Latinoamérica
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Jóvenes indígenas:
Cambios en la cultura sexual
En la sierra también las costumbres cambian. Los jóvenes visten mezclilla y saben colocarse condones; como dice una madre, ahora los muchachos conviven más que antes, cuando ni siquiera sabíamos qué era la adolescencia. Cambios que incluyen una nueva perspectiva de las relaciones de pareja, los derechos sexuales y de la vida, que sigue empujándolos fuera de sus pueblos al terminar esa etapa formativa. En este reportaje, realizado en comunidades de la sierra norte de Puebla, se esbozan algunas de estas transformaciones culturales
Por Fernando Mino
La Jornada
Fotos Ricardo Ramírez Arriola
En Ixtepec, Puebla, la calurosa noche del 25 de mayo, los alumnos coronaron
a la reina del bachillerato "Octavio Paz". En las calles del centro se forman
grupitos de chavos y chavas en torno al auditorio municipal -apenas una
superficie con techo de lámina-, donde ya toca un sonido que mezcla música pop y
de banda. Muchos curiosos miran a través de la malla de alambre, pues entrar
cuesta 10 pesos.
A la medianoche, el presidente municipal corona a la reina y a las tres
princesas que bailan vals con sus chambelanes, otros estudiantes del municipio
con corbata y trajes incómodos, aún a esas horas en que el calor comienza a
ceder. Algunas parejas bailan y otras buscan los rincones oscuros del auditorio
para un beso furtivo. La música sigue hasta la madrugada, cuando poco a poco la
gente vuelve a casa. Una que otra pareja se pierde de las miradas, ávida de
terminar la noche con un buen faje, o algo más.
El municipio de población totonaca está en la sierra norte de Puebla, cerca de
los límites con Veracruz. Rodeado de laderas devastadas por las milpas, el
pueblo tiene una importante presencia de jóvenes entre 15 y 19 años. Aquí no hay
mucho que hacer, las distracciones cotidianas son el alcohol, el deporte y los
bailes ocasionales, como éste de la reina del bachillerato. Ah, sí, también los
noviazgos, socorrido pasatiempo para los que esperan el momento de emigrar en
busca de oportunidades de empleo o de ocuparse en el campo.
"Aquí no hay parque, así que luego las parejitas se van al panteón o para donde
se pueda, a cualquier cafetal", comenta Miguel Gómez Cano, síndico municipal de
Panteones de la localidad que cuenta 7,500 habitantes, una de las más populosas
de la región, donde todavía la mayoría de la gente se conoce y los noviazgos son
muy vigilados. Una de las princesas coronadas este 25 de mayo nos cuenta la
habladuría de la semana: hace apenas unos días un par de novios adolescentes se
fugaron, sin que hasta esa fecha se supiera hacia dónde. "A veces así le hacen,
se van juntos a la ciudad o a otro lado, a ver qué encuentran", nos dice.
A Ixtepec, que ocupa la cumbre de un cerro, llega una carretera recién
asfaltada, de ahí, una brecha es el único acceso a San Miguel Atlequizayan, otro
municipio totonaco con alto grado de marginación. El presidente municipal es un
joven de 25 años, formado en el Centro de Atención Rural para Adolescentes
(CARA), ambicioso proyecto de IMSS-Oportunidades de atención integral, que
fomenta la formación de líderes que a su vez hablen sobre salud sexual y
reproductiva con otros niños y adolescentes de sus localidades.
IMSS-Oportunidades organiza cuatro grupos en cada una de las más de 300 Unidades
Médicas Rurales de Puebla: niños de 6 a 11 años, adolescentes de 10 a 19 años
(ambos dentro del espacio del CARA), empoderamiento de las mujeres, entre madres
de familia, y renovación de la masculinidad, entre varones.
A cada persona, según el grupo en el que estén, se les entrega una de las tres
versiones de la Guía para el Cuidado de la Salud, editada por el IMSS, además de
una cartilla de prevención.
