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Uruguay: Las políticas y los militares
El aplauso y la obligación
Carlos Santiago
ALAI-AMLATINA
Hace unos días José Mujica, en un programa que conduce la periodista Ana
María Mizrahi y que se trasmite por TVEO, hablaba del éxito que tendría el
gobierno del doctor Tabaré Vázquez en torno al tema de los derechos humanos. Es
evidente que el líder del MPP y actual ministro de Ganadería, Agricultura y
Pesca, manejaba algún tipo de información en la que se daba por sentado que en
el Batallón de Infantería Nº 14, se encontrarían los restos de María Claudia
García, la nuera del poeta argentino Juan Gelman.
Y si lo que suponemos, por el cúmulo de informaciones que han ido llegado a
nuestra mesa de trabajo, se concreta en realidad, es evidente que la afirmación
de Mujica no será errada. Cuando escribimos esta nota - martes de madrugada -
estamos a pocas horas de que la justicia ingrese al predio del referido Batallón
Nº 14, y quienes lo harán irán estarán munidos de datos precisos que fueran
proporcionados al comandante del Ejército, Oscar Bertolotti, por algunos de los
militares que trocaron información por defensa institucional, un mecanismo que
criticamos en su momento pero que, evidentemente, habría servido para que se
lograra un cúmulo de informaciones que serían, al parecer, precisas.
Veremos que ocurre en estas horas y como se desarrollan los acontecimientos.
Esta nota aparecerá el jueves en Bitácora y la vorágine de hechos es de tal
magnitud que quizás ese día ya se tengan comprobados los datos y el gobierno,
luego de estos primeros meses de gestión, haya logrado concretar un primer paso,
sin duda el de mayor valor, comenzando a descorrer el velo que durante dos
décadas cubrió el destino de los detenidos desaparecidos. Un posible primer
éxito que abre, sin duda, otros caminos y nuevos encares, pues más revelaciones
de este tipo podrán eventualmente existir. Sin embargo tememos que por más
esfuerzos que se hagan será muy difícil llegar mucho más allá.
Un dato que faltaría para completar este mapa del horror sería - nos parece -
conocer el lugar en que se hicieron desaparecer cadáveres, en el marco de la
Operación "Zanahoria", en que se habrían trasladado restos embolsados,
especialmente de los enterramientos realizados en el Batallón Nº 13, que habrían
lanzados al Río de la Plata. Hace alguna semanas el responsable de la sección
"La Columna de Sherlock" que se publica en LA REPUBLICA, manejada la siguiente
información que, es bueno dar a conocer en estas horas, para mostrar los niveles
de conocimiento que se manejaron en las últimas semanas y que - más allá de los
logros de la política del gobierno, implementada por el secretario general de la
Presidente de la República, Gonzalo Fernández, y el comandante del Ejército -
bordeaban la realidad.
Decía Sherlock: "-Es un tema difícil de tocar estos temas porque, evidentemente
afectan la sensibilidad de mucha gente.
-¿Usted habla de una tumba clandestina? -Claro, la de la nuera del poeta Juan
Gelman. ¿Vio que se dice que su cadáver fue enterrado en el Batallón Nº 14 de
Toledo? -Claro, parece que alguien lo declaró y todo hace suponer que es así.
-¡Qué es verdad.! -Los datos parecen fehacientes. Y le digo más: un policía, que
hace años actuaba como chofer de los torturadores Gavazzo y Cordero, sabe bien
donde está esa tumba.
-A alguien que le llaman. ¿algo?. ¿no se cuanto? -Claro, este hombre, según
alguna denuncia, se ocupaba, entre otras cosas, de llevar cadáveres a distintos
lugares. Incluso se puede saber con él a donde se dirigía con la pick-up blanca
que manejaba, como se colocaban cadenas u otros elementos pesados en algunas
bolsas conteniendo restos que, seguramente tiraban al mar.
-En el caso de la nuera de Gelman la versión es coincidente con otra, de un alto
militar, que afirmó que en el lugar donde se enterraron los restos se construyó
una calle interna en el Batallón Nº 14 de Paracaidistas en Toledo, por lo qué
será difícil, pero no imposible, encontrar algo. Se trabajó en la zona con
martillos neumáticos, motoniveladoras y aplanadoras.
-¿Esa información estará contenida en los datos que recibió el general
Bertolotti? -¿Quizás? Hay alguna gente que dice que si, otros que no. La
incógnita se revelará cuando conozcamos el informe del Comandante del Ejército.
-El horror de lo ocurrido en aquellos tiempos crece cada vez que uno recoge
nuevos datos sobre esas aberraciones de lesa humanidad. Pensar que algunos
decían que con esos métodos defendían a la Patria.
-Y otros lo siguen diciendo ahora.
-Por supuesto.
