.
Chidi Anselm Odinkalu, en un artículo publicado por el Concejo de Ética y Asuntos Internacionales del Instituto Carnegie, señala el problema del discurso sobre "derechos humanos", y yo me permito agregar que su análisis es válido para los discursos "anti- globalización" y "anti-neoliberal" también. Su artículo se llama "Por qué los africanos no usan el lenguaje de los derechos humanos," pero podría haber estado hablando acerca de Haití o cualquier otra nación empobrecida y oprimida. "El movimiento actual de derechos humanos en África...parece diseñado para excluir la participación de la gente cuyo bienestar se supone que se está promoviendo. La mayoría de las organizaciones de derechos humanos han sido modeladas siguiendo a las organizaciones del norte ubicadas en zonas urbanas, dirigidas por un pequeño grupo, administradas sin una base de miembros...y dependientes solamente de fondos extranjeros. La más exitosa de estas organizaciones solo consigue alcanzar el status equivalente de un think tank de políticas públicas, un instituto de investigación o una editora de libros especializados. Con gran visibilidad en los medios y un estilo de vida coherente, los líderes de estas iniciativas disfrutan del confort y el privilegio, y progresivamente se distancian de una vida de lucha...Lejos de ser candidatos a la medalla de honor, el activismo por los derechos humanos se ha convertido crecientemente en un certificado de privilegio. Parte de la culpa de este triste estado de cosas reside en las organizaciones internacionales de derechos humanos del norte...las organizaciones locales existen para complacer a las agencias internacionales que las financian o apoyan."
La lección principal a ser aprendida por los que financian estos proyectos y las ONG, y por todos los activistas solidarios, es que la solidaridad debe ser ante todo para con el pueblo de Haití, afirmando su voluntad mediante el voto, como los haitianos lo hicieron con Aristide en el 2000 (la OEA y otras ONG internacionales certificaron este hecho en aquel momento). Más allá de esto, el financiamiento internacional y los grupos solidarios (y aquí la crítica es igualmente válida para aquellos que apoyaron totalmente a Lavalas sin cuestionamientos) no deben ponerse orejeras cuando visitan Haití. Deben escuchar críticamente a todos los lados. Deben buscar pruebas concretas de la organización de base de las organizaciones que financian, pruebas de que las filas sienten de la misma manera que "los líderes."
Falta aún ver quien ganará más en su ejercicio de aprendizaje en Haití, si el imperio de los EE.UU. o el movimiento de solidaridad internacional. Esperemos que la respuesta señale a este último, dado que las próximas zonas de aprendizaje llegarán más rápido de lo que creemos, especialmente si el régimen de Bush sobrevive a la debacle de Irak y las elecciones de noviembre.
El material para este artículo fue compilado a partir de observaciones y entrevistas realizadas junto a la Misión Observadora de Emergencia en Haití, un grupo de 24 personas diversas provenientes de EE.UU. y Canadá, coordinadas por el Centro Quijote con base en Maryland. Se llevó a cabo entre el 23 de marzo y el 2 de abril de 2004. Las ideas expresadas en este artículo son solamente responsabilidad del autor.