Expertos en el uso del condón
La estrategia de los CARA en salud sexual y reproductiva parece dar resultado.
Los adolescentes indígenas hablan con toda naturalidad del uso de métodos
anticonceptivos y protección contra infecciones de transmisión sexual. Niños y
niñas de 12 años saben cómo colocar un condón masculino, pues en todos los
centros, ubicados en cada una de las UMR hay modelos fálicos para practicar. El
objetivo es ofrecer a los chavos orientación sobre sexualidad y sobre los
cambios que están viviendo. "Que puedan aceptarse y preguntar cualquier duda que
traigan, sobre todo eso, porque es muy difícil que los papás toquen estos temas
con sus hijos", asegura Lucía, activista que apoya en la clínica del IMSS de
Zacapoaxtla.
Las pláticas son dirigidas por los líderes comunitarios y se centran en los
temas de la Guía para el Cuidado de la Salud enfocada a adolescentes de
10 a 19 años, y en la aclaración de las dudas que surjan en el grupo o las que
se registren en un buzón, donde es posible escribir preguntas confidenciales que
luego se aclaran para todos. El médico, según comentan, está al pendiente para
despejar cualquier duda.
Francisco Márquez es uno de esos líderes comunitarios, en este caso de la
comunidad náhuatl de Acaxiloco: "Tengo 13 años, tomo los talleres del CARA desde
hace cuatro y he aprendido muchas cosas. Tengo beca de Oportunidades, pero no
voy nomás por eso, más bien la razón es que quiero aprender. Ya no siento
vergüenza para hablar de sexualidad y aunque ahora todavía no he conseguido
novia, sí me gustan algunas niñas de mi escuela. Yo creo que tendré una novia
cuando tenga la edad suficiente, que es, según yo, como a los 16 años.
Es igual que usar un condón, yo ya sé cómo se pone y todo, pero no lo uso,
porque tiene que ser cuando ya esté preparado, cuando ya esté seguro de qué es
lo que hago".
En los salones del CARA, donde se reúnen los jóvenes, igual que en la oficina de
espera de cada UMR, siempre hay un bote de plástico con condones, para que todo
aquel que lo desee tome los que necesite. Según los muchachos, es algo común.
Ricardo es un niño delgado, sonriente, astuto, de 12 años. Al salir de la
plática del CARA de Zacapoaxtla se le pregunta si tiene novia. Dice que sí. Al
preguntarle si lleva condones, con una sonrisa pícara y entre risas señala el
bolsillo de su pantalón: "Claro, aquí los traigo".
En Tuzamapan, otra pequeña localidad serrana, hablar de noviazgos y embarazos
también es algo familiar entre adolescentes de 12 y 13 años. Si bien casi
ninguno de los adolescentes del CARA acepta tener una relación de noviazgo,
dicen que lo común es que se reúnan en grupo en las canchas de basquetbol,
rodeadas por bancas de cemento, en plena plaza, a un costado del quiosco y la
iglesia, y ahí se aparten las parejas a la pileta del pueblo, para platicar.
"Andamos en bolita, para que el papá crea que andamos con las amigas, pero por
ahí andan los muchachos rondando. Cuando unos quieren platicar solos, les dicen
a los otros que no les hagan mal tercio, pero luego ni se necesita, luego luego
se les mira cuando quieren platicar", nos cuenta una niña de 13 años.
En los talleres impartidos por el CARA se incluyen temas de autoestima, valores,
noviazgo, sexualidad adolescente, entre otros. En el rubro de sexualidad
adolescente se incluye la homosexualidad. Una niña de Tuzamapan, sin mayor rubor
o extrañeza, dice que la homosexualidad es algo que debe respetarse, en términos
muy similares a lo escrito en la Guía para el Cuidado de la Salud: "Es
nuestro derecho relacionarnos con personas del mismo sexo, ya que la finalidad
de la sexualidad es el placer que nos nutre y no solamente la reproducción. La
atracción por el mismo sexo se llama homosexualidad". Con todo, los niños de
Tuzamapan coinciden en que ahí no hay homosexuales.