Las materias pendientes Si los datos que alguno de los represores le trasladó al
Bertolotti son fehacientes y aparecen los restos de María Claudia García,
debemos reconocer que todo no ha sido en vano. Personalmente nos molestaba que
el comando del Ejército negociara con quienes durante los tiempos de plomo
fueron los principales responsables de las violaciones de los derechos humaos.
¿Cómo calificar a estos señores que vistiendo uniformes de las Fuerzas Armadas o
la Policía, siendo al fin simples funcionarios estatales que, en nombre de ese
Estado, hayan vulnerado de tal manera la condición humana, con aberraciones
brutales que fueron desde la violación de los hogares, el maltrato y la tortura
hasta el asesinato y la desaparición forzada de personas? Y todo ello en defensa
de la Patria.
Es difícil encontrar el término justo, pues los delitos son muchos y ninguno de
los expedientes que debieran haberse abierto, existen, porque la Ley de
Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, lo impidió. Y si no existen los
expedientes tampoco los jueces y los fiscales acusadores pueden haberlos
caratulado como se debió haber hecho desde siempre. No somos taxativos en ello,
porque cuando hace 19 años se aprobó el engendro de la caducidad, esa salida fue
consensuada por muchos, que pretendieron con la aplicación de esta norma poner
punto final a una situación de inestabilidad que era producto de los últimos
estertores de poder que manifestaban algunos sectores militares. Recordemos que
la mayoría de los represores todavía se encontraban en actividad y que la línea
bebida de la pócima llamada Doctrina de la Seguridad Nacional, era la que se
utilizaba para encaminar a las Fuerzas Armadas en su "misión" de gendarmes
pretorianos del pueblo uruguayo al que se persiguió masivamente no por hechos
delictivos, que fueron pocos y aislados, sino por las ideas. El camino de la
injusticia Todos sabemos, además, la enormidad de la injusticia que determinó
esa Ley Caducidad, que sigue vigente y que determina, por lo tanto, que los
militares y policías que han delinquido durante los plazos establecidos en la
misma, no serán castigados por sus delitos. Solo se les pide que concurran a
declarar en los estrados judiciales sobre lo que saben. ¿Es posible aceptar que
se nieguen a declarar?¿Es posible que se establezcan mecanismos para tratar de
amparar a estos personajes, los que asesinaros a la nieta del poeta Juan Gelman,
los que secuestraron y también asesinaron al químico chileno Eugenio Berrios,
acción tardía del "Plan Cóndor", en que coordinaron sus acciones represivas
ejércitos el cono sur? Decimos que tardía porque fue posterior a que caducara la
vigencia de la referida Ley. ¿Y quienes participaron en la masacre de Buenos
Aires en que perdieron la vida Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz? ¡Es
evidente! Hay que restablecer el orden en los cuarteles, evitar el estado de
asamblea permanente de las últimas semanas, que ha tenido un tono claramente
inadecuado, como el propio contralmirante Oscar Lebel ha señalado en más de una
ocasión. Y ello, no está en manos del comandante del Ejército. Lo está - ¡es
evidente! - en las del presidente de la República quien, como suponemos, logrará
con la investigación de lo que ocurrirá en el Batallón de Infantería Nº 14, un
éxito que todos le deberemos reconocer. Pero - si lo que presumimos se convierte
en realidad - todavía habrá más para hacer y, con la misma fuerza puesta de
manifiesto por el gobierno para comenzar a resolver un tema tan complicado - hay
que seguir adelante. El país exige que las Fuerzas Armadas dejen de ser un
lastre en el presupuesto nacional, para pasar e cumplir una labor específica,
moderna, de defensa de los intereses nacionales. Para ello es necesaria una
reforma profunda e inteligente, sin tomar como plantilla de aplicación recetas
foráneas, pero - eso sí - sin rechazar el estudio de las experiencias ajenas.
Fuerzas Armadas que a lo largo de nuestra historia moderna no han tenido otro
protagonismo que el de ser fuerzas pretorianas que se lanzaron contra su propio
pueblo, como peones - otro de los que asolaron la región - para lograr acallar,
a sangre y fuego, las protestas que provocó el empobrecimiento masivo
correlativo al modelo neoliberal. Entonces, hay que ver que se hace. Lo
existente es un envejecido esquema, carente de hipótesis de conflicto, integrado
por miles de personas que deben también frustrarse por la carencia de una
actividad determinada y vinculada al desarrollo del país. Por ello pasada esta
etapa sustancial, todos juntos, deberemos estudiar los distintos perfiles, para
modificar ese insoportable y viejo esquema que hoy no favorece a nadie. Ni
siquiera a los propios militares.
Carlos Santiago, periodista integrante de la secretaría de redacción del diario
LA REPUBLICA y secretario de redacción del suplemento Bitácora. (