La fuerza de los estigmas
De acuerdo con la médica de la UMR de Tuzamapan, María Soledad Maximino, la
labor que realizan ha permitido que las uniones se retrasen y los embarazos
adolescentes disminuyan: la médica presume que sólo se registraron tres
embarazos adolescentes en 2004, eso sí, todas preñadas fuera de la comunidad.
Los principales problemas de salud son las gastroenteritis y las enfermedades
respiratorias. Aunque suelen presentarse infecciones vaginales, las infecciones
de transmisión sexual no son comunes.
El VIH/sida prácticamente no existe como preocupación y el registro es mínimo,
lo que remite al grave estigma que pesa sobre la infección, vista como saldo de
la migración, del afuera. "En toda la región Zacapoaxtla, que cuenta con 58 mil
habitantes, sólo hemos registrado dos casos de VIH, en situación terminal, pero
en ambos casos la infección se dio en el Distrito Federal", asegura el médico
Román Salas Romero, asesor auxiliar de la zona de IMSS-Oportunidades. Los
regidores de Ixtepec hablan de rumores en torno a cuatro casos de VIH/sida en su
municipio en los últimos años, pero también se aprestan a afirmar que las
infecciones sucedieron en el Distrito Federal.
Otro estigma es el que pesa sobre las madres solteras. El afán por evitar los
embarazos adolescentes ha propiciado un rechazo de las comunidades hacia las
mujeres en esa situación. Elizabeth tiene 22 años y una niña de tres. Tuvo su
primer novio a los 17 años y con el tercero inició su vida sexual. "Tomaba
pastillas, porque él no quería ponerse un condón. No planeaba tener hijos, pero
sucedió. Mi mamá quería que me fuera de la casa con el papá de mi hija, pero
nunca llegué a irme, porque él no aceptó la responsabilidad. He sido
discriminada, es un pueblo muy pequeño, toda la gente se conoce y te mira mal.
En la clínica no te dicen nada, pero cuando les dices que no tienes esposo, como
que sí cambian de actitud".
Capacidad de organización
En Atlequizayan se muestra al equipo de Letra S la capacidad de organización de
IMSS-Oportunidades: mujeres, hombres, niños y adolescentes indígenas han
esperado por horas, en la UMR, nuestra llegada, según nos comenta el médico Luis
Tuxpan. Las mujeres perfectamente formadas esperan, hieráticas, su turno para
cantar una canción en totonaco y en español. Para ellas los noviazgos entre sus
jóvenes están prohibidos, "hasta los 25 años, cuando ya sepan trabajar". Están
justo afuera del aula del CARA, donde sus hijos hablan sin rubores de uso del
condón, infecciones de transmisión sexual y noviazgo.
Los hombres, sentados a la entrada del consultorio del médico, nos cuentan su
experiencia en el taller de renovación de la masculinidad. El líder comunitario
Filiberto Juárez nos habla de los avances logrados para que las familias tengan
relaciones igualitarias, mientras otro de los miembros del grupo se quita y se
pone el sombrero, respira con impaciencia y evade la mirada del entrevistador.
Cuando se le pregunta dice, con parquedad, que la necesidad es la que hace que
se tengan menos hijos y que "está bien" que les den pláticas en la UMR. Uno de
los requisitos para recibir las becas de Oportunidades es la asistencia a los
talleres de IMSS-Oportunidades; el médico firma las cartillas de salud y citas
médicas y de esto depende la permanencia en la lista de beneficiarios del
programa federal, prácticamente el único sostén de una región sin opciones.
En Ixtepec, el regidor de Hacienda, Francisco Vázquez, explica: "lo de
Oportunidades es casi el único ingreso de la gente, aquí no hay migrantes a
Estados Unidos, los que se van, se van a México o a Puebla y mucha gente trabaja
en el campo, pero saca muy poco. En el Ayuntamiento todo se hace con las
participaciones federales o lo del ramo 33; de recaudación sacaremos como mil
pesos a la semana, si bien nos va". Ixtepec es una localidad más grande que
Atlequizayan y los sábados es día de plaza, donde la gente de los pueblos
cercanos llega a vender o comprar.
Francisco Gutiérrez Lara, supervisor de la Región Centro de Puebla de IMSS-Oportunidades
está en desacuerdo con el condicionamiento del apoyo social. "Desde el inicio
del Progresa se condicionó el apoyo, como una manera de establecer
corresponsabilidad, pero a la larga hace perder voluntariedad a la gente. Sólo
divide a las comunidades. Mucha gente dice ‘como yo no soy de Oportunidades, no
voy, no cumplo’".
De la protección a la salud a los derechos humanos
En Ixtepec, el médico Abel Sánchez se queja de la falta de apoyo por parte de
las autoridades municipales. "Este presidente es el más renuente a apoyar en
toda la región", asegura Francisco Montaño, uno de los promotores de Acción
Comunitaria de IMSS-Oportunidades. La estrategia es que los médicos negocien con
las autoridades municipales apoyos para la clínica, de no lograrlo, asegura
Gutiérrez Lara, el Supervisor Regional "presiona" directamente. Presión
política, pues no existe ningún reglamento o norma que obligue a las autoridades
municipales a dar recursos al programa IMSS-Oportunidades.
El conflicto entre el edil de Ixtepec, Rogelio Núñez, y el médico va más allá y
plantea un dilema ético entre dos derechos: el de la protección a la salud,
sobre todo de las mujeres, y el respeto a la libertad personal de tomar
decisiones. Muchas de las personas de la comunidad se niegan a realizarse las
revisiones periódicas contempladas en el esquema de prevención del IMSS,
conocido como Prevenimss. Las causas van desde la opción por la medicina
tradicional o el pudor, cuando se trata de revisiones para detectar cáncer
cérvico-uterino. Es común que las mujeres se incomoden ante las revisiones
médicas, que casi siempre tienen que ser realizadas por las enfermeras. También
hay hombres que presionan a sus esposas para que no se dejen revisar.
El médico insiste en que las revisiones se realicen y, como medida última, hace
que los pacientes firmen una carta de renuencia, a través de la cual se protege
ante cualquier evaluación negativa del IMSS. Por su parte, el edil de Ixtepec ha
manifestado apoyo a los que se niegan a someterse a las exploraciones médicas e,
incluso, ha ofrecido gestoría ante instancias de derechos humanos en caso de que
pretendan obligarlos. "Se trata de un ejercicio de ciudadanía y de respeto",
asegura uno de sus asesores, Moisés Gallardo.
A Ixtepec lo atraviesa una enorme falla geológica que tiene al edificio
municipal abandonado y al borde del colapso. Georgina, una niña que vive en una
de las casas que dan a la plaza, nos cuenta la historia del dragón que vive bajo
la iglesia que ocupa la parte más alta del cerro y que de vez en vez lucha por
salir de su encierro, provocando los estragos que afectan a la calle principal.
Justo frente a las ruinas del palacio está la UMR. En el CARA, Samuel, el líder
comunitario de 19 años, uno de los acalorados chambelanes de la coronación de la
reina del bachillerato, mira un video de Christina Aguilera en la computadora.
Está por terminar la escuela y quiere estudiar en la Universidad de Chapingo.
Como todos los adolescentes que comienzan a dejar de serlo, considera la única
opción posible: irse de la sierra. Sin el peso de la tierra que tiene atrapado
al dragón, casi todos los jóvenes se van, a México o a Puebla. Ahí están los
peligros, los embarazos inesperados, el VIH/sida y el irrevocable inicio de la
vida sexual. Ahí es donde la valiosa información recibida en el CARA mostrará
sus resultados.